“Es una gran victoria para América Latina y el Caribe y también para el pueblo de Cuba”, dijo Alarcón a periodistas. “Pone fin a una injusticia y, además, a un atavismo realmente histórico”.
Conforme a la conocida posición de rechazar el regreso a su asiento en la OEA, Alarcón señaló: “Cuántas veces hemos dicho lo mismo: lo que ha ocurrido ayer no modifica en nada lo que Cuba pensaba antier, ayer y aquí hoy…”
Veterano diplomático, experto en las relaciones con Estados Unidos y jefe de la delegación cubana que negoció los acuerdos migratorios con ese país en 1994 y 1995, Alarcón dijo que aún no está fijada la fecha en que se reanudarían las conversaciones bilaterales sobre esa materia.
Tras firmar los dos acuerdos migratorios vigentes, Washington y La Habana acordaron revisarlos cada seis meses, en reuniones que se realizarían alternadamente en ambas capitales.
Así ocurrió hasta 2003, cuando el gobierno de George W. Bush decidió suspender unilateralmente esas negociaciones.
Pero el domingo pasado el Departamento de Estado anunció que Cuba había respondido favorablemente a la iniciativa estadunidense de reanudar ese diálogo.
“Estamos en contacto para ajustar agendas y muchos detalles”, enfilados a restablecer las conversaciones, dijo hoy Alarcón.
Apenas un día antes, en San Pedro Sula, el secretario de Estado adjunto para América Latina, Thomas Shannon, había citado la nueva ronda de pláticas migratorias como parte de la política de Barack Obama de “un nuevo comienzo” con la isla, que anunció en la Cumbre de las Américas de abril.
Shannon puso en fila el reinicio ya pactado de las pláticas, la liberación de los viajes a la isla de los cubanos que viven en Estados Unidos y las remesas que envían a sus familiares, con la decisión de su gobierno de unirse al consenso en la OEA para anular la sanción a La Habana, medidas todas que, aseguró, “reflejan el mayor cambio en nuestra aproximación a Cuba en los últimos 40 años”.
Alarcón recordó que los dos países no han hablado recientemente solamente de migración. El gobierno de Estados Unidos no ha respondido a las propuestas cubanas de discutir acuerdos de lucha contra el narcotráfico, el terrorismo y el tráfico humano.
Y la lista, afirmó el líder parlamentario, podría incluir otros temas, como la prevención de desastres naturales.
Es decir que mientras los reflectores están, por ahora, puestos sobre la OEA, en la práctica se está construyendo una agenda entre Washington y La Habana.
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