En esta entrega continuamos con las cuatro que iniciamos el pasado viernes 31 de agosto a propósito del I Informe Presidencial de Felipe Calderón. Hemos recopilado y sistematizado 205 comentarios divididos en tres bloques temáticos para facilitar la lectura del material. Este primer espacio comprende 55 comentarios, es decir, 28.83% del total, con la siguiente información:
a) Los espacios alternos, con 23 comentarios, es decir, 41.8%, a propósito de un asunto que ya se había abordado previamente: la entrega del Primer Informe en el Palacio Legislativo de San Lázaro y la celebración de un evento alterno en el Auditorio o en el Palacio Nacional.
b) Doce comentarios, un 21.8% se refieren a los cambios que, indirectamente, traerá consigo este Primer Informe de Gobierno, es decir, dos eventos en vez de uno, como ya se comentó en el punto previo.
c) Finalmente, veinte comentarios, el 36.4% restante, se refieren a los acuerdos que los diputados de las distintas fracciones parlamentarias llevaron a cabo para que la ceremonia se desarrollara en los términos en los que sucedió.
Los espacios alternos para el Primer Informe.
El equipo de Los Pinos descartó en definitiva una cadena nacional para el mensaje del presidente Calderón, que se llevará a cabo el domingo en el Auditorio Nacional, con motivo de su primer Informe de Gobierno. El grupo compacto no quiere que haya malas interpretaciones y que el uso de los medios sea considerado como una reacción de enojo, un berrinche, del mandatario, por no poder hablar ante el pleno del Congreso
“Bajo reserva”, El Universal, 29 de agosto.
Los caprichos, mi estimado, subsisten más que las pasiones. A escasos días del original acto en San Lázaro sobre el (des)informe de Felipe Calderón, quien lleva la batuta de la orquesta de operadores que organizan ya su Plan B de hacerse su reventón especial (to satisfy his huge ego) en el Auditorio Nacional (igualito al del 1 de diciembre después de la protesta de su Toma en el Congreso) el próximo domingo 2 en la mañana, ante sus acarreados, perdón, seguidores, simpatizantes y fans azules para que todo México se entere de que no hay mucho en la bolsa de logros en estos nueve meses y sí una urgencia por cambiar (los a todos) el motto ese del Presidente del empleo, en Estados Unidos se desatan los demonios contra los inmigrantes mexicanos indocumentados.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 29 de agosto.
El “informe” del domingo confrontó, otra vez, al PAN con Los Pinos
La invitación, enviada por Internet por el PAN, circuló desde el lunes y pide confirmar a la Secretaría de Vinculación con la Sociedad.
Ayer el vocero panista, Antonio Alvarado, negó que el partido organice el evento.
Y afirmó que a las 18 horas no sabía “si el evento se va a realizar”. ¿Por qué la negativa?
¿Cree Manuel Espino que el acto es ilegal?
Pepe Grillo, Crónica, 30 de agosto.
Beatriz Paredes reconoció ayer que hasta el momento no tiene conocimiento del acto que va a realizar el presidente Felipe Calderón en el Auditorio Nacional, aunque éste se haya difundido por radio, televisión y la prensa escrita. A lo mejor no la invitan.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 30 de agosto.
Hasta ahora no existen acuerdos para que Calderón entregue su informe en el salón de plenos de San Lázaro. A lo mejor si hay acuerdo, a lo mejor también Ruth Zavaleta recibe el informe de las manos de Calderón. A lo mejor el michoacano decide hacer una fiesta en la intimidad del Auditorio Nacional. Una cortina de humo que pronto se olvidará. En el Zócalo capitalino seguirá la otra parte de este espectáculo político, cómico y musical. En conjunto es un ritual catártico, que ni los panistas ni los seguidores de López Obrador quieren enterrar.
Jesús Sánchez, “Recuento Político”, El Financiero, 30 de agosto.
Que como dijera el secretario general del PAN, Carlos Abascal, que recordó que el año pasado a Vicente Fox no lo dejaron dar su Sexto Informe presidencial.
"En uso de la prudencia de un estadista (ajá), Fox abandonó el recinto legislativo..."
¡Igual de prudente el "estadista" Feli Calderón!, y ya no va a practicar ese "deporte extremo" (escaramuzas, gritos, jaloneos) en San Lázaro.
Finalmente, Feli sí irá al recinto legislativo a entregar su Informe por escrito, pero su mensaje lo dará el domingo 2 por la mañana en el Auditorio Nacional, y se prevé que además de los panistas, asistan representantes de otros sectores de la sociedad (como Chespirito, los Timbiriches, los Fox, y Adal Ramones...)
"Nos complace invitarlo al evento (sic) que con motivo del 1er. Informe de Gobierno del Presidente Felipe Calderón Hinojosa, se celebrará el 2 de septiembre de 2007", destacan las invitaciones, que serán entregadas mañana...
Eva Makívar, “La creme de la creme”, El Financiero, 30 de agosto.
En este momento, al concluir estas líneas, me entero en la página electrónica de EL UNIVERSAL que Felipe Calderón decidió no intentar expresar oralmente un mensaje en la tribuna de San Lázaro pasado mañana. Llegará, asistirá a la ceremonia de inicio del periodo ordinario de sesiones, entregará su informe por escrito —como manda la ley— y se retirará del recinto.
Será hasta el día siguiente, domingo 2 de septiembre, cuando emita un mensaje en cadena de radio y tv desde el Auditorio Nacional. Supongo que estas determinaciones fueron negociadas por el PAN con el PRD a cambio de un trato respetuoso para Calderón el 1 de septiembre. Tal vez así sea. Yo todavía tengo mis dudas. Y es que, insisto, vivimos en el reino de la incertidumbre
Ricardo Rocha, “Detrás de la noticia”, El Universal, 30 de agosto.
