1º DE DICIEMBRE DE 2006: A UN AÑO DE LA TOMA DE PROTESTA DE FELIPE CALDERÓN: 6. VIERNES 1º DE DICIEMBRE DE 2006.

Los comentarios se inician con una “ceremonia simbólica” a las cero horas del viernes 1º de diciembre, en la que Vicente Fox entregó la banda presidencial a Felipe Calderón. Una ceremonia simbólica, mediática y fuera de protocolo, toda vez que careció de validez oficial. ¿El resto? Especulaciones: si Calderón llegaría o no, si Jorge Zermeño le colocaría la banda presidencial. Además, buenos deseos para el presidente entrante, escenarios a corto plazo y Andrés Manuel López Obrador en el Zócalo. Todo esto aderezado con la presencia del Estado Mayor Presidencial en un amplio perímetro del recinto de San Lázaro… Presentamos 37 comentarios al respecto, es decir, un 14.23% de los 260 sobre el tema.

En el primer minuto de este viernes, Felipe Calderón enviará un mensaje desde Los Pinos al tomar posesión de la Presidencia.
Joaquín López Dóriga, “En privado”, 30 de noviembre de 2006.

En el primer minuto de este día, Felipe Calderón empezó a ejercer la Presidencia de la República.
En Los Pinos recibió de manos de un cadete del Colegio Militar, la bandera que lo acompañará durante seis años.
Antes, Vicente Fox entregó la banda presidencial, lo que supone que ya no tendrá que asistir al acto de la Cámara.
El Presidente dio posesión a los funcionarios para las tareas urgentes, Defensa Nacional, Marina, Gobernación, y Seguridad Pública.
A las 11 irá a San Lázaro, a cumplir con el mandato de la Constitución, en un clima de golpe de Estado, planeado por López Obrador.
Pepe Grillo, Crónica, 1º de diciembre de 2006.

Dos senadores priistas con sonrisas nos comentaban, qué buen golpe dieron Felipe Calderón y su equipo de colaboradores, al recibir el poder presidencial en la medianoche de ayer; con ello hicieron a un lado protestas de inconformidad contra Vicente Fox y llegará a la Cámara de Diputados ungido ya como Presidente de la República.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 1º de diciembre de 2006.

El primer acto como Presidente de la República y el posterior mensaje a la nación de Felipe Calderón abrieron un espacio para considerar la presencia de Vicente Fox en la toma de posesión en San Lázaro. Con ello podría darse por cerrada la trasmisión de Poderes una vez que el guanajuatense entregó la banda presidencial para su resguardo a un cadete del Colegio Militar. Hay que recordar que legisladores del PRI y el PRD recomendaron que Fox no acudiera a la ceremonia en la que el nuevo Presidente protestará el cargo. Al parecer, el ya ex mandatario, atenderá la sugerencia.
“Frentes Políticos”, Excélsior, 1º de diciembre de 2006.

La historia calderónica no comenzó de día sino de noche, con el primer minuto de un viernes lleno de presagios igualmente oscuros. Toma de posesión felipense en la fuente verdadera y original de su presunto triunfo electoral: Los Pinos. El verdadero congreso de la unción no sería otro que una sala de la casa presidencial en donde Vicente Saliente y Felipe Entrante realizarían sin público molesto la desolada faena de traslación autista. Y luego, ya en detentación del poder burocrático, el Entrante habría de hablar ante las cámaras que importan; es decir, no las legislativas sino las televisivas, que se enlazarían para transmitir el mensaje de autoservicio político al que sólo faltarían aplausos grabados (el que a ficciones mediáticas gana, con ficciones mediáticas asume).
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 1º de diciembre de 2006.

