La Habana, 28 de marzo. Al autorizar hoy la libre contratación del servicio de telefonía celular, el gobierno del presidente Raúl Castro eliminó una de las prohibiciones que abundan en la vida cotidiana de los cubanos, como él mismo anunció en diciembre pasado.
La Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) informó que ofrecerá el servicio móvil a personas físicas en prepago, una modalidad que ha estado prohibida desde que comenzó aquí hace 17 años esa rama de la telefonía.
La decisión era esperada hace más de un año, cuando oficinas de Etecsa fueron adaptadas para la contratación masiva.
El diario oficial Granma informó que el servicio se ofrecerá “de manera ordenada y progresiva”, según futuras “regulaciones” del Ministerio de la Informática y las Comunicaciones, lo cual sugiere que la oferta no estará vigente de inmediato ni indiscriminadamente.
Sin embargo, la decisión claramente pone fin a la marginación que padecían los cubanos, excluidos de un servicio que solamente se prestaba a extranjeros, empresas mixtas, funcionarios públicos autorizados y cubanos residentes en el exterior de visita en el país.
Una rendija legal, que permite a los extranjeros o sus empresas contratar más de una línea, facilitó la manera de eludir la norma: los cubanos usaban teléfonos celulares contratados por un extranjero –por amistad o negocio–, abriendo así un sector más del nutrido mercado negro.
Etecsa abordó esos casos de soslayo, al anunciar que los celulares adquiridos “por vía indirecta” serán regularizados con nuevos contratos en favor de los verdaderos usuarios.
La empresa evitó referirse a la prohibición y dijo que abría esta etapa comercial por un plan de inversiones, apoyado en crédito y tecnología de “países amigos”, posible alusión a China y Venezuela, estrechos socios de las telecomunicaciones cubanas.
También indicó que dará prioridad a líneas de uso colectivo en regiones que aún carecen de servicio telefónico.
Los particulares pagarán, igual que los abonados, en pesos convertibles, divisa equivalente a 1.08 dólares estadunidenses, que se cotiza en 24-25 pesos cubanos, la moneda ordinaria del país.
En la forma de prepago, el servicio de móviles cuesta 120 dólares por la activación y entre 36 y 60 centavos de dólar por minuto, según el horario y el destino. Etecsa cobra el tiempo aire tanto en entrada como en salida, aunque provisionalmente aplica la fórmula “el que llama paga” para enlaces desde el exterior.
Con 11 millones 236 mil 790 habitantes, Cuba tenía el año pasado apenas 331 mil 270 usuarios del servicio celular y 999 mil 490 líneas telefónicas fijas instaladas, para una densidad total de 11 líneas en ambas modalidades por cada 100 habitantes, según la Oficina Nacional de Estadísticas.
El mismo indicador en 2005 era de 68 en Chile, 46 en Brasil y 45 en México, en servicio móvil, y de 23 en Brasil, 22 en Chile y 19 en México, en telefonía fija, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones.
Durante la década pasada la telefonía celular fue operada por la empresa Cubacel, integrada por mitades por el Estado cubano y Telecomunicaciones Internacionales de México, S. A. (Timsa), uno de los primeros inversionistas extranjeros en la isla al estallar la crisis económica por la desaparición de la Unión Soviética.
En 1998, Timsa cedió una parte a la canadiense Sherritt y en 2003 ambas empresas se fueron del negocio al unirse Cubacel con Etecsa (telefonía fija).
La nueva compañía de telefonía quedó con 51 por ciento en manos de la estatal Telefónica Antillana (Telan), 27 por ciento para Telecom Italia International y el resto dividido entre otras entidades públicas de la isla.
Pero Cubacel se mantuvo como marca para mantenerse a salvo del litigio que mantuvo Etecsa en los últimos seis años, como garante de la deuda bancaria de Cuba con México, cuyo arreglo este mes facilita la operación comercial de la telefónica cubana.
La Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) informó que ofrecerá el servicio móvil a personas físicas en prepago, una modalidad que ha estado prohibida desde que comenzó aquí hace 17 años esa rama de la telefonía.
La decisión era esperada hace más de un año, cuando oficinas de Etecsa fueron adaptadas para la contratación masiva.
El diario oficial Granma informó que el servicio se ofrecerá “de manera ordenada y progresiva”, según futuras “regulaciones” del Ministerio de la Informática y las Comunicaciones, lo cual sugiere que la oferta no estará vigente de inmediato ni indiscriminadamente.
Sin embargo, la decisión claramente pone fin a la marginación que padecían los cubanos, excluidos de un servicio que solamente se prestaba a extranjeros, empresas mixtas, funcionarios públicos autorizados y cubanos residentes en el exterior de visita en el país.
Una rendija legal, que permite a los extranjeros o sus empresas contratar más de una línea, facilitó la manera de eludir la norma: los cubanos usaban teléfonos celulares contratados por un extranjero –por amistad o negocio–, abriendo así un sector más del nutrido mercado negro.
Etecsa abordó esos casos de soslayo, al anunciar que los celulares adquiridos “por vía indirecta” serán regularizados con nuevos contratos en favor de los verdaderos usuarios.
La empresa evitó referirse a la prohibición y dijo que abría esta etapa comercial por un plan de inversiones, apoyado en crédito y tecnología de “países amigos”, posible alusión a China y Venezuela, estrechos socios de las telecomunicaciones cubanas.
También indicó que dará prioridad a líneas de uso colectivo en regiones que aún carecen de servicio telefónico.
Los particulares pagarán, igual que los abonados, en pesos convertibles, divisa equivalente a 1.08 dólares estadunidenses, que se cotiza en 24-25 pesos cubanos, la moneda ordinaria del país.
En la forma de prepago, el servicio de móviles cuesta 120 dólares por la activación y entre 36 y 60 centavos de dólar por minuto, según el horario y el destino. Etecsa cobra el tiempo aire tanto en entrada como en salida, aunque provisionalmente aplica la fórmula “el que llama paga” para enlaces desde el exterior.
Con 11 millones 236 mil 790 habitantes, Cuba tenía el año pasado apenas 331 mil 270 usuarios del servicio celular y 999 mil 490 líneas telefónicas fijas instaladas, para una densidad total de 11 líneas en ambas modalidades por cada 100 habitantes, según la Oficina Nacional de Estadísticas.
El mismo indicador en 2005 era de 68 en Chile, 46 en Brasil y 45 en México, en servicio móvil, y de 23 en Brasil, 22 en Chile y 19 en México, en telefonía fija, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones.
Durante la década pasada la telefonía celular fue operada por la empresa Cubacel, integrada por mitades por el Estado cubano y Telecomunicaciones Internacionales de México, S. A. (Timsa), uno de los primeros inversionistas extranjeros en la isla al estallar la crisis económica por la desaparición de la Unión Soviética.
En 1998, Timsa cedió una parte a la canadiense Sherritt y en 2003 ambas empresas se fueron del negocio al unirse Cubacel con Etecsa (telefonía fija).
La nueva compañía de telefonía quedó con 51 por ciento en manos de la estatal Telefónica Antillana (Telan), 27 por ciento para Telecom Italia International y el resto dividido entre otras entidades públicas de la isla.
Pero Cubacel se mantuvo como marca para mantenerse a salvo del litigio que mantuvo Etecsa en los últimos seis años, como garante de la deuda bancaria de Cuba con México, cuyo arreglo este mes facilita la operación comercial de la telefónica cubana.
Nota de Gerardo Arreola, La Jornada, 29 de marzo.
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