Felipe Calderón va de gane: logra que el PRD le reconozca carácter de presidente constitucional, con lo que causa desdoro a la figura lopezobradorista de la presidencia legítima; asienta como fuerza ganadora del litigio interno del sol azteca a la Nueva Felizquierda infiltrada y cooptada y, para coronar la cosecha, engaña a los perredistas colaboradoramente predispuestos a ser engañados, al aparentar que renunciaba al fasto personal de un sábado de protocolo tradicional, que acabaría convertido en un sobrio y casi mudo “informas y te vas”, cuando en realidad sólo trasladará la quema de incienso al siguiente día, un domingo calderónico centrado en el “mensaje político” felipista a falta de verdaderos logros y resultados gubernamentales; un paseo dominical de tonalidades blancas y azules en que el partidismo oficialista hará su verdadero Informe presidencial con recursos del gobierno federal
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 30 de agosto.
Está claro que Felipe Calderón y el Partido Acción Nacional quieren ocupar la tribuna del Congreso de la Unión para su primer Informe; como no se los permitirán, el mandatario sólo entregará el documento y al día siguiente emitirá un mensaje a la nación desde el Auditorio Nacional. Lo que no está tan claro, ni cuantificado, es si los mexicanos quieren escucharlo. Con mucha frecuencia el presidente en turno ha usado la tribuna del Congreso para darnos noticias lamentables.
Enrique Galván Ochoa, “Dinero”, La Jornada, 30 de agosto.
Es por eso que si Calderón en serio quiere que lo dejen entrar a San Lázaro y dignificar al gremio, tiene una salida menos penosa que la de sacar a la ex vocalista de Cramberries, Dolores O’Riordan, del Auditorio Nacional para echarse un dudoso speech con la versión patriotera y timbirichesca del “Pare de sufrir”: anunciar que al final de su Informe va a revelar la verdad de la pelea entre Verónica y Cristian Castro. Así hasta los perredistas le harán valla.
Jairo Calixto Albarrán, “Política cero”, Mileno, 30 de agosto.
El presidente Felipe Calderón dio un manotazo cuando vio que el PAN utilizó el logotipo del partido para el evento del 2 de septiembre, el mensaje, con motivo del primer informe presidencial, programado en el Auditorio Nacional. Lo peor es que supo de cierto que el texto salió de una oficina muy cercana al líder Manuel Espino. Por supuesto, el toque partidista en la organización del evento lo obligó a dar un golpe de timón, para trasladar el acto a Palacio Nacional, con una connotación republicana, cuentan. Desde Los Pinos salió entonces la orden de que Juan Camilo Mouriño, jefe de la Oficina de la Presidencia, y César Nava, secretario particular de Calderón, se encargarían de hacer las llamadas para convocar a la clase política, y sacudirse la percepción de un acto partidista
“Bajo reserva”, EL Universal, 31 de agosto.
Felipe Calderón dirigirá su mensaje a la nación desde Palacio Nacional, el domingo.
No podía ser mejor el escenario.
Lo malo estuvo en el anuncio de que sería en Palacio en lugar del Auditorio Nacional.
La comunicación volvió a fallar y el cambio se conoció en la Cámara poco después de las 11 de la mañana, y Los Pinos “lo confirmó” después de las 3 de la tarde.
¿Quién decidió el cambio?
En Los Pinos se ignoraba quienes serán invitados a Palacio para el mensaje presidencial.
Y las razones del cambio.
Se supone que no gustó que el PAN mandara invitaciones para el Auditorio, porque se vería como un acto partidista.
Manuel Espino tuvo que desinvitar, y admitir la confusión de convocar, él, a un acto del Presidente.
Ardido, apuntó que en Palacio cabe poca gente.
Pepe Grillo, Crónica, 31 de agosto.
El propio Espino confirmó que se estaba considerando la posibilidad de invitar a gente del PAN, para que acompañara al Presidente. Se le quería “arropar” y “por eso le pedimos a la Secretaría de Vinculación que coordinara con funcionarios del gobierno federal la logística, y poder nosotros acompañar al Presidente en el Auditorio Nacional, en ocasión del mensaje a la nación”. Lástima, todo salió mal, ¿otro caso de fuego amigo?
“Bajo reserva”, EL Universal, 31 de agosto.
A Gerardo Priego, secretario de Vinculación con la Sociedad del PAN, le cambiaron feamente la señal. Primero le pidieron que invitara a militantes al informe alterno que daría el presidente Felipe Calderón en el Auditorio Nacional; luego, ante las críticas por convertir lo que se supone debe ser un acto hacia la sociedad, no sólo hacia el partido, tuvo que decir, “perdón, siempre no”. Las invitaciones ya estaba impresas y comenzaban a enviarse, pero la modificación los hizo pasar un mal rato
“Binoculares”, El Gráfico, 31 de agosto.
Las diferencias entre el equipo cercano del presidente Felipe Calderón y la dirigencia del PAN, encabezada por Manuel Espino, son motivo de la casi segura cancelación de la ceremonia que supuestamente encabezaría el mandatario el 2 de septiembre en el Auditorio Nacional.
Debido a que la dirigencia de Acción Nacional tomó la iniciativa de empezar a repartir invitaciones para la reunión, se extendió la percepción de que sería un acto partidista.
Esa situación no agradó en medios presidenciales, por lo cual se estimó conveniente evitar acciones que puedan contribuir a la división y recomendaron un mensaje a la nación desde Los Pinos o Palacio Nacional.
Miguel Ángel Rivera, “Clase Política”, La Jornada, 31 de agosto.
De las invitaciones y su formato tenían pleno conocimiento así (que no jueguen al Tío Lolo) como de la lista de más de 4000 invitados que entre alcaldes, cuadros estatales, dirigentes nacionales, consejeros, legisladores e invitados especiales ya estaban confirmados.