Pero de todos los aliados con los que contará Calderón para transitar su accidentado ascenso a la Presidencia, no hay otro más poderoso que la televisión. Anoche la empresa que controla el futbol dio una muestra más de lealtad al nuevo Presidente al brindarle el primer espaldarazo e inaugurar el besamanos. Con toda la intención de penetrar en las masas que seguían el partido Chivas-América, Televisa convirtió el duelo deportivo en el mayor foro político y envió un mensaje de rechazo a la violencia y confrontación en la Cámara de Diputados.
"No existe rivalidad que no se pueda superar por el bien de México", rezaba una enorme manta que los jugadores de los dos equipos rivales sostenían al entonar el Himno Nacional. Luego, Decio de María Serrano, un político que dirige la Federación Mexicana de Futbol, leyó un discurso político en el que condenó la violencia y resaltó el poder de convocatoria del futbol, mientras reiteraba el llamado "para que la paz y armonía prevalezcan en México”.
Para rematar la arenga y el respaldo al nuevo gobierno, la televisora puso en pantalla por varios segundos un mensaje que echó mano de los slogans más probados y machacados en el futbol: "Cuando la paz es la que gana, el marcador lo celebramos todos". La rúbrica del discurso político llevaba ocho letras que forman el nombre del poderoso aliado que arropará a Felipe Calderón en los turbulentos primeros meses de su gobierno.
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 1º de diciembre de 2006.

En cuatro tomas. La primera, en Los Pinos. A las cero horas de hoy, día uno, Vicente Fox transmite el poder a Felipe Calderón desde la residencia oficial. Primera toma, pues, la del poder real; el Estado opera bajo su mando a partir del primer segundo de hoy, día uno. Y para que no quede duda: toma dos. Segunda transmisión: ésta, de imagen. El poder real en cadena nacional. Felipe Calderón hace su primer acto de gobierno en la pantalla de televisión de cada mexicano. Antes que rendir protesta ante los diputados, lo hace ante la ciudadanía. Tercera toma: la constitucional. En San Lázaro los perros andan sueltos, olisqueando las migajas de sus propios yerros, olfateándose los humores y malos humores, echando espuma por la boca, cantando rancheras y enseñando colmillos que son de utilería. El folclore de nuestros odios. La fiesta de nuestras ruindades. Tercera, pues, en una sola toma: toma de tribuna. Y la cuarta toma, la toma de protesta, ¿con la bandera de fondo, las paredes y las letras de oro, o arrinconado por los oficiantes del radicalismo suicida?
Yuriria Sierra, “Nudo gordiano”, Excélsior, 1º de diciembre de 2006.

Como hoy ya no está Vicente Fox, todo puede suceder en materia de televisión, desde que misteriosamente se arregle el supuesto problema técnico que tenía fuera del aire al canal W Radio (donde está el noticiario de Carmen Aristegui) hasta que uno que otro comunicador se quede sin pantalla. No pierda detalle de las salidas ni de las llegadas
Álvaro Cueva, “El pozo de los deseos reprimidos”, Milenio, 1º de diciembre de 2006.

Claro mensaje para el des…astre que hasta ayer se traían en la Cámara de Diputados.
Los rumores estuvieron a todo lo que daban desde la mañana: que si la fuerza pública entraría a poner orden a los diputados, a desalojarlos para que todo estuviera en santa paz —o en paz, dejemos a un lado lo santo— para que Felipe Calderón pudiera rendir protesta ante el Congreso…
Lo cierto es que Carlos Navarrete llegó al recinto y amenazó con ampararse para que no los sacaran.
Entonces, más vale prevenir… a que les den madruguete. Es lo que pensaron ayer en lo que todavía era el equipo de transición de Felipe Calderón.
Por la tarde se dio a conocer que, en punto de las 12 de la noche, Calderón Hinojosa recibiría el poder de manos del presidente Vicente Fox, en una ceremonia que se realizó en el primer minuto de hoy, hoy, hoy en Los Pinos.
El cambio de estafeta también será para el gabinete de Calderón, quienes recibirán de parte del gabinetazo sus respectivos nuevos cargos.
Sólo los entrantes y los salientes. Nadie más.
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 1º de diciembre de 2006.

Con relación a la ceremonia de transmisión de poderes, tampoco la Constitución ordena la presencia del presidente saliente, pero tal parece, insisto, que la legislación secundaria no tuviera importancia para los legisladores obradoristas que le siguen el juego afectado, al menos, de poca… higiene mental, de López Obrador. Primero la cosa era contra Calderón porque AMLO lo considera espurio y al último el asunto se fue contra Fox por todas las que le debe a los perredistas en general, quienes ayer llegaron a la gran ridiculez, o simple estupidez de que la ceremonia se realice en cualquier lugar del Palacio Legislativo con Fox, menos en el salón de plenos…
Leopoldo Mendívil, “Crónica confidencial”, Crónica, 1º de diciembre de 2006.

