Obama trabaja por una reforma migratoria

WASHINGTON (Agencias).— El presidente estadounidense, Barack Obama, impulsa un acercamiento con los republicanos para lograr el apoyo a un proyecto de reforma migratoria presentado el mes pasado por senadores demócratas.
“Ha habido conversaciones adicionales y acercamiento a personal de las oficinas de los senadores republicanos y seguimos trabajando con los senadores que presentaron la propuesta para convertirla en un proyecto de ley”, indicó a Notimex una fuente de la Casa Blanca.

En tanto, el senador Harry Reid, líder de la mayoría demócrata, acusó a senadores republicanos de negarse a una reforma migratoria, y reconoció que la ley antiinmigrante de Arizona los hizo enfocarse en el asunto. “Este tema exige nuestra atención y creo que es muy triste que no logremos que los republicanos se nos unan al menos a presentar un proyecto de ley ante el pleno del Senado”, dijo Reid en el programa Al Punto de la cadena Univisión.

Sin dar una fecha específica, Obama ha reiterado varias veces su apoyo a una reforma “este año”, incluso en una manifestación masiva del pasado 21 de marzo en Washington y, más recientemente, en la celebración del 5 de mayo, aunque ha reconocido la falta de “apetito” en el Congreso por un tema tan polémico en un año electoral.

El 20 de abril, desde el avión presidencial Air Force One, el mandatario llamó a varios republicanos, incluidos el nuevo senador de Massachusetts, Scott Brown, y el senador Richard Lugar, quien recientemente pidió suspender las deportaciones de estudiantes indocumentados que llegaron de niños al país.

La lista incluyó, además, a los republicanos George LeMieux, Lisa Murkowski y Judd Gregg, según informó el sitio electrónico The Huffington Post.

El 23 de abril en una ceremonia de naturalización, Obama urgió a 11 republicanos que en 2007 votaron a favor de una reforma migratoria integral a apoyar un nuevo esfuerzo. El mandatario busca el respaldo a una propuesta de legislación presentada a fines del mes pasado por el líder demócrata en el Senado, Harry Reid, y sus colegas Robert Menéndez y Charles Schumer, basada en una iniciativa bipartidista anunciada en marzo por Schumer y el republicano Lindsey Graham.

A fin de enfrentar las críticas de los republicanos que han pedido medidas más estrictas, la propuesta demócrata prioriza el control fronterizo y la seguridad interna, incluyendo una tarjeta biométrica del Seguro Social, como condición para impulsar la legalización de 10.8 millones de inmigrantes indocumentados.

“Estamos suplicando”

“Le estamos suplicando a los republicanos que se nos sumen en este asunto que exige nuestra atención y que no merece tanto negativismo... es tan irracional lo que esta pasando”, indicó ayer Harry Reid, senador por el estado de Nevada.

Explicó que hay legisladores de la oposición en todo el país hablando sobre lo que pasa en Arizona y expresando preocupación porque el gobierno federal no está haciendo nada, pero no se les unen para impulsar la reforma.

El líder del Senado dijo en específico que “es ilógico” que los dos senadores republicanos de Arizona —John McCain y John Kil— se estén quejando de que el gobierno federal no está haciendo nada y “no se nos unen para hacer algo”.

Reid expresó frustración por ello y subrayó su compromiso de “hacer una reforma migratoria integral. El presidente nos apoya en esto, pero les digo a todos que no podemos hacer un proyecto de ley a menos que consigamos a algunos republicanos, uno, dos o tres”.

Reid dijo que no hay una fecha exacta para un debate de una reforma migratoria en el Senado, pero se comprometió a mover el tema “tan rápido como pueda”.

Un problema nacional

La ley de Arizona SB1070, promulgada el pasado 23 de abril, estableció que la Policía podía detener a quienes sospechara que se encontraban de forma ilegal. Pero enmiendas aprobadas por la Cámara Baja estatal eliminó la posibilidad de que la policía de Arizona use el perfil racial como motivo para detener a un individuo.

Al respecto, el secretario de Justicia de Estados Unidos, Eric Holder, dijo ayer que no cree que la ley Arizona tenga motivaciones racistas, pero agregó que teme que su aplicación lleve a incidentes de etiquetación racial.

Además, dijo que Estados Unidos tiene un problema nacional de inmigración que no puede ser resuelto con “una solución individual para cada estado”. Advirtió que en el país algunos podrían ser interrogados exclusivamente por su aspecto.
El Universal, 10 de mayo.

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