Pero como el PRI, verdadero dueño de la agenda mi estimado, envió simpáticas señales de que ni madres escucharían su (des)informe en una plaza pintada de azul, le pidió respetuosamente, no, no, perdón... le exigió a Calderón básicamente la cantaleta chantajista de que si quieres la foto (que dará la vuelta al mundo) de pluralidad y democracia (que tanto te urge) y de que todo va viento en popa, le vas metiendo reversa a tu estupidez socialité del Auditorio Nacional.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 31 de agosto.
EN LOS PINOS están que trinan -y no los pajaritos- contra... ay, ya ni es novedad: contra Manuel Espino.
LA RAZÓN de este nuevo enojo es porque el dirigente nacional panista le quemó a la Presidencia su archi-ultra secreto "Plan B".
RESULTA QUE mientras todo el mundo se iba con la finta de que el mensaje presidencial sería en el Auditorio Nacional, los muchachos calderonistas tenían bajo la manga el as del Palacio Nacional.
PERO COMO Dios dispone y luego Espino descompone, el propio dirigente fue quien dio el pitazo de la nueva sede y a la Presidencia no le quedó más que reconocer que era cierto.
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 31 de agosto.
En el flanco felipista se vivió lo que ya constituye su normalidad: indecisión y tropiezos adjudicables a la falta de oficio y a las crónicas reyertas en el interior del partido presuntamente en el poder. El licenciado Calderón fue pillado pintando de partidismo una clonación de Informe presidencial en el Auditorio Nacional, porque el comité nacional blanquiazul había comenzado a repartir invitaciones por Internet que confesaban partidismo en lo que se pretendía disfrazar de acto oficial, ciudadano, plural. Desde Los Pinos, según eso, se dio la orden terminante de cambiar de fachada inmobiliaria, trasladando todo el equipo preparatorio de los actos presidenciales a Palacio Nacional (Estado Mayor, equipo de transmisión televisiva, entre otros, que ya estaban en el citado auditorio, lo que confirma que originalmente el michoacano sí quería tal escenario y cariz), donde el domingo el constitucional F.C. dará al fin su gitano y mal tratado mensaje político. Normalizadamente zedillista, el ocupante de la silla presidencial parecería transitar sin gran escándalo el árido territorio de la inseguridad respecto al lugar y la forma como este sábado habrá de continuar la tradición postal inaugurada en 2006 por Vicente Fox
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 31 de agosto.
Ayer, en Los Pinos se dio la orden de reprogramar el Felimensaje. Seguirá siendo el 2 de septiembre, pero ya no será en el Auditorio Nacional, sino en el Palacio Nacional...
Um, dicen, todo parece indicar que ¡otra vez le está copiando al Peje!..., ahí en la plancha del Zócalo puede haber manifestaciones no deseadas, y los chicos del Establo (perdón, Estado) Mayor Presidencial ya están apostados en otros lugares... que recuerde que el Zócalo es "de quien lo trabaja", dicen por ahí...
Eva Makívar, “La creme de la creme”, El Financiero, 31 de agosto.
Que se escogió Palacio para garantizar un acto civilizado.
Aunque en el Zócalo el domingo habrá “miles” de ciclistas que participarán en el Ciclotón semanal del GDF.
El paseo ciclista es de las 7 a las 14 horas, del Zócalo a Chapultepec, por 5 de Mayo, Juárez y Reforma.
Y ni soñar que Ebrard lo suspenda para facilitar el acto presidencial.
Pepe Grillo, Crónica, 31 de agosto.
Para poder presentarse en el Congreso de la Unión, el panista michoacano debió pagar un precio muy alto. Su presencia fue uno de los componentes de un paquete de negociación del que forman parte las reformas hacendarias y electoral. Para sacarlas adelante ha debido acceder al recambio de consejeros y magistrados de los órganos electorales que le otorgaron su impugnado triunfo. Las cabezas rodando de la nomenclatura electoral federal son, como se ha dicho hasta la saciedad, la evidencia de la suciedad de las elecciones del 2 de julio de 2006
Luis Hernández Navarro, La Jornada, 2 de septiembre.
En política las decisiones equivocadas son usualmente irreversibles. Ahí está la gorra militar con cinco estrellas. Pero en esta ocasión Felipe Calderón, con mucho tino, desautorizó a su partido y salvó a su gobierno en el último minuto. La invitación original, un tarjetón cursi, bordeado por un mosaico de colores con supuesto membrete de Felipe Calderón, y por supuesto de Acción Nacional, circuló hasta el día anterior al evento invitando a panistas y simpatizantes a celebrar el primer Informe de gobierno en el Auditorio Nacional, convertido por obra y gracia del señor Vicente Fox en recinto oficial del panismo nacional. Al desautorizar a su partido Calderón, que continúa ganando espacios y buena voluntad, se salvó milagrosamente del síndrome de “presidente panista”, una situación que le hubiera arrebatado el beneficio de la imparcialidad, y que es inconsistente con el cargo de Presidente de la República
Jorge Camil, La Jornada, 2 de septiembre.
Todas las corrientes subterráneas se escupieron por el cráter. Se canceló la posibilidad de un recinto alterno al construido por Pedro Ramírez Vázquez. El PAN invitó a 10 mil personas, incluido el Presidente, al Auditorio Nacional, en un exceso de soberbia, propio de quien se sabe dueño del circo. En la Cámara sólo el representante del partido Convergencia usó su derecho de hablar. La ceremonia se adelantó una hora 45 minutos, madrugón que tal vez desarmó algunas estratagemas de la oposición. La presidenta se rehusó a hacer actriz en el papel de receptora de documento y sus palabras, de austera dignidad, fueron omitidas de la televisión por alguna orden confusa en lo que pasa a la historia como la mancha más sucia de la jornada. Se ausentaron de la sala los legisladores del PRD, aplaudieron los del PAN pero fue una tarde fría en el interior y el exterior. Un acto minimalista, magro, esencial, desprovisto de todo adorno, con la eficacia de lo estricto y renuente a los lujos de lo superfluo
Jacobo Zabludovsky, “Bucareli”, El Universal, 3 de septiembre.
