La Iglesia católica hizo un llamado para que todos los comunicadores y asociaciones que, dijo, surgen sospechosamente por todos lados, suspendan sus invitaciones a la población para que no voten o anulen su sufragio dejando su boleta en blanco.
En su espacio editorial del semanario Desde la fe, la Arquidiócesis de México pide no fomentar estas posturas porque, afirma, nos llevarían al fracaso democrático, “dándole la razón a quienes piensan que México sólo puede funcionar con el totalitarismo”.
Y a manera de advertencia, establece que “lo menos que tendríamos que pedirles a esos comunicadores —que tienen nombre y apellido, y que difunden con ligereza sus convicciones abstencionistas— es que, después del 5 de julio, no hagan críticas ante un gobierno que no eligieron”.
El cardenal Norberto Rivera Carrera se sumó a esta postura, al término de la homilía dominical, y después de festejar con pastel y mariachis su cumpleaños, exhortó a la ciudadanía para que participe en las elecciones del próximo 5 de julio.
En una atropellada entrevista —la primera que concede después de varios meses—, en la que varios reporteros fueron empujados y jaloneados por elementos de la Policía Federal y religiosos que lo custodiaban, el cardenal dijo que si la gente no hace uso de su derecho a votar dejará que otros decidan quiénes los van a gobernar.
La opinión del cardenal coincidió con la externada en el editorial del semanario católico, en el que se afirma que “los obispos mexicanos están empeñados en recordar a los ciudadanos que en una democracia son los votos los que cuentan para elegir a los legisladores y los gobernantes”.
Porque, se asegura, “aunque la no participación es una expresión de repudio, en un sistema democrático, como el que estamos construyendo los mexicanos, la no participación o anulación del voto pueden significar una verdadera irresponsabilidad”.
En el mismo texto también se critica la decisión que adoptó el IFE al admitir una queja del Partido Socialdemócrata en contra de la Iglesia católica para que no intervenga en el proceso electoral.
Al respecto, en el editorial de la Arquidiócesis se recuerda que la Conferencia del Episcopado Mexicano ha exigido respeto a la libertad de expresión a la que tienen las asociaciones religiosas para difundir sus principios doctrinales y valores morales.
Porque, se argumenta, “la Iglesia no sólo tiene el derecho a expresar sus principios, sino de pedir a sus fieles que sean congruentes con éstos, en su conciencia y en sus compromisos públicos y políticos”.
En su espacio editorial del semanario Desde la fe, la Arquidiócesis de México pide no fomentar estas posturas porque, afirma, nos llevarían al fracaso democrático, “dándole la razón a quienes piensan que México sólo puede funcionar con el totalitarismo”.
Y a manera de advertencia, establece que “lo menos que tendríamos que pedirles a esos comunicadores —que tienen nombre y apellido, y que difunden con ligereza sus convicciones abstencionistas— es que, después del 5 de julio, no hagan críticas ante un gobierno que no eligieron”.
El cardenal Norberto Rivera Carrera se sumó a esta postura, al término de la homilía dominical, y después de festejar con pastel y mariachis su cumpleaños, exhortó a la ciudadanía para que participe en las elecciones del próximo 5 de julio.
En una atropellada entrevista —la primera que concede después de varios meses—, en la que varios reporteros fueron empujados y jaloneados por elementos de la Policía Federal y religiosos que lo custodiaban, el cardenal dijo que si la gente no hace uso de su derecho a votar dejará que otros decidan quiénes los van a gobernar.
La opinión del cardenal coincidió con la externada en el editorial del semanario católico, en el que se afirma que “los obispos mexicanos están empeñados en recordar a los ciudadanos que en una democracia son los votos los que cuentan para elegir a los legisladores y los gobernantes”.
Porque, se asegura, “aunque la no participación es una expresión de repudio, en un sistema democrático, como el que estamos construyendo los mexicanos, la no participación o anulación del voto pueden significar una verdadera irresponsabilidad”.
En el mismo texto también se critica la decisión que adoptó el IFE al admitir una queja del Partido Socialdemócrata en contra de la Iglesia católica para que no intervenga en el proceso electoral.
Al respecto, en el editorial de la Arquidiócesis se recuerda que la Conferencia del Episcopado Mexicano ha exigido respeto a la libertad de expresión a la que tienen las asociaciones religiosas para difundir sus principios doctrinales y valores morales.
Porque, se argumenta, “la Iglesia no sólo tiene el derecho a expresar sus principios, sino de pedir a sus fieles que sean congruentes con éstos, en su conciencia y en sus compromisos públicos y políticos”.
Carlos Avilés Allende, El Universal, 8 de junio.
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