14 millones, en el empleo informal

Los trabajadores ocupados en el sector informal de la economía mexicana alcanzaron una cifra sin precedente: 14 millones al cierre del año pasado, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Esto significa que 29.2 por ciento de la población ocupada del país se dedica a esas actividades, es decir, que una de cada tres personas empleadas en México prefirió una oportunidad de empleo en el sector informal.

Tan sólo en un año (cierre de 2010 contra 2011) se agregaron 1.6 millones de personas a la también denominada economía subterránea, lo que para algunos analistas significó que los empleos formales no fueron suficientes, ni la remuneración que otorgaron fue atractiva para miles de personas.

De acuerdo con la Encuesta de Ocupación y Empleo al cuarto trimestre de 2011, de 14 millones de personas que se dedicaron a actividades informales, 8.3 millones fueron hombres y 5.7 millones mujeres.

Los especialistas indican que lo preocupante de las cifras es la creciente proporción de mujeres que trabajan en la economía informal, pues 31.05 por ciento de las ocupadas lo hacen en ese sector, mientras que del total de hombres sólo 28.04 por ciento están en esa área.

Las personas ocupadas en la informalidad al cierre de diciembre de 2011 superó al número de trabajadores asegurados en el IMSS (formales), pues datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social registraron a diciembre del año pasado un total de 13.2 millones de empleados.

Para la investigadora de la UNAM, Berenice Ramírez, el número de personas informales en realidad asciende a 26 millones, de los cuales la mitad (la que reporta INEGI) se dedican estrictamente a actividades que no generan beneficios al fisco, mientras que la otra mitad está compuesta por profesionistas, entre otros, que laboran por cuenta propia y que tienen contrataciones por honorarios, pero que tampoco cuentan con protección social.

“Si las condiciones no se modifican, se agudizarán de manera muy grave en esta década: tendremos viejos pobres sin pensiones, ni seguridad social, donde el Estado quizá, para evitar confrontaciones políticas, tendrá que gastar para darles algo que provendrá de impuestos generales”, dijo.

Respiro a la desocupación
La incorporación de personas al empleo informal en la economía permitió darle un respiro a la tasa de desocupación del país, pues al cuarto trimestre de 2011 reportó una tasa de 4.8 por ciento como proporción de la población económicamente activa, e inferior al 5.3 por ciento reportado en 2010.

La cifra significó que alrededor de 2.4 millones de personas en el país no tuvieran éxito en el mercado laboral.

La encuesta del INEGI explicó que la tasa de desocupación fue más alta en localidades grandes, donde está más organizado el mercado del trabajo.

Las entidades federativas con las mayores tasas de desempleo fueron Baja California, con 7 por ciento; Tamaulipas, 6.8 por ciento; Aguascalientes, 6.3 por ciento; Chihuahua, Distrito Federal, Sonora, Tabasco y Zacatecas, con 6.1 por ciento cada una.

Al contrario, Guerrero, Chiapas, Yucatán, Morelos, Campeche, Michoacán y Oaxaca tuvieron los niveles de desempleo más bajos, donde en ningún caso fue superior a 3 por ciento de su PEA.

El analista económico de Banorte-Ixe Alejandro Cervantes dijo que este año continuará positivo el desempeño en generación de empleos, lo que continuará apoyando la recuperación del gasto de consumo privado en el primer trimestre del presente año.

Hay 6.3 millones indefinidos
De acuerdo con el INEGI, de la población no económicamente activa (PNEA), es decir, aquellas que no participan ni como ocupados ni como desocupados, 6.3 millones se declararon disponibles para trabajar, pero no llevaron a cabo acciones al respecto.

Otras 27.9 millones de las personas de la PNEA dijeron no estar disponibles para trabajar debido a que deben atender otras obligaciones, o no tenían interés, pues tienen algún tipo de impedimento para hacerlo (físico o por obligaciones familiares).

Alberto Verdusco Milenio, 11 de febrero.