Finalmente supimos ayer que la ceremonia del informe será, esta vez, dividida en dos capítulos:
En el primero, mañana por la noche, el presidente Calderón acudirá, en cumplimiento de la Constitución, a la Cámara de Diputados para entregar el documento correspondiente a su primer informe de gobierno, y de inmediato abandonará esa sede legislativa.
Pero si todos sus antecesores hubieran tenido un segundo capítulo como el que tendrá lugar el domingo por la mañana, con suerte y el país no hubiera perdido todo el tiempo dedicado durante los últimos años por las oposiciones y sus legisladores a empeñarse en el kafkiano debate del informe presidencial…
Este segundo capítulo fue, en realidad, inaugurado en diciembre pasado, cuando luego de haber conquistado la más alta tribuna de la Nación en compañía del saliente y nunca tan mal ponderado Vicente Fox, el nuevo presidente Calderón rindió la protesta constitucional en el recinto constitucionalmente determinado, y algunas horas más tarde se reunió con más de 10 mil mexicanos en el Auditorio Nacional para ante ellos y, obviamente, en cadena nacional, entregar a la Nación el mensaje de sus compromisos.
Bueno, pues tal parece que esta fórmula ha quedado instituida. Eso parece, pero lo que se ve y ha quedado total y perfectamente claro es que Calderón va a ridiculizar por segunda ocasión a quienes supuestamente le estamparon el doble insulto descomunal, primero de descomponerle su toma de posesión y segundo de bloquearle su primer informe.., ¿pero en realidad sucedió así? Ya recordamos que Calderón sí protestó en la tribuna de la Cámara de Diputados y mañana sí entregará su informe en ese mismo recinto, como la Constitución ordena…
Leopoldo Mendívil, “Crónica confidencial”, Crónica, 31 de agosto.
Parte del cambio de este I informe, es que la Cámara queda prácticamente fuera del mismo.
Antes era la que invitaba, respondía al Presidente, difundía el mensaje presidencial y repartía los anexos a la prensa.
En la Cámara se hacía la glosa del texto.
Esta vez, Presidencia invita, difunde el mensaje y los anexos del informe, y decidirá si hay glosa, y cuándo y dónde se hará.
Pepe Grillo, Crónica, 31 de agosto.
¿Y el mensaje? Bueno, ya Calderón le tomó, en diciembre pasado, el gusto a un evento con la sociedad civil más que con la elite política, y las circunstancias se pusieron a modo para repetir la experiencia, este domingo por la mañana, en un sitio mejor como lo es el Palacio Nacional…
Tal parece que Calderón ha dado a los legisladores la fórmula para modificar la ceremonia del informe sin faltar al espíritu constitucional e incluso sin restarle sino, tal vez por el contrario, agregándole brillo a la figura presidencial…
Calderón no va a hospedarse seis años en Palacio Nacional, pero con suerte y ahí leerá los mensajes de sus seis informes de gobierno…
Claro que alguien no sólo se sentirá frustrado por este nuevo revés, sino quizás insultado, complotado y con nueva sed de venganza, así que esperemos su reacción…
… Hasta que se canse. O que canse a quienes le acompañan en sus ridículos.
Leopoldo Mendívil, “Crónica confidencial”, Crónica, 31 de agosto.
No queda más que desternillarse. Felipe Calderón ha mostrado su lado más sarcástico, acaso sin proponérselo. Ante la cerrazón y la negativa de una parte del Partido de la Revolución Democrática a aceptar que el Presidente rindiera su Primer Informe de Gobierno desde el presídium de San Lázaro, éste decidió organizarse su mensaje alterno. ¿No quieren un Informe? ¡Pues ahí les van dos! Sábado y domingo, Informe y posinforme. Felipe Calderón cumplirá con su obligación constitucional de entregarle a Ruth Zavaleta el primer recuento anual de su gobierno. Si puede o no dar un mensaje desde la tribuna es ya casi lo de menos. Porque al día siguiente, en la mañana del día 2, Calderón ya organizó un evento, mas no a la manera de Vicente Fox, con una cadena nacional por la noche, sino con un acto que se realizará el domingo a las diez, en Palacio Nacional. Sí: ahí donde López Obrador decía que viviría si ganaba la Presidencia de la República. Ahí en donde Fernández Noroña no podrá armar su lamentable y ya muy aburrida maroma mediática.
Calderón irá a la Cámara de Diputados a demostrar que es el Presidente constitucional; al día siguiente, a Palacio, a demostrar que, además de legal, sólo hay un Presidente legítimo: él, Felipe Calderón.
Pero lo que resulta hilarante es el hecho de que el numerazo que planearon (o hubieran planeado) los perredistas, al final será del todo intrascendente: si no dejan a Calderón dar un mensaje en San Lázaro, Calderón lo dará en Palacio. Y si, al final, para evitarse el oso (y el castigo de la opinión pública), los perredistas deciden “permitirle” hablar desde tribuna, Calderón lo hará en tribuna y, nuevamente, en Palacio. ¿No quieren un Informe? ¡Pues ahí les van dos!
Yuriria Sierra, “Nudo gordiano”, Excélsior, 31 de agosto.
