El Senado prosiguió ayer con la pasarela de aspirantes a la presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, sesión en la que la mayoría criticó la actual operación del organismo autónomo, al afirmar Patricia Olamendi, Gerardo Laveaga, Guadalupe Morfín, Javier Moctezuma y Luis Raúl Gonzáles que urgen cambios que le permitan reconvertirse para ser garante de los derechos ciudadanos.
Este martes, las comisiones dictaminadoras examinaron a nueve ponentes y hoy cerrarán este procedimiento, a fin de elaborar el dictamen de una terna de finalistas que deberá llevarse al pleno a más tardar el 28 de este mes, para que el Senado elija al nuevo ombudsman nacional. Ayer tocó el turno a Luis Raúl González, Raquel Gutiérrez, Francisco Javier Jasso, Gerardo Laveaga, Javier Moctezuma Barragán, Guadalupe Morfín, Patricia Olamendi, Lucrecia Ortega Sánchez y Alejandro Fermín Ortiz.
En la sesión hubo menos cuestionamientos a las trayectorias personales de los aspirantes que los ocurridos el día anterior, y se les cuestionó más acerca de sus proyectos de trabajo para la comisión.
El ex abogado general de la UNAM, González Pérez, sostuvo que la actual situación de los derechos humanos exige replantear esta política, frente a las dificultades que privan en el país derivadas de la inseguridad pública, la corrupción, la impunidad, la violencia, la discriminación contra la mujer, de los menores, adultos mayores, entre otros.
Propuso un rediseño que descanse en acciones concretas, como dar voz a las víctimas, ejercer efectivamente su autonomía constitucional, así como revisar cada uno de sus programas. El perredista Tomás Torres le cuestionó sobre su gestión como fiscal del caso Colosio y el aspirante se dijo orgulloso de ese trabajo, que le permitió aplicar técnicas novedosas.
En su turno, Patricia Olamendi cuestionó que aun cuando México ha promovido con éxito los derechos humanos en foros internacionales, “como institución nacional no puede considerarse un ejemplo a seguir”.
Aseguró que la actual CNDH no es un organismo moderno, que logre prevenir las violaciones a derechos humanos ni proteger a las personas por igual, por ello, se requieren cambios que la acerquen a la sociedad, pero también la conviertan en una comisión eficiente, austera, transparente y con indicadores que permitan a la sociedad e instituciones evaluar su desempeño.
A su vez, la ex comisionada para las muertas de Juárez, Guadalupe Morfín, reclamó que la voz de la CNDH se oiga fuerte y ofreció ser un “ombudsman para la paz”, que busque la reconciliación.
Este martes, las comisiones dictaminadoras examinaron a nueve ponentes y hoy cerrarán este procedimiento, a fin de elaborar el dictamen de una terna de finalistas que deberá llevarse al pleno a más tardar el 28 de este mes, para que el Senado elija al nuevo ombudsman nacional. Ayer tocó el turno a Luis Raúl González, Raquel Gutiérrez, Francisco Javier Jasso, Gerardo Laveaga, Javier Moctezuma Barragán, Guadalupe Morfín, Patricia Olamendi, Lucrecia Ortega Sánchez y Alejandro Fermín Ortiz.
En la sesión hubo menos cuestionamientos a las trayectorias personales de los aspirantes que los ocurridos el día anterior, y se les cuestionó más acerca de sus proyectos de trabajo para la comisión.
El ex abogado general de la UNAM, González Pérez, sostuvo que la actual situación de los derechos humanos exige replantear esta política, frente a las dificultades que privan en el país derivadas de la inseguridad pública, la corrupción, la impunidad, la violencia, la discriminación contra la mujer, de los menores, adultos mayores, entre otros.
Propuso un rediseño que descanse en acciones concretas, como dar voz a las víctimas, ejercer efectivamente su autonomía constitucional, así como revisar cada uno de sus programas. El perredista Tomás Torres le cuestionó sobre su gestión como fiscal del caso Colosio y el aspirante se dijo orgulloso de ese trabajo, que le permitió aplicar técnicas novedosas.
En su turno, Patricia Olamendi cuestionó que aun cuando México ha promovido con éxito los derechos humanos en foros internacionales, “como institución nacional no puede considerarse un ejemplo a seguir”.
Aseguró que la actual CNDH no es un organismo moderno, que logre prevenir las violaciones a derechos humanos ni proteger a las personas por igual, por ello, se requieren cambios que la acerquen a la sociedad, pero también la conviertan en una comisión eficiente, austera, transparente y con indicadores que permitan a la sociedad e instituciones evaluar su desempeño.
A su vez, la ex comisionada para las muertas de Juárez, Guadalupe Morfín, reclamó que la voz de la CNDH se oiga fuerte y ofreció ser un “ombudsman para la paz”, que busque la reconciliación.
Angélica Mercado, Milenio, 21 de octubre.
0 Responses to "“CNDH debe reconvertirse”"
Publicar un comentario