La Habana, 26 de julio. En un mensaje a la nación por la fiesta nacional, el presidente Raúl Castro anunció hoy un segundo recorte al gasto público, tras una “reducción significativa” de los ingresos en divisas, en una nueva señal de que la economía cubana está retrocediendo a uno de sus peores momentos en 15 años.
Desde la ciudad de Holguín, unos 743 kilómetros al este de aquí, Castro deploró que se haya hecho “poco” para cumplir una “prioridad estratégica” como la entrega de tierras en usufructo y confirmó la creación de la contraloría nacional, pero omitió referirse a su plan de “cambios estructurales y de conceptos” anunciado hace dos años.
Tampoco habló del sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), que estaba previsto para finales de 2009 y que ya será imposible convocar para esa época, según los estatutos.
En la principal fiesta del calendario político cubano, en memoria del primer hecho de armas de la revolución que triunfó hace medio siglo, Castro habló durante 35 minutos, en el que quizás haya sido el discurso más breve en esta fecha.
La brevedad y la parquedad del mensaje reflejan el estilo sobrio del presidente cubano, en contraste con la extensa oratoria de su hermano Fidel, quien hace tres años está alejado de actividades públicas por enfermedad.
Pero el tono crudo y escueto del mandatario también puede reflejar la estrechez de los márgenes en los que se mueve el gobierno, limitado por una crisis de liquidez con efectos en cadena.
El gobierno redujo en mayo su estimación del crecimiento para 2009 del 6 por ciento a un 2-2.5 por ciento. La Comisión Económica para América Latina la llevó al uno por ciento y dijo que “el país vuelve a enfrentar una situación tan adversa como la vivida durante el llamado ‘periodo especial’ de los años noventa”.
Aunque Cuba no ha dejado de crecer en los últimos 15 años, la tendencia acerca al país a los límites de la recesión, de la que había salido en 1994.
El gobierno redujo su gasto seis por ciento en el primer trimestre y esta semana precisará el segundo recorte, dijo Castro. El mandatario reconoció que persiste la crisis de liquidez en la economía, al citar una “reducción significativa” del ingreso por exportaciones y “restricciones adicionales para acceder a fuentes de financiamiento externo”.
No hay informes públicos sobre la balanza de pagos de 2008, pero es probable que esté en números rojos, impulsada por un aumento de las importaciones, principalmente de petróleo y alimentos, y la caída de los ingresos por la venta de níquel y el turismo.
A la falta de liquidez sobrevino una crisis bancaria, que ha paralizado las cuentas de proveedores extranjeros, quienes en parte han optado por frenar nuevos suministros hasta resolver su conflicto de pagos, generando así una espiral recesiva. El gobierno decidió además reducir 12 por ciento el consumo eléctrico, lo cual también implica caídas en la producción y los servicios.
Castro estimó que el reparto de tierras en usufructo, iniciado este año, “avanza a ritmo satisfactorio”, pero consideró que aún “es poco” el 39 por ciento (690 mil hectáreas) adjudicado a 82 mil campesinos. Advirtió que no pedía una distribución acelerada, sino más eficiente, como corresponde a “un tema de seguridad nacional”.
El presidente cubano reprochó el culto a la retórica oficial y reclamó, en cambio, más dedicación al trabajo: “No es cuestión de gritar ‘patria o muerte’, ‘abajo el impeialismo’, ‘el bloqueo nos golpea’ y la tierra ahí, esperando por nuestro sudor. A pesar de que los calores son cada vez mayores, no nos queda más remedio que hacerla producir”.
La vigencia de la ley
Fuera del reparto de tierras, Castro no se refirió a su propósito de “transformar concepciones y métodos”, que había anunciado hace dos años.
En cambio confirmó que el parlamento discutirá la próxima semana la creación de la contraloría, una entidad inspectora “que contribuirá a elevar la exigencia” en el cumplimiento de la ley.
La vigencia efectiva de la ley y el funcionamiento jerárquico de las instituciones han sido constantes en el discurso de Raúl Castro desde que asumió el mando interinamente en 2006.
En el video en el que se ha informado a militantes del PCC la destitución del vicepresidente Carlos Lage y otros altos funcionarios en marzo pasado, Raúl habla extensamente de la necesidad de respetar la Constitución y el orden jurídico, para que no imperen las órdenes discrecionales o el influyentismo, según testimonios de personas que han visto el material.
Congreso del PCC
Raúl Castro había anunciado el año pasado que el sexto congreso del PCC sesionaría a finales de 2009. Pero los estatutos exigen que la reunión tenga previamente un periodo de discusión de seis meses, por lo que ya no podrá cumplirse la meta.
El congreso es la máxima instancia de decisión del partido único y traza la estrategia nacional para el siguiente periodo. La última vez que sesionó fue en octubre de 1997 y tendría que haberse convocado en 2002, al ritmo de uno cada cinco años.
En los últimos tres congresos el debate excedió las filas de la militancia, para convertirse en una amplia deliberación nacional sobre la situación del país y su futuro.
En su discurso de este domingo, Castro no dio indicaciones si el evento sólo se ha pospuesto unos meses o ha vuelto a quedar suspendido indefinidamente.
