Acudir a las urnas este 5 de julio para anular el voto representaría un retroceso para el sistema político, sin embargo, se debe reconocer como una manifestación ciudadana de rechazo ante una evidente crisis de los partidos y un desencanto de los capitalinos por la participación en la vida política de la Ciudad.
En ello coincidieron académicos durante un foro que se llevó a cabo en REFORMA.
"El movimiento en ciernes para anular el voto es un error gravísimo, en el sentido de que todo espacio político que se vacía se tiende a llenar.
"Si la gente, conscientemente, retira a los ciudadanos de las urnas o dejan las boletas en blanco, lo que están haciendo es que esos huecos se van a llenar, y no ciertamente de lo mejor, se le está diciendo 'no' a la política", expresó José Fernández Santillán, politólogo especialista en temas de la sociedad civil del Tecnológico de Monterrey campus Ciudad de México.
Actualmente, diversas agrupaciones mantienen una campaña, especialmente a través de Internet, para invitar a los electores a anular su voto en el proceso intermedio de este 2009.
Los especialistas consideraron que el origen de dicho llamado puede explicarse por distintas causas, tales como la percepción de que los partidos políticos se encuentran fraccionados, por el desencanto de los capitalinos hacia los funcionarios y legisladores actuales, o bien puede ser una protesta contra el funcionamiento de la democracia o del sistema político.
"Quienes están llamando a anular el voto señalan que está en crisis el sistema de partidos, y yo podría decir que, en buena medida, sí lo está, porque lo que hemos visto es a grupos de dirigentes que tienen maniatados a los propios partidos, que tienen el control y que son los que aparecen como los que toman todas las decisiones", dijo Juan Reyes del Campillo, ex consejero del IEDF.
Sin embargo, acudir a las urnas para manifestar el rechazo a los candidatos y no escoger a ningún representante en las boletas también es una forma válida de expresión ciudadana.
"Los que van a anular su voto, van a ir a las urnas, de alguna manera es una posición política, no creo que sirva, eso es personal, pero creo que es una posición tan respetable como la de la gente que sí va a votar por un partido político", subrayó Ana María Fernández Poncela, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana.
Aun así, y a pesar de que el movimiento en pro de la anulación del voto pueda contar con la legitimidad de la participación en las urnas, hacerlo implica "boicotear" el régimen democrático, reviró Fernández Santillán.
"Existe la idea de que los partidos políticos son malos y la ciudadanía es buena, eso está mal, porque los partidos se crearon en este País y en esta Ciudad con una lucha política que costó vidas, y hoy el sistema político que tenemos, quizás no sea el ideal, pero hay que sostenerlo, y hay que mejorarlo, no hay que boicotearlo", externó.
Fernández Poncela añadió que también hay electores quienes, a pesar de que van a votar este 5 de julio, consideran a la mayoría de los políticos como corruptos.
Luis Fernando Reyes, Reforma, 8 de junio.
En ello coincidieron académicos durante un foro que se llevó a cabo en REFORMA.
"El movimiento en ciernes para anular el voto es un error gravísimo, en el sentido de que todo espacio político que se vacía se tiende a llenar.
"Si la gente, conscientemente, retira a los ciudadanos de las urnas o dejan las boletas en blanco, lo que están haciendo es que esos huecos se van a llenar, y no ciertamente de lo mejor, se le está diciendo 'no' a la política", expresó José Fernández Santillán, politólogo especialista en temas de la sociedad civil del Tecnológico de Monterrey campus Ciudad de México.
Actualmente, diversas agrupaciones mantienen una campaña, especialmente a través de Internet, para invitar a los electores a anular su voto en el proceso intermedio de este 2009.
Los especialistas consideraron que el origen de dicho llamado puede explicarse por distintas causas, tales como la percepción de que los partidos políticos se encuentran fraccionados, por el desencanto de los capitalinos hacia los funcionarios y legisladores actuales, o bien puede ser una protesta contra el funcionamiento de la democracia o del sistema político.
"Quienes están llamando a anular el voto señalan que está en crisis el sistema de partidos, y yo podría decir que, en buena medida, sí lo está, porque lo que hemos visto es a grupos de dirigentes que tienen maniatados a los propios partidos, que tienen el control y que son los que aparecen como los que toman todas las decisiones", dijo Juan Reyes del Campillo, ex consejero del IEDF.
Sin embargo, acudir a las urnas para manifestar el rechazo a los candidatos y no escoger a ningún representante en las boletas también es una forma válida de expresión ciudadana.
"Los que van a anular su voto, van a ir a las urnas, de alguna manera es una posición política, no creo que sirva, eso es personal, pero creo que es una posición tan respetable como la de la gente que sí va a votar por un partido político", subrayó Ana María Fernández Poncela, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana.
Aun así, y a pesar de que el movimiento en pro de la anulación del voto pueda contar con la legitimidad de la participación en las urnas, hacerlo implica "boicotear" el régimen democrático, reviró Fernández Santillán.
"Existe la idea de que los partidos políticos son malos y la ciudadanía es buena, eso está mal, porque los partidos se crearon en este País y en esta Ciudad con una lucha política que costó vidas, y hoy el sistema político que tenemos, quizás no sea el ideal, pero hay que sostenerlo, y hay que mejorarlo, no hay que boicotearlo", externó.
Fernández Poncela añadió que también hay electores quienes, a pesar de que van a votar este 5 de julio, consideran a la mayoría de los políticos como corruptos.
Luis Fernando Reyes, Reforma, 8 de junio.
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