LA REFORMA FISCAL: ACTORES Y ESCENARIOS, 2ª PARTE. 13.- LOS EMPRESARIOS ANTE LA CETU.

Mencionar que el tema fue objeto de 92 comentarios por sí solo da cuenta de que es uno de los más abordados al interior de las negociaciones de la reforma fiscal. Incluye las dudas de que la CETU sea aceptada en los convenios internacionales para evitar la doble tributación; sus propósitos además de la recaudación; sus ventajas, entre las que destaca la columna “Agenda Confidencial” de Luis Soto correspondiente al jueves 5 de julio. Asimismo, buena parte de los comentarios se relacionan con la posible incompatibilidad del nuevo impuesto con la filantropía y, a propósito, las reuniones que diversos organismos empresariales sostuvieron con el Presidente Felipe Calderón. También se incluyen comentarios a propósito de la visita de José Luis Rodríguez Zapatero, quien externó a su homólogo la preocupación de los inversionistas españoles ante la CETU. Asimismo se da cuenta de las negociaciones de los organismos empresariales para reducir el porcentaje a 12% del 19% que se planteaba originalmente. Por último, se habla de los sectores empresariales afectados, como los vales de despensa que, por sus características, repercutirán en los contribuyentes.

Obviamente, el ingeniero Rangel Domene no se refirió a los beneficios mencionados. Se concretó a decirle al presidente de la República que: "En términos generales parece que la propuesta es viable y tiene muchos méritos al eliminar regímenes de excepción, combatir la evasión y la informalidad e introducir la idea de un impuesto único (la CETU), similar a un flat tax que posteriormente ayude a simplificar nuestro complejo régimen fiscal..." El empleado de los banqueros españoles le informó al presidente Calderón que en los próximos días el gremio trabajará estrechamente con la Secretaría de Hacienda para plantear algunas preocupaciones sobre la iniciativa y propuestas para enriquecerla mediante el diálogo constructivo.
No faltan quienes afirman que el apoyo incondicional de los dueños de Bancomer y de otras instituciones bancarias al presidente Calderón y a sus reformas, "es de dientes para afuera". Y es que la misma autoridad hacendaria les ha dejado entrever que "podría negociarse tratamiento más favorable para los grupos financieros que consolidan". ¡Uf, qué respiro!
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 2 de julio.

Algunos expertos en materia fiscal hacen un llamado a los legisladores que analizan las iniciativas de reformas fiscales para su aprobación -ya sea corregidas y aumentadas... para que "le agarren la palabra" a los banqueros y empresarios, y no den ni un paso atrás en la CETU, pues es la única forma de hacer que aquéllos dejen de pagar cantidades irrisorias de impuestos y sigan gozando de privilegios fiscales.
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 2 de julio.

Hay quienes están tratando de generar una confusión en torno a declaraciones de algunos representantes de iniciativa privada como Héctor Rangel Domene, presidente del consejo de Bancomer y director del CEESP, y la visión que tienen sobre la reforma hacendaria y el gobierno de Felipe Calderón.
Quienes creen que están molestos o se sienten defraudados cometen el error de considerar que la iniciativa privada estaba tratando de comprar privilegios cuando apoyó al hoy Presidente. Su preocupación fundamental era la viabilidad del país.
Ciertamente tienen preocupaciones y puntos de vista en torno a lo que debería tener la reforma hacendaria (evidentemente incluir IVA en alimentos y medicinas es una de las mejores opciones) y cómo les afectará el CETU, pero de ahí a decir que se sienten sorprendidos o engañados existe una gran distancia.
La IP sabe bien la pertinencia de esta propuesta, pero también hay un largo camino entre haber estado a favor de Calderón y darle un cheque en blanco. La única manera de lograr una propuesta hacendaria correcta es escuchar todas las voces sin descalificarlas.
David Páramo, “Personajes de renombre”, Excélsior, 3 de julio.

Encendidos los focos rojos por los expertos ante lo que se calificó de “formidable laguna” en la propuesta fiscal: la imposibilidad de que se acepte el CETU (Contribución Empresarial a Tasa Única) en los convenios internacionales para evitar la doble tributación, el subsecretario de Ingresos de Hacienda, Fernando Sánchez Ugarte, viajó a Washington para intentar convencer a sus homólogos.
La misión resultó infructuosa: Nosotros, le dijeron, sólo validamos contribuciones al Impuesto sobre la Renta.
En el intermedio, la dependencia se anotó dos reveses más al rechazar el tributo como alternativa para sustituir el Impuesto al Activo primero Canacintra y más tarde la Concanaco.
La exposición de motivos señala una sola razón: la imposibilidad de deducir para efectos del cálculo el costo de la nómina. / Y aunque estaría descartado que la Secretaría de Hacienda, levante la propuesta de la mesa, se está ya cabildeando para que los panistas y los priístas lo hagan por ella.
Se tambalea, pues, el CETU.
Alberto Barranco, “Empresa”, El Universal, 3 de julio

Para aclarar mucho de lo que se ha señalado en fechas recientes en torno a la reforma fiscal, estuvo en La Entrevista con Sarmiento el coordinador de asesores del secretario de Hacienda, José Antonio Meade. Como se esperaba, uno de los temas que acaparó las preguntas de Sergio Sarmiento fue el impacto que tendrá la Contribución Empresarial a Tasa Única (CETU). Pues bien, Meade detalló que ese gravamen, de aprobarse, pretende, entre otras cosas, definir una base que ayude a la autoridad fiscal a determinar cuál es el valor de la producción de una empresa, cuál es la capacidad de generar valor y sus alcances para el pago de impuestos. Por lo que toca a la base de cálculo de la CETU, donde ha habido críticas por el hecho que no podrá deducirse la nómina, Meade puntualizó que ahora las empresas podrán deducir compras, arrendamientos y la prestación de servicios que contratan con otras empresas, lo que se espera abra espacios para evitar una carga tributaria que pudiera resultar excesiva.
Rogelio Varela, “Corporativo”, El Financiero, 4 de julio.

Para todos aquellos dirigentes políticos y empresariales; banqueros, industriales, legisladores, consultores fiscales, gobernadores, analistas y hasta charlatanes que por ignorancia, conveniencia, "mala leche", estulticia, o algún otro motivo se han dedicado a cuestionar una de las principales iniciativas de la reforma fiscal que propuso el Ejecutivo al Congreso de la Unión, el subsecretario de Ingresos de la Secretaría de Hacienda, Fernando Sánchez Ugarte, preparó una presentación impecable, contundente y convincente sobre el impuesto denominado Contribución Empresarial a Tasa Única (CETU).
Después de escuchar la explicación del subsecretario Sánchez Ugarte, principal promotor de la CETU, hasta los más escépticos han reconocido que es el mejor instrumento para obligar a que quienes ganen más billete paguen más impuestos, y evitar que "al contribuyente más flaco" se le carguen más impuestos. Los puntos básicos de la mencionada exposición son:
Favorece la inversión y la productividad.
El tratamiento que se da a la inversión constituye un aliciente innegable a la inversión y al incremento de la productividad de la mano de obra.
Al permitirse la deducción inmediata y total de la adquisición de bienes del activo fijo y de los inventarios se logra eliminar la afectación del impuesto sobre la rentabilidad de la inversión. Es decir, que con este gravamen se alcanza el resultado paradójico de que la tasa efectiva sobre la rentabilidad de la inversión se vuelve igual a cero. La aplicación de este procedimiento es equivalente, desde el punto de vista de los incentivos sobre la inversión no desde el punto de vista recaudatorio, a una exención total sobre los rendimientos de la inversión.
Este impuesto, a pesar de que deja libres de gravamen a los rendimientos "normales" de la inversión grava de manera eficaz las rentas económicas, las ganancias monopólicas y los rendimientos extranormales.
Favorece la creación de empleos.
El nuevo impuesto crea las condiciones para promover la competitividad de las empresas nacionales y favorece la ampliación de la planta productiva, lo que redunda en creación de empleos mejor remunerados.
Se establecen en el nuevo gravamen diversos estímulos a la generación de fuentes de trabajo orientados, asimismo, a proteger el salario de los trabajadores, sobre todo los de menores ingresos, en particular, este nuevo impuesto contiene tres disposiciones que dan este efecto:
Se hace extensivo a la CETU el beneficio del Crédito al Salario aplicable en el ISR.
Se establece un Crédito al Empleo, que beneficiará a aquellos trabajadores que reciben entre uno y 4.8 veces el salario mínimo.
Se permite acreditar contra la CETU el total de ISR retenido por la empresa por concepto de sueldos y salarios.
¿Pagan más las empresas cumplidas con la CETU?
Las empresas cumplidas seguirán pagando lo mismo, pues la carga fiscal del nuevo impuesto es equivalente al que se paga actualmente por concepto del ISR, sumando tanto la contribución de las empresas como el impuesto que es retenido por éstas por distintos conceptos gravados.
¿Pagarán más los asalariados?
La CETU no representa carga fiscal adicional respecto de lo que este sector contribuye actualmente en el ISR.
A pesar de que los sueldos y salarios no se deducen de la base del impuesto existen tres tipos de crédito fiscal que garantizan que la carga fiscal sobre este sector no se vea incrementada.
La CETU reconoce el subsidio para el empleo (antes Crédito al Salario), lo que implica trasladar a este nuevo gravamen el beneficio que contempla el Impuesto sobre la Renta para los trabajadores de menores ingresos. Esto equivale a que para efectos de la CETU se otorgue un crédito fiscal equivalente al 0.4 por ciento del PIB.
La iniciativa contempla adicionalmente un crédito al empleo aplicable al pago de la CETU, para los trabajadores de hasta 4.8 veces el salario mínimo. Este subsidio beneficia preferentemente a los trabajadores de menores ingresos y representa un crédito adicional contra el pago de la CETU cuyo costo es de 0.4 por ciento del PIB.
Finalmente las empresas podrán acreditar todas las retenciones que efectivamente hayan enterado por concepto del Impuesto sobre la Renta retenido a sus trabajadores, lo que representa un costo de 2.1 por ciento del PIB.
¿De dónde proviene la recaudación de la CETU?
Hoy en día, el presupuesto de gastos fiscales del ISR asciende a 3.3 por ciento del PIB, por otro lado, el ITAM estima que la evasión en el ISR asciende a 2.1 por ciento del PIB, por lo que sumando estos dos conceptos se estima que la erosión en la recaudación del ISR es del orden del 5.4 por ciento del PIB.
La recaudación de la CETU va a provenir precisamente de reducir el costo fiscal de los tratamientos preferenciales y de reducir la evasión.
¿Por qué la CETU y no el IVA?
El gobierno deja de recaudar 5.4 por ciento del PIB en el ISR, por concepto de tratamientos preferenciales (3.3 por ciento) y de evasión (2.1 por ciento). / Por su parte, esta brecha fiscal en el IVA es de 2.8 por ciento del PIB, la que se explica por la pérdida recaudatoria de 1.9 por ciento del PIB por tratamientos preferenciales y de 0.9 por ciento del PIB por evasión. / Se consideró, por lo tanto, como de mayor urgencia atacar primero el problema mayor, por lo que los esfuerzos se dirigieron a reducir la brecha fiscal en materia del ISR. / Quienes tengan dudas o deseen conocer más detalles de la CETU, pregúntenle al doctor Sánchez Ugarte.
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 5 de julio.

¿La CETU es incompatible con la filantropía?
No es culpa de ustedes, diría Felipillo santo. Mandatario, la pobreza se ha agravado y eso es responsabilidad de la sociedad entera y del gobierno. Después de todo, labran ese campo cristianos viejos de la talla de Lorenzo Servitje, Gerardo Bours Castelo, Fernando Chico Pardo, Markos Achar, Miguel Mancera Aguayo, Juan Gallardo Thurlow y Pedro Aspe Armella. Aspe el del pactismo, la apertura salinista, el reformador que fue a la cátedra y volvió a la asesoría financiera para decir ante los expectantes clientes, incluido el flamante jefe de Gobierno del Distrito Federal: "Decíamos ayer...". El presidente Calderón les agradeció su entrega a la virtud teologal de la caridad. Pero bajo el sayo franciscano asomaba el morral para los capitales acumulados
León García Soler, “A la mitad del foro”, La Jornada, 8 de julio.

La historia es muy simple: la semana pasada a través del Centro Mexicano de Estudios para la Filantropía, primero y la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural, (Lorenzo Servitje) después, algunos de los hombres del dinero (notables por su presencia en la campaña electoral) se quejaron en público y en privado por cómo la nueva legislación fiscal elude el asunto de sus deducibles donativos y por tanto lesiona la parte lucidora de sus empresas.
En las actuales condiciones quienes donan a instituciones acreditadas por Hacienda bajo el caritativo rubro del altruismo pueden deducir los óbolos del Impuesto Sobre la Renta, pues a fin de cuentas —dicen—, es dinero gastado. En la piadosa salvación de su conciencia y su alma, pero echado fuera de la bolsa bajo un supuesto falso de toda falsedad: le estamos aligerando la carga de asistencia social al gobierno. Si no lo hace él, lo hacemos nosotros y le damos la vuelta al impuesto.
Pero la ley de la CETU (artículo 5) no incluye a los donativos como materia deducible y esa fue la causa de la airada queja. Pero también de la contundente respuesta.
Rafael Cardona, “El cristalazo”, Crónica, 8 de julio.

