El arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda, manifestó su solidaridad al arzobispo de Durango, Héctor González, quien denunció haber sido encañonado en un retén. En abril, el jerarca de ese estado aseveró que en la entidad “todo el mundo, menos las autoridades”, conoce la guarida de Joaquín Chapo Guzmán.
“La Iglesia no tiene temor y no se quedará callada”, advirtió Suárez Inda durante la inauguración de las jornadas de historia “Iglesia, Independencia y Revolución”, que se realizan en la Universidad Pontificia.
Recordó que muchos han tratado de amordazar a la Iglesia, “la verdad siempre incomoda y en ese sentido, tenemos que ser testigos hasta el martirio si fuera necesario, pero en este momento la Iglesia actúa con claridad, con firmeza”.
El jerarca de Morelia sostuvo que él personalmente no ha recibido amenazas, “no he tenido ningún momento de temor, de amenaza, nunca me han hecho llegar ningún mensaje a mí”.
Sin embargo, dijo estar convencido que se debe tener valentía, decisión y prudencia también para enfrentarse a esa situación, de narcotráfico.
“Todos estamos expuestos, todos estamos metidos en un clima de riesgo y de inseguridad, entonces la Iglesia siempre estará a favor de la vida, de la justicia, de un orden económico justo en donde todos estos negocios perversos del narcotráfico no sean la tentación para los cristianos, pero desgraciadamente muchos han caído en el anzuelo del dinero fácil”, dijo el arzobispo.
Alberto Suárez Inda descartó que el arzobispo de Durango requiera una escolta, “no creo que sea necesario, él ya lo dijo: le dijeron disculpe usted señor, váyase y siga”. De tal manera que no lo persiguieron por ser el arzobispo, sino que estaban en una situación de reconocimiento y de ver quién pasa”.
Consideró que la situación de Héctor González fue un caso particular que se vive dada la presencia de mafias y de grupos organizados que quizá trataron de reaccionar ante una declaración que podía ser una denuncia que, como se ha dicho que si el arzobispo tiene elementos “y es bueno que los lleve a las instancias correspondientes”.
Sostuvo que el Episcopado Mexicano ha mostrado su solidaridad al arzobispo de Durango con su amistad y “haciendo ver que él es un hombre honesto, que ha actuado siempre con rectitud y que estamos con él (...), el Episcopado apoya al arzobispo de Durango, no necesitamos hacer otro tipo de publicidad glamorosa, él lo sabe bien”.
“La Iglesia no tiene temor y no se quedará callada”, advirtió Suárez Inda durante la inauguración de las jornadas de historia “Iglesia, Independencia y Revolución”, que se realizan en la Universidad Pontificia.
Recordó que muchos han tratado de amordazar a la Iglesia, “la verdad siempre incomoda y en ese sentido, tenemos que ser testigos hasta el martirio si fuera necesario, pero en este momento la Iglesia actúa con claridad, con firmeza”.
El jerarca de Morelia sostuvo que él personalmente no ha recibido amenazas, “no he tenido ningún momento de temor, de amenaza, nunca me han hecho llegar ningún mensaje a mí”.
Sin embargo, dijo estar convencido que se debe tener valentía, decisión y prudencia también para enfrentarse a esa situación, de narcotráfico.
“Todos estamos expuestos, todos estamos metidos en un clima de riesgo y de inseguridad, entonces la Iglesia siempre estará a favor de la vida, de la justicia, de un orden económico justo en donde todos estos negocios perversos del narcotráfico no sean la tentación para los cristianos, pero desgraciadamente muchos han caído en el anzuelo del dinero fácil”, dijo el arzobispo.
Alberto Suárez Inda descartó que el arzobispo de Durango requiera una escolta, “no creo que sea necesario, él ya lo dijo: le dijeron disculpe usted señor, váyase y siga”. De tal manera que no lo persiguieron por ser el arzobispo, sino que estaban en una situación de reconocimiento y de ver quién pasa”.
Consideró que la situación de Héctor González fue un caso particular que se vive dada la presencia de mafias y de grupos organizados que quizá trataron de reaccionar ante una declaración que podía ser una denuncia que, como se ha dicho que si el arzobispo tiene elementos “y es bueno que los lleve a las instancias correspondientes”.
Sostuvo que el Episcopado Mexicano ha mostrado su solidaridad al arzobispo de Durango con su amistad y “haciendo ver que él es un hombre honesto, que ha actuado siempre con rectitud y que estamos con él (...), el Episcopado apoya al arzobispo de Durango, no necesitamos hacer otro tipo de publicidad glamorosa, él lo sabe bien”.
Mariana Viayra Ramírez, Crónica, 13 de mayo.
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