Mario di Costanzo, candidato del Partido del Trabajo (PT) a diputado federal, advirtió que Iztapalapa levantó a ese instituto político entre 6 y 8 puntos, situándolo en 12 por ciento de la preferencia electoral, lo cual abre la posibilidad de que tanto él como Jaime Cárdenas Gracia y Gerardo Fernández Noroña se alcen con el triunfo en los comicios del domingo próximo.
En entrevista, señaló que la bancada petista podría quedar con 18 o 20 diputados, los cuales trabajarán cuatro propuestas: combate a monopolios, reforma fiscal para que las grandes empresas paguen impuestos, modificación presupuestal para eliminar el gasto superfluo del gobierno y así mejorar el de inversión social y productiva, y transparencia y rendición de cuentas. Una adicional es la figura de revocación de mandato.
Di Costanzo manifestó que el golpeteo contra el movimiento nacional que encabeza Andrés Manuel López Obrador responde al temor de que sus legisladores frenen las reformas privatizadoras del gobierno federal, “que apuntan a la protección de los grandes empresarios.
“Una de las primeras propuestas que haremos –apuntó– será que se instaure una comisión de la verdad que investigue los delitos financieros y los cometidos durante las privatizaciones y los rescates financieros.”
Resaltó que existe la posibilidades de conseguir la presidencia de la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados, que se otorga al grupo minoritario de legisladores. Así, abundó, se podrán fiscalizar las cuentas públicas de Vicente Fox y Felipe Calderón, así como los ilícitos ya mencionados.
Se mostró convencido de que obtendrán el triunfo, porque la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) de anular la candidatura de Clara Brugada a la jefatura delegacional de Iztapalapa para “imponer” a Silvia Oliva, de ser un “atentado” contra López Obrador, pasó a ser “un impulso para nuestras campañas”. En estos momentos, aseguró, “Jaime Cárdenas, Fernández Noroña y yo gozamos de amplia aceptación”.
Antes de esa resolución el PT andaba en 4 por ciento de la preferencia electoral, y “ahorita debemos andar en 12 por ciento”, resaltó.
Iztapalapa, aseguró el secretario de la hacienda pública del “gobierno legítimo” de México, es ahora referente en la batalla electoral, porque puede significar la “desaparición de (la corriente perredista) Nueva Izquierda si pierde, o sería un golpe muy fuerte para el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, la Economía Popular y la Soberanía Nacional el que fueran derrotados de manera ilegal sus candidatos”.
Consideró que sólo podrían perder a consecuencia de un fraude electoral, aunque no descartó que Nueva Izquierda opere el domingo próximo para ensuciar la elección, y si les revierte el triunfo acudir al TEPJF a solicitar una vez más su intervención para que se anulen casillas.
“Ése es uno de nuestros grandes temores, pero de ninguna manera aceptaremos una imposición del tribunal ni un fraude. Haremos lo necesario para defender la voluntad de la gente en Iztapalapa.” Hasta tomar el tribunal, advirtió.
Los de esa corriente perredista, insistió, “son capaces de llegar a todo, porque no se trata de una lucha por el control de la demarcación. Ya se habla de desvíos de recursos dentro de la delegación por más de 100 millones de pesos. Entonces, para ellos es una guerra por su libertad, pues muchos podrían ser sujetos de responsabilidad si se comprueban malos manejos anteriores”, indicó.
En entrevista, señaló que la bancada petista podría quedar con 18 o 20 diputados, los cuales trabajarán cuatro propuestas: combate a monopolios, reforma fiscal para que las grandes empresas paguen impuestos, modificación presupuestal para eliminar el gasto superfluo del gobierno y así mejorar el de inversión social y productiva, y transparencia y rendición de cuentas. Una adicional es la figura de revocación de mandato.
Di Costanzo manifestó que el golpeteo contra el movimiento nacional que encabeza Andrés Manuel López Obrador responde al temor de que sus legisladores frenen las reformas privatizadoras del gobierno federal, “que apuntan a la protección de los grandes empresarios.
“Una de las primeras propuestas que haremos –apuntó– será que se instaure una comisión de la verdad que investigue los delitos financieros y los cometidos durante las privatizaciones y los rescates financieros.”
Resaltó que existe la posibilidades de conseguir la presidencia de la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados, que se otorga al grupo minoritario de legisladores. Así, abundó, se podrán fiscalizar las cuentas públicas de Vicente Fox y Felipe Calderón, así como los ilícitos ya mencionados.
Se mostró convencido de que obtendrán el triunfo, porque la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) de anular la candidatura de Clara Brugada a la jefatura delegacional de Iztapalapa para “imponer” a Silvia Oliva, de ser un “atentado” contra López Obrador, pasó a ser “un impulso para nuestras campañas”. En estos momentos, aseguró, “Jaime Cárdenas, Fernández Noroña y yo gozamos de amplia aceptación”.
Antes de esa resolución el PT andaba en 4 por ciento de la preferencia electoral, y “ahorita debemos andar en 12 por ciento”, resaltó.
Iztapalapa, aseguró el secretario de la hacienda pública del “gobierno legítimo” de México, es ahora referente en la batalla electoral, porque puede significar la “desaparición de (la corriente perredista) Nueva Izquierda si pierde, o sería un golpe muy fuerte para el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, la Economía Popular y la Soberanía Nacional el que fueran derrotados de manera ilegal sus candidatos”.
Consideró que sólo podrían perder a consecuencia de un fraude electoral, aunque no descartó que Nueva Izquierda opere el domingo próximo para ensuciar la elección, y si les revierte el triunfo acudir al TEPJF a solicitar una vez más su intervención para que se anulen casillas.
“Ése es uno de nuestros grandes temores, pero de ninguna manera aceptaremos una imposición del tribunal ni un fraude. Haremos lo necesario para defender la voluntad de la gente en Iztapalapa.” Hasta tomar el tribunal, advirtió.
Los de esa corriente perredista, insistió, “son capaces de llegar a todo, porque no se trata de una lucha por el control de la demarcación. Ya se habla de desvíos de recursos dentro de la delegación por más de 100 millones de pesos. Entonces, para ellos es una guerra por su libertad, pues muchos podrían ser sujetos de responsabilidad si se comprueban malos manejos anteriores”, indicó.
Alma Muñoz, La Jornada, 1º de julio.
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