No echó mano al mecate para arrojar del templo a mercaderes, ni habló de dar al César lo que es del César. Pero reverdeció la higuera y el titular del Ejecutivo en este Estado laico recordó a los ricos que es más fácil que un camello pase por el hoyo de una aguja a que un pobre deje de serlo por obra de la caridad o la filantropía. De la reforma fiscal hablaba con los de la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural. Nada de ¡campesinos de América uníos!, ni de que la tierra es de quien la trabaja. Eso ya era pecado populista durante el priato tardío. Los caritativos señores del desarrollo rural llevan 40 años de labor filantrópica en el campo y lo único que crece es la pobreza
León García Soler, “A la mitad del foro”, La Jornada, 8 de julio.

Pero la ley de la CETU (artículo 5) no incluye a los donativos como materia deducible y esa fue la causa de la airada queja. Pero también de la contundente respuesta.
Con ese motivo, con la (falsa) caridad por delante, le espetaron sus reclamos al Presidente a través de un caballero llamado Alberto Castelazo, quien no es sino un testaferro de don Lorenzo el Magnífico.
“Hoy se cierne la sombra de la reforma tributaria que amenaza con afectar la deducibilidad de las aportaciones efectuadas a las organizaciones filantrópicas”, dijo el empleado del Osito Bimbo.
Pero Calderón les ha regalado una sopa de su propio chocolate y les ha dicho con sencillez y en recordatorio de la graduación de las virtudes, les recordó las teologales y las cardinales: “la caridad, la fe y la esperanza (teologales) sólo cobran sentido si antes se cumple, con la prudencia, la templanza, la fortaleza y, sobre todo, la justicia (cardinales).
“Es ahora cuando tenemos que revertir la desigualdad, y no lo vamos a hacer, perdónenme ustedes, únicamente con acciones filantrópicas”.
“Yo le digo a la sociedad mexicana entera que no hay caridad sin justicia, y que lo que México necesita ahora es encabezar una cruzada enorme por la justicia que está olvidada, y tenemos que hacerlo antes de que sea demasiado tarde... requiere construir infraestructura en áreas rurales, requiere hacer los caminos rurales antes de que sigan desmoronándose sobre los campesinos más pobres, como ocurrió esta misma semana en Puebla”. Nada más les dijo.
Rafael Cardona, “El cristalazo”, 8 de julio.

Y el temor al recaudador fiscal, sin aprecio al oficio de uno de los 12 apóstoles, y de Paulo de Tarso antes de ver la luz camino de Damasco. El CETU, la propuesta contribución empresarial a tasa única, no considera deducibles las donaciones, las caritativas aportaciones de personas morales y físicas a las organizaciones filantrópicas. La caridad empieza en casa, en la preservación y acumulación de capitales propios. Si no es deducible se diluirá, desaparecerá la virtuosa voluntad de ayudar al prójimo. De ahí que en lenguaje religioso les dijera Felipe Calderón que la virtud teologal no ha resuelto el dilema y se ha agravado la multiplicación de la pobreza. Que para eso hay gobierno, y para hacer frente a esa responsabilidad hay que recaudar más y destinar más a las obras materiales
León García Soler, “A la mitad del foro”, La Jornada, 8 de julio.

Quizás para los píos oídos de Servijte y socios de la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural, una forma de organización rural cuyos beneficios finales le vienen a caer encima a sus propios promotores, estas expresiones del Presidente; esta expresión contra la desigualdad, sea materia de exorcismo pues ya les anda hablando como un comunistoide cualquiera.
¡Válgame Dios! ¿Adónde vamos a llegar si ahora la caridad nos va a costar a nosotros los caritativos y no al fisco? “Pero mientras son manzanas fiscales o peras filantrópicas, ya era tiempo de poner a estos señores en su sitio pues ya sabemos la verdadera etiología de sus acciones bienhechoras: quedar bien entre ellos, intercambiarse los dineros fiscales entre sí ya sea con programas de goles por la salud o el trasplante; becas o fabulosos teletones, o cosas de esas mientras la realidad generadora de desigualdades, concentración del ingreso en pocas manos, injusticia social y demás provechos del capitalismo, siguen exactamente iguales.
Rafael Cardona, “El cristalazo”, 8 de julio.

Baste recordar cómo recogió la prensa de sociales la cena en el restaurante del Lago hace unos meses, “ad majorem gloria” de don Lorenzo Servitje (promotor de la candidatura de Alberto Cárdenas en contra de Felipe Calderón, por cierto) y fundador de la ya dicha fundación para el desarrollo rural:
“La ceremonia de reconocimiento fue encabezada por Don Lorenzo Servitje Sendra, Presidente Honorario Vitalicio de la FMDR. Al evento asistieron distinguidas personalidades del tercer sector comprometidas con la inclusión de millares de campesinos pobres (quienes no cupieron en la cena, pero se las platicaron) al desarrollo integral del país. El Presidente de la FMDR, Alberto Castelazo y López, agradeció a Comercial Mexicana su valioso donativo al proyecto EDUCAMPO.
Y para lograr una idea, así sea superficial y aproximada al credo del Gran Gansito, veamos este texto de “Istmo en línea”. No tiene desperdicio.
“La pregunta equivocada es «qué hacemos con los pobres». No podemos hacer nada con ellos, porque no son objetos (como diría el chino, ¡Ah! Chin Gao). Lorenzo Servitje replantea la cuestión: ¿qué puede hacer cada cual, gobiernos, empresarios, ciudadanos, para ayudar a los pobres a salir adelante? No llegaron solos a esa situación, coadyuvaron injusticias, egoísmo, atropellos, desigualdad en la repartición de bienes, exclusión… Romper las estructuras opresoras depende de todos…”.
Rafael Cardona, “El cristalazo”, 8 de julio.

Quienes promueven y defienden la "Reforma hacendaria por los que menos tienen", empezando por el presidente de la República, deberían ser un poquito más cuidadosos en sus declaraciones sobre algunas de las iniciativas de reforma que enviaron al Congreso de la Unión para no crear "falsas expectativas", alimentar la confusión, entorpecer las negociaciones y poner en riesgo su aprobación.
La semana pasada presenciamos lo que bien podría calificarse como la "escalada de los cupuleros" en contra de la mencionada reforma, encabezada por el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Armando Paredes Arroyo, quien le envió al presidente de la República el siguiente mensaje: El sector privado no dará "un cheque en blanco" al gobierno en su iniciativa de reforma fiscal. Al gremio de los "ricardos" no le gusta la CETU (tasa única de contribución empresarial), porque el 16 por ciento que se pretende cobrar de impuestos de entrada y después el 19 por ciento, es muy alto. Y no es justo, no es justo, señor presidente, que las "conquistas tributarias" que durante años hemos ganado con el "sudor de la frente" (los cochupos, apoyos a campañas políticas, etcétera), quieran "quitárnoslas de un plumazo", quiso decir el señor Paredes. ¡Antes pagábamos el 2 por ciento! Reclamó.
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 9 de julio.

A la presión del dirigente del CCE siguió la del presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, Claudio X. González, quien pidió un descuento en la CETU: que en vez del 19 por ciento paguen el 12 por ciento. "Van a decir (el presidente y los de Hacienda) que somos medio cínicos", también quiso decir el señor González, pero la tasa del 19 es "demasiado alta".
Del lado de los "cupuleros" se puso el presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, Jorge Estefan Chidiac, priista, por cierto, quien adelantó que cuando la CETU entre al "quirófano legislativo" van a extirparle algunas cosas que son dañinas. Por su parte, el subsecretario de Ingresos de la Secretaría de Hacienda, Fernando Sánchez Ugarte, advirtió que si "operan a la CETU" van a quitarle el encanto. "Se volverá a lo mismo, entonces, en la medida que empecemos a ponerle exenciones, excepciones, tratamientos específicos o preferenciales, pues terminaremos con lo mismo. Para que sea eficaz debe mantenerse el concepto de un impuesto de base amplia, de tasas reducidas, que todo mundo sea parejo, que todo mundo pague igual". Y tiene razón el doctor, quien es el experto en este delicado tema.
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 9 de julio.

Luego de un encuentro con miembros de la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural, el presidente de esa organización (que apoya a los campesinos), Alberto Castelazo, criticó la propuesta de reforma hacendaria, la cual no permite deducir las aportaciones a los grupos filantrópicos.
"Hoy se cierne la sombra de la reforma tributaria que amenaza con afectar la deducibilidad de las aportaciones efectuadas a las organizaciones filantrópicas", se quejó.
"Es ahora cuando tenemos que revertir la desigualdad, y no lo vamos a hacer, perdónenme ustedes, únicamente con acciones filantrópicas", reviró el presidente Calderón en su mensaje...
Um, dicen, ¿lo oíste tú, mi Carlos (Slim)?, reflexionan...
Eva Makívar, “La creme de la creme”, El Financiero, 9 de julio.

El viernes, sin embargo, el presiente Felipe Calderón pronunció un discurso en el que primero "puso como lazo de cochino" a los integrantes de la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural AC, por atreverse a decir que sobre las empresas donantes de esa fundación (que se cuentan por decenas) "se cierne la sombra de la reforma tributaria que amenaza con afectar la deducibilidad de las aportaciones efectuadas a las organizaciones filantrópicas". A esto, Calderón respondió que la pobreza extrema en el campo y la desigualdad no vamos a revertirla únicamente con acciones filantrópicas, "son éstas absolutamente bienvenidas, son admirables, es más por principios y por convicción personal, parte de lo que la filantropía es: un acto sublime de generosidad, es un acto de caridad pura y dura, es exactamente lo que realiza el hombre... Estoy seguro que compartimos esos principios, que la caridad no sólo es buena, sino que es la única redentora del hombre, pero no olvidemos que la caridad, junto con la fe y con la esperanza, son virtudes teologales y que sólo pueden ser válidas las virtudes teologales si antes cumplimos con las cardinales o las virtudes morales y éstas son la prudencia, la templanza, la fortaleza y sobre todo la justicia..." ¡Parece que "comió gallo" el presidente! Expresaron algunos de los invitados a la ceremonia.
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 9 de julio.

Apenas el viernes pasado las cabezas visibles de una de las organizaciones de esos barones, la Fundación Mexicana para el Desarrollo del Campo (Fundar), se reunió con el inquilino de Los Pinos para reclamar por la "sombra que se cierne y amenaza" a los barones de la filantropía autóctona, es decir, la auto llamada "reforma" tributaria que, de ser aprobada por el Congreso, cancelaría, cuando menos limitaría, la deducibilidad fiscal de las aportaciones del gremio oficialmente asociado a la caridad cristiana, o lo que es lo mismo uno de los más jugosos negocios, político y económico, de los poderes fácticos .
Tales fueron las advertencias de Alberto Castelazo y López (léase el lector en turno del siempre pío Lorenzo Servitje, fundador y santo patrono de la organización), presidente oficial de Fundar, quien enfocó sus baterías en contra del llamado CETU (Contribución Empresarial de Tasa Unica), uno de los ejes de la "reforma" fiscal calderonista, el cual erradicaría la práctica de deducir del impuesto sobre la renta las aportaciones económicas y materiales, de empresas y personas, a las causas oficialmente consideradas como filantrópicas, acaparadas, dicho sea de paso, por los referidos barones autóctonos.
Carlos Fernández Vega, México SA, La Jornada, 9 de julio.

Esto no sólo porque funcionarios del régimen han afirmado (carcajada incluida) que con el paquetón fiscal y un engendro llamado CETU se van a empinar a la clase empresarial, sino que hay molestia por las formas y el fondo del inquilino de Los Pinos, quien además se aventó el puntadón de regañar a la IP que por la vía del altruismo le cuesta cerca de 90 mil millones de pesos anuales al fisco.
Ya sabe, querido lector, este México surrealista da para engendrar al hombre más rico del mundo, Carlos Slim, en un país en el cual, según datos del Banco Mundial, 53 por ciento de 104 millones de mexicanos sobreviven en la pobreza con menos de dos dólares diarios.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 9 de julio.

Pero después vinieron las palabras de consuelo y de esperanza, no sólo para los asociados a la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural, sino para los "cupuleros" que han cuestionado las iniciativas de la "Reforma hacendaria por los que menos tienen". Dijo Calderón: "Hay, por supuesto, en mi gobierno la plena voluntad de corregir, de rectificar y de mejorar en la propuesta lo que sea susceptible de hacer..."
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 9 de julio.

Y, ¡alabado sea el Señor!, el mensaje de los altruistas barones tocó las fibras religiosas más sensibles del inquilino de Los Pinos quien, en funciones de capellán de la residencia oficial, les despachó lo siguiente: "...por supuesto en mi gobierno existe la plena voluntad de corregir, de rectificar y de mejorar en la propuesta (fiscal) lo que sea susceptible de hacer, pero no perdamos el plano general... la caridad no sólo es buena, sino que es la única redentora del hombre, pero no olvidemos que la caridad, junto con la fe y con la esperanza, son virtudes teologales y que sólo pueden ser validas las virtudes teologales si antes cumplimos con las cardinales o las virtudes morales, y éstas son la prudencia, la templanza, la fortaleza y sobre todo la justicia".
Qué bonito discurso, pero si lo que realmente mueve a los barones de la filantropía es la caridad, ayudar al prójimo sin recibir nada a cambio, reivindicarse con el Altísimo antes de ingresar al reino de los cielos (etcétera), y considerando los privilegios que acumulan en este mundo terrenal, qué más da, con las fortunas de ensueño que acumulan, que el fisco no los considere entre sus excepciones, que de cualquier suerte los incluye en prácticamente todas las deducciones, elusiones y evasiones posibles.
Carlos Fernández Vega, México SA, La Jornada, 9 de julio.