Después de las versiones contradictorias de las últimas horas, finalmente, se confirma que Felipe Calderón acudirá mañana 1o. de septiembre a la apertura de la sesión ordinaria del Congreso de la Unión y presentará un Informe sobre el estado general de su gobierno. El domingo 2 -no en el Auditorio, sino en Palacio Nacional- se ha dicho que informará sobre los nueve meses que han transcurrido de esta administración. Las negociaciones que se han dado para que pueda cumplirse medianamente el mandato constitucional no son sino un síntoma más -de muchos- de lo que ya resulta insostenible. El ritual que ha devenido en pesadilla. Si de por sí la ceremonia del Informe estaba ya cuestionada desde sexenios anteriores, hoy tenemos la agravante de que la legitimidad del mandato del actual Presidente es seriamente cuestionada por el espectro político de la izquierda mexicana. Las elecciones del 2006, como se sabe, dinamitaron los canales de comunicación entre las fuerzas políticas del país. Con la llegada de la fatídica fecha del Informe, se ha creado un espacio de negociaciones múltiples que desembocará en diferentes vertientes. La más inmediata tiene que ver con la cabeza de los consejeros electorales del IFE.
Carmen Aristegui, Reforma, 31 de agosto.
Qué curiosito espectáculo –que comenzó hace algunas lunas con la estrategia de vender un debate entre el inquilino de Los Pinos y los legisladores emplazado para el 1 de septiembre– el recule presidencial sobre el reventón después del... entregas y te vas.
Sobre todo cuando desde días antes la Presidencia de la República solicitó, como parte del Plan B, al PAN y los legisladores azules ayudar a armar la fiestecita del 2 de septiembre en el Auditorio Nacional para que Felipe estuviera arropado y muy cómodo.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 31 de agosto.
Frente al radicalismo de gran parte del PRD empeñado en no dejarlo pasar rumbo a la tribuna —y tal vez ni siquiera al salón de plenos— de San Lázaro, el presidente Felipe Calderón optó por sacarle la vuelta al impedimento y organizarse su propia fiesta, en Palacio Nacional y entre aplausos atronados de puros amigos puestos de pie.
La parafernalia tradicional del 1 de septiembre cambiará de sede y es factible que también de forma; pero substancialmente será lo mismo. De seguro mañana no habrá confeti ni serpentinas y mucho menos música de aliento o carro descubierto en el trayecto hacia Palacio Nacional, pero será un evento con marcado relente presidencialista.
El solo anuncio de su celebración y la previsión de que concurrirán a Palacio Nacional todos los actores que antes se daban cita en la Cámara de Diputados, dejó prefigurado claramente un escenario de glorificación, idéntico al de los mejores tiempos del priismo hegemónico.
Aurelio Ramos Méndez, “Contraluz”, Crónica, 1º de septiembre.
HASTA AYER seguían las llamadas para tener suficientes invitados al acto de mañana en Palacio Nacional, donde Felipe Calderón dará un mensaje.
LAS CARRERAS son porque la sede se cambió cuando en el PRI dijeron que no acudirían al Auditorio Nacional por ser un acto organizado por el PAN.
EN TANTO, la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión avisó a sus afiliados que hoy habrá cadena nacional de 18:45 a 19:45 horas para transmitir lo que sea que vaya a ocurrir en San Lázaro.
PERO, además, les pide estar atentos al Sistema de Información y Distribución de Materiales de la Secretaría de Gobernación -mejor conocido como el DIM-, pues "es muy probable" que el Presidente dé un mensaje a la nación en el curso de mañana.
O SEA que lo único seguro es que nada es seguro.
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 1º de septiembre.
El sábado murió lo que alguna vez fue “El Día del Presidente” en la Cámara de Diputados. Aunque Felipe Calderón sí pudo subir a tribuna y dar un mensaje de 107 palabras, en casi 3 minutos.
Pero el domingo, como que renació… Todo parecía repetirse con ligeras variantes y sobre todo, como eco de otros tiempos que no son los actuales, los 18 aplausos al discurso presidencial y ni una sola mala cara
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 3 de septiembre.
El Día del Presidente, que los jilgueros oficialistas dan por muerto, se duplicó alegremente: el sábado, fiesta en San Lázaro porque el terreno que habría sido de guerra fue convertido en picnic con sándwiches llamados convalidación, y el domingo, en Palacio Nacional, reproducción sin merma de las mejores escenas del presidencialismo clásico al que las fuerzas vivas, emocionadas, prodigan aplausos y sonríen complacidas. Dos por uno, más valioso el sabatino que el dominical, pero el paquete completo muy explotable en términos mediáticos y discursivos: la instauración de una nueva etapa política, en la que la buena voluntad y el deseo de llegar a acuerdos pueden convertir la política en kermés sexenal. Doble golpe, también, al meter a los supuestamente rejegos en el redil de la institucionalidad y, por otro lado, desplazar a las cámaras legislativas por las televisivas y quitar al Poder Legislativo su condición central para trasladarla a escenarios enteramente manejados por el Ejecutivo. ¡Dios mío, haz que los perredistas siempre se ausenten, por favor!, sería el título de un libro de superación política personal que escribiera Felipe del Sagrado Corazón de Jesús. Pocas veces había tenido el citado FSCJ tantas satisfacciones políticas tranquilas en tan pocas horas. El sábado canjeó el cuello de los consejeros electorales del IFE (o al menos tal fue la promesa: según eso, en abril próximo todos dejarán sus cargos) por una ceremonia tersa (fiesta por cooperacha) de entrega de Informe presidencial. Y el domingo se regaló un acto de ensalzamiento formal que cerró a tambor oratorio batiente, cual si fuera candidato en campaña.
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 3 de septiembre.
