Impulsarán paras y FARC siembra de coca

Solían ser enemigos a muerte, envueltos en una guerra de diez años por controlar extensos territorios del sureste de Colombia, pero ahora, golpeados, los paramilitares de Pedro Guerrero y guerrilleros de las FARC al mando de John 40 han hecho un pacto de agresión y para mantener vivo el negocio de siembra de coca, según autoridades.

En El Retorno, un poblado de 7 mil habitantes, en el departamento de Guaviare, otrora conocido como epicentro de la cocaína en la región, sus habitantes admiten la extraña alianza.

Ya no se atacan, los “muchachos”(guerrilleros) y los para’ (paramilitares), se respetan”, dice Fernando, un transportador que viaja constantemente entre las zonas rurales y el casco urbano de este pueblo construido alrededor de una larga calle principal que se extiende poco más de un kilómetro.

Para la Fiscalía, detrás de esa alianza está un ciudadano brasileño, Paulo Torres (alias El Canoso), señalado como artífice de un plan para mantener las rutas que la guerrilla colombiana explotaba con el detenido capo Luiz Fernando da Costa (alias Fernandinho Beira Mar), preso en Brasil tras ser capturado en Colombia en 2001.

La alianza de Guerrero, alias Cuchillo y Genner García (John 40), jefe del frente 43 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se gestó a fines de 2007 cuando el ejército mató en un bombardeo a Tomás Medina.

De acuerdo con autoridades colombianas y estadunidenses, Medina fue por años responsable de suministrar cocaína a capos brasileños, a cambio de armas que estos obtenían en la Triple Frontera (el punto donde confluyen Brasil, Paraguay y Argentina).

Guerrero, que según la policía encabeza unos 500 hombres del llamado Ejército Revolucionario Popular Antisubversivo Colombiano (ERPAC), pactó con John 40 una tregua, para evitar que los choques mutuos los distraigan mientras son perseguidos.

Habitantes de las riveras del río Guaviare recuerdan que Guerrero llegó en los años 80. “Primero fue soldado o policía y después se metió a la mafia con (Gonzalo) Rodríguez Gacha”, un poderoso capo abatido en 1990, recuerda Eliseo Medina, campesino de 60 años.

En 1997, según el expediente de la Fiscalía, Cuchillo diseñó y participó en la masacre de 49 campesinos en Mapiripán, que marcó el ingreso de los paramilitares de ultraderecha al sureste de Colombia, tradicional fortín de la guerrilla.

Desde entonces, paramilitares y FARC sostuvieron una guerra, cuyas principales víctimas eran los campesinos cocaleros obligados a vender su mercancía a uno u otro.

Según la Fiscalía, la nueva alianza incluye a colombianos, brasileños y venezolanos y lleva la cocaína desde el sureste de Colombia hacia pistas en Surinam y el estado venezolano de Apure, donde es reembarcada a EU y Europa, con escalas en Sierra Leona y otros países de la costa oeste de África.

No reelección

El escritor peruano Mario Vargas Llosa aconsejó al presidente colombiano Álvaro Uribe no aspirar a un tercer mandato, pues “sería una lástima y afearía una gestión magnífica”.

“No se puede subir con unas reglas de juego y cambiarlas en el poder porque eso deteriora las instituciones”, dijo Vargas Llosa en la cadena de tv Caracol, en alusión a un posible tercer mandato presidencial.

Vargas Llosa llegó ayer a Bogotá de paso hacia Venezuela, donde el jueves participará en un coloquio sobre la libertad de prensa en ese país.

El Retorno, Colombia. AFP, Milenio, 27 de mayo.

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