El asunto es que este régimen, teniendo los vasos de complicidad, perdón, comunicantes con esa cúpula empresarial, decidió decirles verdades a medias que no son sino mentiras completas. O sea, como ya va siendo un sello calderonista, quisieron meterles el CETU… por atrás.
Y éstos ya brincaron declarando que ni a madrazos pagarán más, ni el 19%... sobre todo cuando el gasto corriente del gobierno sigue siendo aberrante y escandaloso mientras en la otra pista, las trasnacionales ya prendieron los focos rojos en Estados Unidos y la UE por este atorón del CETU que afecta (con daños colaterales a los sindicatos) los tratados internacionales firmados por México en materia de doble tributación… originando que al cuarto para las doce los chicuelos de Agustín Carstens se fueran a Washington a reunirse con funcionarios del departamento del Tesoro y comenzar a pavimentar una salida (que pasa forzosamente por el Capitolio)… que ya parece de emergencia.¿Por qué?
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 9 de julio.

Pero, "no perdamos el plano general". Sin duda habrá personas y organizaciones motivadas única y exclusivamente por la caridad, los principios cristianos y el bien común, pero los barones de la filantropía se cuecen aparte: así como aparecen sus nombres, empresas y aportaciones en prácticamente todas las instituciones altruistas habidas y por haber, amén de que cada uno de ellos cuenta con su propia fundación (Telmex, Televisa, Tv Azteca, Cemex, Bimbo, Banamex, Fundación para las Letras Mexicanas, de Alberto Bailleres), así brotan a la hora de los jugosos contratos gubernamentales, concesiones, "rescates", "salvamentos", "licitaciones" a modo, subsidios cambiarios, créditos fiscales, regímenes especiales, entre muchos otros, y en algo por demás productivo para ellos: el creciente financiamiento de campañas políticas (especialmente la presidencial), propaganda sucia incluida.
En Fundar, por ejemplo, aparecen Lorenzo Servitje (Bimbo), Gerardo Bours Castello (Bachoco), Marcos Achar Levy (Comex y Josefina Vázquez Mota), Fernando Chico Pardo (Carso, aeropuertos y mucho más), Pedro Aspe Armella (Protego, Televisa y algo más), Miguel Mancera Aguayo (ex del Banco de México) y Juan Ignacio Gallardo Thurlow (uno de los barones del circuito azúcar-bebidas embotelladas), entre otros. Además, consorcios como Alpura, Casa Cuervo, Cemex, Comercial Mexicana, Femsa, donantes de la citada Fundación y, por mera casualidad, miembros del Consejo de la Comunicación, aquel organismo privado promotor de la campaña pro "continuidad" y anti Peje en el proceso electoral del año pasado. En una revisión del reciente informe de la Auditoría Superior de la Federación sobre la cuenta pública 2005 se puede constatar que más de una de las empresas citadas aparecen en el registro de quienes prácticamente no pagan impuestos, filantropía aparte. También se puede consultar Forbes.
Carlos Fernández Vega, México SA, La Jornada, 9 de julio.

Muchas son las organizaciones altruistas de los barones: salud, campo, medio ambiente, educación, asistencia social, cultura, ciencia, tecnología, arqueología (Vamos México se cocina aparte, pero todos aparecieron como donantes) etcétera, etcétera, y los barones explotan su existencia fiscalmente. Además de los citados, entre los más activos filántropos se cuentan Manuel Arango (el de la "cadena" de "donaciones" a favor del Felipillo en 2006), el fabricante de sueños Emilio Azcárraga, Alberto Bailleres, Carlos Slim, Lorenzo Zambrano, Roberto Hernández, Ricardo Salinas Pliego, los hermanos coraje Eugenio y Alejandro Garza Lagüera, Carlos Peralta Quintero, Alfredo Harp e Isaac Saba, entre otros.
Con sus voluminosas riquezas acumuladas, a los barones debería darles vergüenza por andar mendigando privilegios fiscales con filantrópicos pretextos, pero es obvio que sin esas excepciones (que incluyen a todos sus negocios) no se explicaría buena parte de sus fortunas.
Carlos Fernández Vega, México SA, La Jornada, 9 de julio.

La reacción de una parte del empresariado a la propuesta de la Contribución Empresarial de Tasa Única (CETU) debería ser suficiente para suponer que esa iniciativa apunta en la dirección correcta.
Algunas de las empresas más poderosas e influyentes del país han visto con malos ojos la CETU, porque ataca efectivamente la elusión fiscal. No están dispuestos a pagar una tasa notablemente menor si les inutilizan los múltiples mecanismos para descontar el pago de impuestos. Obviamente, asociaciones de contadores también han protestado.
Francisco Báez, “Empedrado”, Crónica, 10 de julio.

Una de las quejas más sonadas, y que fue respondida de manera contundente, fue la de Alberto Castelazo y López, presidente de Fundar, quien expresó al presidente Calderón: “Hoy se cierne la sombra de la reforma tributaria que amenaza con afectar la deducibilidad de las aportaciones efectuadas a las organizaciones filantrópicas”.
El Presidente contestó señalando que “no hay caridad sin justicia” y que la lucha contra la desigualdad social requiere de “todo el peso de la capacidad estatal”.
Aquí Calderón se enfrenta no sólo a poderosos grupos de interés, sino a una serie de conceptos y prácticas, que en el mandato de Vicente Fox tuvieron su cúspide, y en la Fundación Vamos México, su mejor arquetipo.
Francisco Báez, “Empedrado”, Crónica, 10 de julio.

Discrepamos una vez más del Presidente Calderón cuando éste fustiga a quienes lamentan el "cuello" que los cambios fiscales le propinan a los donativos altruistas.
Primero que nada, los mexicanos tenemos todo el derecho del mundo de criticar las acciones del Gobierno, de disentir y discrepar de él sin que ello ocasione "regaños" de parte de funcionario alguno, ¡y menos del Presidente!
Este "regaño" no sólo representa un desfiguro por parte del jefe del Poder Ejecutivo, sino que es contrario a las reglas democráticas, toda vez que sus propuestas de enmienda fiscal han sido presentadas a la sociedad, precisamente, para ser discutidas.
Frenar o cohibir la discusión con un tronido desde lo alto resulta, por lo tanto, sumamente inapropiado, innecesario y desproporcionado.
Segundo, al eliminar la deducibilidad de las aportaciones a los organismos caritativos es un error, pues sustituye a la eficiente sociedad civil con la ineficiente burocracia al transferir los fondos que la primera maneja hacia la segunda vía los impuestos.
El efecto logrado por esta sustitución será de dejar finalmente desamparados a grandes sectores de la población que reciben un valioso apoyo de parte de infinidad de organismos de beneficencia, los cuales han demostrado ser no sólo más eficientes, sino más atinados a la hora de extender su mano a quienes les urge recibir soporte desinteresado para sobrellevar situaciones desesperantes.
En orfanatorios, casas de retiro u organismos dedicados a la atención de enfermedades particularmente desatendidas por el Gobierno, en la impartición de educación especializada, o la atención de enfermedades mentales, es la sociedad civil el ente más apto para ayudar.
Los organismos altruistas civiles no sólo saben hacer rendir más y mejor el dinero -lo cual es comprobable estadísticamente hablando-, sino que, adicionalmente, y movidos por la solidaridad y la COMPASIÓN (algo que en los gobiernos es inexistente) estas instituciones conocen mejor que cualquier burócrata las necesidades más extremas y desatendidas de la sociedad.
Quitarle el dinero a los ciudadanos que realizan labores de asistencia social para entregárselo a una burocracia insensible y despilfarradora difícilmente puede considerarse una acción tendiente a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos marginados. Antes al contrario.
Manuel Jáuregui, Reforma, 11 de julio.

Traducido a palabras llanas: el Estado debe tener medios abundantes para las tareas sociales que conducen al bien común. Mientras más tenga, menor será el peligro de una revolución social.
Esto significa que las empresas y las asociaciones de asistencia privada no deben sustituir al Estado en esta tarea, sino —en cualquier caso— auxiliarlo. También quiere decir que eludir impuestos, además de no aportar para el bien común, contribuye a generar inconformidad social e incentiva que se intente “probar caminos nuevos” para acabar con tanta desigualdad y tener algo de justicia en la distribución del ingreso.
En ese sentido, las asociaciones empresariales que quisieran un Estado policía (de preferencia, armado hasta los dientes), impuestos iguales para todos (pero deducibles para quienes cuenten con un buen bufete de contadores) y multitud de acciones pretendidamente caritativas para que suelte tantito vapor la olla social de presión, están —a mi parecer— lejos de los principios que pregonan. Lo mismo puede decirse de aquellos panistas que han adoptado como propia esta distorsión ideológica. Eso no estaba en Gómez Morín, ni en Christlieb. / Tampoco está en Felipe Calderón, y eso es un alivio. Su frase debe ser también un aldabonazo para cambiar lo que está mal en Acción Nacional.
Francisco Báez, “Empedrado”, Crónica, 10 de julio.

La labor primaria del Gobierno -a pesar de lo que muchos piensan- no es hacer caridad: es crear las condiciones apropiadas para que se dé la caridad en la sociedad, y así ayudar al prójimo.
De la misma manera no es combatir la pobreza con dádivas, sino crear las condiciones para fomentar la creación de riqueza y el altruismo de la ciudadanía.
En todos los países desarrollados (y más humanitarios) de este Planeta existe la figura de la deducibilidad de los donativos, no en balde filántropos genuinos como Buffett y Gates en Estados Unidos han donado sus fortunas en favor de fundaciones que promueven la educación y combaten la pobreza, en forma mucho más eficaz y productiva que cualquier organismo de gobierno lo pudiera hacer.
El debate y la discusión que los cambios fiscales (llamarle a esa chimistreta "reforma" es hacerle un gran e inmerecido favor) han y deben suscitar entre la sociedad es algo que el Presidente y sus funcionarios deben alentar, no reprimir.
Entre más voces se escuchen, entre más opiniones se viertan, si es que nuestros legisladores hacen caso y legislan a favor de lo que convenga al País (que no es lo mismo que lo que le conviene a los burócratas federales), mejor será para las nuevas leyes fiscales, pues más justas y equitativas serán -que es lo que manda la Constitución- y a la larga mejor será también para la buena marcha de nuestro país.
Manuel Jáuregui, Reforma, 11 de julio.

El cabildeo de los empresarios ante la CETU.
La Contribución Empresarial a Tasa Única (CETU) se ha convertido en la manzana de la discordia de la reforma fiscal.
El sector empresarial pegó el grito en el cielo por este impuesto que, dicen, provocará pérdida de empleos.
Los empresarios filántropos se quejan de que las donaciones no podrán ser deducidas de dicha contribución.
Tan preocupados están, que un grupo de ellos fue a visitar al presidente Calderón en busca de explicaciones.
Cosa de ver los nombres de algunos de los que estuvieron ayer en Los Pinos: Alfredo Harp Helú, Lorenzo Servitje, Manuel Arango, Claudio X. González.
Legisladores aseguran que el impuesto afectará también a la industria maquiladora y al sector primario.
A ver cómo se resuelve el entuerto.
Pepe Grillo, Crónica, 14 de julio.

Aun negándolo, el CETU llevará a una imposición indirecta extraordinaria y gravará, además, alimentos y medicinas, prestaciones salariales y contribuciones a la seguridad social que con antelación habían sido rechazadas repetidamente por las mayorías del Poder Legislativo. Valga aquí citar a la fuente insospechable del Banco Mundial: “La recaudación fiscal de la región (América Latina) está por debajo de la recaudación de países similares; además, las recaudaciones de los impuestos progresivos, como el impuesto a la renta personal y los impuestos a la propiedad, son especialmente bajos” (véase, “Reducción de la pobreza y crecimiento”).
David Ibarra, El Universal, 14 de julio.

Que luego de su encuentro con el titular de la SHCP, Agustín Carstens, los dirigentes del Consejo Coordinador Empresarial y de la Coparmex se reunirán esta semana con los integrantes de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, ante quienes insistirán en que se reduzca la CETU a 12 por ciento.
Los legisladores han dejado entrever que incluirán la petición de la IP como parte de la negociación con el gobierno federal, a fin de construir consensos en temas medulares de la reforma fiscal.
“Trascendió”, Milenio, 15 de julio.

El carácter, mi estimado, es la mitad del destino. La mentada reforma fiscal estructurada por los chicuelos de Agustín Carstens está completamente atorada, pero atorada en los ánimos de esa cúpula empresarial, doméstica y extranjera, que ya escupe firmes señales –en el primer grupito anote usted al empresario Manuel Arango, fan del club fundador de los granitos de arena electorales contra Andrés Manuel López Obrador, y en el segundo, pues qué mejor vocero de esos intereses que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero quien, en el marco de su visita oficial, puntualizó las inquietudes empresariales españolas– de que ese simpático impuesto denominado CETU se encuentra en un callejón sin salida y que... no pasará, a menos que se revalore el ingenuo desafío gubernamental y se disminuya a 12 por ciento.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 16 de julio.