Las costumbres tienen más vidas que un gato. El sábado primero de septiembre asistimos al fin del rito del Informe Presidencial. El domingo dos tuvimos un Informe Presidencial como los de antes: solemnidades, himno, cifras, párrafos para cada secretaría, definiciones políticas ante los asuntos de la hora, y un mensaje final con vocación de trascendencia. / El Informe duró poco, no evadió temas claves, reconoció sin dolerse carencias, problemas, y la insuficiencia de los logros. Su rasgo fue la sobriedad optimista, un optimismo sobrio.
Héctor Aguilar Camín, “Día con día”, Milenio, 3 de septiembre.
El sábado la relación del Congreso con el Presidente dio un salto adelante, pues el Ejecutivo se limitó, como establece la Constitución, a asistir a la apertura del periodo de sesiones ordinarias y a entregar su Informe. A menos que se establezca un sistema parlamentario semipresidencial, así tiene que ser la relación del Poder Legislativo con el Ejecutivo, pues el nuestro es presidencial. El domingo, en cambio, se produjo un salto atrás, pues ante un público a modo, el acto en Palacio Nacional se convirtió en una ceremonia en que el Presidente fue ovacionado viniera o no al caso, al punto de que, como en los peores momentos del sistema autoritario priista, cobrará interés "periodístico" contar las interrupciones y medir su duración. Respecto del contenido de su mensaje, el Banco de México tendrá que explicar por qué no usar las reservas en cubrir la deuda pública, si el monto de aquéllas excede al de ésta, y así nos libraríamos del oneroso pago de intereses
Miguel Ángel Granados Chapa, “Plaza Pública”, Reforma, 3 de septiembre.
Los acuerdos entre partidos para la entrega en San Lázaro.
Nos comentan que a pesar de las promesas de que no habrá violencia por parte de los dirigentes del PRD, entre ellos Carlos Navarrete y Javier González Garza, a unas cuantas horas del uno de septiembre, se respira un ambiente tenso en la Cámara de Diputados, con la incertidumbre del comportamiento de ciertos legisladores perredistas que no reconocen a Felipe Calderón como titular del Poder Ejecutivo Federal.
La amenaza de violencia, el rechazo a repetir el estado de sitio en torno al edificio del palacio de San Lázaro, revela la ausencia de diálogo o de oficio político de los dirigentes de todos los partidos políticos. Hace un año, Manlio Fabio Beltrones actuó con tacto y ello evitó un escenario crispado que hubiera lesionado la gobernabilidad y la existencia de las instituciones.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 31 de agosto.
“Sería una lástima que no lo dejaran entregar el Informe por escrito como lo manda la Constitución, pero si lo logra, será un gran triunfo, como también lo ha sido su año de gobierno”, dijo anoche el ex presidente Miguel de la Madrid. El hecho a destacar es que don Miguel, ex mandatario priísta, se desvivió en elogios para el jefe del Ejecutivo: ha sido serio, responsable y capaz de actuar en medio de circunstancias muy difíciles. Ha estado enfrentando con decisión y con energía los problemas del país
“Bajo reserva”, EL Universal, 31 de agosto.
Varios encuentros trilaterales y bilaterales entre los coordinadores del PRI, PAN y PRD no lograron ayer un acuerdo para definir los términos del Informe del presidente Calderón. Entre San Lázaro y la comida de cumpleaños de Manlio Fabio Beltrones en el Hotel Meliá, hasta la reunión en Minería, varias veces se improvisaron pláticas entre los líderes, pero hasta anoche no había definición…
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 31 de agosto.
Y claro, como Felipe hace lo que el PRI (de Beltrones, Paredes y algunos gobernadores) ordena, pues mi César (Nava, of course) y demás Gymboree, se me ponen las pilas y vámonos al Plan whatever en (mi) Palacio Nacional para darle un tinte de más formalidad a mi hueco, deslucido y mediocre anuncio de logros en estos nueve meses que ha sido rebasado —por la izquierda y la derecha– por mis estupideces oficiales vertidas alrededor de la ceremonia en San Lázaro. ¿Estamos?
No importa que no haya invitaciones (¿para que sirve la Blackberry u morons?), lo urgente es que estas lacritas tricolores sientan que son Su Alteza serenísima y me vale madre si en el PAN hay malestar o malas caras (que se jodan, pues). No importan las formas si en el fondo sabemos de la percepción sobre mi gobierno que corre, vuela, se acelera y tropieza para terminar de rehén del PRI... que le interesa, por ahora, su reforma electoral.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 31 de agosto.
Mientras Beltrones arma acuerdos, PAN y PRD siguen la discusión sobre el formato del Informe. A unas horas de que tenga lugar sólo se sabe que Calderón irá a San Lázaro a entregarlo el sábado y dará un mensaje desde Palacio Nacional el domingo
Raúl Rodríguez Cortés, “Gran angular”, El Gráfico, 31 de agosto.
La República puede estar tranquila: la solución para los grandes problemas nacionales pueden mantenerse en espera, porque lo único que importa a la clase política es el asunto del Informe y la “reforma” electoral a modo…
Carlos Fernández Vega, “México SA”, La Jornada, 31 de agosto.
Lo único cierto es que el de mañana será un día incierto.
Es altísima la probabilidad de que a Calderón se le impida llegar a la tan degradada “Máxima Tribuna de la Nación”.
No por la entrega del Informe ni por el mensaje del domingo en Palacio Nacional, pero sí por los tumbos de los gerifaltes del PAN y sus coordinadores en el Congreso, Felipe Calderón debe estar muy, muy preocupado por quedar tan expuesto a la vergüenza pública.
Lo mejor será que al menos hoy no se vote la vengativa “reforma electoral”.
Carlos Marín, “El asalto a la razón”, Milenio, 31 de agosto.
De los 127 diputados que forman la bancada del PRD, 60 pertenecen a la corriente identificada con López Obrador.
De estos 60, 20 son los más ultras entre los ultras.
