El secretario de Economía, Gerardo Ruiz Mateos, enfrentó durante su comparecencia ante legisladores de la Comisión Permanente severas críticas de la oposición, entre éstas su salida de la dependencia.
Encuentro ríspido que atizó más el fuego la diputada Adriana Dávila (PAN), quien en lances desesperados por defender a uno de los hombres más cercanos al presidente Calderón encendió el ánimo de los priístas, perredistas y petistas.
El diputado Antonio Soto (PRD) advirtió que el ciudadano está enfadado con el gobierno federal y dijo que no existe una autoridad para cobrar impuestos; si no se generan empleos, hay pobreza, inseguridad y hambre, añadió.
Sin perder el control, Ruiz Mateos logró salir bien librado, no con la ayuda de su correligionaria Dávila, quien de plano contestó por él algunas preguntas, aunque con severas críticas a cuestas.
El primero en abrir fuego fue Ricardo Monreal, coordinador del PT en el Senado, quien acusó al funcionario de tener al país junto con Hacienda “al borde del precipicio”. Tundió: “No deberían continuar en su función, y por dignidad deberían separarse ante la incapacidad y la ineptitud que los caracteriza”. Vino el diputado perredista Juan N. Guerra, quien de plano le dijo que sus cifras le ponían de “mal humor”, pues no corresponden con la realidad.
Ruiz Mateos capoteó los ataques, pero fue precisamente la diputada Adriana Dávila quien enrareció el ambiente; asentó que el Congreso y los partidos también tienen responsabilidad en la crisis; no hizo preguntas y tronó contra todos, contra gobiernos del PRI, al recordar crisis como la de 1994 y pasajes en los que presidentes como José López Portillo dijo que defendería el “peso como un perro” y “lloró en la tribuna”.
También se burló al recordar el dicho de Luis Echeverría Alvarez, ex presidente, de “arriba y adelante”, y con una sonrisa dijo que más bien fuimos “abajo y en reversa”. Aludió al Procampo, ante lo publicado por EL UNIVERSAL, en el sentido de que ex gobernadores y ex funcionarios del PRI que recibieron apoyos del programa.
Al PRD le criticó el caso de Rafael Acosta Juanito en Iztapalapa y dijo que el problema del país es que nadie asume su responsabilidad, debería haber “vergüenza”, dijo.
La participación provocó el malestar del diputado Adolfo Mota (PRI), quien recordó que era una comparecencia y no la defensa de un partido; Ricardo Monreal volvió a la carga, criticó la defensa de Dávila y dijo que en el Congreso “no han faltado los bufones o las bufonas” que se han dedicado a defender de oficio a los secretarios, y defendió su derecho a expresarse.
Consideró que participaciones como las de Dávila son un “disimulo y engaño” de quienes piensan quedar bien para el futuro.
Encuentro ríspido que atizó más el fuego la diputada Adriana Dávila (PAN), quien en lances desesperados por defender a uno de los hombres más cercanos al presidente Calderón encendió el ánimo de los priístas, perredistas y petistas.
El diputado Antonio Soto (PRD) advirtió que el ciudadano está enfadado con el gobierno federal y dijo que no existe una autoridad para cobrar impuestos; si no se generan empleos, hay pobreza, inseguridad y hambre, añadió.
Sin perder el control, Ruiz Mateos logró salir bien librado, no con la ayuda de su correligionaria Dávila, quien de plano contestó por él algunas preguntas, aunque con severas críticas a cuestas.
El primero en abrir fuego fue Ricardo Monreal, coordinador del PT en el Senado, quien acusó al funcionario de tener al país junto con Hacienda “al borde del precipicio”. Tundió: “No deberían continuar en su función, y por dignidad deberían separarse ante la incapacidad y la ineptitud que los caracteriza”. Vino el diputado perredista Juan N. Guerra, quien de plano le dijo que sus cifras le ponían de “mal humor”, pues no corresponden con la realidad.
Ruiz Mateos capoteó los ataques, pero fue precisamente la diputada Adriana Dávila quien enrareció el ambiente; asentó que el Congreso y los partidos también tienen responsabilidad en la crisis; no hizo preguntas y tronó contra todos, contra gobiernos del PRI, al recordar crisis como la de 1994 y pasajes en los que presidentes como José López Portillo dijo que defendería el “peso como un perro” y “lloró en la tribuna”.
También se burló al recordar el dicho de Luis Echeverría Alvarez, ex presidente, de “arriba y adelante”, y con una sonrisa dijo que más bien fuimos “abajo y en reversa”. Aludió al Procampo, ante lo publicado por EL UNIVERSAL, en el sentido de que ex gobernadores y ex funcionarios del PRI que recibieron apoyos del programa.
Al PRD le criticó el caso de Rafael Acosta Juanito en Iztapalapa y dijo que el problema del país es que nadie asume su responsabilidad, debería haber “vergüenza”, dijo.
La participación provocó el malestar del diputado Adolfo Mota (PRI), quien recordó que era una comparecencia y no la defensa de un partido; Ricardo Monreal volvió a la carga, criticó la defensa de Dávila y dijo que en el Congreso “no han faltado los bufones o las bufonas” que se han dedicado a defender de oficio a los secretarios, y defendió su derecho a expresarse.
Consideró que participaciones como las de Dávila son un “disimulo y engaño” de quienes piensan quedar bien para el futuro.
Ricardo Gómez y Jorge Ramos, El Universal, 29 de julio.
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