El Presidente del CCE alega: “es necesario bajar la contribución (la CETU), las empresas no pueden hacer ese sacrificio” (Reforma 16 de julio). A nombre de los filántropos profesionales, Manuel Arango señaló que la CETU es un invento avieso pues “no considera deducibles las donaciones que hagan las organizaciones” (Crónica 8 junio), y ¡maldición!, lo que donen para salvar sus conciencias lo tendrán que erogar de sus bolsillos (sin endosárselos al fisco). El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas miran a la CETU como una amenaza pues “podría provocar que los bancos ya no tengan la posibilidad de deducir impuestos”; Claudio X. González, presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, fue más allá: la CETU es una bestia negra que “frenará el crecimiento de la economía y la creación de empleos” (Reforma 15 julio).
Es decir, los hombres del dinero reaccionan como siempre: no están dispuestos a ser ellos los primeros y los sujetos principales en contribuir al salvamento de las finanzas públicas de México. Las graves necesidades sociales pueden seguir esperando y lo que pasó en 2006, fue un mal sueño del que despertamos gozosos para vivir nuevas jornadas récord en la Bolsa de Valores.
Ricardo Becerra, Crónica, 16 de julio.

Luego de que el viernes pasado el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), que preside Armando Paredes Arroyo Loza, manifestara al secretario de Hacienda, Agustín Carstens, su propuesta de bajar la tasa de la CETU de 16 a 12 por ciento con poca respuesta de la autoridad fiscal, ahora la cúpula empresarial planteará tal propuesta a los legisladores. Trascendió que será el miércoles cuando el empresariado se reunirá este miércoles con integrantes de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados para hacer patentes sus opiniones en torno al paquete fiscal. Y bueno, entre las derivaciones de la aplicación de la CETU que preocupan al sector privado está conseguir un periodo de transición para poder acreditar las pérdidas que en estos años han registrado miles de empresas, así como deducir las inversiones de ejercicio anteriores.
Rogelio Varela, “Corporativo”, El Financiero, 16 de julio.

El representante de los capitalistas que cada vez son más poderosos en la Nueva España no tuvo empacho en mencionar la soga fiscal en casa del aspirante a ahorcador, pues habló de la ''incertidumbre'' que provoca ''un tema muy polémico en este momento en el país'', que es el de la llamada contribución empresarial a tasa única (CETU). Encarrerado, el patrón Gómez Navarro demandó que se estudie ''la posibilidad de ampliar o duplicar'' la autopista Cancún-Tulum, que se mantenga la ''alerta'' en cuanto a seguridad pública y, casi como en mitin electoral, planteó ''la necesidad de infraestructuras sociales, es decir, sobre todo hospitales, viviendas, escuelas y centros de formación profesional''
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 16 de julio.

Tengo tres argumentos para defender a la CETU y creo, deberían pesar a la hora de la toma de postura en el Congreso.
1) La CETU es el corazón de esta reforma fiscal. De acuerdo con los cálculos oficiales, el efecto inmediato de la CETU añadiría a las arcas públicas 1.8% del PIB, una entrega de dinero del orden de 127 mil millones de pesos para 2008. Es decir, la CETU hace lo que México necesita urgentemente: llevar mayores recursos al Estado en una época en la que PEMEX empieza su declinación, cuando las deudas internas y las pensiones comienzan su imparable ascenso y cuando ninguna de las necesidades básicas de la economía global están resueltas ni pueden ser financiadas por privados (infraestructura moderna y formación de los ciudadanos).
2) La CETU intenta atacar dos de los problemas principales de la fiscalidad mexicana: la evasión y la elusión. Hay otros, lo sé, pero la elusión (esa práctica deportiva que se aprovecha de decenas de meandros legales para dejar de pagar) constituye un problema que debe ser eliminado si queremos que en unos años nuestra tributación no retroceda. Según el SAT existen unas 700 mil empresas que este año pagarán 180 mil millones de pesos por ISR. ¿Qué quiere decir? Que con el esquema actual cada unidad pagará más o menos 257 mil pesos anuales. El próximo año la suma de ISR y/o CETU llevaría a un pago de 438 mil pesos por empresa. Es bastante, es casi 60 por ciento adicional, pero, ¿sabe usted cuánto dejan de pagar muchas, muchísimas de esas 700 mil empresas? El 27% del PIB según el SAT, o sea 300 mil millones de pesos. Si los cálculos son ciertos, la medida viene a remediar un asunto disfrazado de mil maneras (hasta de filantropía).
3) Finalmente, la CETU tiene la particularidad de no empezar una reforma cobrándole a los más pobres (IVA a alimentos y medicinas). Son empresarios grandes y pequeños quienes tendrían que poner la primera tanda de recursos para hacer sostenible la hacienda pública. En un país de tal desigualdad, tiene todo el sentido del mundo que sean ellos los que pongan el ejemplo y que sean ellos quienes comiencen la tarea de rescate y reconstrucción de la hacienda nacional.
Ricardo Becerra, Crónica, 16 de julio.

A pesar del amplio y no menos importante currículum del nuevo director de ProMéxico, cualquier analista bisoño consideraría que no cuenta con el perfil que requiere un organismo que supuestamente va a hacer lo que no se hizo en el Bancomext. ¡Pero eso no importa; basta que sea "cuate" del jefe! Además, Ferrari tiene una "filosofía empresarial" que aprendió, no en los célebres Institutos Patrulla, sino en las altas escuelas de liderazgo, y que más o menos es la siguiente: "No basta con generar riqueza; los que detentan la riqueza deben entender cómo distribuirla con responsabilidad, con un propósito definido y con elegancia." Pues entonces no lo hubieran designado director de ProMéxico, sino promotor de la reforma fiscal para que convenciera los "dueños del billete de este país" de que "salpiquen", en vez de andar pidiendo que les hagan una rebaja en la CETU.
A Héctor Reyes Retana, quien tuvo a su cargo la creación de ProMéxico en su primera etapa, "le dieron las gracias y una..." Mejor lo hubieran dejado al frente del nuevo organismo público, opinan hasta sus detractores, pues los más de tres años que estuvo al frente del Bancomext y otros tantos en instituciones financieras del sector público, le permitieron abrevar sobre aquellos temas que tendrá que desarrollar ProMéxico. ¿Quién los entiende? Primero criticaron la labor de Reyes Retana al frente de ese banco del "subdesarrollo" porque llegó "cortando cabezas", recortando personal, vendiendo activos, reestructurando créditos, rematando carteras supuestamente incobrables a 25 centavos, y otros trabajitos por el estilo, y ahora que no "premiaron ese esfuerzo", esa lealtad que le demostró a Francisco Gil Díaz (quien fue el que lo puso en el Bancomext para que hiciera el "trabajo sucio"), lo defienden. Bueno, es que la "neta", nosotros esperábamos que el presidente de la República pusiera al frente de ProMéxico a un personaje con un perfil ad hoc; creíamos que iba a tomar en serio el asunto de las exportaciones, la inversión extranjera y la promoción de los negocios. Pero al parecer nos equivocamos.
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 16 de julio.

La CETU no es el invento de un genio. Es una estación fiscal que los empresarios no deberían afrontar con sonsonete plañidero y que la izquierda no debería descalificar por indolencia contable supuestamente radical. Bienvenido el debate, las propuestas, los cambios, si las coordenadas son las que centellean en la CETU: se trata de contribuir más, se trata que lo hagan los más ricos. Por eso es defendible.
Ricardo Becerra, Crónica, 16 de julio.

Sin que se le hubiera arrugado una línea de su filipina discursiva, el camarero mexicano anotó la orden y procedió a surtir a los exigentes parroquianos lo que en lo inmediato le era posible: ''Desde luego, tomo nota puntual de sus planteamientos, con el propósito genuino de solucionarlos, y ya estamos concretando además soluciones a varios de ellos. No iba a referirme puntualmente por ahora, pero creo que hay buenas noticias'', dijo; enseguida detalló los buenos propósitos que abriga, entre otros, ¡vaya coincidencia!, ''efectivamente, desarrollar una infraestructura social y de servicios que sea acorde con el crecimiento explosivo'' de la zona. Ya no quiso revelar el buen servidor público nativo el resto de los puntos que había anotado en su comanda. Satisfecho sonreía, en su condición de testigo de calidad, el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 16 de julio.

En este último rubro México no ha dejado de perder terreno y de ser el segundo país más competitivo de AL en 2004, somos el quinto superados por Chile, Costa Rica, Brasil y Colombia. En los últimos años solo en 6 países disminuyó la inversión y México es unos de ellos con Bolivia, Israel, El Salvador, Venezuela y Polonia.
Además la inversión promedio por persona económicamente activa de los 10 países más competitivos es 5 veces mayor a la de México. Por eso el CCE presentará en breve estos planteamientos al presidente Felipe Calderón como parte de su "Agenda de Competitividad" en la que han participado todos sus miembros entiéndase el CMHN de Claudio X. González, Coparmex de Ricardo González Sada, Concanaco de Luis Antonio Mahbub, Camcamín de Ismael Plascencia, CNA de Jaime Yesaki, ABM de Enrique Castillo y AMIS de José Morales. También el COMCE de Valentín Diez Morodo, Canacintra de Miguel Marón, ANTAD de Vicente Yánez y Canaco de Lorenzo Ysasi.
Es un documento de 135 páginas con propuestas en lo energético, transporte, medio ambiente, desarrollo tecnológico, salud y empleo, educación, rubro financiero, fiscal, comercio exterior y estado de derecho. En energía, por ejemplo se insisten la autonomía de gestión de Pemex de Jesús Reyes Heroles, se plantea eliminar la tarifa en horario punta que no se justifica con una reserva operativa que ha crecido en CFE de Alfredo Elías Ayub y otorgar facultades a la CRE de Francisco Salazar para fijar precios con la óptica de reducir costos que favorezcan la productividad en vez de trabajar para el erario.
Se pide fortalecer SENER de Georgina Kessel para que cuente con facultades que le permitan llevar a ese sector a convertirse en una efectiva palanca de desarrollo. Hay que abrir la inversión privada para explotar yacimientos transfronterizos y en aguas profundas, enfatizar en exploración frente a reservas de sólo 10 años, amén de los enormes retos en refinación y petroquímica básica. Como ve la IP retoma añejas tesis en las que habrá que insistir dado el nulo avance hasta ahora.
Alberto Aguilar, “Nombres, nombres y nombres”, Reforma, 16 de julio.

Los empresarios han hecho frente común contra la CETU, y no han faltado quienes los han criticado por ello, señalando que, al final de cuentas, lo que los empresarios no quieren es pagar más impuestos, lo cual, en el caso de cualquier contribuyente, y no solamente de los empresarios, es cierto: no queremos pagar más impuestos, mucho menos estando las cosas como están por el lado presupuestario, con el gobierno gastando en lo que no debería, razón por la cual gasta más de lo que debería, sin olvidar que muchas veces gasta de mala manera.
Arturo Damm Arnal, “Pesos y contrapesos”, Crónica, 17 de julio.

La CETU, pues, se mantendrá en 19%… digo si aprueba el Congreso la reforma tal cual.
Lo curioso del caso es que resquebrajada la supuesta unidad en la cúpula, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado que encabeza Héctor Rangel Domene, daría un giro de 180 grados a su postura.
Tras el panegírico que había hecho la semana pasada a la propuesta fiscal del gobierno, ahora la califica de atentatoria al principio básico de un sistema tributario, es decir la equidad. El blanco, naturalmente, es la CETU.
“Además de hacer dos cálculos, uno sobre el Impuesto sobre la Renta y otro sobre la CETU —señala a la letra un documento del organismo— finalmente la empresa tendrá que pagar el resultado más elevado, lo que significa que en algunos casos se tendrá que cubrir un equivalente mayor a la tasa actual de 28%”.
El tributo, señala el análisis, limita la capacidad de inversión del sector privado; eleva la carga tributaria al cancelar la deducción de contribuciones empresariales a la seguridad social, y genera distorsiones y costos adicionales para cumplir. Del blanco al negro en una semana.
Alberto Barranco, “Empresa”, El Universal, 17 de julio.

En materia de la CETU, Hacienda abiertamente ha dicho que está dispuesta a realizar ajustes para no dañar a maquiladoras, constructoras, inmobiliarias, así como aquellas que realizan donativos. El equipo de Carstens sabe que es preferible ceder en algunos puntos, puesto que saben que el daño sería mayor al beneficio que se pretende obtener.
Se tiene claridad que es preferible afinar algunos puntos de la negociación que disminuir la tasa de la CETU ya que, en caso de hacerlo, el efecto recaudatorio sería mínimo.
Llevar la tasa a 12% como lo propuso el CCE no evitaría una gran parte de las prácticas de consolidación fiscal, pues se encontraría ligeramente por arriba del promedio de pago de esta contribución por parte de las grandes empresas.
David Páramo, “Personajes de renombre”, Excélsior, 17 de julio.

