Cuestiona Carpizo gestión de Soberanes

La gestión de José Luis Soberanes al frente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en la última década "tiene más sombras que luces", afirmó ayer Jorge Carpizo, investigador emérito de la UNAM.

"Con 10 años de trabajo, igual que en todas las tareas, hay luces y sombras, aunque en el análisis que he realizado creo que hay más sombras que luces", señaló el ex Ombudsman.

El también ex Rector de la UNAM expresó su confianza en que en el proceso que iniciará el Senado para designar al nuevo titular de la CNDH no se violarán las garantías de las organizaciones civiles, como, sostuvo, ocurrió en 2004.

"Pensamos que no lo va hacer ahora el Senado, como lo hizo hace 5 años, que incluso hay personas que piensan que la urna fue rellenada. Esto ameritaría una profunda investigación. Yo confío en que en el actual Senado todo se va a llevar a cabo como dice la Constitución", apuntó.

El jurista consideró que el artículo noveno de la Constitución es insuficiente para definir el perfil del titular del organismo, por lo que expuso las características que la persona que pretenda detentar este cargo debe tener.

"No es un cargo burocrático más, ni un cargo político, debe demostrar que sí cree en la causa de los derechos humanos. No es posible que el representante de la CNDH ande viajando, no es un dandy, es un defensor de los derechos humanos", afirmó.

Llamó a que el nuevo Ombudsman, dé pruebas de austeridad, pues a decir del ex secretario de Gobernación, no es posible que en un país donde la mitad de la población vive con menos de dos dólares al día, el titular de la CNDH ostente una vida de lujo.

"No es posible verlo en banquetes. Es el protector del pueblo. ¿Desde un banquete va a defender a un pueblo hambriento?".

Además, debe demostrar conocimiento de sus facultades y mostrar una lealtad infinita a la causa y valentía para enfrentar a fuerzas, políticas y sociales.

Uno de los aspectos que destacó el doctor en derecho fue la honradez y la congruencia que deben acompañar al que llamó el "Ombudsman criollo".

"No puede declarar una cosa un día y otra cosa al siguiente, porque corre el riesgo de perder la confianza de la sociedad", dijo.

La labor de un Ombudsman es actuar con imparcialidad, subrayó, pues su tarea es política, "no puede estar buscando quedar bien con los grupos de poder".

Durante su participación en la mesa "Procesos institucionales y perfiles personales para la renovación de los organismos públicos de derechos humanos", realizada en el Instituto de Investigaciones Jurídicas el jueves pasado, dijo que el Ombudsman debe tener un compromiso con la verdad.
Adriana Alatorre, Reforma, 30 de agosto.

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