Presume PGR complicidades en oleada de ataques


La Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada investiga la presunta complicidad de agentes de todos los niveles de gobierno en los ataques realizados en Michoacán, Guerrero y Guanajuato contra instalaciones y elementos de la Policía Federal (PF).

Ayer, de manera oficial, la Procuraduría General de la República anunció que la SIEDO atrajo ya la indagatoria sobre todos los hechos.

Las agresiones son adjudicadas a la autodenominada Familia Michoacana, tras la detención, el fin de semana pasado, de Arnoldo Rueda Miranda, La Minsa, considerado por las autoridades como uno de los principales operadores de la organización criminal.

De acuerdo con los primeros datos de la diligencia, las células y comandos encargados de perpetrar ofensivas, emboscadas y ejecuciones conocían a detalle los movimientos e itinerarios del personal de la PF que hasta el momento ha sido atacado.

Se indaga si detalles de las rutas, procedimientos y estrategias seguidas por los federales fueron filtrados desde la propia corporación o desde comandancias estatales y municipales que conocían los recorridos diseñados por la dependencia federal.

Otro de los elementos considerados en la averiguación es la libertad con la que se han movilizado por diversos puntos del territorio michoacano y guerrerense los grupos armados a los que se les ha encomendado consumar los ataques.

Según la PF, la embestida ha sido coordinada por Servando Gómez Martínez, La Tuta, quien asumió el control operativo de La Familia tras la captura de La Minsa y quien tiene entre sus aliados a Julio César Godoy Toscano, medio hermano del gobernador michoacano Leonel Godoy.

El martes, pese a que se utilizó para el traslado un autobús turístico, 30 elementos federales fueron emboscados sobre la autopista Morelia-Lázaro Cárdenas, a la altura del municipio de La Huacana, con un saldo de tres heridos. Debieron ser rescatados con helicópteros.

Un hecho más fue la ejecución de 12 efectivos (11 varones y una mujer) que realizaban trabajos de investigación en el municipio de Arteaga, mientras se encontraban fuera de servicio y viajaban en autos sin logotipos oficiales.

El 13 de julio sus cadáveres también fueron abandonados en el entronque carretero de la autopista Cárdenas-Morelia y el poblado de Nuevo Centro de Población, un kilómetro antes de llegar a la caseta de cobro Las Cañas, en La Huacana.

Daniel Blancas Madrigal, Crónica, 16 de julio.

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