Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de las Casas, aseguró que ya es tiempo de elegir a legisladores y autoridades que impulsen reformas en materia de libertad religiosa.
“¡No teman a la Iglesia! Los obispos y sacerdotes no ambicionamos el poder político, sino libertad para ofrecer la luz que hemos encontrado en Jesucristo, sin imponerla a nadie”, indicó.
Criticó que los partidos y candidatos no buscan una reforma en materia de libertad religiosa e incluso algunos buscan endurecer la normatividad para “garantizar” el Estado laico.
Lamento que se intente retornar a la Constitución de 1917 e incluso algunos vean a la iglesia católica como un poder político que amenaza las libertades de los no católicos.
“Se ve que no conocen legislaciones religiosas de otros países más avanzados en democracia. Piensan que libertad religiosa es lo mismo que libertad de culto y de creencias, ya garantizadas en la legislación actual. Su ignorancia religiosa les lleva a pensar que a Dios se le puede reducir al hogar y a la conciencia personal, y encerrarlo en un templo”, dijo.
El obispo de San Cristóbal de las Casas dijo que la falta de formación espiritual de algunos actores políticos les impide ver que la fe impacta en otros ámbitos como el político, económico, la educación y hasta el deporte.
Cuestiona ataque de partidos
En un mensaje titulado “Libertad religiosa y elecciones”, se refirió a los alcances de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, en la que se establecen las sanciones a quien quebrante la ley.
Arizmendi Esquivel dijo que existe una contradicción en las leyes ya que se les autoriza a expresar su opinión en materia de asuntos religiosos y no ser objeto de discriminación por sus creencias, pero continuamente con atacados por algunos partidos y candidatos, “los contradicen clara y abiertamente”.
“¿Ellos sí tienen derecho a destruir valores fundamentales de nuestra fe y hacer campañas en su contra, con el dinero de nuestros impuestos, y nosotros somos discriminados, amenazados y amordazados por defender nuestra fe? ¿Debemos ocultar o disimular nuestra fe, por el miedo de ser sancionados?”, manifestó el prelado.
Indicó que aquellos que afirmen que el cristianismo nada tiene que ver con la política partidista y el ejercicio del poder público no conocen los que aglutina su fe, “que engloba toda la existencia, privada y pública, no para imponerla a otros, sino para vivirla con libertad”.
“¡No teman a la Iglesia! Los obispos y sacerdotes no ambicionamos el poder político, sino libertad para ofrecer la luz que hemos encontrado en Jesucristo, sin imponerla a nadie”, indicó.
Criticó que los partidos y candidatos no buscan una reforma en materia de libertad religiosa e incluso algunos buscan endurecer la normatividad para “garantizar” el Estado laico.
Lamento que se intente retornar a la Constitución de 1917 e incluso algunos vean a la iglesia católica como un poder político que amenaza las libertades de los no católicos.
“Se ve que no conocen legislaciones religiosas de otros países más avanzados en democracia. Piensan que libertad religiosa es lo mismo que libertad de culto y de creencias, ya garantizadas en la legislación actual. Su ignorancia religiosa les lleva a pensar que a Dios se le puede reducir al hogar y a la conciencia personal, y encerrarlo en un templo”, dijo.
El obispo de San Cristóbal de las Casas dijo que la falta de formación espiritual de algunos actores políticos les impide ver que la fe impacta en otros ámbitos como el político, económico, la educación y hasta el deporte.
Cuestiona ataque de partidos
En un mensaje titulado “Libertad religiosa y elecciones”, se refirió a los alcances de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, en la que se establecen las sanciones a quien quebrante la ley.
Arizmendi Esquivel dijo que existe una contradicción en las leyes ya que se les autoriza a expresar su opinión en materia de asuntos religiosos y no ser objeto de discriminación por sus creencias, pero continuamente con atacados por algunos partidos y candidatos, “los contradicen clara y abiertamente”.
“¿Ellos sí tienen derecho a destruir valores fundamentales de nuestra fe y hacer campañas en su contra, con el dinero de nuestros impuestos, y nosotros somos discriminados, amenazados y amordazados por defender nuestra fe? ¿Debemos ocultar o disimular nuestra fe, por el miedo de ser sancionados?”, manifestó el prelado.
Indicó que aquellos que afirmen que el cristianismo nada tiene que ver con la política partidista y el ejercicio del poder público no conocen los que aglutina su fe, “que engloba toda la existencia, privada y pública, no para imponerla a otros, sino para vivirla con libertad”.
Noemí Gutiérrez, El Universal, 2 de julio.
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