El opositor Guillermo Fariñas, quien cumple hoy 89 días de huelga de hambre, afirmó estar dispuesto “a suspender la huelga si el gobierno libera con licencia extrapenal a diez de los más enfermos presos políticos”, de 26 que reclamaba en un principio.
El disidente también aseguró que las autoridades cubanas comenzarán a trasladar, a partir de mañana, a presos políticos a cárceles en sus provincias de origen y atenderá en hospitales a los más enfermos.
Fariñas dijo que el obispo auxiliar de La Habana, Juan de Dios Hernández, lo visitó la tarde de ayer. En esa reunión le informó que el secretario del Consejo de Estado (Ejecutivo), Homero Acosta, llamó al cardenal Jaime Ortega para anunciarle la decisión en torno al traslado de presos.
Una fuente de la Iglesia, que prefirió no ser identificada, confirmó a la AFP la información del disidente, quien estimó entre 15 y 18 los presos que deberán ser trasladados.
Acosta llamó a Ortega “para decirle que a partir del lunes comenzarán a ser trasladados hacia sus provincias los presos políticos que estuvieran fuera de ellas, para acercarlos a sus familias; y que los que estén enfermos van a ser ingresados”, aseguró Fariñas por teléfono desde el hospital de la central ciudad de Santa Clara, donde sigue su ayuno.
Fariñas, quien dijo confiar en la gestión de la Iglesia, dijo estar dispuesto a dejar su ayuno si el gobierno libera al menos diez presos y define con la Iglesia un calendario para otras excarcelaciones. “Cuando lleguen a 10 los liberados y la Iglesia me diga que hay un calendario para las otras liberaciones (16), yo perfectamente dejaré la huelga”, se comprometió.
“Yo creo que el papel que está asumiendo la Iglesia es el que debe asumir, es un papel de interlocutor válido tanto para nosotros (…) como para el gobierno”, dijo Fariñas telefónicamente a MILENIO.
Agregó que está “a la espera”, probablemente la semana entrante, “de una nueva reunión con jerarcas de la Iglesia católica cubana”, que ayer recibieron en La Habana a las Damas de Blanco, como parte de la mediación que realiza esa institución, con aprobación del gobierno.
Fariñas, quien ya comienza a sufrir problemas renales por el ayuno iniciado el 24 de febrero, informó de la reunión de ayer entre “el cardenal Jaime Ortega y las Damas de Blanco” y dijo esperar que los prelados le hagan “una propuesta concreta que, si es decorosa, la aceptaremos”.
Tras reunirse el miércoles pasado con el presidente Raúl Castro, el cardenal Ortega informó que las conversaciones para la excarcelación de presos “todavía continúan”, aunque hay “seriedad” por parte del gobierno en ese sentido, y recomendó a Fariñas tener “confianza” en las gestiones que realiza.
El cardenal se reunió cuatro horas con el presidente Castro después de negociar y obtener aprobación para que las Damas de Blanco se manifiesten por las calles de La Habana en demanda de la libertad de sus familiares presos, sin solicitar previamente la autorización de las autoridades.
No obstante, las conversaciones ahora se relacionan con la negativa de las Damas a aceptar que en sus marchas sólo participen, como reclaman las autoridades, las mujeres que tienen familiares presos y no otras que se denominan “damas de apoyo” y suelen ser mayoritarias en las demostraciones públicas del grupo.
La Habana/M.J. Somoza/Agencias, Milenio, 23 de mayo.
El disidente también aseguró que las autoridades cubanas comenzarán a trasladar, a partir de mañana, a presos políticos a cárceles en sus provincias de origen y atenderá en hospitales a los más enfermos.
Fariñas dijo que el obispo auxiliar de La Habana, Juan de Dios Hernández, lo visitó la tarde de ayer. En esa reunión le informó que el secretario del Consejo de Estado (Ejecutivo), Homero Acosta, llamó al cardenal Jaime Ortega para anunciarle la decisión en torno al traslado de presos.
Una fuente de la Iglesia, que prefirió no ser identificada, confirmó a la AFP la información del disidente, quien estimó entre 15 y 18 los presos que deberán ser trasladados.
Acosta llamó a Ortega “para decirle que a partir del lunes comenzarán a ser trasladados hacia sus provincias los presos políticos que estuvieran fuera de ellas, para acercarlos a sus familias; y que los que estén enfermos van a ser ingresados”, aseguró Fariñas por teléfono desde el hospital de la central ciudad de Santa Clara, donde sigue su ayuno.
Fariñas, quien dijo confiar en la gestión de la Iglesia, dijo estar dispuesto a dejar su ayuno si el gobierno libera al menos diez presos y define con la Iglesia un calendario para otras excarcelaciones. “Cuando lleguen a 10 los liberados y la Iglesia me diga que hay un calendario para las otras liberaciones (16), yo perfectamente dejaré la huelga”, se comprometió.
“Yo creo que el papel que está asumiendo la Iglesia es el que debe asumir, es un papel de interlocutor válido tanto para nosotros (…) como para el gobierno”, dijo Fariñas telefónicamente a MILENIO.
Agregó que está “a la espera”, probablemente la semana entrante, “de una nueva reunión con jerarcas de la Iglesia católica cubana”, que ayer recibieron en La Habana a las Damas de Blanco, como parte de la mediación que realiza esa institución, con aprobación del gobierno.
Fariñas, quien ya comienza a sufrir problemas renales por el ayuno iniciado el 24 de febrero, informó de la reunión de ayer entre “el cardenal Jaime Ortega y las Damas de Blanco” y dijo esperar que los prelados le hagan “una propuesta concreta que, si es decorosa, la aceptaremos”.
Tras reunirse el miércoles pasado con el presidente Raúl Castro, el cardenal Ortega informó que las conversaciones para la excarcelación de presos “todavía continúan”, aunque hay “seriedad” por parte del gobierno en ese sentido, y recomendó a Fariñas tener “confianza” en las gestiones que realiza.
El cardenal se reunió cuatro horas con el presidente Castro después de negociar y obtener aprobación para que las Damas de Blanco se manifiesten por las calles de La Habana en demanda de la libertad de sus familiares presos, sin solicitar previamente la autorización de las autoridades.
No obstante, las conversaciones ahora se relacionan con la negativa de las Damas a aceptar que en sus marchas sólo participen, como reclaman las autoridades, las mujeres que tienen familiares presos y no otras que se denominan “damas de apoyo” y suelen ser mayoritarias en las demostraciones públicas del grupo.
La Habana/M.J. Somoza/Agencias, Milenio, 23 de mayo.
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