La Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) señaló ayer su preocupación de no saber si el próximo presidente de México tendrá la misma voluntad que el actual para luchar contra el narcotráfico, y advirtió de un recrudecimiento de la violencia en nuestro país antes de alcanzar una pacificación duradera.
Anthony Placido, director de Inteligencia del organismo, aseguró que debido a que inicia el periodo final del gobierno de Felipe Calderón la cooperación bilateral en materia de combate al narcotráfico vive un momento clave.
“Es un momento importantísimo. Es importantísimo porque estamos llegando a los fines de la etapa del presidente Calderón y no sabemos quién va a estar en la próxima”, dijo.
Placido manifestó su preocupación después de una audiencia convocada por el Senado de EU para analizar el tema de la violencia en México.
“Nadie sabe quién va a ser el próximo (presidente) y si va a tener las mismas ganas de perseguir delincuentes”, dijo a reporteros quien fuera director de la DEA en México hasta 2002 y actualmente es el máximo oficial de inteligencia.
“Tenemos que ganar todo lo que podamos en esta gestión. En el nivel táctico-operativo, quisiéramos tumbar a los jefes de los cárteles durante los próximos dos años”, agregó Placido.
Atribuyó a los esfuerzos antinarcóticos del gobierno mexicano el que entre el 60 por ciento y 90 por ciento de la cocaína que ingresó durante 2009 a Estados Unidos procedente de Sudamérica hizo una escala en América Central antes de llegar a México.
Luego, como evidencias adicionales de que los esfuerzos de Calderón en México han dado resultados positivos, el incremento de 72 por ciento del precio de gramo de cocaína en Estados Unidos entre 2007 y 2009 y la disminución del 33 por ciento en la pureza de esta droga.
En su charla con periodistas, Placido señaló también que el gobierno estadunidense espera un recrudecimiento de la violencia en México antes de alcanzar una pacificación duradera.
Hizo notar que “en el corredor Reynosa-Nuevo Laredo-Matamoros la violencia entre (los cárteles del) Golfo y Los Zetas está aumentando, y el gobierno de México está focalizado en Ciudad Juárez”.
Y añadió: “No puedes luchar en todos los lugares a la vez. Si esa lucha está aumentando en otros lugares, va a estar difícil” la situación de seguridad en México.
El jefe de inteligencia de la DEA convino en que la “horripilante violencia en México podría empeorar antes de mejorar.
“Tenemos que reconocer que somos testigos de actos de verdadera desesperación: acciones de peligrosas organizaciones criminales que están heridas y vulnerables”, dijo el funcionario de la DEA.
Y en coincidencia con senadores que participaron en la audiencia, consideró importante que, a la par de la necesidad de fomentar la capacidad de México para enfrentar el reto de la lucha contra las drogas, se fortalezcan sus instituciones. Y reiteró por último el compromiso de Estados Unidos de seguir ayudando al Estado mexicano.
Anthony Placido, director de Inteligencia del organismo, aseguró que debido a que inicia el periodo final del gobierno de Felipe Calderón la cooperación bilateral en materia de combate al narcotráfico vive un momento clave.
“Es un momento importantísimo. Es importantísimo porque estamos llegando a los fines de la etapa del presidente Calderón y no sabemos quién va a estar en la próxima”, dijo.
Placido manifestó su preocupación después de una audiencia convocada por el Senado de EU para analizar el tema de la violencia en México.
“Nadie sabe quién va a ser el próximo (presidente) y si va a tener las mismas ganas de perseguir delincuentes”, dijo a reporteros quien fuera director de la DEA en México hasta 2002 y actualmente es el máximo oficial de inteligencia.
“Tenemos que ganar todo lo que podamos en esta gestión. En el nivel táctico-operativo, quisiéramos tumbar a los jefes de los cárteles durante los próximos dos años”, agregó Placido.
Atribuyó a los esfuerzos antinarcóticos del gobierno mexicano el que entre el 60 por ciento y 90 por ciento de la cocaína que ingresó durante 2009 a Estados Unidos procedente de Sudamérica hizo una escala en América Central antes de llegar a México.
Luego, como evidencias adicionales de que los esfuerzos de Calderón en México han dado resultados positivos, el incremento de 72 por ciento del precio de gramo de cocaína en Estados Unidos entre 2007 y 2009 y la disminución del 33 por ciento en la pureza de esta droga.
En su charla con periodistas, Placido señaló también que el gobierno estadunidense espera un recrudecimiento de la violencia en México antes de alcanzar una pacificación duradera.
Hizo notar que “en el corredor Reynosa-Nuevo Laredo-Matamoros la violencia entre (los cárteles del) Golfo y Los Zetas está aumentando, y el gobierno de México está focalizado en Ciudad Juárez”.
Y añadió: “No puedes luchar en todos los lugares a la vez. Si esa lucha está aumentando en otros lugares, va a estar difícil” la situación de seguridad en México.
El jefe de inteligencia de la DEA convino en que la “horripilante violencia en México podría empeorar antes de mejorar.
“Tenemos que reconocer que somos testigos de actos de verdadera desesperación: acciones de peligrosas organizaciones criminales que están heridas y vulnerables”, dijo el funcionario de la DEA.
Y en coincidencia con senadores que participaron en la audiencia, consideró importante que, a la par de la necesidad de fomentar la capacidad de México para enfrentar el reto de la lucha contra las drogas, se fortalezcan sus instituciones. Y reiteró por último el compromiso de Estados Unidos de seguir ayudando al Estado mexicano.
La Crónica, 6 de mayo.
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