Cuidan periodistas a periodistas

Una amenaza anónima es recibida en su sala de redacción. Un reportero está a punto de ser enviado a una zona donde dos cárteles pelean el territorio. Un capo de la droga o una institución pretende obligar a un reportero a publicar información a favor un grupo criminal. ¿Cómo enfrenta un periodista con ética y responsabilidad estas amenazas?

Reporteros experimentados en el área de seguridad diseñaron protocolos como parte del curso “Cobertura Segura: Guías para el Ejercicio Periodístico en Situaciones de Alto Riesgo”. Las guías podrán ser consultadas de forma libre en la página coberturasegura.wikispaces.com.

El curso —que duró cinco semanas y concluyó este sábado 29 de mayo en Guadalajara, Jalisco— fue diseñado por el Centro de Periodismo Digital (CPD) y el Centro Internacional para Periodistas (ICFJ), asociados a la Universidad de Guadalajara y auspiciados por la Embajada de Estados Unidos en México.

Durante las mesas de trabajo, reporteros de Sinaloa, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Chiapas, Puebla, Baja California y DF abordaron el tema de la ética y se pronunciaron por respetar “tu vida y la de tus fuentes; evaluar al equipo y revisar las firmas y el abordaje de la información”.

“Hay que seguir nuestra ética personal, ser honesto y buen ser humano, mantener un nivel de vida sencilla y no fanfarrones, respetar la ley, ser coherentes y no ser ostentosos. ¿Por qué?, por congruencia”, expresaron los periodistas.

En el caso de las amenazas, afirmaron que si un colega es amenazado, todos son amenazados. “No hay diferencias entre reporteros por nivel riesgo. Todo reportero debe conocer de protocolos de seguridad”, dijeron.

Los periodistas de Cobertura Segura advirtieron que antes de decidir enviar a un reportero a una zona caliente en la redacción, deben reunirse con directivos y editor para analizar escenarios (no salir a la calle sin antes tener un plan de trabajo).

“Debemos analizar y contextualizarnos con la zona “caliente” e informar a alguien de confianza sobre la zona a la que se acudirá”, detallaron.

Recomendaron que en caso de amenazas personales, tratar los casos de forma particular para evitar pánico en las redacciones.

El curso fue impartido por Jorge Luis Sierra, periodista y analista mexicano especializado en temas de seguridad, defensa y conflictos armados, quien cubrió la guerra de Irak en octubre de 2003 y ha analizado la lucha contra el terrorismo internacional.

También por el reportero mexicano Darío Dávila, quien ha dirigido equipos de redacción y escrito para los diarios Noroeste, Vanguardia, El Mañana, Emeequis, Reporte Índigo y ha sido becario de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano.

James Breiner, director del Centro de Periodismo, becario de la fundación Knight y ex director general del Baltimore Business Journal, aseguró que los periodistas son los pilares de la comunicación y ahora es indispensable organizarse en grupos gremiales para su propia seguridad.

Christopher Teal, cónsul de prensa y cultura del consulado de Estados Unidos en Guadalajara, señaló que ante la gravedad del problema por de falta de libertad de expresión y de prensa amenazada “todos perdemos: pierde México y perdemos nosotros, porque queremos tener socios fuertes. Y ésta es una forma de ayudarlo”.



© Periodistas seguros

Aproximarse a las ONG’s, ellas pueden además acercarnos a fuentes confiables, brindarnos información documental más rápido que la fuente oficial, y contactarnos con víctimas del crimen organizado, secuestros, desapariciones forzadas.

Caminar la ciudad ayuda a olfatear fuentes. Salir a la calle con ojos de niño. Sentir en “zonas calientes” el temor, la zozobra, en que viven sus habitantes, los ciudadanos de a pie.

Crear un ambiente de empatía con la fuente, que sienta que nos estamos poniendo en sus zapatos, ser psicólogos callejeros, solidarizarnos con lo que les ocurre.

Ser humildes cuando la ruta de información precisamente no es la correcta y virar.

© Seguridad en la calle

Informar y discutir con la redacción, el editor o coordinador la información que se va a cubrir y todas las vertientes que impliquen.

Saber dónde se ubicará el reportero para desarrollar el trabajo.

Tratar de ir acompañado del fotógrafo o de alguien.

Tratar de realizar las entrevistas en lugares públicos y concurridos, con acceso fácil.

Empaparse e investigar lo más que se pueda de la situación y de las personas involucradas.

Platicar con la redacción, editor o coordinador los aspectos que se generen de la información, para definir cómo trabajarlos, sin poner en riesgo a nadie.
La Crónica, 31 de mayo.

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