La banda ancha, el gran reto nacional

Para aumentar la escasa penetración de los servicios de banda ancha, México tiene que diversificar las modalidades de acceso para los servicios y levantar las restricciones al capital extranjero, para así impulsar las inversiones en infraestructura y una reducción en costos tanto de los equipos como del servicio o “paquetes” de financiamiento más agresivo de computadoras. Sólo tres de cada 100 habitantes en el país tienen acceso a banda ancha, de acuerdo a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). Con esto, México ocupa el segundo lugar entre los países con la más baja penetración entre los miembros de este organismo internacional; de otra manera, alcanza la posición 29 de las 30 naciones. El último sitio corresponde a Grecia, con 2.7 por cada 100 habitantes. El promedio de la OCDE es de 15.5 usuarios de servicios de banda ancha por cada 100 habitantes. Si se divide por acceso, sólo 2% de los usuarios de banda ancha en México tiene la tecnología DSL, provista por las empresas telefónicas, con la cual pueden disponer del servicio de internet y datos a alta velocidad y usar al mismo tiempo su línea telefónica, como por ejemplo, el que ofrece Prodigy Infinitum. En tanto, 0.7 de cada 100 habitantes tiene el acceso de servicio de banda ancha suministrado por una empresa de televisión por cable, según la OCDE. El gobierno mexicano, a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), se impuso la meta de alcanzar una densidad de 20 usuarios por cada 100 habitantes al final del sexenio; esto significaría septuplicar el nivel actual en sólo seis años. En nuestro país, la tecnología de banda ancha se introdujo en 2001; sin embargo, países que en ese año tenían el mismo nivel de penetración, como Polonia y la República Checa, así como otros que empezaron a ofrecer el servicio después, como Irlanda y Eslovaquia, hoy tienen una penetración muy superior a la nuestra. Juan Ignacio Fernández, analista principal de la consultora Gartner, dijo que en América Latina, la penetración de los servicios de banda ancha es del orden de 3% a 4%, aunque Chile es el más avanzado, con una penetración del aproximadamente 12%. “Lo importante, para incrementar la penetración es diversificar las modalidades de acceso para permitir la expansión más allá de las líneas telefónicas. Por eso es importante tener la opción de las cableras y eventualmente el WiMAX y la banda ancha móvil también”, sostuvo. Por su parte, José Otero, presidente de Signals Telecomm Consulting, señaló que los costos para un usuario de banda ancha son muy altos en comparación con otros servicios de telecomunicaciones, como la telefonía celular o la telefonía fija, debido a que se requiere tener una computadora para conectarse a internet. “Además, el pago mensual del servicio es oneroso al compararlo con la telefonía móvil de prepago, en donde en el peor de los casos un usuario puede no recargar su celular un mes y aún recibir llamadas. Una reducción en el costo de las computadoras o un esquema más agresivo en el financiamiento de estos equipos ayudaría a incrementar la adopción de banda ancha en México”, destacó. También se requiere de más apertura a la inversión extranjera y subastar el espectro radioeléctrico para permitir la proliferación de opciones inalámbricas de banda ancha en el mercado, condicionando la licencia a un cronograma de despliegue, indicó el especialista. A decir de Alejandro Navarrete, de la Cámara Nacional de la Industria de Telecomunicaciones por Cable (Canitec), es necesario establecer políticas públicas que promuevan accesos de bajo costo. Indicó que en otros países se crean fondos públicos para el desarrollo de la tecnología y el apoyo a los operadores locales.
Nota de Angelina Mejía Guerrero, El Universal, 17 de julio.

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