El Congreso está citado para recibir la protesta de Calderón a las nueve y media de la mañana de hoy, en el recinto oficial de San Lázaro. A menos que haya habido arreglos en las horas recientes (las posteriores a la escritura de estas líneas y las anteriores a su lectura), algo improbable o remoto, la cita se cumplirá en un ambiente descompuesto y riesgoso. Con criterio homeopático, según el cual lo semejante se cura con lo semejante, la bancada panista en la Cámara de Diputados previno un secuestro de la tribuna por la fracción perredista practicándolo ella misma. Al mediodía del martes decenas de sus integrantes bloquearon los pasos a la tribuna y se ubicaron en torno de ella, dizque para impedir que los perredistas hicieran lo propio. Consiguieron lo contrario de su propósito, pues el resultado es que esta mañana la tribuna amanece copada no por uno sino por dos grupos parlamentarios. En las primeras horas de la ocupación de esa porción elevada del salón de plenos se suscitaron breves escaramuzas cuya intensidad podría crecer al alba de este viernes, por los objetivos contrapuestos de las partes: la fracción del PAN buscará abrir y proteger el espacio físico que permita a Calderón llegar a la tribuna y pronunciar la fórmula constitucional, mientras que el grupo perredista procurará impedirlo.
Miguel Ángel Granados Chapa, “Plaza Pública”, 1º de diciembre de 2006.

Legalmente, será el panista Jorge Zermeño, el presidente de la mesa directiva de la Cámara baja, quien impondrá la banda a Felipe Calderón. Es, quizás, en el ánimo de distender la situación que Fox habría decidido no ir a San Lázaro. A pesar de ello, fuentes cercanas al mandatario saliente aseguraron que sí estará en la toma de protesta del nuevo Presidente.
“Frentes Políticos”, Excélsior, 1º de diciembre de 2006.

La estrategia que se seguirá hoy en la Cámara de Diputados ha sido minuciosamente diseñada por el presidente de la Cámara, Jorge Zermeño, los coordinadores panistas en el Senado y la Cámara de Diputados, Santiago Creel y Héctor Larios, respectivamente, así como elementos del Estado Mayor Presidencial que permanecerán dentro del recinto legislativo durante la sesión.
Felipe Calderón arribará a San Lázaro en un helicóptero que aterrizará en el helipuerto de la Cámara ubicado en el costado derecho de la misma. Asimismo, ingresará al salón se sesiones por la parte trasera, a un costado de las banderas, es decir, detrás de la tribuna, para evitar así que los legisladores del PRD puedan agredirlo en su camino a la tribuna.
Manuel López San Martín, “Política Ficción”, El Financiero, 1º de diciembre de 2006.

Es la hora veinticinco. Sin acuerdos de fondo entre los partidos, con la tribuna de la Cámara de Diputados ocupada desde el martes por panistas y perredistas, el Zócalo repleto de lopezobradoristas inconformes y el Palacio Legislativo blindado por la PFP y el Estado Mayor, Felipe Calderón rendirá hoy protesta como Presidente de la República.
"Es el México crispado que nos hereda Vicente Fox", ilustró el diputado externo panista Diódoro Carrasco, ex secretario de Gobernación. El además ex gobernador de Oaxaca, por cierto, rondaba ayer las instalaciones del PRD en San Lázaro, para entrevistarse con legisladores de ese partido. ¿Construyendo puentes?, preguntamos. "Hay que romper todo menos los puentes", repuso.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 1º de diciembre de 2006.

Pero las delicias nocturnas de lo virtual no tuvieron reciprocidad en el mundo real del día a día. Feas murallas metálicas, rijosos diputados (que, para peor, de madrugada se vuelven cantores), toscos contingentes militares e increíbles rumores de desalojo de legisladores de su propia casa formaban un mundo distante de los primores de Los Pinos. Acá, en el universo de verdad, la crisis política derivada del fraude electoral seguía su curso, sin salida posible a la vista y con una creciente concentración de pruebas de ruptura de lo que quedara de orden constitucional e institucional. Como en las peores páginas de la historia latinoamericana, la fuerza militar impone reglas y condiciones a un Poder Legislativo secuestrado.
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 1º de diciembre de 2006.