Desde la ciudad de Holguín, unos 743 kilómetros al este de aquí, Castro deploró que se haya hecho “poco” para cumplir una “prioridad estratégica” como la entrega de tierras en usufructo y confirmó la creación de la contraloría nacional, pero omitió referirse a su plan de “cambios estructurales y de conceptos” anunciado hace dos años.
Tampoco habló del sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), que estaba previsto para finales de 2009 y que ya será imposible convocar para esa época, según los estatutos.
En la principal fiesta del calendario político cubano, en memoria del primer hecho de armas de la revolución que triunfó hace medio siglo, Castro habló durante 35 minutos, en el que quizás haya sido el discurso más breve en esta fecha.
La brevedad y la parquedad del mensaje reflejan el estilo sobrio del presidente cubano, en contraste con la extensa oratoria de su hermano Fidel, quien hace tres años está alejado de actividades públicas por enfermedad.
Pero el tono crudo y escueto del mandatario también puede reflejar la estrechez de los márgenes en los que se mueve el gobierno, limitado por una crisis de liquidez con efectos en cadena.
El gobierno redujo en mayo su estimación del crecimiento para 2009 del 6 por ciento a un 2-2.5 por ciento. La Comisión Económica para América Latina la llevó al uno por ciento y dijo que “el país vuelve a enfrentar una situación tan adversa como la vivida durante el llamado ‘periodo especial’ de los años noventa”.
Aunque Cuba no ha dejado de crecer en los últimos 15 años, la tendencia acerca al país a los límites de la recesión, de la que había salido en 1994.
El gobierno redujo su gasto seis por ciento en el primer trimestre y esta semana precisará el segundo recorte, dijo Castro. El mandatario reconoció que persiste la crisis de liquidez en la economía, al citar una “reducción significativa” del ingreso por exportaciones y “restricciones adicionales para acceder a fuentes de financiamiento externo”.
No hay informes públicos sobre la balanza de pagos de 2008, pero es probable que esté en números rojos, impulsada por un aumento de las importaciones, principalmente de petróleo y alimentos, y la caída de los ingresos por la venta de níquel y el turismo.
A la falta de liquidez sobrevino una crisis bancaria, que ha paralizado las cuentas de proveedores extranjeros, quienes en parte han optado por frenar nuevos suministros hasta resolver su conflicto de pagos, generando así una espiral recesiva. El gobierno decidió además reducir 12 por ciento el consumo eléctrico, lo cual también implica caídas en la producción y los servicios.
Castro estimó que el reparto de tierras en usufructo, iniciado este año, “avanza a ritmo satisfactorio”, pero consideró que aún “es poco” el 39 por ciento (690 mil hectáreas) adjudicado a 82 mil campesinos. Advirtió que no pedía una distribución acelerada, sino más eficiente, como corresponde a “un tema de seguridad nacional”.
El presidente cubano reprochó el culto a la retórica oficial y reclamó, en cambio, más dedicación al trabajo: “No es cuestión de gritar ‘patria o muerte’, ‘abajo el impeialismo’, ‘el bloqueo nos golpea’ y la tierra ahí, esperando por nuestro sudor. A pesar de que los calores son cada vez mayores, no nos queda más remedio que hacerla producir”.
La vigencia de la ley
Fuera del reparto de tierras, Castro no se refirió a su propósito de “transformar concepciones y métodos”, que había anunciado hace dos años.
En cambio confirmó que el parlamento discutirá la próxima semana la creación de la contraloría, una entidad inspectora “que contribuirá a elevar la exigencia” en el cumplimiento de la ley.
La vigencia efectiva de la ley y el funcionamiento jerárquico de las instituciones han sido constantes en el discurso de Raúl Castro desde que asumió el mando interinamente en 2006.
En el video en el que se ha informado a militantes del PCC la destitución del vicepresidente Carlos Lage y otros altos funcionarios en marzo pasado, Raúl habla extensamente de la necesidad de respetar la Constitución y el orden jurídico, para que no imperen las órdenes discrecionales o el influyentismo, según testimonios de personas que han visto el material.
Congreso del PCC
Raúl Castro había anunciado el año pasado que el sexto congreso del PCC sesionaría a finales de 2009. Pero los estatutos exigen que la reunión tenga previamente un periodo de discusión de seis meses, por lo que ya no podrá cumplirse la meta.
El congreso es la máxima instancia de decisión del partido único y traza la estrategia nacional para el siguiente periodo. La última vez que sesionó fue en octubre de 1997 y tendría que haberse convocado en 2002, al ritmo de uno cada cinco años.
En los últimos tres congresos el debate excedió las filas de la militancia, para convertirse en una amplia deliberación nacional sobre la situación del país y su futuro.
En su discurso de este domingo, Castro no dio indicaciones si el evento sólo se ha pospuesto unos meses o ha vuelto a quedar suspendido indefinidamente.
Gerardo Arreola, La Jornada, 27 de julio.
1 comentarios:
El gobierno redujo en mayo su estimación del crecimiento para 2009 del 6 por ciento a un por ciento. La Comisión Económica para América Latina la llevó al uno por ciento y dijo que el país vuelve a enfrentar una situación tan adversa como la vivida durante el llamado ‘periodo especial de los años noventa.
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