La CETU tiene como objetivo que las empresas, y las personas físicas con actividad empresarial, paguen, por lo menos, 16 por ciento en 2008, y 19 por ciento en 2009, lo cual daría como resultado un aumento en el pago de impuestos del 16.8 por ciento en el primer caso, y de 38.7 en el segundo. ¿Por qué? Porque con el actual ISR, y tomando en cuenta las posibilidades que la ley otorga para pagar menos del 28 por ciento, que es la tasa máxima del ISR, las empresas pagan, en promedio, el 13.7 por ciento.
Al respecto hay que aclarar dos cosas. La primera tiene que ver con la afirmación, reiterada por los funcionarios públicos, comenzando por Calderón, de que las empresas que pagan el ISR como deben, no tienen nada que temer. ¿Qué se debe entender por pagar el ISR como se debe? Muy sencillo: pagarlo sin eludir, es decir, sin hacer uso de los privilegios que la ley brinda para pagar menos del mentado 28 por ciento, lo cual es elusión, ¡pero no evasión! La evasión se da cuando el contribuyente, engañando al recaudador, paga menos de lo que por ley debería pagar. La elusión, por el contrario, se presenta cuando el contribuyente paga lo que debe, haciendo uso de los privilegios que la ley le otorga para, precisamente, pagar menos. Un contribuyente que elude todo lo que puede eludir, producto de una buena planeación fiscal, no comete delito alguno. El contribuyente que elude el cien por ciento de lo que puede eludir termina pagando, ni más ni menos, lo que debe pagar. La intención de la CETU es muy clara, y cito de un documento de Hacienda: “La CETU busca (…) cerrarle espacios a la elusión fiscal”, es decir, pretende evitar prácticas que son legales, lo cual no deja de ser contradictorio: si son legales, ¿por qué prohibirlas?
(El contribuyente racional actúa conforme a la siguiente divisa: “De elusión hasta el último centavo, de evasión ni uno sólo”. ¿O no?)
Arturo Damm Arnal, “Pesos y contrapesos”, Crónica, 17 de julio.

El Consejo Coordinador Empresarial, que agrupa a los organismos cúpula del sector privado, dará a conocer hoy en la mañana su opinión sobre el proyecto de reforma fiscal de Agustín Carstens. No habrá sorpresas. No está de acuerdo con el CETU, el nuevo impuesto a cargo de las compañías. Su posición tiene lógica: no ayudaron a Fee Li Pee a treparse a la Presidencia para que ahora afecte sus intereses con una nueva contribución. Será interesante ver cómo se doblega bajo la presión de sus aliados. No es una confrontación cualquiera. Se pondrá en claro, por si alguien duda, quién manda en el país
Enrique Galván Ochoa, “Dinero”, La Jornada, 17 de julio.

La propuesta de reforma fiscal del gobierno federal propone excluir de las deducciones de la nueva Contribución Empresarial de Tasa Única (CETU) los donativos filantrópicos. La razón es que "ha habido abusos". Quizá. Pero también ha habido abusos en los servicios médicos públicos y no cancelamos por ello los servicios médicos sino que perseguimos a los abusadores. Tengo la impresión de que las organizaciones filantrópicas son más eficientes en el uso de recursos para ayudar a los más pobres que las instituciones sociales del gobierno. Por eso pienso que debe permitirse la deducción fiscal de gastos filantrópicos y, en todo caso, hay que castigar a quien cometa abusos.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 17 de julio.

¡Qué lástima! Los capitales españoles que en México encontraron su cuerno de la abundancia, están "inquietos" y en plena "incertidumbre", según queja pública de sus representantes, porque la simple intentona calderonista -así sea retórica- de clavarles un nuevo impuesto a sus jugosos negocios les ha puesto lo pelos de punta, por decirlo suavemente.
A los barones peninsulares no les gusta el "polémico" CETU (ese gravamen con el que la "continuidad" pretende darle molde de "reforma" a su miscelánea fiscal), pero tampoco es de su grado ningún otro impuesto, sigla, tendencia, idea o lo que fuere que los obligue a pagar por su cómoda estancia en tierras mexicanas, en las que se han acostumbrado a recibir todo a cambio de prácticamente nada.
Carlos Fernández Vega, “México SA”, La Jornada, 17 de julio.

¿Pero qué dicen los empresarios? En un discurso casi lineal, con argumentos similares pero expresados con matices, tanto la Coparmex, Canacintra, Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, Consejo Coordinador Empresarial , Instituto Mexicano de Hombres de Negocios, el Grupo Monterrey y hasta empresarios españoles que viajan con el presidente Rodríguez Zapatero, se dijeron sorprendidos porque un gobierno de derecha como el de Calderón proponga la CETU, que es una carga impositiva muy alta y complicada para la contabilidad de las empresas, que provocará que se ausenten las inversiones, que estimulará el desempleo, terminará con las donaciones deducibles y que pondrá en riesgo el desarrollo industrial y la creación de empleos. A nadie asustan esos argumentos, efectivamente propios de quienes pretenden mantener sus privilegios. Pero lo que sí sorprende, es que sea la izquierda quien los secunde.
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 17 de julio.

El hecho es que, de aceptarse la CETU, las empresas calcularán los dos impuestos, ISR y CETU, y pagarán el que resulte mayor, lo cual supone que, por lo menos, pagarán 16 por ciento en 2008, y 19 por ciento en 2009, más de lo que han venido pagando en el pasado, 13.7 por ciento en promedio, y no por obra y gracia de la evasión, sino de la elusión. Para todo efecto práctico la CETU tiene como objetivo cobrarle más a quienes ya tributaban, lo cual es cuestionable, sobre todo si no habrá un esfuerzo serio (y el impuesto del 2 por ciento contra la informalidad dista mucho de serlo) para comenzar a cobrarle a quienes, hasta hoy, no han tributado: todos los que actúan en la informalidad, que distan mucho de ser muertos de hambre dejados de la mano de Dios.
Y ésta es la segunda cosa que hay que aclarar. Si una empresa, por las posibilidades de elusión que la ley le permite, paga, no el 28 por ciento, sino el 13.7 por ciento de ISR, no está cometiendo delito alguno, sino aprovechando una oportunidad. ¿Se justifica que de pronto se le cobre, a corto plazo, 16.8 por ciento más y, a mediano, 38.7 adicional, sobre todo si, insisto, no habrá un esfuerzo serio para cobrarle a quienes, hasta hoy, no han pagado impuestos? / ¿Qué se debe hacer? Sustituir el ISR por la CETU a una tasa mucho más cercana al 10 que al 20 por ciento.
Arturo Damm Arnal, “Pesos y contrapesos”, Crónica, 17 de julio.

Con mucha frecuencia los mexicanos cometemos graves errores de apreciación cuando se nos habla de “la madre patria”. Sólo así se explica la sumisa circunstancia tras la regañiza del señor Javier Gómez Navarro, presidente del Consejo Superior de las Cámaras de Comercio del Reino de España (demasiado membrete para un alquila-cuartos de paso) quien se puso a dictarle al presidente Felipe Calderón su versión corregida y aumentada de la reforma fiscal, entre otras cosas.
Como sucede con todas las madres, ésta no se salva de haber cometido pecados graves en contra de sus hijos y éstos no se libran de vivir en una especie de edipismo geográfico e histórico. Si España ha sido una madre no podemos olvidar la frecuencia con la cual ha sido una mala madre.
Pero basta y sobra con ver llegar a un peninsular para abrirle las puertas (y a veces algo más) como si se tratara del nuevo extremeño.
Una de las peores necesidades nacionales es esa por cuyo mandato nos vemos paso a paso con el sombrerito en la mano en un interminable recorrido por el mundo pidiendo “una inversioncita por el amor de Dios”.
De mala manera nos han vendido la historieta del binomio entre progreso e inversión extranjera directa, cuando es una situación demostrada hasta a saciedad cómo un país no progresa sólo por la concurrencia de capitalistas cuyas ganancias se van al extranjero. Se llevan el zumo y dejan el bagazo. Todos los países tienen capital foráneo en su economía, pero los incapaces de generar su propio tesoro, tienen más.
Rafael Cardona, “El cristalazo”, Crónica, 18 de julio.

La cúpula de cúpulas empresariales exige la aplicación del Impuesto al Valor Agregado. Al fijar su posición frente a la Reforma Hacendaria Integral de Felipe Calderón, el Consejo Coordinador Empresarial que preside Armando Paredes, demanda la corrección sustancial al proyecto gubernamental. Es un sí condicionado a la Reforma Haciendaria Integral presentada por el secretario de Hacienda, Agustín Carstens. El CCE plantea que la aplicación de la CETU y el desmantelamiento del ISR conduzca a la aplicación de impuestos al consumo.
Marco Antonio Mares, “Ricos y Poderosos”, Crónica, 18 de julio.

El "movimiento de los filántropos" se originó hace un par de semanas cuando el presidente Felipe Calderón inauguró la asamblea anual de la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural, en donde escuchó el reclamo de Alberto Castelazo y López, presidente de este organismo, quien le espetó: "...hoy se cierne sobre las instituciones la sombra de la reforma tributaria que amenaza con afectar la deducibilidad de las aportaciones efectuadas a las organizaciones filantrópicas". Tal vez aquéllos nunca se imaginaron la respuesta del presidente de la República, que fue la siguiente: "Perdónenme, pero la desigualdad de la que ustedes hablan -antes le habían pasado un video de los campesinos fregados-, no la vamos a ver únicamente con acciones filantrópicas... son bienvenidas, admirables...", pero se requiere algo más.
Una semana después, los filántropos, encabezados por Manuel Arango, le "echaron montón" al primer mandatario, a quien -según los malosos- le fueron con el "cuento chino" de que las instituciones y organizaciones que representan "configuran un importante sector social no lucrativo al que todos podemos pertenecer como ciudadanos, que, por sus aportes, resulta no sólo deseable y complementario para el gobierno sino necesario para la búsqueda del bien común, en toda sociedad democrática". También le dijeron que "todos queremos que una reforma fiscal se lleve a cabo...", pero, como dice el dicho, que "se haga sobre los bueyes del compadre", y no "sobre nosotros que hacemos tareas definitivamente claves para el país", precisó Manuel Arango, fundador del Centro Mexicano para la Filantropía.
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 18 de julio.

Los verdaderos altruistas, quienes según el diccionario son aquellos que tienen un cuidado desinteresado del bien ajeno, aun a costa del propio y fundado en una moral puramente natural, le responden a Arango: ¡A ver, compadre, dónde está ese desinterés, ese desprendimiento generoso del billete si le están pidiendo al fisco que les permita deducirlo al 100 por ciento, y en ocasiones mucho más porque le agregan los gastos administrativos de las instituciones! Bueno, pues es que la Secretaría de Hacienda nos acostumbró a que todo el dinero que desembolsamos para obras pías, nos lo deduce y con la CETU "vamos a quedar desprotegidos" y nunca vamos a recuperar esa lana, responden los filántropos. Pues más bien corren el riesgo de que se les caiga la gran infraestructura de relaciones públicas que las instituciones y organismos filantrópicos -con sus contadas excepciones- han creado, reviran los genuinos oblatos, benefactores, que con sus obras han dejado profunda huella, sin pedir nada a cambio, ni siquiera el reconocimiento y mucho menos la deducibilidad en los impuestos.
Bueno, también hay que reconocer que en el gobierno del "cambio sin rumbo", la señora Martha "prostituyó la filantropía", pidiéndole a los empresarios generosas contribuciones para su fundación "Vámonos México", a cambio de algunos "favorcitos".
Ahora bien, si aquellas compañías que participan en instituciones y organismos filantrópicos presumen de que son "empresas socialmente responsables", lo menos que deberían demostrar es que también pueden ser "fiscalmente responsables", sobre todo en estos momentos en donde el fisco necesita urgentemente recaudar más para destinarlo a los que menos tienen. Por qué tan pichicatos, si en este maravilloso país muchos de los empresarios quejosos han hecho fortunas de miles de millones de dólares y han gozado de muchos privilegios fiscales, incluida la deducibilidad de lo que destinan para obras pías.
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 18 de julio.

El poderoso gremio del sector empresarial exige además que la Contribución Empresarial a Tasa Única (CETU) sea de 12 por ciento y no de 16% de entrada y de 19% en tres años.
Y demanda que se disponga un compromiso formal para que el Impuesto Sobre la Renta (ISR) se desmantele en un plazo no mayor a 3 años, para contar con un solo sistema impositivo de tasa única.
El CCE pide seis correcciones, entre ellas, la reducción de la tasa de la CETU a 12%, nivel que permitirá no afectar a quienes hoy contribuyen responsablemente y la deducibilidad de los salarios, los impuestos locales sobre éstos y las contribuciones sociales (IMSS, Infonavit, SAR) en la CETU, a fin de fomentar la inversión, el empleo y un mayor crecimiento económico y el reconocimiento de las inversiones y los atributos fiscales existentes al 31 de diciembre de 2007 para evitar distorsiones en el periodo de transición;
Marco Antonio Mares, “Ricos y Poderosos”, Crónica, 18 de julio.

