La imposición de una visa a los mexicanos que visitan Canadá se debe sólo al aumento radical de falsos refugiados que ingresan y no tiene nada qué ver con las acciones del gobierno mexicano, aseguró el primer ministro canadiense, Stephen Harper.
Dijo que las leyes de refugiados son el problema porque en Canadá “es muy fácil pedir ser refugiado y que esto sea falso”, y admitió que la medida que tomó es poco justa para los que sí merecen el refugio y los trabajadores migrantes.
En tanto, el presidente Felipe Calderón dejó claro que el tema de las visas “evidentemente dificulta o entorpece la buena relación que, tanto el ministro Harper, como un servidor, queremos tener entre Canadá y México”.
Harper dijo que “en ausencia de un cambio legislativo, es muy difícil que nuestros gobiernos controlen esto más que imponiendo una visa”, afirmó en el mensaje conjunto ofrecido junto con Barack Obama y Felipe Calderón.
El primer ministro canadiense anunció que los trabajos con el gobierno mexicano continuarán para tratar de limitar los efectos negativos de la visa en este país.
“Es importante entender que esta decisión no tiene nada que ver con las acciones del gobierno mexicano, el cual ha cooperado con nosotros en esfuerzos para detener este problema en particular, para limitarlo, y sigue trabajando con nosotros de manera en que podamos revertirlo”, afirmó.
La visa, dijo Harper, es la única opción de Canadá ante el fenómeno de los refugiados mexicanos porque “necesitamos otras herramientas de nuestro Parlamento para detener el flujo de aquellos que de manera falsa piden el estatuto de refugiados”.
Al respecto, el presidente Felipe Calderón reiteró que “en México se deplora y se lamenta profundamente, se rechaza esta decisión”, aunque admitió el derecho del gobierno canadiense a tomarla y entiende las explicaciones que Harper le ha ofrecido.
También dijo que a pesar de la imposición de visas, México busca que la agenda con Canadá no se detenga por dicho asunto y que se mantenga el trabajo para aprovechar las oportunidades económicas para el progreso de la región de Norteamérica.
Dijo que las leyes de refugiados son el problema porque en Canadá “es muy fácil pedir ser refugiado y que esto sea falso”, y admitió que la medida que tomó es poco justa para los que sí merecen el refugio y los trabajadores migrantes.
En tanto, el presidente Felipe Calderón dejó claro que el tema de las visas “evidentemente dificulta o entorpece la buena relación que, tanto el ministro Harper, como un servidor, queremos tener entre Canadá y México”.
Harper dijo que “en ausencia de un cambio legislativo, es muy difícil que nuestros gobiernos controlen esto más que imponiendo una visa”, afirmó en el mensaje conjunto ofrecido junto con Barack Obama y Felipe Calderón.
El primer ministro canadiense anunció que los trabajos con el gobierno mexicano continuarán para tratar de limitar los efectos negativos de la visa en este país.
“Es importante entender que esta decisión no tiene nada que ver con las acciones del gobierno mexicano, el cual ha cooperado con nosotros en esfuerzos para detener este problema en particular, para limitarlo, y sigue trabajando con nosotros de manera en que podamos revertirlo”, afirmó.
La visa, dijo Harper, es la única opción de Canadá ante el fenómeno de los refugiados mexicanos porque “necesitamos otras herramientas de nuestro Parlamento para detener el flujo de aquellos que de manera falsa piden el estatuto de refugiados”.
Al respecto, el presidente Felipe Calderón reiteró que “en México se deplora y se lamenta profundamente, se rechaza esta decisión”, aunque admitió el derecho del gobierno canadiense a tomarla y entiende las explicaciones que Harper le ha ofrecido.
También dijo que a pesar de la imposición de visas, México busca que la agenda con Canadá no se detenga por dicho asunto y que se mantenga el trabajo para aprovechar las oportunidades económicas para el progreso de la región de Norteamérica.
Lorena López en Guadalajara, Milenio, 11 de agosto.
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