El secretario general ejecutivo de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), Rafael López Castañares, estalló: “¡Ya basta de que le den tanto a los políticos para las campañas! ¡Ya basta!”. Si esos recursos se invirtieran en educación y desarrollo científico “hubiéramos resuelto la pandemia (de influenza A/H1N1) más rápidamente” y el país “cambiaría en todo”.
Ante la crisis económica que vivimos, señaló, es “urgente” que las universidades privadas se pronuncien sobre las medidas que adoptarán para enfrentar la contingencia monetaria y evitar la pérdida de estudiantes, pues hasta el momento sólo las de carácter público han asumido acciones en este sentido.
Entrevistado en el contexto de la presentación del programa para la formación de directores de la educación media superior, manifestó: “ojalá que el Instituto Federal Electoral (IFE) haga algo y regule mucho más” el financiamiento, porque es de suma importancia dar mayor apoyo económico a la enseñanza y la actividad científica.
“Es un llamado permanente que hacemos en la ANUIES. Reconocemos los apoyos que nos dan, pero también señalamos que nos faltan más apoyos y recursos que quizás no deban destinarse a acciones que la gente debe hacer motu proprio.”
Existe enorme capacidad en la planta docente
–En un escenario utópico, ¿qué pasaría si el dinero de las campañas electorales se destinara a la ciencia y la educación? –se le preguntó.
–Hubiéramos resuelto la pandemia más rápidamente, utópicamente hablando. Si no tenemos laboratorios nacionales e internacionales, si no tenemos muchas cuestiones para fabricar tanto producto que requiere el país, (pero) sí tenemos una capacidad enorme en lo que es nuestra planta docente, en nuestros investigadores.
“Soy el primero en reconocer que tenemos investigadores de primera línea en todas las áreas, pero no tenemos trabajo o espacios para ellos. Entonces, utópicamente hablando, montos como éstos (los de las campañas) ¡imagínate, serían fenomenales! Porque son permanentes, constantes, y lo único a lo que nosotros nos comprometeríamos es a lo que siempre hacemos: a dar resultados.”
Manifestó que si México invirtiera tres por ciento del producto interno bruto (PIB) en lugar del 0.35 que destina a la investigación, el país cambiaría en todo. Se requieren laboratorios en diferentes áreas, “necesitamos más hidroeléctricas, termoeléctricas; necesitamos muchas cosas más, no sé cuántos laboratorios, pero son muchos, en ingeniería, en estructuras, en química molecular, en filosofía, en arte”.
Por otra parte, indicó que es importante que las universidades privadas hagan un pronunciamiento sobre las alternativas para evitar la pérdida de alumnos ante la escasez económica, porque este tiempo es “muy delicado para todos, para ellos también”.
Ante la crisis económica que vivimos, señaló, es “urgente” que las universidades privadas se pronuncien sobre las medidas que adoptarán para enfrentar la contingencia monetaria y evitar la pérdida de estudiantes, pues hasta el momento sólo las de carácter público han asumido acciones en este sentido.
Entrevistado en el contexto de la presentación del programa para la formación de directores de la educación media superior, manifestó: “ojalá que el Instituto Federal Electoral (IFE) haga algo y regule mucho más” el financiamiento, porque es de suma importancia dar mayor apoyo económico a la enseñanza y la actividad científica.
“Es un llamado permanente que hacemos en la ANUIES. Reconocemos los apoyos que nos dan, pero también señalamos que nos faltan más apoyos y recursos que quizás no deban destinarse a acciones que la gente debe hacer motu proprio.”
Existe enorme capacidad en la planta docente
–En un escenario utópico, ¿qué pasaría si el dinero de las campañas electorales se destinara a la ciencia y la educación? –se le preguntó.
–Hubiéramos resuelto la pandemia más rápidamente, utópicamente hablando. Si no tenemos laboratorios nacionales e internacionales, si no tenemos muchas cuestiones para fabricar tanto producto que requiere el país, (pero) sí tenemos una capacidad enorme en lo que es nuestra planta docente, en nuestros investigadores.
“Soy el primero en reconocer que tenemos investigadores de primera línea en todas las áreas, pero no tenemos trabajo o espacios para ellos. Entonces, utópicamente hablando, montos como éstos (los de las campañas) ¡imagínate, serían fenomenales! Porque son permanentes, constantes, y lo único a lo que nosotros nos comprometeríamos es a lo que siempre hacemos: a dar resultados.”
Manifestó que si México invirtiera tres por ciento del producto interno bruto (PIB) en lugar del 0.35 que destina a la investigación, el país cambiaría en todo. Se requieren laboratorios en diferentes áreas, “necesitamos más hidroeléctricas, termoeléctricas; necesitamos muchas cosas más, no sé cuántos laboratorios, pero son muchos, en ingeniería, en estructuras, en química molecular, en filosofía, en arte”.
Por otra parte, indicó que es importante que las universidades privadas hagan un pronunciamiento sobre las alternativas para evitar la pérdida de alumnos ante la escasez económica, porque este tiempo es “muy delicado para todos, para ellos también”.
Karina Avilés, La Jornada, 21 de mayo.
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