Es este pequeño grupo el que impidió que los coordinadores parlamentarios alcanzaran un acuerdo para que la ceremonia del primer informe del presidente Felipe Calderón se lleve a cabo sin incidentes.
De ese pequeño grupo saldrán quienes intentarán armar desorden durante la ceremonia de este sábado.
Una cosa es segura.
La ceremonia de hoy quedará para la anécdota, pero el informe oficial será el domingo.
Pepe Grillo, Crónica, 1º de septiembre.
Pues Ruth Zavaleta dice que sí habrá paso libre para el Presidente hasta la tribuna y entregue su mensaje por escrito. La perredista, que tiene desde antier el mando del Congreso, sólo espera las instrucciones de El Güero González Garza, quien el año pasado y con la mano izquierda dirigió porras, gritos, movimientos y marcó silencios y ovaciones a su bancada, cuando diputados y senadores impidieron a Vicente Fox llegar hasta ahí para leer su último discurso anual. Veamos cuánto dista el dicho del hecho
“Frentes Políticos”, Excélsior, 1º de septiembre.
La realidad de la situación la describió con crudeza el diputado del PRD y ex guerrillero Juan Guerra. “Sólo hay de dos sopas: si el Presidente llega hasta el Salón de Sesiones habrá show; si entrega por escrito el Informe en el Salón de Protocolo, no habrá show. La decisión está en manos del PAN”, recalcó.
El hombre destaca, y con razón, que hay loquitos en los dos grupos parlamentarios. Él ve un escenario donde el Presidente Calderón, protegido por un escudo de legisladores del PAN, entra en el Salón de Plenos. “No va a faltar un perredista que le miente la madre y un panista que le responda”, observó
Si nos atenemos al escenario de Guerra, sí habrá show. El mismísimo Alejandro Encinas, lugarteniente de Andrés Manuel López Obrador, se trasladó ayer a San Lázaro, con miras a torpedear las negociaciones del coordinador parlamentario del PRD, Javier González Garza. Dos mensajes del legítimo llevó el ex jefe de Gobierno del DF a los diputados más radicales del grupo: No aceptar a Calderón en el Salón de Plenos y rechazar la reforma electoral negociada con Beltrones, por estar “llena de huecos”.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 1º de septiembre.
La Secretaría de Gobernación hizo público ayer un comunicado en el que se asegura que el único lugar donde el presidente entregará su Informe por escrito es en el Salón de Plenos. La postura está respaldada por la ley. El artículo 69 de la Constitución dice, textual, que a la apertura de sesiones ordinarias del primer periodo del Congreso asistirá el Presidente de la República y presentará un Informe por escrito en el que manifieste el estado general que guarda la administración pública del país.
Las sesiones —hasta los perredistas más recalcitrantes lo saben, pero se hacen— se realizan en el Salón de Plenos. Es allí, y no en el vestíbulo, el Salón de Protocolo o el Salón Verde, donde se llevan a cabo. No caben las interpretaciones, por más que se le busque, como lo hace el diputado amarillo Cuauhtémoc Sandoval. “La Constitución no dice que será en el Salón de Plenos”, dijo. / El fondo del problema no está en la interpretación de las leyes, sino en lo que Juan Guerra, apegado al axioma perredista de que les robaron las elecciones, dice con crudeza: “Nos chingaron y encima quieren que nos portemos bien…”
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 1º de septiembre.
Cavilan también los que pretenden, ilusos, que el Congreso se comporte como la Cámara de los Lores ingleses, que las fracciones del PRD guarden silencio y asuman, ya sin entuertos, la realidad que ha terminado por alcanzarlos con una de las suyas, la diputada Ruth Zavaleta, al frente de la Mesa Directiva de la Cámara. Porque el gobierno calderonista va y aquella idea del gobierno legítimo no logró echar raíces. Andrés Manuel López Obrador ni siquiera se arriesga esta vez con un acto paralelo en el Zócalo, porque sabe que no se trata únicamente de llenar la plaza. La percepción cuenta y, por el momento, no le favorece. Por eso la arrojada legisladora estará en el recinto, siguiendo el guión republicano y no en Tlaxcala, en el acto del tabasqueño.
Ivonne Melgar, “Retrovisor”, Excélsior, 1º de septiembre.
Durante toda la mañana, ayer, perredistas de distintos calibres intentaron convencer a Dante Delgado que declinara fijar la posición de Convergencia frente al Informe. Fracasaron.
Las presiones persistieron hasta media hora antes de la sesión del Congreso, pero el veracruzano resistió el embate.
No ocurrió lo mismo con representantes de otros partidos, que aunque estaban molestos por haber sido marginados de las negociaciones camarales, abrazaron el pacto de silencio para allanar el camino de las negociaciones
Pepe Grillo, Crónica, 2 de septiembre.
¿Cómo hizo el PRD para convencer a los más radicales de cederle ayer la tribuna al Presidente? El pacto que venció a los duros —que insistían en el plan de no aflojar el nudo humano en San Lázaro— pasó por Michoacán. ¿Detalles? Cenaron el jueves 20 y la sobremesa acabó de madrugada. Sí, poco antes de iniciar la encerrona perredista en Morelia. A la mesa: Leonel Godoy, candidato a la gubernatura, los diputados locales, los jefes de bancadas en San Lázaro y el Senado, El Güero González Garza y Carlos Navarrete; y el asiento de los radicales lo ocupó Guadalupe Acosta Naranjo. En la cabecera, el dueño de la casa: Lázaro Cárdenas Batel, gobernador michoacano.