En el escenario contemplado, se prevé que elementos del EMP se ubiquen a los costados de la mesa directiva, para evitar que perredistas suban y agredan al presidente Calderón. De acuerdo con la información recabada y confirmada por legisladores panistas, el grupo parlamentario de Acción Nacional cuenta con una estrategia paralela a la del EMP que consiste en colocarse debajo de la máxima tribuna, es decir, en el espacio en el que los legisladores dan lectura a sus ponencias para impedir que grupos del PRD se planten frente a Felipe Calderón.
Adicionalmente, se tiene prevista la colocación de 500 macetones que rodearán la tribuna para impedir que legisladores opositores puedan tomarla, así como un cerco de elementos del EMP, quienes permanecerán en todo momento en el salón de sesiones.
Manuel López San Martín, “Política Ficción”, El Financiero, 1º de diciembre de 2006.

Hoy comienza la diversión en San Lázaro... ¿un escenario? Quizá recibirá la banda presidencial desde un palco... quizá no alboroten los caldeados ánimos que se cocinan... la incursión del EMP en el recinto será un mal comienzo. El sitio policiaco-marino del Congreso es un gravísimo error y Felipe Calderón deberá entender que llega a Los Pinos debilitado y cuestionado y que necesitará mucho talento, agudeza y prudencia para ¿gobernar? En el macrodesorden... Su gabinete de civiles, mi estimado, dista mucho de estar a la altura de la complejidad nacional. No hay márgenes de maniobra. Punto.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 1º de diciembre de 2006.

Más allá de lo que pueda ocurrir esta mañana dentro del salón de sesiones de la Cámara de Diputados en la que los legisladores de oposición buscarán impedir que Felipe Calderón rinda protesta y asuma la Presidencia de la República, fuera de la sede del Congreso de la Unión habrá movilizaciones y protestas. Y esas acciones no se circunscribirán solamente a distintos rumbos de la ciudad de México, sino que las habrá también en otras del interior de la República, incluida desde luego la capital de Oaxaca, en la que las organizaciones que conforman la APPO encabezarán marchas y bloqueos viales.
Francisco Cárdenas Cruz, “Pulso Político”, El Universal, 1º de diciembre.

Hoy Calderón llega a la última yarda en el juego de la elección, debe brincar al equipo lopezobradorista, anotar, ganar, y reiniciar un partido totalmente distinto donde la constante sea el arte de gobernar, de conseguir consensos y de reactivar la economía del país.
José Yuste, “Activo Empresarial”, Excélsior, 1º de diciembre de 2006.

Los escenarios son catastróficos. La posibilidad de violencia en San Lázaro es alta. Será vergonzoso observar el comportamiento que hoy tendrán los legisladores del PRD y PAN. El presidente Calderón rendirá protesta en medio de militares vestidos de civil y de legisladores de su partido custodiándolo. La crisis política es incuestionable.
Manuel López San Martín, “Política Ficción”, El Financiero, 1º de diciembre de 2006.

A GRITOS y sombrerazos México inicia hoy una nueva etapa... o por lo menos eso es lo que se espera.
LEJOS del ambiente festivo que se vivía hace seis años cuando arribó al poder, Vicente Fox sale ahora sin hacer ruido.
DEBIDO A ESO, Felipe Calderón Hinojosa asume la Presidencia de la República presionado desde el primer minuto para demostrar de qué está hecho.
NUNCA ANTES un jefe del Ejecutivo había arribado al poder en una situación tan adversa como la que representa ahora la actitud golpista del PRD que, bajo las órdenes de Andrés Manuel López Obrador, pretende impedir la toma de posesión.
¿DE VERDAD a eso se reduce México? No, por supuesto que no.
MÉXICO es mucho más grande que los empujones, las mentadas y las diatribas entre una bola de legisladores.
LLEGA MÁS ALLÁ de donde alcanzan a ver sus políticos. Y hasta la economía se mantiene estable, a pesar de todo lo que hacen en su contra.
Y SU FUTURO no puede depender de los caprichos partidistas, de los intereses ideológicos ni las ambiciones de poder de quien sea.
HOY México inicia una nueva etapa. Eso se quiere. Ojalá los políticos logren darse cuenta.
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 1º de diciembre de 2006.

