Guerra de lodo y división marcan la elección del candidato panista


El PAN llega este domingo a la elección primaria de su candidato presidencial en medio de la incertidumbre sobre su desenlace, pues a pesar de que las encuestas dan como ganadora a la precandidata Josefina Vázquez Mota, su contendiente Ernesto Cordero cuenta con el respaldo de una amplia estructura gubernamental, lo que podría modificar el resultado de este proceso interno.
Además, la jornada se realizará entre denuncias por compra y coacción del voto y con el recrudecimiento de una guerra sucia cuyo principal escaparate ha sido el ciberespacio. En Internet circulan audios y videos que buscan golpear tanto a la ex secretaria de Educación Pública y sus principales colaboradores, como al ex titular de Hacienda.
Lo que se inició como una contienda respetuosa, poco a poco ha derivado en intercambio de acusaciones y la aplicación de viejas prácticas antes sólo atribuidas al PRI, como acarreo, entrega de despensas y retención de credenciales de elector, entre otras. Conforme se acercó el día del proceso interno y se incrementó la percepción entre los panistas de que sólo Vázquez Mota puede ser competitiva ante Enrique Peña Nieto, abanderado del PRI, la campaña de lodo creció.
Sin embargo, el desaseo en los comicios del PAN no es nuevo. En la contienda de 2005 también hubo quejas por acarreo, entrega de despensas y compra del sufragio.
A la usanza del PRI, los panistas organizaron la llamada Operación Cochinita en Yucatán, donde regalaron tacos de cochinita a cambio de votar en favor del entonces precandidato Felipe Calderón.
También llevaron a cabo la conocida Operación Calambre de Jalisco. En ésta, se despidió por unas horas a funcionarios gubernamentales y se les devolvió su empleo si se comprometían a votar por el aspirante que indicaba la dirección política –el gobernador– del partido. En ese caso la estrategia también fue en apoyo al michoacano.
De igual manera, en Veracruz se presentaron quejas de intimidación de parte de autoridades municipales y casillas zapato favorables a Santiago Creel Miranda, entonces precandidato presidencial por primera vez.
En la elección de este domingo podrán participar un millón 795 mil 33 militantes, de los cuales 306 mil 979 son miembros activos y un millón 488 mil 54 adherentes. Sin embargo, el propio dirigente del PAN, Gustavo Madero, estimó que sólo saldrán a votar alrededor de 400 mil panistas, lo que representa 22 por ciento de la lista nominal.
José Espina, presidente de la Comisión Nacional de Elecciones (CNE), informó que se colocarán mil 689 centros de votación en todo el país, con 2 mil 845 mesas con boletas. Los estados con el mayor número de urnas serán aquellos donde se registra amplia presencia de panistas, como México, Veracruz, Jalisco, Puebla, Michoacán, Oaxaca, Guanajuato, Yucatán, Chiapas y el Distrito Federal.
La CNE contará con 8 mil 500 funcionarios de mesas de votación, mientras el equipo de Josefina Vázquez Mota prevé movilizar una red de 10 mil promotores del sufragio; el de Santiago Creel, 3 mil, y el de Ernesto Cordero más de 10 mil.
Los centros de votación se abrirán de 10 de la mañana a cuatro de la tarde, y los resultados se conocerán a partir de las ocho de la noche. Para las 22 horas, se estima que se habrá computado un número suficiente de casillas como para dar una tendencia definitiva, resaltó Espina.
También informó que el ganador de la jornada electoral será el que obtenga 50 por ciento de la votación más un sufragio, o 37 por ciento, con una diferencia de cinco puntos en relación con el segundo lugar. Si nadie logra esos números habrá una segunda vuelta electoral el 19 de febrero, en la que participarán los dos precandidatos que hayan tenido el mayor número de votos.
Con estas normas, el equipo de Vázquez Mota apuesta a ganar en la primera vuelta, confiada en la percepción que deriva de las encuestas, las cuales la colocan 30 puntos arriba de sus competidores, mientras el de Ernesto Cordero buscar traspasar los comicios de este día y ganar en la segunda ronda.
De 43 años de edad, Ernesto Cordero es considerado el delfín del presidente Felipe Calderón, con quien colaboró hasta septiembre como secretario de Hacienda, tras una breve carrera en la administración pública. Los analistas políticos consideran que carece de la suficiente trayectoria y carisma para convertirse en el candidato presidencial del blanquiazul.
Entre sus propuestas destaca la de dar continuidad a la lucha contra el narcotráfico, con algunos ajustes; realizar un manejo responsable de las finanzas públicas; crear empleo y mejorar el sistema educativo y de salud.
Santiago Creel Miranda, de 56 años, compite por segunda ocasión por la candidatura presidencial del PAN, tras ser derrotado por Calderón Hinojosa en la contienda de 2005. Abogado y senador con licencia, en el gobierno de Vicente Fox fue secretario de Gobernación. Estuvo en el ojo del huracán luego de que aprobara licencias para la operación de casinos cuando ocupó ese despacho.
Entre sus propuestas se encuentra la de modificar radicalmente la lucha contra el narcotráfico y privilegiar la inteligencia sobre las balas. También prometió acabar con los monopolios que elevan los precios de bienes y servicios e inhiben las inversiones, promover la generación de empleos y crear seguros de desempleo y pensión universal. Destaca su rechazo a una alianza electoral con la presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo.
Josefina Vázquez Mota, economista de 51 años, fue secretaria de Desarrollo Social durante el gobierno de Vicente Fox, y de Educación Pública en los primeros años del sexenio calderonista. En ese cargo mantuvo una relación tirante con la dirigente del magisterio.
En los últimos dos años –hasta septiembre de 2011– coordinó el grupo parlamentario del PAN, pero no pudo sacar las llamadas reformas estructurales de Calderón.
De sus propuestas de campaña destaca la reactivación del mercado interno a partir del respaldo a las pequeñas y medianas empresas, una segunda fase en la lucha contra el crimen y no sólo llevar ante los tribunales a los delincuentes, sino también a jueces y políticos involucrados en el narcotráfico, y que se les aplique cadena perpetua. En materia social, propone aumentar el acceso a la educación.
Georgina Saldierna, La Jornada, 5 de febrero.

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