El segundo elemento de la propuesta del PRI buscará que Hacienda le dé respuesta a las peticiones formuladas por el Consejo Coordinador Empresarial, que preside Armando Paredes, considerando el diálogo de doble vía que ha mantenido la representación empresarial, tanto con el equipo de Carstens como con los legisladores de las comisiones de Hacienda en ambas Cámaras.
Se comenta que en estas negociaciones hay una suerte de consenso de que la CETU podría ajustar su tasa en torno a 14-15 por ciento, que se está estructurando el proceso en el SAT para permitir un periodo de convivencia o transición de hasta tres años en materia del ISR para permitir la deducibilidad de inversiones o pérdidas acumuladas entre 2005-2007, la deducción de salarios y prestaciones sociales (no sólo retenciones a trabajadores, sino IMSS e Infonavit) contra la CETU, además de la deducibilidad universal del Impuesto a la Ilegalidad.
Este último elemento ya ha sido aceptado por la SHCP. Lo que aún está por verse en la convivencia con el ISR y la CETU, es que la tasa de 12 o 14 por ciento se considere tasa mínima, no máxima, para efecto del entero del impuesto, pues la propuesta hacendaria establece que se pagaría lo que resulte más alto, la tasa del ISR si es mayor a 16-19 por ciento o la CETU si es menor.
Alicia Salgado, “La chequera”, El Financiero, 18 de julio.

La primera —que goza ya de amplio entendimiento— consiste en corregir el sesgo de la CETU contra la seguridad social y del empleo. La solución consiste en hacer deducibles en la CETU las contribuciones empresariales a la seguridad social (IMSS, SAR, Infonavit) y los impuestos locales sobre nóminas.
La segunda consiste en corregir la inequidad de la CETU respecto de las empresas que han realizado (en 2007 o antes) fuertes inversiones en maquinaria, equipo y construcciones, cuyas depreciaciones no podrán deducir bajo el régimen de CETU durante los años subsecuentes.
Más aún: la experiencia mexicana e internacional muestran que la deducibilidad inmediata de las inversiones —cuando no es estrictamente temporal y restringida a ramas específicas por razones de política industrial— provoca incentivos perversos hacia la sobreinversión. La solución consiste en trasladar al régimen de la CETU el sistema general de depreciaciones aplicado en el ISR
La tercera enmienda —última en orden, pero no en importancia— se refiere a la ausencia de progresividad en la CETU, que algunos legisladores también han cuestionado. En la iniciativa del Poder Ejecutivo, la CETU no sólo se aplicaría a las empresas, sino también a las personas físicas con actividad empresarial, incluyendo arbitrariamente en este concepto la prestación de servicios profesionales y la enajenación de bienes patrimoniales. Así, la misma tasa impositiva (de CETU) se aplicaría a ingresos extraordinariamente desiguales.
La corrección consiste en aplicar la CETU sólo a las empresas formalmente constituidas, que ya ahora tributan con una tasa única (28% de ISR). O bien en hacerla aplicable exclusivamente a las empresas y personas físicas con actividad empresarial stricto sensu e ingresos superiores a 2 millones de pesos
José Luis Calva, El Universal, 18 de julio.

La ofensiva de los dueños del gran capital, agrupados en el Consejo Coordinador Empresarial, contra el gobierno para que modifique la llamada Contribución Empresarial a Tasa Única y les otorgue un descuento de casi 40 por ciento (bajándola del 19 al 12 por ciento), y les conceda algunas deducciones, enfrenta una fuerte resistencia de parte no sólo de los funcionarios de Hacienda sino de otros sectores de la población, entre ellos algunos sindicatos.
Con los argumentos de que es una injusticia que les quiten de "golpe y porrazo" los privilegios fiscales de los que han gozado durante años, lustros, décadas; que va a ponerse en riesgo la creación de empleos, se ahuyentará la inversión nacional y extranjera, la bolsa sufrirá fuertes pérdidas... los "ricardos" del CCE presionan en todos lados, bueno, hasta frente al presidente español José Luis Rodríguez Zapatero se quejaron del nuevo trato que quieren darles en materia de impuestos, pensando que con ello el gobierno iba a "aflojar". Sin embargo, hasta el momento la Secretaría de Hacienda, por medio del subsecretario Fernando Sánchez Ugarte y de José Antonio Meade, coordinador de asesores de Agustín Carstens, les han hecho saber a los "cupuleros" que no admitirán sus propuestas no sólo por perversas sino porque son como las del "chino de las Lomas"; bueno, aceptarlas significaría seguir manteniendo los privilegios fiscales, exenciones, tratamientos especiales y demás favoritismos en cuanto al Impuesto sobre la Renta empresarial, que tan sólo el año pasado le costaron al país, mejor dicho a los contribuyentes comunes y corrientes, más de 177 mil millones de pesos.
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 20 de julio.

Diga usted si los "cupuleros" no son abusivos, por decir lo menos: la recaudación del ISR de las personas morales asciende a unos 171 mil 500 millones de pesos; lo que deja de captar el fisco por esos privilegios son más de 177 mil millones. La suma de las dos cantidades debería ser el monto que pagarían si no existieran todos esos tratamientos especiales, el 28 por ciento pues de las utilidades de las empresas.
Y si la suma de esas dos cantidades es 28 por ciento, una simple "regla de tres" nos revela que los 171 mil 500 millones de pesos que pagan representan sólo el 13.7 por ciento de las utilidades en promedio. Claro que es un promediote, pues algunas pagan bastante más y otras bastante menos o incluso nada. O sea que si les bajan la CETU al 12 por ciento como exigen los "ricardos", muchos corporativos pagarían por debajo del promediote mencionado. Las maquiladoras, que también se han quejado por el impuesto, terminan pagando, por disposiciones administrativas, el 0.84 por ciento de sus ingresos, básicamente resultado del Decreto Maquilador de 2003.
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 20 de julio.

Los funcionarios de Hacienda afirman que bajar la tasa del 19 al 12 por ciento sería como "cortarle a pedazos la cola a un perro" porque provocaría un "chilladero" entre los más fregados. ¡Nosotros preferimos que chillen los que menos tienen a que quienes hemos contribuido a crear la riqueza en el país (pero no a distribuirla) nos obliguen a pagar más impuestos! Confiesan los empresarios quejosos. ¡Pues vamos a ver de a cómo nos toca! Parece responder el líder de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), quien públicamente expresó el apoyo de esa organización a la CETU, siempre y cuando el gobierno del presidente Felipe Calderón cumpla su promesa de que paguen más impuestos quienes más dinero tienen. La UNT agrupa a los sindicatos del IMSS, la UNAM, el SME, el de Teléfonos de México y el Frente Auténtico del Trabajo, entre otros. Cabe hacer mención que desde el sexenio del Orejotas (de quien por cierto Hernández Juárez era su consentido, acotan los malosos) los sindicatos no manifestaban un abierto apoyo al gobierno federal, en ningún asunto. De ahí pues la relevancia de que la UNT se haya pronunciado a favor de la CETU. Bueno, también las organizaciones obreras priistas agrupadas en el Congreso del Trabajo avalan el mencionado impuesto.
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 20 de julio.

A su llegada a Yucatán lo recibió un príncipe maya que le aseguró que no había de qué preocuparse, que sí era bienvenido en suelo mexicano. A fin de cuentas, el marinero español perdido, Jerónimo de Aguilar, había resultado un marido leal, aprendió a hablar maya y fue el precursor del mestizaje. Hasta ahí iban bien las cosas, incluyendo el paseo por la zona arqueológica de Chichén Itzá. En adelante, a Zapatero no le quedó más remedio que poner la mejor cara posible ante el vendaval que le esperaba.
Para abrir boca y fuera de cualquier coreografía o el más elemental protocolo, el líder de los empresarios turísticos de España aprovechó la ocasión para reclamarle al Presidente de México que no se haya ampliado la carretera entre Cancún y Tulum, que los trámites y permisos tardan más que en los días de la Colonia y, como postre, que no les gusta la orientación de la reforma fiscal. Pudo haber dicho lo mismo con mayor tacto, pero seguramente seguía afectado por el largo viaje transatlántico y confundió el mar de Quintana Roo con el de Málaga. Rodríguez Zapatero debió salir por primera vez al rescate, bienvenido como ya estaba por los aluxes y otras criaturas traviesas del mundo maya. Después se pondría peor
Enrique Berruga Filoy, El Financiero, 21 de julio.

Le comentábamos hace unos días del apresurado desayuno convocado en Los Pinos con la plana mayor de los empresarios que se dedican a tareas filantrópicas, en cuya carambola se le empalmó la agenda al secretario de Hacienda, Agustín Carstens, quien tenía un evento idéntico con el Consejo Coordinador Empresarial.
Bien, pues el evento se planeó a solicitud del ex presidente del Grupo Bimbo, Lorenzo Servitje, tras el desplante presidencial (“No es con acciones filantrópicas como se acabará la pobreza en México”), en respuesta a un reclamo empresarial contra la propuesta de reforma hacendaria que cancela la posibilidad de deducción de gastos en materia de ayuda social comunitaria.
El arranque del presidente Felipe Calderón se dio en un evento convocado por la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural, organismo fundado, justo, por Servitje.
El caso es que éste fue uno de los principales aportantes a la campaña panista por la Presidencia de la República, además de pagar desplegados bajo la firma de la jerarquía católica para denostar las protestas de quienes exigían recontar los votos tras la elección.
Ahora que en la caravana estaban la mitad de los patrocinadores del panismo
Alberto Barranco, “Empresa”, El Universal, 23 de julio.

El sector empresarial formal se ha lanzado con todo y como ha podido en contra de la reforma fiscal. Digámoslo sin rodeos: el país no puede presumir de que tiene un gremio empresarial bien organizado y, mucho menos, con propuestas de las que pueda alardear. Más bien, tenemos organismos de representación empresarial con una escasísima o nula generación de propuestas sensatas sobre los temas fundamentales del país y, más bien, dedicados a la “grilla” al interior de sus organismos de representación.
De allí que no sorprende el bajo nivel (hablamos de calidad por supuesto) que entrañan las respuestas formales de organismos como Coparmex o el mismo CCE a la propuesta de reforma hacendaria presentada por el gobierno federal al Congreso. Muchas de estas respuestas empresariales son tan catastrofistas en términos de inversión, de inflación, de empleo y de recaudación fiscal que pareciera ser que la reforma hacendaria propuesta por el presidente Calderón, a través de Carstens, la hizo para suicidarse políticamente.
Samuel García, “El Observador”, Milenio, 24 de julio.

Al parecer, sí hay irritación y tiene que ver con la CETU y la deducibilidad de los donativos a las instituciones filantrópicas. La cadena de televisión y Fundación Televisa se sienten afectadas por el proyecto de reforma fiscal. Sabido es que no serían el gran negocio si no fuera por los ingresos cuantiosos que reciben del gobierno por concepto de publicidad, patrocinios y por un trato fiscal de excepción. No hay, pues, un problema que no pueda resolverse con dinero. Y Calderón -dicen los que saben de estas cosas- va a tener que aflojar
Enrique Galván Ochoa, “Dinero”, La Jornada, 24 de julio.

La SHCP no trae pleito contra las Instituciones de Asistencia Privada como las que representa Lorenzo Servitje, cuyos objetivos sociales son claros y precisos como sus mecanismos de fondeo. La bronca de los colaboradores de Agustín Carstens es con un muy bien identificado abanico de varios miles de IAP y ONG constituidos como instrumentos de elusión fiscal a partir de hacerse pasar como “socialmente responsables”.
Mauricio Flores, “Gente detrás del dinero”, Milenio, 24 de julio.

¿Pues qué creyeron los representantes empresariales? ¿Acaso pensaron que una reforma fiscal y una mayor tributación se pueden hacer sin que ellos no paguen los impuestos que deben pagar o algo más? ¿Acaso se pensó que los privilegios obtenidos desde hace años y la amplias rendijas en las leyes fiscales podrían permanecer tal cual, mientras el gobierno buscaba recursos con “los otros” mexicanos cautivos? ¿Acaso la explicación de la furibunda reacción empresarial en contra de la famosa CETU está en que se obliga a que algunas grandes empresas que hoy pagan tasas netas bajas, tengan que pagar más?
Es un asunto de intereses privados, ni duda cabe. Pero para buscar el interés público tenemos al Congreso que elegimos.
Samuel García, “El Observador”, Milenio, 24 de julio.

El debate sobre la Reforma Hacendaria "por los que menos tienen", que envió al Congreso el jefe del Ejecutivo, ha servido a la sociedad mexicana y a la opinión pública para saber, entre otras cosas, "de qué están hechos" los dueños del gran capital. ¿De terracota? ¿De acero? ¿De madera? ¿De piedra? De papel, hombre, de papel, pero de papel moneda, pues es lo único que les interesa.
Y quien lo dude, ahí están algunas declaraciones de los representantes de los organismos cúpula del sector privado: hágase la reforma pero que a nosotros no nos quiten los privilegios fiscales, ni nos cobren más impuestos; ni atenten contra nuestras fortunas, ni contra nuestras inversiones en la bolsa... algunos incluso están pensando en organizar un plantón en el corredor Zócalo-Reforma para manifestar su inconformidad por lo que consideran un "atropello fiscal". ¡Entonces sí van a saber de qué estamos hechos! Amenazan.
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 30 de julio.

