El ex director del IFE y senador del PRD, Arturo Núñez, admitió que el voto en blanco es una protesta contra el sistema de partidos, que no ha podido consolidarse, pero ante el movimiento social que promueve la anulación del sufragio pidió a los ciudadanos que “voten, aunque sea por el menos malo”.
En ese sentido, el especialista en asuntos electorales e impulsor de la reforma que se aplicará en esta contienda ponderó que la anulación del sufragio promovería que el voto duro de los partidos se imponga y haya una Cámara de Diputados con poca legitimidad.
“Yo creo que hay que votar, aunque sea con el criterio de votar por el menos malo, pero hay que votar. México necesita de la participación ciudadana activa, no sólo de la crítica y del rechazo por más justas que sean las razones que se invocan para que así se exprese”, insistió el ex director del IFE.
En un comunicado, Núñez Jiménez llamó a la sociedad a ejercer su derecho el próximo 5 de julio, al considerar que la llamada campaña del voto en blanco es “totalmente legítima en su reclamo”, y argumentó:
“Los partidos han estado por debajo del desempeño que reclama México, en lo individual como en conjunto; sin embargo, la gente debe votar y ser partícipe en los cambios que el país requiere.
“Sin lugar a dudas, hay muchas razones para asumir que el sistema de partidos está mal, pues no auspició esencialmente que haya menos legitimidad política y que desaparezcan los partidos. Lo que hay que hacer es obligar a su reforma y esto debe ser con participación activa y constructiva, no solamente con un voto de rechazo e inconformidad”, planteó el político tabasqueño.
Denunció que dentro del contexto del llamado al voto en blanco hay que decir que hay poderes fácticos dentro de la sociedad mexicana que le están disputando a los partidos la nueva pluralidad, la nueva diversificación de las fuentes de poder y reclaman su cuota de poder, al sostener un discurso antipolítica, anticongreso y antipartidos.
En ese sentido, Núñez Jiménez sostuvo que ejercer la práctica de no sufragar en la próxima elección sin lugar a dudas beneficiará a una Cámara de Diputados con poca legitimidad, pero también fortalecerá a aquellos partidos con más capacidad de convocar su voto duro.
En ese sentido, el especialista en asuntos electorales e impulsor de la reforma que se aplicará en esta contienda ponderó que la anulación del sufragio promovería que el voto duro de los partidos se imponga y haya una Cámara de Diputados con poca legitimidad.
“Yo creo que hay que votar, aunque sea con el criterio de votar por el menos malo, pero hay que votar. México necesita de la participación ciudadana activa, no sólo de la crítica y del rechazo por más justas que sean las razones que se invocan para que así se exprese”, insistió el ex director del IFE.
En un comunicado, Núñez Jiménez llamó a la sociedad a ejercer su derecho el próximo 5 de julio, al considerar que la llamada campaña del voto en blanco es “totalmente legítima en su reclamo”, y argumentó:
“Los partidos han estado por debajo del desempeño que reclama México, en lo individual como en conjunto; sin embargo, la gente debe votar y ser partícipe en los cambios que el país requiere.
“Sin lugar a dudas, hay muchas razones para asumir que el sistema de partidos está mal, pues no auspició esencialmente que haya menos legitimidad política y que desaparezcan los partidos. Lo que hay que hacer es obligar a su reforma y esto debe ser con participación activa y constructiva, no solamente con un voto de rechazo e inconformidad”, planteó el político tabasqueño.
Denunció que dentro del contexto del llamado al voto en blanco hay que decir que hay poderes fácticos dentro de la sociedad mexicana que le están disputando a los partidos la nueva pluralidad, la nueva diversificación de las fuentes de poder y reclaman su cuota de poder, al sostener un discurso antipolítica, anticongreso y antipartidos.
En ese sentido, Núñez Jiménez sostuvo que ejercer la práctica de no sufragar en la próxima elección sin lugar a dudas beneficiará a una Cámara de Diputados con poca legitimidad, pero también fortalecerá a aquellos partidos con más capacidad de convocar su voto duro.
Milenio, 15 de junio.
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