Y abrieron el juego. Que la encuesta michoacana sitúa al PRD tres puntos arriba del PAN hacia la gubernatura y sin iniciar la campaña. Que sería una lástima que el precio de una injuria al Presidente fuera perder la elección estatal. Todos asintieron. Sólo flameó una pregunta: ¿quién convence a Andrés Manuel López Obrador de claudicar en San Lázaro? Se tecleó su número. Y el jefe de la extrema cedió porque el anfitrión de la cena prometió que él y su papá apadrinarán a Godoy. Por eso en Penjamillo el ingeniero Cárdenas no se le despegó. Por eso El Güero anduvo tan seguro de que no habría zipizape. Por eso AMLO no fue al Zócalo: Cárdenas Batel se estrenó como su contrapeso real, único capaz de doblarlo…
“Frentes Políticos”, Excélsior, 2 de septiembre.
Hasta el cuarto para el ratito, los legisladores del PRI, el PAN y el PRD se dieron a desear, cual novias de pueblo, y después de muchos concienzudos análisis decidieron que el “entregas y te vas” versión reloaded sería lo que los mexicanos se merecían. Salvo Convergencia, el resto de los partidos ni siquiera se molestó en escribir sus discursos para fijar posturas. “Fue parte de un acuerdo republicano”, dirán los legisladores, aunque la realidad seguramente es que simplemente se quisieron evitar, otra vez, la fatiga
Vianney Esquinca, “La inmaculada percepción”, Excélsior, 2 de septiembre.
En efecto, se podrá hablar de un destello de sensatez que iluminó a diputados y senadores del PRD; de un esfuerzo titánico de negociación entre todos los partidos, de una muestra de que el Congreso no quiere repetir los penosos espectáculos que lo hacen ver como un circo más que como el contrapeso del Ejecutivo, y hasta se podrá hablar del fin del ritual del “día del presidente”, para dar paso a una ceremonia de estricto respeto entre poderes. Se podrá decir todo eso y más.
Pero en el fondo, cuando las muchas horas, días y semanas de discusión terminaron con la decisión del PRD de abandonar el salón de sesiones, para “garantizar” el cumplimiento del artículo 69 constitucional —y que el presidente Calderón pudiera entregar su Informe al inicio del periodo de sesiones respectiva del Congreso—, a la única conclusión seria que se puede llegar es que el partido amarillo, atrapado en sus contradicciones y su infantilismo político, se ha convertido en el mejor aval del gobierno de Felipe Calderón
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 2 de septiembre.
La decisión del Congreso, especialmente producto del empecinamiento del PRD y del poco compromiso que el PRI mostró para que la ceremonia se llevara a cabo, tuvo como resultado final que fueran las propias cámaras legislativas las que perdieran la batalla en aras de convertirse en un auténtico contrapeso. En efecto, el Poder Legislativo ha reclamado su legítimo espacio en el entramado republicano desde hace mucho tiempo, que con mayor vigor ha exigido desde hace diez años a partir del famoso bloque opositor conformado entonces principalmente por el PAN y el PRD.
La negativa legislativa al debate que planteó el Presidente fue la piedra que sepultó las aspiraciones del Congreso de la Unión y socavó de paso el deseo de los ciudadanos por escuchar un diálogo entre poderes. Por eso, quienes han perdido también y aún más que el propio Legislativo fueron los ciudadanos, a quienes la cerrazón y la insolencia de dos grupos parlamentarios los privó de una oportunidad para presenciar un debate sobre el rumbo del país.
Rogelio Carvajal Tejada, Crónica, 3 de septiembre.
Todo indica que a ese calendario se le ha sumando ya una nueva fecha que, para muchos políticos, resulta más importante que cualquier otra. Me refiero, ¡obviamente!, al 1 de septiembre, fecha señalada por la Constitución para que el Presidente de la República asista a la apertura de sesiones ordinarias del primer periodo del Congreso, y presente por escrito un informe sobre el estado general que guarda la administración pública. La obligación del Presidente, de entregar el informe, ¡asistiendo a la apertura de sesiones ordinarias del Congreso!, tiene como contrapartida la obligación de los legisladores de recibirlo a él y al informe, es decir, al mensaje y al mensajero. Sin embargo, algo tan sencillo, y que la ley establece con meridiana claridad, muchos legisladores lo convierten, al cuarto para las doce, en todo un circo, alegando que “no existen las condiciones para que el Presidente (ayer fue Fox y hoy es Calderón), asista al Congreso”. Entonces, lo que la Constitución dice, y lo dice con toda precisión, sin posibilidad de interpretaciones divergentes, ¡vale gorro! ¿Cómo que no están dadas las condiciones para que el Presidente vaya y entregue su informe?
Arturo Damm Arnal, “Pesos y contrapesos”, Crónica, 3 de septiembre.
La madre de todas las negociaciones ya parió. Dígalo si no el PRD, que transó su silencio y su ausencia para Felipe Calderón, el sábado de entrega del Informe Presidencial. Puede leerse, lejos de una criticable transacción de favores políticos, que las fuerzas del sistema encontraron el centro común que buscaban para desestrabar asuntos del máximo interés. / Pueden esperarse reformas en materia electoral, como arranque de la reforma del Estado, así como una de corte hacendario. Todo saldrá de los hornos de las negociaciones políticas.
Los reyes de las piruetas para poder acercarse a las otras fuerzas políticas habrán sido los que se colocaron en el extremo: el PRD, así como el PT e, incluso, una renuente Convergencia. Su trabazón ha estado en cómo dedicarse a la política sin enfadar al Legítimo. / Mientras, PAN, PRI, Panal, Verde y Socialdemócrata saben que les llegó la hora de producir acuerdos o extinguirse en el favor del electorado. El sábado en San Lázaro, los legisladores supieron lo que es ganar-ganar, esto es, sumar beneficios en causas en que todos ganan. Restar ya fastidia...
Juan Arvizu, “Vitral Político”, El Gráfico, 3 de septiembre.
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