La Habana, 30 de octubre. El presidente Luiz Inacio Lula da Silva visita Cuba por segunda vez en el año, como parte de una ofensiva estratégica para convertir a Brasil en el principal socio económico de la isla, lo que incluye la entrada de la estatal Petrobras para la búsqueda de petróleo en aguas profundas del Golfo de México.
Lula llegó en la tarde del jueves a La Habana, donde sólo se quedará 24 horas. De inmediato se reunió con el presidente Raúl Castro y, entre otros asuntos, lo invitó a la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo, a celebrarse el 16 y 17 de diciembre, en Salvador de Bahía.
Después de la visita del mandatario brasileño en enero pasado a Cuba, el canciller Celso Amorim vino en mayo y habló con Castro, tras lo cual mostró su entusiasmo con lo que llamó la “nueva fase” económica de Cuba, pronosticó que la isla “va a ser una especie de tigre asiático”, comparable a Vietnam, y dijo que Brasil quería ser su primer socio.
Más allá de una posible fórmula protocolaria, la frase implica que Brasil puede ser un aliado de Cuba de las dimensiones de Venezuela, un horizonte que para la isla representaría su momento de más sólida relación con América Latina, tras el derrumbe de la Unión Soviética hace casi dos décadas.
Intercambio bilateral por 450 millones de dólares
Hasta ahora los resultados son aún modestos. Según fuentes cubanas, Brasil es el segundo socio latinoamericano de la isla, después de Venezuela, con un intercambio de 450 millones de dólares. Aquí hay una fábrica binacional de cigarrillos y un proyecto para construir una planta de lubricantes.
Brasil mantiene abierta una línea de crédito para la venta de alimentos a Cuba por 200 millones de dólares, y hay otra acordada para obras de infraestructura por 150 millones de dólares.
Este viernes Lula tiene previsto asistir a la firma del contrato de riesgo para la prospección petrolera en el Golfo de México y encabezará la apertura de una oficina de la Agencia de Promoción de Exportaciones e Inversiones de Brasil.
También se entrevistará con el general de división Ramón Pardo Guerra, jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, el cuerpo encargado de las movilizaciones de seguridad en casos de desastres naturales y no se descarta que visite a Fidel Castro, recluido por enfermedad desde hace más de dos años
Lula llegó en la tarde del jueves a La Habana, donde sólo se quedará 24 horas. De inmediato se reunió con el presidente Raúl Castro y, entre otros asuntos, lo invitó a la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo, a celebrarse el 16 y 17 de diciembre, en Salvador de Bahía.
Después de la visita del mandatario brasileño en enero pasado a Cuba, el canciller Celso Amorim vino en mayo y habló con Castro, tras lo cual mostró su entusiasmo con lo que llamó la “nueva fase” económica de Cuba, pronosticó que la isla “va a ser una especie de tigre asiático”, comparable a Vietnam, y dijo que Brasil quería ser su primer socio.
Más allá de una posible fórmula protocolaria, la frase implica que Brasil puede ser un aliado de Cuba de las dimensiones de Venezuela, un horizonte que para la isla representaría su momento de más sólida relación con América Latina, tras el derrumbe de la Unión Soviética hace casi dos décadas.
Intercambio bilateral por 450 millones de dólares
Hasta ahora los resultados son aún modestos. Según fuentes cubanas, Brasil es el segundo socio latinoamericano de la isla, después de Venezuela, con un intercambio de 450 millones de dólares. Aquí hay una fábrica binacional de cigarrillos y un proyecto para construir una planta de lubricantes.
Brasil mantiene abierta una línea de crédito para la venta de alimentos a Cuba por 200 millones de dólares, y hay otra acordada para obras de infraestructura por 150 millones de dólares.
Este viernes Lula tiene previsto asistir a la firma del contrato de riesgo para la prospección petrolera en el Golfo de México y encabezará la apertura de una oficina de la Agencia de Promoción de Exportaciones e Inversiones de Brasil.
También se entrevistará con el general de división Ramón Pardo Guerra, jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, el cuerpo encargado de las movilizaciones de seguridad en casos de desastres naturales y no se descarta que visite a Fidel Castro, recluido por enfermedad desde hace más de dos años
Gerardo Arreola, La Jornada, 31 de octubre.
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