Gozan fiestas ... y apertura

LA HABANA.- "Mis padres y mis abuelos ahorraron desde que nací para mi fiesta de 15, y quedó tan linda que nunca la olvidaré".

Ese es el recuerdo que tiene de la celebración de sus 15 años la adolescente Irina Alfonso, hija única de un matrimonio de campesinos independientes de provincia Habana.

"Hubo 125 invitados; el 'cake' fue espectacular, de más de siete pisos; y esa noche yo estrené dos vestidos largos de gasa que me mandó mi madrina de Miami, con unos zapatos altos, divinos. Viví un sueño. Fue un sueño hecho realidad", cuenta la joven a REFORMA.

Los cubanos admiten pocos límites a su gusto por la fiesta. La mayoría parece dispuesta a los sacrificios que hagan falta; desde atravesar la cuidad a pleno sol con un pastel haciendo malabares sobre una bicicleta, hasta tirar la casa por la ventana para agasajar a un pariente que llega del extranjero.

Aunque no se reconoce oficialmente, esto se considera una consecuencia no prevista de la apertura económica, que impulsa el Presidente Raúl Castro.

No es raro que familias sin recursos empeñen sus objetos de valor o pidan dinero prestado para celebrar los 15 años de su hija con una fiesta tan vistosa como para dejar contento a todo el barrio. El sueldo medio en la Isla es de unos 480 pesos cubanos al mes (20 dólares).

Los económicamente más afortunados ahorran desde que nace la niña, como los padres de Irina, quienes guardan las facturas de la fiesta en una caja, junto a flores secas, tarjetas, lazos, confeti, globos ponchados y otros recuerdos de la fiesta.

"Verdad que derrochamos..." admitió a REFORMA la mamá de Irina.

"La decoración y el alquiler del salón; el video y el álbum de fotos, más la cena, la música y las pantallas nos costaron como 5 mil cuc (divisa local equivalente al dólar). Pero mereció la pena. Es una vez en la vida de nuestra hija y todos quedamos complacidos", declaró la señora.

Así, cada día se hacen más vistosas las celebraciones populares y proliferan negocios autónomos dedicados a organizar celebraciones de todo tipo lo que refleja la progresiva apertura a la iniciativa privada.

Algunos de estos negocios, este año por primera vez en medio siglo, se han podido anunciar en la guía telefónica.

Fiestas como las de los 15 años se realizan con más lujo desde que los vestidos se alquilan a empresas privadas especializadas en organizar estos eventos, aseguran los nuevos empresarios privados del sector.

"Los trajes y peinados de las muchachitas y sus acompañantes son mucho más sofisticados y modernos que años atrás. Y nadie se sorprende si el vestido de la quinceañera llega por avión de Miami o Nueva York," explicó a REFORMA la directora de uno de estos negocios.

De hecho, ya es normal que hoteles emblemáticos, como el Nacional de La Habana, ofrezcan sus mejores salones y bufetes para estas celebraciones, en las que no falta de nada: decoración especial, alquiler de autos antiguos, barra libre, orquesta en vivo y DJ con gigantescas pantallas de alta definición para amenizar el baile..

"Hay familias en Cuba que se gastan hasta 10 mil cuc y más en celebrar a la niña su fiesta de 15", aseguró un directivo de un hotel capitalino.

En medio de este proceso de cambios socioeconómicos, con la mira en el turismo interno y foráneo, se promueven más que antes las fiestas patronales, las charangas, carnavales, torneos, parrandas, changüis y un gran número de festividades de origen africano.

Autobuses de turistas disfrutan de estos programas en ranchones ubicados en diversas provincias del país.

Por otra parte, científicos sociales coinciden en que uno de los rasgos que mejor define al cubano es su disposición a la alegría y a la diversión, por encima de crisis personales y problemas económicos.

"Ser alegre es un rasgo de la identidad del cubano, no sólo porque efectivamente lo somos, sino porque lo hemos sido a lo largo del tiempo, porque estamos conscientes de ello, y porque creemos que esto nos diferencia de otros pueblos", argumentó la doctora en psicología Carolina de la Torre, autora de varios estudios sobre la identidad y la idiosincrasia de sus compatriotas.

"Para los cubanos bailar y darse unos traguitos, es lo mejor de la vida", declaró a REFORMA durante la clausura de los carnavales habaneros, Rafelo Montes, un mulato que se desencuadernaba bailando abrazado a su novia y a un botellón lleno de un aguardiente de origen desconocido.

 
 
 
Derrochan para pasarla bien
 
Para celebrar en Cuba es necesario estar dispuesto a pagar una buena cantidad de dinero.

 
· Alquilar más de un vestido de noche en fiestas de 15 años o bodas puede costar de 60 a 100 cuc (moneda local con valor equivalente al dólar), en total.

· Rentar cinco horas un salón en una casa particular con alberca es posible a partir de los 500 cuc, incluye una cena bufet, sin bebida, y se calcula a 2 cuc por persona durante la cena.

· El mismo servicio en un hotel de lujo -al fin accesible para cualquier cubano que pueda pagarlo-, con coctel, aperitivo, una cena bufet más sofisticada y dos horas de barra libre ronda los 35 cuc por invitado.

· El pastel para 150 personas ronda los 250 cuc.

· La música, sonido y pantallas durante cuatro horas pueden ascender a 200 cuc.

Yolanda Martínez corresponsal, Reforma, 20 de agosto.

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