Aunque hasta el momento el proceso de relevo de José Luis Soberanes, ha sido abierto y transparente, hay riesgo de politizar la designación del nuevo Ombudsman nacional, advierte Santiago Corcuera, presidente del Comité Coordinador de los Procedimientos Especiales del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas.
"Conociendo la partidocracia de este país, en donde los legisladores no son representantes del pueblo sino protectores de los intereses de sus partidos, me da temor que los senadores no actúen en conciencia, sino de acuerdo con las órdenes que obedezcan de las cúpulas de sus partidos", advierte en entrevista.
Para el también consejero de la Comisión de Derechos Humanos del DF, los senadores tienen la oportunidad de dejar la Comisión Nacional de Derechos Humanos a la ciudadanía.
"El Senado tendría que agarrar los Principios de París, desentrañar su sentido profundo y cumplirlos. Que nada más en este caso se olviden de los intereses partidistas. Que le dejen por favor una institución autónoma a la ciudadanía.
"Voten por el mejor candidato o la mejor candidata sin prostituir su voto con intercambios de fracciones parlamentarias y sin enajenar tu capacidad de raciocinio en manos de los líderes de tu partido", exhorta.
Advierte que un mal indicador del proceso sería que el día de elección, los partidos votaran en bloque. "(Si esto es así) no por bancadas, sino como yo le digo: por 'vacadas', habré comprobado que todo esto fue un engaño.
"Hace 10 años así pasó. Se coaligaron dos partido ", recuerda.
El Senado de la República, señala, está obligado a poner atención a los Principios de París, lo que implica que el Ombudsman no puede ser una persona de la que se sospeche que no va a actuar de manera independiente por haber tenido o tener vínculos con el Gobierno.
"Yo por default quitaría de la lista a todos aquellos que han trabajado o trabajan en una función de la Administración Pública Federal o estatal".
Asegura que habrá que evitar a toda costa la continuidad de la gestión de la CNDH, lo que implicaría, no considerar a los colaboradores de la Comisión durante la gestión de Soberanes.
"Conociendo la partidocracia de este país, en donde los legisladores no son representantes del pueblo sino protectores de los intereses de sus partidos, me da temor que los senadores no actúen en conciencia, sino de acuerdo con las órdenes que obedezcan de las cúpulas de sus partidos", advierte en entrevista.
Para el también consejero de la Comisión de Derechos Humanos del DF, los senadores tienen la oportunidad de dejar la Comisión Nacional de Derechos Humanos a la ciudadanía.
"El Senado tendría que agarrar los Principios de París, desentrañar su sentido profundo y cumplirlos. Que nada más en este caso se olviden de los intereses partidistas. Que le dejen por favor una institución autónoma a la ciudadanía.
"Voten por el mejor candidato o la mejor candidata sin prostituir su voto con intercambios de fracciones parlamentarias y sin enajenar tu capacidad de raciocinio en manos de los líderes de tu partido", exhorta.
Advierte que un mal indicador del proceso sería que el día de elección, los partidos votaran en bloque. "(Si esto es así) no por bancadas, sino como yo le digo: por 'vacadas', habré comprobado que todo esto fue un engaño.
"Hace 10 años así pasó. Se coaligaron dos partido ", recuerda.
El Senado de la República, señala, está obligado a poner atención a los Principios de París, lo que implica que el Ombudsman no puede ser una persona de la que se sospeche que no va a actuar de manera independiente por haber tenido o tener vínculos con el Gobierno.
"Yo por default quitaría de la lista a todos aquellos que han trabajado o trabajan en una función de la Administración Pública Federal o estatal".
Asegura que habrá que evitar a toda costa la continuidad de la gestión de la CNDH, lo que implicaría, no considerar a los colaboradores de la Comisión durante la gestión de Soberanes.
Silvia Garduño, Reforma, 24 de octubre.
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