CARACAS (Agencias).— El gobierno venezolano ejecutó ayer la “intervención temporal” de las dos mayores empresas productoras del café del país, a las que acusó de especulación, mientras una treintena de motociclistas afectos al presidente Hugo Chávez atacó instalaciones de Globovisión.
El grupo, presuntamente liderado por la dirigente de la Unidad Popular Venezolana (UPV), Lina Ron, atacó la planta del canal con bombas lacrimógenas y agregió al personal de seguridad con objetos contundentes, lo que habría dejado como resultado un guardia de seguridad herido y numerosos empleados afectados por los efectos de las bombas lacrimógenas.
El director general de Globovisión, Alberto Federico Ravell, responsabilizó al gobierno por los hechos violentos ocurridos en la sede del canal: “Señor presidente, si usted lo que quiere es asesinarnos, si usted lo que quiere hacer es acabar con nosotros, hágalo de una vez, pero no mande a su gente a un canal de televisión que prácticamente no tiene guardias armados”.
La Sociedad Interamericana de Prensa condenó la “violencia desatada” contra Globovisión y pidió a los gobiernos democráticos de América reprobar las acciones contra la prensa independiente de ese país. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos manifestó su “profunda preocupación”.
Por otra parte, el ministro de Agricultura y Tierras, Elías Jaua, denunció que las empresas procesadoras de café Fama de América y El Peñón generan un desabastecimiento del producto para luego solicitar un incremento en los precios.
La decisión se produce luego de que los directivos de estas empresas anunciaran la semana pasada el inminente cierre de las procesadoras por falta de café para transformar. Jaua desmintió que hubiese escasez de materia prima, asegurando la producción local es “suficiente” para abastecer el mercado local.
“Sabemos que esta empresa (Fama de América) compró este año una cantidad de café cuatro veces superior a sus necesidades y vamos a investigar qué pasó con ese café”, dijo Jaua.
El ministro de Comercio, Eduardo Samán, denunció que Fama de América y El Peñón tendrían un “oligopolio” que controla 80% del mercado cafetero de Venezuela, lo que violaría la Constitución de ese país.
Ambos funcionarios recalcaron que la medida tiene una aplicación de tres meses. Samán precisó que de comprobarse prácticas monipólicas o contrabando, “vamos a proponer la medida de expropiación”.
Desde la red
Mientras el gobierno arremetía contra las procesadoras, la radio lo desafiaba y operaba por internet. FM CNB 102.3 pasó a operar por la red junto con otras cuatro emisoras del Circuito Nacional Belfort (CNB), tras la decisión del gobierno del presidente Hugo Chávez de no renovar los permisos de transmisión a 34 emisoras, argumentando diversas causas administrativas y acusándolas de operar “de manera ilegal”.
“Hoy se está coartando la libertad de expresión... hoy usted está dejando de tener una opción; mañana no sabemos cuántas”, dijo el locutor Juan Carlos Rutilo, al hablar a sus radioescuchas desde internet.
Y en medio de una plaza del este de la capital, CBN 102.3 instaló un estudio al aire libre para realizar sus programas habituales. “Por ahora esa es nuestra conexión con el público”, dijo J. J. Bartolomeo, de Relaciones Institucionales de CNB.
El grupo, presuntamente liderado por la dirigente de la Unidad Popular Venezolana (UPV), Lina Ron, atacó la planta del canal con bombas lacrimógenas y agregió al personal de seguridad con objetos contundentes, lo que habría dejado como resultado un guardia de seguridad herido y numerosos empleados afectados por los efectos de las bombas lacrimógenas.
El director general de Globovisión, Alberto Federico Ravell, responsabilizó al gobierno por los hechos violentos ocurridos en la sede del canal: “Señor presidente, si usted lo que quiere es asesinarnos, si usted lo que quiere hacer es acabar con nosotros, hágalo de una vez, pero no mande a su gente a un canal de televisión que prácticamente no tiene guardias armados”.
La Sociedad Interamericana de Prensa condenó la “violencia desatada” contra Globovisión y pidió a los gobiernos democráticos de América reprobar las acciones contra la prensa independiente de ese país. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos manifestó su “profunda preocupación”.
Por otra parte, el ministro de Agricultura y Tierras, Elías Jaua, denunció que las empresas procesadoras de café Fama de América y El Peñón generan un desabastecimiento del producto para luego solicitar un incremento en los precios.
La decisión se produce luego de que los directivos de estas empresas anunciaran la semana pasada el inminente cierre de las procesadoras por falta de café para transformar. Jaua desmintió que hubiese escasez de materia prima, asegurando la producción local es “suficiente” para abastecer el mercado local.
“Sabemos que esta empresa (Fama de América) compró este año una cantidad de café cuatro veces superior a sus necesidades y vamos a investigar qué pasó con ese café”, dijo Jaua.
El ministro de Comercio, Eduardo Samán, denunció que Fama de América y El Peñón tendrían un “oligopolio” que controla 80% del mercado cafetero de Venezuela, lo que violaría la Constitución de ese país.
Ambos funcionarios recalcaron que la medida tiene una aplicación de tres meses. Samán precisó que de comprobarse prácticas monipólicas o contrabando, “vamos a proponer la medida de expropiación”.
Desde la red
Mientras el gobierno arremetía contra las procesadoras, la radio lo desafiaba y operaba por internet. FM CNB 102.3 pasó a operar por la red junto con otras cuatro emisoras del Circuito Nacional Belfort (CNB), tras la decisión del gobierno del presidente Hugo Chávez de no renovar los permisos de transmisión a 34 emisoras, argumentando diversas causas administrativas y acusándolas de operar “de manera ilegal”.
“Hoy se está coartando la libertad de expresión... hoy usted está dejando de tener una opción; mañana no sabemos cuántas”, dijo el locutor Juan Carlos Rutilo, al hablar a sus radioescuchas desde internet.
Y en medio de una plaza del este de la capital, CBN 102.3 instaló un estudio al aire libre para realizar sus programas habituales. “Por ahora esa es nuestra conexión con el público”, dijo J. J. Bartolomeo, de Relaciones Institucionales de CNB.
El Universal, 4 de agosto.
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