La CETU está concebida como un impuesto de control: establece un mínimo a pagar para que la suma de deducibilidades no sea excesiva. En otras palabras, su intención es que las empresas paguen al menos 16 por ciento de impuestos, que es proporcionalmente menos de lo que contribuyen los asalariados de clase media.
La reacción de los principales afectados en contra de esta contribución, que cada vez es más virulenta, es indicativa de que, como clase, no están dispuestos a un nuevo pacto social. Que prefieren la actual distribución del ingreso, aunque genere tensiones y sea económicamente ineficiente. Que no les interesa que la democracia sea socialmente eficaz, aunque eso genere decepción popular ante la democracia. Business are business.
Es probable que se salgan con la suya. Y que lo hagan de a excepción por excepción. Que las empresas filantrópicas, que las dedicadas al negocio de la educación, que las que son intensivas en mano de obra, etcétera. Quien no tenga dientes, que no los use. Al final, con la complacencia de una oposición, que se dice revolucionaria o de izquierda, terminará aprobándose una reforma mocha, sin capacidad de darle al Estado los instrumentos necesarios, ya no digamos para detonar el desarrollo, sino para mitigar con seriedad la pobreza extrema y para dar servicios públicos decentes al resto de la población.
Francisco Báez, “Empedrado”, Crónica, 31 de julio.

En donde coincidió la mayoría de los organismos es que el nivel de la llamada Contribución Empresarial a Tasa Única se baje de 16% a 12%; en que el texto actual de ésta está provocando el diferimiento de inversiones hasta el 2008, y que el ubicar como deducibles los gastos de seguridad social para el entero del gravamen implicaría mayores costos para las empresas.
Más allá, se plantea que en lugar de justificar la no deducción del pago de nómina para efectos de la CETU con el crédito al empleo que implica tasa cero para salarios bajos, se permita la deducción total… incluyendo las prestaciones exentas como aguinaldo, primas vacacionales, primas dominicales, horas extras...
Para el Consejo Coordinador Empresarial, representado por su presidente de Enlace Legislativo, Oscar Fitch Gómez, es incongruente que no se puedan deducir las aportaciones para fondos de inversión privada, dado que las pensiones públicas son insuficientes
Alberto Barranco, “Empresa”, El Universal, 1º de agosto.

Para la Concamín, representada por su vicepresidente Rosendo Valles Costas, el directivo de mayor jerarquía en el periplo, se deben considerar como deducibles los donativos que entreguen las empresas para efectos filantrópicos, aunque el meollo del asunto sería adoptar un sistema de recaudación ajeno al Impuesto sobre la Renta y la CETU.
Para el Consejo Nacional de la Industria Maquiladora de Exportación, representada por su director del Comité Fiscal, Ignacio Valdés Valdés, con la CETU se incrementa 600% el costo fiscal del gremio, del cual 80% lo representa sólo la nómina, lo que desestimula el empleo, genera una pérdida de competitividad, provoca doble tributación y reduce la capacidad del país para atraer y retener las inversiones.
Para la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales, representada por su presidente del Comité Fiscal, Rodolfo García Gómez de Parada, la retención por depósitos en efectivo podría generar pérdidas financieras para el gremio, dado que sus márgenes de utilidad oscilan entre 4% y 5%.
Para la Canacintra, representada por su directora de Enlace Legislativo, Clarissa Salas Chacón, el nuevo Impuesto Especial sobre Productos y Servicios para los aerosoles propiciará un mayor contrabando.
Las cúpulas a escena… con extras para el doblaje.
Alberto Barranco, “Empresa”, El Universal, 1º de agosto.

Otro sector que también ya acudió al Congreso para fijar su posición respecto de la propuesta de reforma fiscal que envió la SHCP, que capitanea Agustín Cartens, fue la Onexpo.
Nos referimos al gremio de los gasolineros, que preside Francisco Gallardo, y se ve impactado desde tres frentes: el llamado Impuesto contra la Informalidad (ICI), la Contribución Empresarial a Tasa Única (CETU) y las facultades a los estados.
De entrada, esta organización reconoce que la evasión fiscal en México se realiza de diversas formas, pero para su caso particular existen distintos mecanismos que los alejan de la informalidad.
Son los casos de los controles volumétricos, la firma electrónica, la obligación de enviar a Pemex cada cuatro horas información de sus ventas, el manejo de cuentas bancarias controladas y las auditorias obligatorias para efectos fiscales.
Darío Celis, “Tiempo de negocios”, Excélsior, 1º de agosto.

Sobre la CETU, dicen que si bien busca lograr una contribución mínima general es necesario proponer algunos ajustes para lograr la seguridad jurídica en la inversión al corto, mediano y largo plazo del sector gasolinero.
En ese sentido, establecen que la tasa es excesiva, sobre todo para contribuyentes con un margen de utilidad mínima.
Las aportaciones de seguridad social como obligación constitucional para el patrón no son deducibles, amén de que no existe régimen de transición para inversiones e inventarios anteriores a 2008 y pérdidas fiscales de ejercicios anteriores al año próximo.
Como si lo anterior no fuera suficiente, indican que los terrenos no son activos fijos para el Impuesto Sobre la Renta (ISR), por lo que se imposibilita su deducción en CETU.
Al respecto, plantean como propuesta una disminución de la tasa, con mecanismos que permitan la deducción de inventarios, activos fijos y pérdidas fiscales anteriores a 2008, así como permitir la deducibilidad de las aportaciones de seguridad social, en virtud de ser una obligación constitucional.
Darío Celis, “Tiempo de negocios”, Excélsior, 1º de agosto.

En relación con las nuevas potestades que la Federación quiere dar a los estados, la Onexpo reconoce que el fortalecimiento de la hacienda pública es una labor que deberá en todo momento comprender a todos los órdenes de gobierno.
El gremio sugiere que para llevar a cabo el cobro de contribuciones a la venta final de gasolina y diesel, los estados establezcan una tasa única homogénea para todo el país, debido a las distorsiones de precios que se podrían dar entre estados colindantes.
Asimismo, adoptar el mismo esquema de cobro que actualmente opera en el Impuesto Especial Sobre Producciones y Servicios (IEPS).
Darío Celis, “Tiempo de negocios”, Excélsior, 1º de agosto.

A contrapelo de las virulentas críticas del sector empresarial, para los economistas integrados al llamado Grupo Huatusco la joya de la corona en la propuesta fiscal del gobierno la constituye la Contribución Empresarial a Tasa Única (CETU).
De hecho, una de las conclusiones de la reunión en que se analizó el tema urge a defender el nuevo tributo, al que se le asigna “un conjunto apreciable de cualidades, entre las que destaca el tratamiento en condiciones de igualdad a las empresas”.
La trinchera se instalaría frente “a todos los ataques de los grupos de interés posiblemente afectados por estar contribuyendo ahora por debajo de su carga fiscal equitativa”.
Alberto Barranco, “Empresa”, El Universal, 2 de agosto.

Cuidarse de la inflación, no del desempleo. La Coparmex propone “Plena autonomía al Banco de México en materia de política monetaria y cambiaria, con la responsabilidad de mantener la estabilidad de los precios y el poder adquisitivo de la moneda, mediante mecanismos del propio mercado”. Cabe decir que en el mundo hay más de un modelo de autonomía para la banca central pero en nuestro país, el Banco de México no tiene la responsabilidad de procurar el crecimiento económico o la creación de empleos, como sí ocurre con el mandato de la Reserva Federal en los Estados Unidos. Aquí, entonces, hay un diseño institucional que atiende a las preocupaciones referidas al control de precios pero no al crecimiento, es decir, con énfasis en la estabilidad macroeconómica nominal soslayando la estabilidad macroeconómica real.
No a los impuestos. La Coparmex aboga por “un nuevo sistema [fiscal] que sea general, es decir, parejo para todos”, “un sistema con pocos y bajos impuestos”. Un tratamiento, parejo para todos, en el caso del Impuesto Sobre la Renta, implica que el ingreso disponible —después de impuestos— de los individuos crezca pero, a la vez, que las posibilidades de acción redistributiva por parte del Estado disminuyan. En un país con la enorme concentración del ingreso que tiene México, dar un trato igual a sujetos desiguales, se convierte en una política regresiva, contraria a la equidad.
Pensiónate a ti mismo. La Coparmex propone que “para integrar a un mayor número de trabajadores a los sistemas de ahorro para el retiro, se debe reforzar los esquemas existentes para los trabajadores al servicio de los gobiernos federal y estatales, incorporándolos a sistemas de cuentas individualizadas”, así como “crear sistemas de ahorro para el retiro con fondos libres con tratamiento fiscal favorable a largo plazo” —con lo cual, los trabajadores de mayores ingresos, por ejemplo, podrían depositar parte de sus rentas en estos fondos y, a través de esa vía, exentar el pago de impuestos.
Ciro Murayama, Crónica, 3 de agosto.

Prevista para realizarse al inicio de la semana, la entrega de posturas técnicas y económicas para el multimillonario contrato para la construcción de la hidroeléctrica La Yesca se aplazó para el martes de la semana próxima.
La razón tiene que ver con la posibilidad de la aprobación de la CETU (Contribución Empresarial a Tasa Única) dentro de la propuesta de reforma hacendaria integral que presentó el gobierno al Congreso.
Digamos que los postores querían certeza de que el tributo no afectaría sus costos a lo largo de la trayectoria del contrato.
El problema se resolvió vía una autorización de la Secretaría de la Función Pública para incluir una cláusula en la que se plantea que cualquier modificación en el marco fiscal desfavorable a la empresa se repercutiría en el precio.
Así como lee usted.
Entre las firmas que están en la pelea anote usted a la Impulsora para el Desarrollo de América Latina (Ideal) de Carlos Slim; al grupo ICA de Bernardo Quintana; a Gutsa, de Juan Diego Gutiérrez Cortina, y a un consorcio italo-brasileño.
Alberto Barranco, “Empresa”, El Universal, 3 de agosto.

A los organismos que han alzado la voz en contra de la reforma fiscal propuesta por el presidente Felipe Calderón, sume ahora a la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga, de Tirso Martínez.
Resulta que la Canacar califica a la iniciativa del gobierno federal de ambigua e imprecisa, ya que, con la Contribución Empresarial a Tasa Única (CETU) y el Impuesto contra la Informalidad (ICI), en lugar de ampliar la base de contribuyentes, cobraría más impuestos a las empresas formales.
El organismo ha pedido al Congreso que, antes de aprobar una reforma, evalúe el impacto que tendría en las operaciones diarias del autotransporte de carga, sector estratégico para el desarrollo nacional.
Asimismo, ha detallado la afectación y los riesgos que para el mencionado sector tendrían la aplicación de la CETU en las condiciones que plantea la propuesta original del Ejecutivo
En específico, los puntos que más preocupan a las huestes de Tirso Martínez con la iniciativa en cuestión son la afectación al costo del financiamiento de los créditos para la modernización de la flota vehicular y la imposibilidad de deducir el pago de maniobras, viáticos y reparaciones menores en la red carretera nacional.
Para esta cámara también ha sido prioridad dejar en claro ante las autoridades que sus agremiados y el autotransporte de carga en general pagan puntualmente sus impuestos y tanto la CETU como el ICI dificultarán el cumplimiento de sus obligaciones fiscales.
Darío Celis, “Tiempo de negocios”, Excélsior, 3 de agosto.

El Consejo Coordinador Empresarial, presidido por Armando Paredes, dijo que sí la apoya, pero pone tales condiciones, que sería mejor no apoyarla: no sólo quieren la deducibilidad de salarios, lo cual es positivo, sino también una baja del 19% al 12% en la tasa de la CETU, situando en su análisis la misma carga fiscal que actualmente tienen las empresas cotizadas en Bolsa, pero no toman en cuenta que hay empresas que hoy eluden al fisco y se trata de que paguen más. Hacienda ya se los dijo.
La filantropía también va en contra del impuesto CETU. Es cierto: hay fundaciones que hacen una labor notable y valiosa, y cuyos resultados están a la vista, e incluso hay algunas a las cuales debemos seguir apoyando como las que viven de las donaciones. Pero hay fundaciones escudadas en la filantropía para evadir al fisco.
Las universidades privadas también estuvieron en contra de la CETU. Y vaya que hay universidades que se reproducen como franquicias, y algunas pertenecen a los fondos de inversión, cuya finalidad son las utilidades y no pagan impuestos. En el sector político-legislativo la situación está igual o peor.
José Yuste, “Activo empresarial”, Excélsior, 15 de agosto.

La Secretaría de Hacienda ha señalado que aceptará ya algunas de las sugerencias que se le han hecho para modificar su propuesta fiscal. Ciertamente uno de los puntos debe ser la deducción de salarios y prestaciones. De otra forma, aun con el acreditamiento por impuestos retenidos, las cifras simplemente no les cuadrarán a muchas empresas. Un amigo incluso me decía que si la CETU entra en vigor tal y como la ha planteado el gobierno, prefiere entregarle las llaves de su empresa al secretario de Hacienda y retirarse.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 16 de agosto.

Grandes firmas, que hasta ahora han encontrado avenidas en la legislación fiscal para deducir sus obligaciones por Impuesto Sobre la Renta y que, al final de los distintos ejercicios, no pagan o acaban pagando muy poco, contribuirán ahora con ese 16% (o 19% más adelante), con ese IVA para empresarios. Bimbo, Maseca, entre otras, entrarían a la lista de empresas que verían incrementar sus contribuciones fiscales de manera significativa. Si los consumidores pagamos un IVA del 15% al grueso de los productos que compramos —con independencia de que, antes, hayamos pagado impuestos por la percepción de los salarios u honorarios profesionales con los que, precisamente, hacemos el desembolso de los bienes que consumimos—, ¿por qué de entrada habría que decir no a que los empresarios cubran, desde el lado de la producción, con su cuota de impuesto? Como dice Emilio Caballero, la CETU “estaría gravando el consumo de los empresarios o de las personas físicas con actividades empresariales” (Ibid).
Ciro Murayama, Crónica, 17 de agosto.