Hoy Felipe desinfectará sus antebrazos y manos, las enfundará en sus guantes y vestirá por vez primera su pijama quirúrgica y su gorro de cirujano. El Estado se encuentra anestesiado. El electrocardiógrafo ha sido colocado en el corazón del país. Un gabinete de colaboradores se alistan para meter mano en diferentes áreas del enfermo en el momento oportuno.
Esta cirugía durará seis años. No obstante, y a pesar de que el cirujano fue contratado por el propio enfermo, la diabetes, para nuestra mala suerte, no puede ser solucionada con una cirugía.
Carlos Mota, “Cubículo estratégico”, Milenio, 1º de diciembre de 2006.

Felipe Calderón no puede poner pretextos ni echarle toda la culpa a Vicente Fox. Desde el 30 de julio, cuando el lopezobradorismo secuestró las calles del centro de la Ciudad de México, sabía a qué se enfrentaba. Pero no pudo o no quiso encontrar una fórmula que le permitiera llegar al 1 de diciembre con el porte de un Presidente que respira por la nariz y no con el de un político que jala aire por la boca.
Sabía que obtuvo sólo 35.9 por ciento de los votos y que sus aliados del PAN a duras penas sumaban 40 por ciento en el Congreso. Y que el alma de la insurrección del lopezobradorismo es la del extremista que no tiene interés en alcanzar acuerdos.
Fácil no era, pero queda la impresión de que en estos meses Calderón se encogió de hombros y se encomendó al Espíritu Santo para que el fanatismo de sus enemigos se redujera a la farsa y no se ensanchara en tragedia. ¿Qué hizo el presidente electo para darse un primer día de gobierno con los menores sobresaltos posibles? ¿Pensó en serio que el 1 de diciembre no era cosa suya?
Ciro Gómez Leyva, “La historia en breve”, Milenio, 1º de diciembre de 2006.

Felipe Calderón tiene prisa por sentarse en la silla presidencial, ejercer el poder y mostrar una marcada diferencia con su predecesor Vicente Fox, quien arrancó su sexenio tirándose un clavado a la mar de lo inútil. Antes de cumplir su primer día como Presidente, Calderón buscará estar a la altura de las altas expectativas de un electorado —las encuestas tienen más elevado el porcentaje de esperanza que hace seis años— tranquilo del bolsillo y molesto o desilusionado por la conducta de Andrés Manuel López Obrador. Calderón lanzará 100 acciones en 100 días, que son una catarata de iniciativas en todos los campos, algunos efectistas de corto y mediano plazo, y otros que definitivamente pretenden cambiar el rumbo nacional.
Raymundo Riva Palacio, “Estrictamente personal”, El Universal, 1º de diciembre de 2006.

La ceremonia para el cambio de titular del Poder Ejecutivo evidencia que en México se pueden procesar todos los problemas en la política, en armonía y cordialidad", aseguró el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados. ¡Qué alivio! Lo malo es que eso fue el 1 de diciembre del año 2000. Ahora ocurre exactamente al contrario: los nubarrones en relación con la toma de protesta de Felipe Calderón evidencian que en México no se pueden procesar todos los problemas de la política en armonía y cordialidad. Y es que la diferencia entre el ambiente político en que se dio la toma de posesión de Vicente Fox y el que rodea ahora la de Felipe, mide muy bien la regresión política que sufrimos durante este sexenio. En aquel entonces, todo era concordia, acuerdo, entusiasmo, consenso respecto de quién había ganado y que lo había hecho en la elección más democrática de la historia del país.
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 1º de diciembre de 2006.

Hoy prevalecen el encono, el reclamo, la polarización, la duda en torno a la elección presidencial y su veredicto. Y la expresión de ese agravio que sienten quienes conformaron la coalición Por el Bien de Todos seguramente se hará oír ruidosamente. Permanece la incertidumbre sobre si Calderón rendirá la protesta a la que está obligado constitucionalmente y, si lo logra, en qué circunstancias lo hará. ¿En una sede alterna (es decir, en el "patio trasero")? No le conviene proyectar semejante imagen de debilidad inaugural, por lo que intentará hacerlo en el recinto legislativo. En cuyo caso, ¿lo hará rodeado por un bunker humano y en medio de un griterío tal, que ni siquiera se escuche su voz recitando la Constitución? De ser así, cumpliría con el requisito constitucional, pero en un escenario igualmente indeseable. El Partido de la Revolución Democrática busca con esto estropear la fiesta felipista de bautizo y proyectar la imagen de que un Presidente plenamente legítimo no tendría por qué andar a salto de mata, rindiendo protesta en condiciones tan incómodas. Y en parte es cierto. Hasta nuevo aviso, Felipe no podrá salir al centro a convivir tranquilamente con la gente, como muchas veces lo hizo Fox.
José Antonio Crespo, “Horizonte Político”, Excélsior, 1º de diciembre de 2006.

