Mockus, el “genio” que busca el poder

BUENOS AIRES.— Desde muy niño tuvo que cargar con el mote de “genio” por culpa de haber aprendido a leer a los dos años y haber demostrado, años después, una singular habilidad para las matemáticas. De genio a Antanas Mokus, 58 años y padre de cuatro hijos, sólo le queda su figura y la posibilidad de volver a revalidar esas credenciales en el caso ganar las elecciones presidenciales de hoy.

Su fama de “loco” la carga desde el Liceo Francés, donde aún figura en el cuadro de honor por sus altas calificaciones. Matemático graduado en la Universidad de Gijón con una maestría en Filosofía de la Universidad Nacional de Colombia, de la que fue rector a comienzos de los años 90.

Excéntrico, siempre buscando sorprendentes caminos para lograr sus metas y las alternativas para conseguir lo que se propone, este hijo de lituanos llegó a la alcaldía de Bogotá, cuando nadie lo creía en 1995, a la que renunció dos años después para ser candidato a presidente. Atrás había dejado su histórica bajada de pantalones en una asamblea universitaria, durante una huelga, para que lo dejaran hablar, su programa para concientizar ciudadanos, dirigida por mimos desparramados en la ciudad y su casamiento en la jaula de domadores de leones en un circo.

Ya había puesto proa hacia la presidencia, sin importarle que era demasiado pronto. Las encuestas no le fueron favorables y se transformó en el candidato a vicepresidente de Noemí Sanín, sin suerte.

Si bien en el resto del país le dieron la espalda, los bogotanos le dieron una nueva oportunidad y lo volvieron elegir alcalde en 2001, seguros de que volvería a transformar la capital del país como lo había hecho durante su corta gestión.

En esos cuatro años concluyó la reurbanización de vastos sectores de la ciudad y mejoró aún más su perfil de político nacional. Sólo la unión con otros dos ex alcaldes, Enrique Peñaloza y Lucho Garzón, le permitió armar en un tiempo récord el Partido Verde, que lo abandera.

Fueron su popularidad y sagacidad para comunicar las que le dieron la victoria en la elección interna de marzo, cuando sólo poseía 3% de la intención del voto a nivel nacional.

Con la victoria bajo el brazo, sus posibilidades aumentaron levemente, sumó a otro alcalde, el de Medellín, Sergio Fajardo, y su candidatura subió como la espuma. No porque denigre lo hecho por Álvaro Uribe, ni porque proponga algo muy diferente, sino porque despertó una pasión inusitada por la política en los nuevos votantes y en aquellos que además de políticas de seguridad quieren un estilo de gobierno menos autoritario y más construcción social.

Mockus representa sin duda el paradigma del nuevo político latinoamericano.

El que más allá de lo ideológico busca llegar de maneras diferentes a la sociedad y ampliar el universo de la política, con propuestas por momentos llamativas y por otros arriesgadas, como la de intentar demostrar que todo eso que se dijo en cuanto a que Colombia no la salva ni un genio es, por lo menos, materia opinable.

José Vales corresponsal, El Universal, 30 de mayo.