Peña Nieto reconcilia a Paredes y a Gutiérrez

Fue una tarde de reconciliaciones y desencuentros. Los militantes priistas en el Distrito Federal finalmente extendieron una tensa tregua: Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre y Beatriz Paredes se concentraron en el Palacio de los Deportes sin que hubiera una rechifla para ninguno.

A causa de las disputas políticas, fue un evento de reconocimiento a la estructura priista.

Tampoco hubo ovaciones para la tlaxcalteca, a quien no le movió el ánimo y decidió reconocer al candidato a la presidencia del PRI, Enrique Peña Nieto, e incluso citó a Gutiérrez de la Torre en su discurso.

Los militantes capitalinos no gozaron de la toma de protesta de la estructura, como en todos los demás estados, debido a que sus rencillas políticas aún no
concluyen.

Sin embargo, no fue obstáculo para llenar el Palacio de los Deportes con poco más de 16 mil personas que incluían desde integrantes de la estructura juvenil, club de fans, agremiados de Alejandra Barrios y hasta contingentes del Estado de México, por aquello de evitar el vacío.

Se buscó que limaran asperezas, pero la diferencia en el trato terminó por dejarlas casi igual, pero con apretón de manos al final del evento.

Beatriz Paredes, virtual candidata al gobierno del Distrito Federal gozó de las atenciones del candidato presidencial, Enrique Peña Nieto, desde una invitación para arribar a la casa de campaña y de ahí al acto, acompañada del coordinador de campaña, Luis Videgaray, y siempre junto al mexiquense, que incluyó un lugar de honor en el presídium y un turno al micrófono.

También el diputado federal Cuauhtémoc de la Torre tuvo su espacio para un discurso que fue incómodo para más de uno del séquito del presidenciable.

Desde el reproche por “la incomprensión, la exclusión del propio partido” hasta una referencia en doble sentido para responder a Ernesto Cordero, hizo moverse en la silla más de una vez al equipo Enrique Peña.

Sin embargo, no hubo mayores roces y el diputado federal entregó sin condiciones su apoyo para la campaña de Peña.

Cuando parecía que las confrontaciones habían sido suficientes para un día, el presidente del PRI Pedro Joaquín Coldwell decidió abrir un frente y atacó a Andrés Manuel López Obrador, a quien calificó como falso y cuestionó la veracidad de su cambio de discurso.

“Los mexicanos no queremos que nos dirija un delirante que cambia de visión cada vez que le conviene, ni tampoco queremos sumar otros seis a los 12 años de fracaso de los gobiernos de la derecha”, manifestó en una de las frases más notorias de un discurso breve.

Terminó el acto con una ovación extraña que sólo incluía a Enrique Peña y a Cuauhtémoc Gutiérrez, como si carecieran de información de sus estructuras, el resto del cuadro priista se conformó con aplausos sin ovaciones, que sonaban a desconocimiento.

México • Miriam Castillo, Milenio, 6 de febrero.