Si Felipe Calderón llega hoy al salón de plenos y su voz es más audible que los gritos, rechiflas y abucheos de sus adversarios, le bastarán sólo 15 segundos y a lo más 35 para que pueda ejercer como Presidente.
Garantizar o impedir el aprovechamiento de tan breve pero decisivo lapso para la lectura de la solemne promesa es lo que motivó la repentina conversión del recinto en campamento comprensible pero asquerosamente fétido.
Según la circunstancia, Calderón podrá leer con la dicción y entonación propias de toda ceremonia, o como si alguien lo fuera correteando:
Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión, y si así no lo hiciere, que la nación me lo demande.
¡Ah!, y si uno es desastre y diez ideal, los estrategas que se van creen que este viernes cuenta cuatro.
Carlos Marín, “El asalto a la razón”, Milenio, 1º de diciembre de 2006.

Por su parte, Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores se congregarán muy temprano por la mañana en el zócalo capitalino. Ahí decidirán si permanecen en ese lugar o marchan rumbo a la sede del Congreso de la Unión para sumarse a quienes intentarán impedir que Calderón rinda protesta y asuma la Presidencia de la República. Lo que se advierte en los discursos y mensajes que éste ha dirigido en los últimos actos previos a su toma de protesta es que más allá de expresarles respeto a diputados y senadores de todos los partidos, está su decisión de respetar y hacer respetar la ley.
Francisco Cárdenas Cruz, “Pulso Político”, El Universal, 1º de diciembre.

Felipe Calderón lo decía en tono de broma: "El 1 de diciembre López Obrador me va a esperar al igual que en el futbol americano, con todo su equipo defendiendo en la yarda uno para evitar que les metamos la anotación.
Y desde hace meses ha venido construyendo consensos pero también estrategias efectivas que ya pesaron sobre López Obrador, como sucedió cuando se anuncio al gabinete económico llevando a un plano secundario el regreso público del tabasqueño.
Yuriria Sierra, “Nudo gordiano”, Excélsior, 1º de diciembre de 2006.

En el Zócalo de la capital del país, el lopezobradorismo llega a la que posiblemente ¬dependerá de lo que suceda hoy¬ sea la última muestra de fuerza conjunta que den la corriente del tabasqueño en resistencia y el aparato partidista-legislativo-delegacional que sigue acompañándolo en la lucha contra la imposición de San Felipe pero que cada día está más urgido ¬ese aparato¬ de tomar vida propia y negociar lo que sea necesario para acomodarse a la realidad política ajena a luchas que serán muy legítimas pero a esos héroes del presupuesto les resultan imprácticas a la hora de los cambalaches y los arreglos en la oscuridad también de medianoche. Llegará el día en que se sepa si el acelere panista de tomar la tribuna de San Lázaro (porque un pitazo del Cisen les hizo creer que el PRD estaba por hacer lo mismo) obligó a la bancada del sol azteca a una reacción más o menos unificada y más o menos perdurable cuando justamente entre los legisladores perredistas bullía la discusión sobre el grado de resistencia que se debería presentar a la toma de posesión felipense.
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 1º de diciembre de 2006.

En fin que, si es un día de prueba para Calderón, también lo será para López Obrador, que tiene la oportunidad de mostrarse como un dirigente social o como un jefe violento que arroja a sus seguidores contra las fuerzas militares que tienen a su cargo la seguridad del Congreso.
Sé, también, que para algunos manchar de sangre la toma de posesión de Felipe Calderón es una tentación, pero de correr, esa sangre también mancharía a López Obrador.
La decisión es suya.
Joaquín López Dóriga, “En privado”, Milenio, 1º de diciembre de 2006.

Con prudencia semejante a la del día del informe no leído por Fox, los practicantes de la resistencia civil pacífica están hoy reunidos en el Zócalo, sin caer en la tentación de provocar la represión policiaca en que incurrirían de sólo aproximarse a San Lázaro. De igual modo que ni de lejos se pretendió estorbar el 5 de septiembre la declaratoria de Presidente electo no hay razón práctica para evitar la secuela de esa formalidad, que es la toma de posesión.
Miguel Ángel Granados Chapa, “Plaza Pública”, 1º de diciembre de 2006.

