El gobierno y los partidos políticos han dejado claro que durante este año habrán de discutir modificaciones al marco jurídico de la industria petrolera nacional y si bien el Pacto por México es un buen punto de partida para que se convierta en un motor de crecimiento económico es necesario que los involucrados construyan definiciones concretas que superen las generalidades que contiene el acuerdo, dice, Arturo Carraza Guereca, especialista del sector energético.
“Se necesita que el gobierno y cada uno de los partidos políticos expliquen cómo planean atraer inversión al sector energético cuando en el mismo pacto se establece la intención de conservar la totalidad de la producción de hidrocarburos bajo propiedad de la Nación”, señala.
El especialista de Solana Consultores, señala que depende del resultado al que se llegue deben evitar que el Pacto por México sea una limitante para que las empresas petroleras inviertan.
“Para evitar restricciones, el planteamiento final tendría que incluir los incentivos necesarios para que las grandes compañías de energía participen en los proyectos de exploración y producción de hidrocarburos. El reto es mayúsculo toda vez que es en esta parte de la cadena de la industria donde se suelen realizar las inversiones más cuantiosas”, señala.
Es necesario que los actores involucrados revelen la forma en que buscan convertir a Pemex en una empresa pública de carácter productivo. Este compromiso es esencial para fortalecer a la empresa su implantación significa trastocar intereses que confluyen hacia el interior del Consejo de Administración y en gran parte de su estructura administrativa.
“Involucra, además, una serie de ajustes para rescatar a Pemex de las manos de la Secretaría de Hacienda. ¿Estarán dispuestos los funcionarios de Hacienda a dejar de controlar y ejercer los cuantiosos recursos que la paraestatal paga en forma de impuestos?”, señala.
Luis Carriles, El Universal, 7 de febrero.
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