Entre las críticas directas a la CETU, hay dos grandes conjuntos: las de los empresarios, señalando que destruirá el empleo, y las de quienes ven el riesgo de un impuesto a los que menos tienen.
Los primeros, una vez más, insisten en que a mayores impuestos menos inversión y menor generación de empleo. Es el mismo argumento que utilizan contra incrementar el ISR o cualquier modalidad de carga fiscal que les ataña. Pero la realidad indica que en México no se genera empleo aun con bajas cargas fiscales, así que no hay evidencia empírica que otorgue validez a los argumentos de las cúpulas empresariales. (Critican a la CETU, también, por cierto, porque eliminará la exención a las personas morales “sin fines de lucro” y dejará de descontar donaciones hoy mal llamadas “altruistas”. Cabe decir que si hay quien puede reducir sus obligaciones fiscales por hacer contribuciones filantrópicas, en realidad hace que el filántropo resulte el Estado).
Desde otra visión, las críticas se refieren a la posibilidad de que el gravamen del CETU acabe siendo traspasado al consumidor y que ello tenga efectos regresivos. Sin descartar esa eventualidad en algunos casos, mi impresión es que no resulta tan automática la transmisión de la CETU. El hecho de que se pague al mismo momento que el ISR —y que incluso aparezcan como impuestos alternativos— hace que la posibilidad de trasladar el impuesto al consumidor sea muy similar a la que existiría si se quitan desgravaciones para hacer viable el cobro del ISR a quien hoy lo elude. Es decir, siempre se correrá el riesgo de que un empresario pretenda resarcir la disminución de sus ganancias que causan los impuestos aumentando los precios, pero más vale tener control sobre los precios antes que renunciar a cobrar los necesarios impuestos a los beneficios empresariales.
Lejos estamos de la cirugía mayor requerida en recaudación. Pero en tanto ésta no llega, sería grave que incluso esta “miscelánea fiscal” mínima encuentre el enésimo veto de las cúpulas empresariales.
Ciro Murayama, Crónica, 17 de agosto.

El Impuesto a Tasa Única ya puso en alerta amarilla a los transportistas del país quienes, conforme a la visión tanto de las bancadas dirigidas por Emilio Gamboa, Héctor Larios y Javier González Garza, son de aquellos sectores privilegiados a los que debe obligárseles a pagar lo que deben a la hacienda pública encargada a Agustín Carstens.
Pero los transportistas agrupados en la Canacar, que preside Tirso Martínez, la ANTP que lleva Javier Altamirano, la Canapat dirigida por José Antonio Muñiz, aseguran que están dispuestos a que se les quiten las facilidades administración para la exención ciega de hasta 10 por ciento de sus ventas sí se encuentra la forma en que puedan acreditar fiscalmente el “moche” con la policía de caminos, la talacha nocturna de llantas, las comidas al borde de la carretera, los “moches” con el ministerio público cuando les detienen el camión y todos aquellos gastos por los cuales no les extienden recibos de honorarios.
Mauricio Flores, “Gente detrás del dinero”, Milenio, 24 de agosto.

En plena recta final del cabildeo para definir los alcances de la reforma fiscal, que ya muchos ven sólo como una gran miscelánea, el sector privado, en voz del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), que comanda Armando Paredes Arroyo Loza, insistirá con el Ejecutivo y los legisladores en bajar la tasa de la CETU. Y es que, pese a que todo indica que serán deducibles las contribuciones sociales y los salarios, la tasa de 16 por ciento se sigue viendo como muy elevada para mantener las fuentes de empleo. El empresariado, además de solicitar un periodo de transición, se inclina por una tasa más cerca de 12 por ciento, con la intención de no frenar las inversiones que en este año han dado lugar a una importante creación de nuevas fuentes de trabajo.
Rogelio Varela, “Corporativo”, El Financiero, 27 de agosto.

Sin embargo, para quienes conducimos un auto no resulta atractivo que se nos quiera cobrar un impuesto adicional, sobre todo cuando los impuestos que ya pagamos relacionados al vehículo no han redundado siquiera en avenidas transitables. ¿Por qué apoyaríamos un impuesto nuevo si los gobiernos han mostrado su incapacidad con los que ya les hemos pagado?
Así las cosas, uno tendría que apoyar el argumento de la industria automotriz. Duele aceptarlo, porque es el interés de particulares por encima del interés común. Sin embargo, la industria ha mostrado ser la favorita de los políticos para exprimirle cuanto se pueda. A pesar de ello ha mostrado una actitud siempre proactiva para favorecer al consumidor mexicano y para incrementar sus exportaciones.
Los políticos deben aprender a cerrar la pinza de sus argumentos. Si los ciudadanos hemos de apoyar sus políticas públicas, más les valdría explicar los usos específicos del dinero. Pero justo ahora los ciudadanos importamos poco. Los actores relevantes son un puñado de diez diputados y senadores a los que hay que convencer. Con ellos basta.
Carlos Mota, “Cubículo Estratégico”, Milenio, 28 de agosto.

Las siderúrgicas podrán ser tachadas de todo, menos de no saber lo que quieren: la Torre Bicentenario.
Raras veces habíamos visto a todo un sector en favor de una obra privada, ahora politizada. Las siderúrgicas aglutinadas en la Canacero piden abiertamente construir la obra del Grupo Danhos y por la que Marcelo Ebrard encontró otro recodo para pelearse con la Federación.
Las siderúrgicas de Canacero, presidida por Régulo Salinas Garza, son parte del proyecto de la Torre Bicentenario. Y salen a decirlo abiertamente.
Incluso le guiñan al presidente Felipe Calderón en favor de su reforma fiscal, con la cual saldría adelante el Plan Nacional de Infraestructura, pues con él, ellas también se beneficiarían. Todo con tal de sacar la obra capitalina que se transformaría en el edificio más alto de América Latina.
La podrán calificar de brutalmente pragmática, pero la Canacero (Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero) quiere dejar de tener 27% de capacidad instalada sin utilizar. Y la polémica megatorre les ayudaría a resarcir la capacidad ociosa.
La producción de acero de 2006 fue la más alta en los últimos años, con 16.3 millones de toneladas, y aun así utilizó 72.8% de capacidad instalada, dejando 27% de capacidad ociosa.
José Yuste, “Activo Empresarial”, Excélsior, 29 de agosto.

ASÍ COMO VINOS y licores, cervezas y cigarrillos, otro rubro amenazado por los ajustes fiscales de cada año es el de vales de despensa.
En esta ocasión la posibilidad de que las prestaciones sociales no sean deducibles han colocado a este rubro de espaldas contra la pared.
Ayer todavía algunos legisladores señalaban que sí habría deducibilidad para las prestaciones en lo que hace al CETU, este que presentó la SHCP de Agustín Carstens y que fue rebautizado como Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU). La verdad es que en impuestos usted sabe, nada es seguro.
Como quiera en caso de que se elimine la deducibilidad en ayuda de despensa para el 2008, es casi seguro que muchas empresas dejarán de otorgarla a sus empleados, lastimando de forma seria a este rubro.
Además al reorientarse mucho del consumo que hoy se hace con estos vales hacia el canal informal, igualmente otro gremio afectado serán los autoservicios, esto es Wal-Mart de Eduardo Solórzano, Comercial Mexicana de Carlos González Zabalegui, Soriana de Ricardo Martín Bringas y Gigante que lleva Jaime Alverde.
Alberto Aguilar, “Nombres, nombres y nombres”, El Universal, 11 de septiembre.

En total son 3.5 millones los beneficiarios de vales de despensa en el país con un monto de 25 mil 200 millones de pesos.
Dos terceras partes de los trabajadores beneficiados perciben entre 1 y 5 salarios mínimos y se calcula que el grueso es para comprar alimentos.
En el gasto de los hogares la comida representa el 25 por ciento del total, por encima de lo que se destina a transporte, educación, vivienda, vestido y limpieza.
Además el consumo de vales que va íntegro a autoservicios es el 10 por ciento de los ingresos de esos negocios.
El problema ahora es que en caso de monetizarse la ayuda al trabajador, lo que es probable, se da por un hecho que ese consumo se reorientará a la informalidad que ya representa el 33 por ciento de la economía.
En otras palabras, se estima que la SHCP recibirá menos recursos que con el esquema actual, dado que si bien hoy los vales son ciento por ciento deducibles para las empresas, por el otro lado su consumo en las tiendas de autoservicio se acumula a sus ingresos.
Manteniendo el IETU con la deducibilidad de la ayuda a despensa Price calcula que la recaudación andará en 4 mil 32 millones de pesos contra 3 mil 30 millones de pesos si esa prestación se grava.
Como ve el tema es controvertido, puesto que el riesgo está en afectar a los trabajadores en una prestación muy esperada cada mes, sin lograr una mayor recaudación, afectando de paso al negocio formal frente al informal que recibiría un estímulo más. O sea que de todas, todas.
Alberto Aguilar, “Nombres, nombres y nombres”, El Universal, 11 de septiembre.

Esta mañana, a la vera de la reunión habitual del pleno del CCE, habrá un adelanto del ‘grito’, con sombrerazos y estallidos al calce. Sólo que en lugar de mueras a los gachupines, la ira se volverá al ITU… y de pasadita al Congreso
Ahora que habrá quien hable de colgar en las paredes las cabezas de los dirigentes de las cúpulas privadas, que a su juicio no hicieron con rigor las tareas de cabildeo… o de plano se arrugaron.
Lo curioso del caso es que nadie dijo nada cuando se señaló ante la propia asamblea de la cúpula que la reforma fiscal, con ITU (Impuesto de Tasa Única) al calce, era la factura que había que pagar por la llegada al poder del presidente Felipe Calderón.
Más aún, tampoco se objetó el que en el documento planteado al Ejecutivo por el propio CCE, bajo el título de Agenda de Competitividad para 2007, se planteara como meta mínima de recaudación adicional el equivalente a tres puntos del Producto Interno Bruto. Estamos hablando, justo, de lo que pedía la iniciativa de la Secretaría de Hacienda.
Textualmente el documento señalaba que “el debate público plantea el dilema de si el incremento en los ingresos fiscales puede darse ampliando la base de contribuyentes, mediante el combate a la informalidad, o bien si se requiere un cambio en la estructura de los impuestos que extraiga más recursos de los contribuyentes actuales”.
El gobierno, pues, optó por este último camino.
Alberto Barranco, “Empresa”, El Universal, 14 de septiembre.

Y si le seguimos, tampoco hubo gritos cuando el empresario Lorenzo Servitje señaló que a fin de cuentas las empresas debían reconocer que el dinero que se entrega al gobierno no alcanza. / “Nos tenemos que avenir a ello”, señaló a la letra el ex presidente de Bimbo.
Adicionalmente, algunos dirigentes empresariales señalaban por lo bajo que el problema de sus colegas es que no les gusta pagar impuestos, por más que soterradamente se filtraban lo mismo loas que diatribas contra la propuesta
Alberto Barranco, “Empresa”, El Universal, 14 de septiembre.

La paradoja del asunto es que en una patética reacción tardía el propio Consejo Coordinador Empresarial envió un comunicado en el que lanza la carga de ira al Congreso… por más que éste modificó a favor de los empresarios la propuesta planteada por el gobierno… que en su momento se aplaudió.
Textualmente, el documento habla de que se le impone a las empresas “una sobrecarga impositiva” que “constituye un obstáculo a la competitividad nacional, sobre todo si consideramos que las principales economías del mundo han disminuido la tasa de impuestos como una medida para aumentar la recaudación y fomentar el crecimiento y la generación de empleos”.
Alberto Barranco, “Empresa”, El Universal, 14 de septiembre.

El enojo empresarial fue creciendo y hasta Luis Antonio Mahabub, presidente de la Concanaco, argumentó el aspecto inflacionario del IETU: las empresas lo van a trasladar a sus costos.
No necesariamente es así. El IETU es un impuesto de control de tasa única, el cual se dispara sólo si la empresa está pagando un bajo ISR. Además, los brotes inflacionarios podrán frenarse con competencia, donde se obligue a las empresas a ser más eficientes.
El IETU es la columna vertebral del cambio fiscal. Es un impuesto de control que, si llega a funcionar, podrá sustituir al ISR y, en un segundo momento, completarse con el IVA.
José Yuste, “Activo empresarial”, Excélsior, 14 de septiembre.

Que los industriales de la radio y la televisión pagan un doble impuesto.
Una empresa que vende tornillos o zapatos paga su Impuesto Sobre la Renta (o ahora el IETU) y su IVA, por el hecho de que no utilizan un bien público para hacer negocio. Los negocios de la radio y la televisión abiertas utilizan el espectro radioeléctrico, que es un bien público, para obtener utilidades.
Y, como en México ese bien público se ha regalado a quienes lo explotan, se estableció un esquema de remuneración al Estado.
Si el espectro, históricamente, se hubiera subastado para radio y TV, como ha sucedido con otros servicios de telecomunicación, carecerían de sentido los tiempos oficiales.
De hecho, el esquema que determina la asignación de tiempos oficiales y que hoy aprovecha el Senado fue fraguado por las dos televisoras y el Gobierno de Fox.
Enrique Quintana, “Coordenadas”, Reforma, 14 de septiembre.

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