Sea cual sea finalmente la forma en que Calderón cubra la segunda mitad de su toma de posesión (la primera la habría hecho en el primer minuto del viernes, ya instalándose junto con su equipo en Los Pinos), es alto el riesgo de la violencia política, y de su extensión a lo social. Lo grave no son los presuntos desfiguros que estarían cometiendo los diputados en el plantón obligado que mantienen en San Lázaro (peores escenas cometen varios de los comentaristas que al aire o en sus columnas se escandalizan por los "excesos" de los legisladores), sino la militarización creciente de lo político y la persistencia en el uso de mecanismos (propagandísticos, periodísticos, policiales) para reprimir con ánimos de exterminio a la expresión social de inconformidad con un sistema agonizante y con una conformación del nuevo poder sexenal que proviene del fraude electoral. Lo que hoy sucede en México no es una ocurrencia ni un artificio. Es el resultado acumulado tanto de una pésima administración gerencial foxista (que sólo consiguió buenos resultados para sus familias) como de una pésima elección presidencial que dejó a la sociedad dividida y a un presunto presidente de la República aferrado a la condición porcentual precaria de un 0.5 por ciento de sustento.
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 1º de diciembre de 2006.

Las señales con las que despertamos este viernes no hablan bien de su eficacia ni de su imaginación política. Como futuro Presidente de México era el primer obligado en convencer a quienes estuvieron a un puñado de votos de derrotarlo que en las democracias nadie pierde todo, ni pierde para siempre. En persuadirlos con algún incentivo. No lo hizo. Y si lo intentó, qué fracaso. Malas noticias, como sea, para quienes creyeron que sabría aprovechar los largos meses para cerrar la brecha entre los fanáticos y los pragmáticos.
Es cierto que Felipe Calderón se merecía una fiesta el 1 de diciembre. Pero, por inacción o impotencia, se merece también ir al teatro infame que promete ser San Lázaro esta mañana.
Ciro Gómez Leyva, “La historia en breve”, Milenio, 1º de diciembre de 2006.

"A usted, señor presidente, electo por la soberana voluntad del pueblo, a escasas horas de ser nuestro comandante supremo, le refrendamos nuestra absoluta obediencia y lealtad". Las palabras del nuevo secretario de la Defensa, el general Guillermo Galván, un hombre surgido del pueblo que avanzó paso a paso por la jerarquía militar hasta llegar a su más alto peldaño, eran muy importantes ayer para el presidente Felipe Calderón. Desde hace décadas no ha habido dudas de la lealtad del Ejército Mexicano hacia el presidente de la República. Pero ante el reto de López Obrador y sus seguidores a la legitimidad del Presidente, esta declaración se hacía indispensable. Le daba un contexto más sólido a la reiteración de Calderón de que se presentará a tomar protesta ante el Congreso, "no por capricho, sino simple y sencillamente porque así lo manda la Constitución, nada más, pero tampoco nada menos".
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 1º de diciembre de 2006.

Hasta el cierre de esta columna, el programa oficial consideraba que el ya presidente Calderón daría un mensaje a la nación. Sería su primera cadena nacional.
Es decir, para que no digan que no hay Presidente. Cuestión de reforzar el hecho de que en el primer minuto del 1 de diciembre Calderón Hinojosa, aunque con la ceremonia de San Lázaro pendiente de realizarse, era ya el Presidente.
Un acto simbólico, si quiere, pero son importantes. Además de inteligente a nivel mediático, porque hoy por la mañana (no es difícil de adivinar) será nota lo que haya dicho ayer en la noche…
Era algo que se hacía antes, sí, pero sin difusión.
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 1º de diciembre de 2006.

El presidente Calderón invitó a comer en Los Pinos, mañana, a todos los gobernadores.
Allí tendrá la oportunidad de saber quiénes se van a dejar de payasadas para ponerse a trabajar en serio por su estado, y quiénes seguirán fieles al mandato lopista de “nada con Calderón”.
No faltarán los nueve panistas, y seguramente los 17 priistas.
La duda está en los seis perredistas, de los cuales Alejandro Encinas, de ninguna manera desoirá las órdenes de su jefe.
Pepe Grillo, Crónica, 1º de diciembre de 2006.

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