Rechaza tabasqueño "sentarse" con la CNTE

La maestra saca la cabeza de su tienda de campaña. “¿Qué quiere?”, dice. “¿Va al mitin de López Obrador?”, se le pregunta. “No”, responde y regresa a su improvisado hogar en el Zócalo de la ciudad de México.

La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación no cedió la plaza a Andrés Manuel López Obrador, cuyos negociadores todavía intentaron hasta el sábado que les abrieran espacio. “Al final pidieron sentar a López Obrador con la dirigencia de la Coordinadora. Andrés dijo ‘no, pero los respetamos’”, según integrantes del equipo del ex candidato presidencial. Se acabó la negociación.

Por eso, la noche del sábado los coordinadores deMorena en los estados recibieron la instrucción: será en la Avenida Juárez. Los maestros, por su parte, marcharon a la misma hora por Reforma hasta el Ángel de la Independencia. 

El frío cala en el ambiente, pero no llueve. En el cielo sobrevuelan helicópteros de Seguridad Pública capitalina, a quienes “llovían” mentadas desde tierra. 

Algunos llegan con abrigo o bufanda al templete. Son los de siempre, entre ellos José Agustín Ortiz Pinchetti, la escritora Elena Poniatowska, el periodista Carlos Payán, el productor Epigmenio Ibarra. 

Yeidckol Polevnsky, Javier Jiménez Espriú, el diputado Ricardo Monreal y su hermano el senador David Monreal, Manuel Bartlett, Porfirio Muñoz Ledo, el dirigente del Partido del Trabajo, Alberto Anaya, quien declara que “es un problema de egos” que no se vea aquí al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, quien sí marchó una semana antes con organizaciones sociales.

“Por el bien de la nación, la izquierda unida. ¡Unidad, unidad, unidad!”, reza un cartelón que porta un hombre oriundo de Michoacán. Pero no. No hay unidad. Y así van en contra de las reformas energética y la hacendaria. 

Ni pensar en que Jesús Zambrano, presidente nacional del PRD, estuviera a lado de López Obrador. Menos Jesús Ortega, de Nueva Izquierda y artífice del Pacto por México. Llevan años peleados los chuchos con AMLO. 

“Zambrano nos pidió que no viniéramos, pero mira, aquí están Alejandro Encinas y el senador Mario Delgado. Además, del DF está participando mucho perredista de base, porque siguen a Andrés”, dice la diputada del PRD Ariadna Montiel, al pie del templete, fiel a su líder. 

Claudia Sheinbaum abre los discursos. Le sigue el actor Damián Alcázar, a quien gritan “Damián, hay que acabar con este infierno”. El líder formal del Movimiento Regeneración Nacional, Martí Batres, es el tercero en la voz. 

Es el arranque de la resistencia de López Obrador, pero sin hundir el acelerador… por ahora. Quizá por eso sus seguidores le espetan en coro el famoso “hoy, hoy, hoy” de Vicente Fox cuando dice que hasta dentro de 15 días marcharán —ahora sí— del Ángel de la Independencia al Zócalo. “Esto es apenas el inicio”, les anticipa López Obrador a los miles que congregó en la avenida Juárez el Movimiento de Regeneración Nacional. 

Desde Twitter, Ortega arremete contra López Obrador. “Y aparte de otra marcha, ¿cuáles son las propuestas innovadoras para una nueva política hacendaria y energética para el país?”. 

Cárdenas por su lado. El PRD en el Pacto. La CNTE en su ruta. Andrés Manuel toma así su propio camino, aunque apela a otros aliados, los que espera se vean afectados por la reforma hacendaria. “Debe convencerse y llamar a participar en la movilización ciudadana pacífica a integrantes de las clases medias y del sector empresarial que también, sin ninguna duda, resultarán afectados”, lanza. 

En 40 minutos, López Obrador toma el parecer a su asamblea a mano alzada. Todos votan a favor de su plan de acción que incluye movilización pacífica y no cubrirse el rostro a quienes participen para evitar, arguye, la infiltración de los violentos desde el gobierno.

Lejos de ahí, la maestra de Etla, Oaxaca, ha vuelto a su tienda en el Zócalo, tras haber participado en la marcha de la CNTE al Ángel.

Jorge Ramos, El Universal, 9 de septiembre.