El gobierno de Suecia pidió explicaciones ayer a Venezuela sobre la incautación por el ejército colombiano a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) de armas suecas vendidas a Caracas, según denunció ayer el vicepresidente colombiano, Francisco Santos.
Jens Eriksson, consejero del ministerio sueco de Comercio, dijo ayer que “una pequeña cantidad” de armas suecas fue hallada “en un campamento de las FARC. Pedimos a los responsables del gobierno de Venezuela que nos diga cómo explica que este equipamiento haya sido hallado en Colombia”.
Según Eriksson, las armas habían sido vendidas a Venezuela.
La declaración del ministro Santos se hizo eco de otra que el domingo dio el presidente colombiano Álvaro Uribe, sin mencionar a algún país, pero afirmando que su gobierno ya había presentado la “queja a través de los canales diplomáticos a los respectivos” países, en alusión a Suecia y Venezuela.
En respuesta, el ministro venezolano del Interior, Tareck El Aissami, desestimó las denuncias y afirmó que se trata de una “nueva arremetida” contra su país, mientras que su canciller Nicolás Maduro dijo que con ello se trata de “justificar” el nuevo acuerdo militar que negocian Bogotá y Washington.
El presidente Álvaro Uribe, que hoy se reunirá con el canciller israelí Avigdor Lieberman, en gira por Sudamérica para involucrar a la región en su lucha contra Irán, volvió ayer sobre el tema y tras afirmar que las FARC “ahora están buscando comprar unos artefactos tierra-aire para atentar contra nuestros aviones”, pidió ayuda a la comunidad internacional para impedirlo. Las revelaciones elevan la tensión entre Bogotá y Caracas, enfrentados por las “operaciones antidrogas y contra el terrorismo” que EU planea realizar desde bases colombianas, para suplir la base de EU en Manta, Ecuador, cerrada la semana pasada por el gobierno de Rafael Correa.
Tomas Samuelsson, director de Saab Bofors Dynamics, filial del grupo sueco Saab AB, lamentó ayer ante la prensa la suerte de las armas: “Siempre es fastidioso cuando sucede”, dijo.
En tanto, el presidente Correa lanzó advirtió a Colombia que “si nos agrede nuevamente la respuesta será militar. Yo no permitiré un ultraje al territorio patrio como el que ocurrió el 1 de marzo de 2008”, dijo Correa en entrevista con la TV de Ecuador, en alusión al ataque contra una base de las FARC donde murieron 25 personas, incluido Raúl Reyes, el entonces número dos de esa guerrilla.
Correa endureció su discurso tras una semana de controversia por la difusión en Colombia de un video en que un líder de las FARC habla de “una ayuda en dólares a la campaña de Correa” en 2006. Frente a ello, Correa exigió ayer a las FARC que afirmen o nieguen esa versión.
Grupo de Tuxtla
La preparación para la cumbre del grupo de Tuxtla, que hoy reunirá a los presidentes de Centroamérica, Colombia y México, comenzó ayer en Guanacaste, Costa Rica, con una agenda marcada por la crisis de Honduras.
El secretario de la OEA, José Miguel Insulza, acudirá al cónclave, pero el depuesto mandatario hondureño Manuel Zelaya dijo que permanecerá en la frontera con Nicaragua.
Jens Eriksson, consejero del ministerio sueco de Comercio, dijo ayer que “una pequeña cantidad” de armas suecas fue hallada “en un campamento de las FARC. Pedimos a los responsables del gobierno de Venezuela que nos diga cómo explica que este equipamiento haya sido hallado en Colombia”.
Según Eriksson, las armas habían sido vendidas a Venezuela.
La declaración del ministro Santos se hizo eco de otra que el domingo dio el presidente colombiano Álvaro Uribe, sin mencionar a algún país, pero afirmando que su gobierno ya había presentado la “queja a través de los canales diplomáticos a los respectivos” países, en alusión a Suecia y Venezuela.
En respuesta, el ministro venezolano del Interior, Tareck El Aissami, desestimó las denuncias y afirmó que se trata de una “nueva arremetida” contra su país, mientras que su canciller Nicolás Maduro dijo que con ello se trata de “justificar” el nuevo acuerdo militar que negocian Bogotá y Washington.
El presidente Álvaro Uribe, que hoy se reunirá con el canciller israelí Avigdor Lieberman, en gira por Sudamérica para involucrar a la región en su lucha contra Irán, volvió ayer sobre el tema y tras afirmar que las FARC “ahora están buscando comprar unos artefactos tierra-aire para atentar contra nuestros aviones”, pidió ayuda a la comunidad internacional para impedirlo. Las revelaciones elevan la tensión entre Bogotá y Caracas, enfrentados por las “operaciones antidrogas y contra el terrorismo” que EU planea realizar desde bases colombianas, para suplir la base de EU en Manta, Ecuador, cerrada la semana pasada por el gobierno de Rafael Correa.
Tomas Samuelsson, director de Saab Bofors Dynamics, filial del grupo sueco Saab AB, lamentó ayer ante la prensa la suerte de las armas: “Siempre es fastidioso cuando sucede”, dijo.
En tanto, el presidente Correa lanzó advirtió a Colombia que “si nos agrede nuevamente la respuesta será militar. Yo no permitiré un ultraje al territorio patrio como el que ocurrió el 1 de marzo de 2008”, dijo Correa en entrevista con la TV de Ecuador, en alusión al ataque contra una base de las FARC donde murieron 25 personas, incluido Raúl Reyes, el entonces número dos de esa guerrilla.
Correa endureció su discurso tras una semana de controversia por la difusión en Colombia de un video en que un líder de las FARC habla de “una ayuda en dólares a la campaña de Correa” en 2006. Frente a ello, Correa exigió ayer a las FARC que afirmen o nieguen esa versión.
Grupo de Tuxtla
La preparación para la cumbre del grupo de Tuxtla, que hoy reunirá a los presidentes de Centroamérica, Colombia y México, comenzó ayer en Guanacaste, Costa Rica, con una agenda marcada por la crisis de Honduras.
El secretario de la OEA, José Miguel Insulza, acudirá al cónclave, pero el depuesto mandatario hondureño Manuel Zelaya dijo que permanecerá en la frontera con Nicaragua.
Agencias en Caracas, Milenio, 28 de julio.
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