Los partidos midieron ayer sus fuerzas durante el pleno en el salón de sesiones de San Lázaro.
El Frente Amplio Progresista, con experiencia para tomar tribunas, repitió la acción.
Uno a uno, alrededor de 30 legisladores del FAP subieron al espacio de la Mesa Directiva para impedir que se utilizara la tribuna, y obligar a que la sesión se fuera a una sede alterna.
El perredista Alfonso Suárez del Real se acercó al priista Raúl Cervantes para ofrecerle garantías de que no irían a otra sede para impedir la sesión.
"¿Garantías?", cuestionó sarcástico Cervantes. El reto estaba cantado.
Tomada la tribuna, las bancadas del PAN y del PRI decidieron permanecer en el salón de plenos.
Los panistas tenían la instrucción de resguardar los espacios de la tribuna, pero reaccionaron tarde cuando diputados del llamado Grupo Patria -una treintena de legisladores del PRD, PT y Convergencia- ya se habían adueñado del presidium.
De inmediato, los priistas Carlos Zatarain y Rubén Escajeda se apoderaron de parte baja de la tribuna, para garantizar que el presidente de la Cámara, su compañero César Duarte, pudiera dirigir la sesión.
Entonces comenzó el forcejeo.
Con un megáfono, banderas y cornetas en mano, Layda Sansores trató se subir a reforzar la toma.
Pero la panista Elia Hernández le quiso impedir el paso y protagonizaron un forcejeo, y entre gritos de "no a la violencia, no a la violencia", ambas legisladoras se apaciguaron.
En grupos de tres y de cuatro, los panistas se desplegaron en el área para resguardar el micrófono principal de la tribuna.
La trinchera azul daba la espalda a la resistencia del FAP.
No nos vamos
Los coordinadores Héctor Larios, del PAN, y Emilio Gamboa, del PRI, permanecieron en sus curules para evitar riesgos tanto para legisladores como para enviados de medios de comunicación.
No habría sede alterna, le confirmaron al coordinador del PRD, Javier González Garza.
Duarte ordenó "sellar" los accesos al salón de plenos y reforzar las medidas de seguridad.
La Mesa Directiva se instaló en la parte baja del presidium, y Duarte sonó la campana para iniciar la sesión.
Los inconformes desplegaron una primera manta con errores de ortografía.
"Estas son las 12 palabras que excluyeron del dictamen: No se suscribirán contratos de exploración o producción que contemplen el otorgamiento de bloques o áreas exclusivas (sic)", rezaba la consigna del FAP.
Los posicionamientos de los partidos transcurrieron entre ulular de sirenas y protestas de la resistencia.
Luego vino la segunda manta que decía: "Contra la patria aquí, no".
Uno a uno, avanzaban los dictámenes.
"¿Quién vota en contra? ¡Juárez!", coreaban los seguidores de López Obrador.
Y llegó la tercera manta, como si fuera la tercera caída: "Sólo unas palabras separan el disenso del consenso. Si no hay trampa y engaños, acepten".
Doce palabras que fueron ignoradas por el pleno.
El Frente Amplio Progresista, con experiencia para tomar tribunas, repitió la acción.
Uno a uno, alrededor de 30 legisladores del FAP subieron al espacio de la Mesa Directiva para impedir que se utilizara la tribuna, y obligar a que la sesión se fuera a una sede alterna.
El perredista Alfonso Suárez del Real se acercó al priista Raúl Cervantes para ofrecerle garantías de que no irían a otra sede para impedir la sesión.
"¿Garantías?", cuestionó sarcástico Cervantes. El reto estaba cantado.
Tomada la tribuna, las bancadas del PAN y del PRI decidieron permanecer en el salón de plenos.
Los panistas tenían la instrucción de resguardar los espacios de la tribuna, pero reaccionaron tarde cuando diputados del llamado Grupo Patria -una treintena de legisladores del PRD, PT y Convergencia- ya se habían adueñado del presidium.
De inmediato, los priistas Carlos Zatarain y Rubén Escajeda se apoderaron de parte baja de la tribuna, para garantizar que el presidente de la Cámara, su compañero César Duarte, pudiera dirigir la sesión.
Entonces comenzó el forcejeo.
Con un megáfono, banderas y cornetas en mano, Layda Sansores trató se subir a reforzar la toma.
Pero la panista Elia Hernández le quiso impedir el paso y protagonizaron un forcejeo, y entre gritos de "no a la violencia, no a la violencia", ambas legisladoras se apaciguaron.
En grupos de tres y de cuatro, los panistas se desplegaron en el área para resguardar el micrófono principal de la tribuna.
La trinchera azul daba la espalda a la resistencia del FAP.
No nos vamos
Los coordinadores Héctor Larios, del PAN, y Emilio Gamboa, del PRI, permanecieron en sus curules para evitar riesgos tanto para legisladores como para enviados de medios de comunicación.
No habría sede alterna, le confirmaron al coordinador del PRD, Javier González Garza.
Duarte ordenó "sellar" los accesos al salón de plenos y reforzar las medidas de seguridad.
La Mesa Directiva se instaló en la parte baja del presidium, y Duarte sonó la campana para iniciar la sesión.
Los inconformes desplegaron una primera manta con errores de ortografía.
"Estas son las 12 palabras que excluyeron del dictamen: No se suscribirán contratos de exploración o producción que contemplen el otorgamiento de bloques o áreas exclusivas (sic)", rezaba la consigna del FAP.
Los posicionamientos de los partidos transcurrieron entre ulular de sirenas y protestas de la resistencia.
Luego vino la segunda manta que decía: "Contra la patria aquí, no".
Uno a uno, avanzaban los dictámenes.
"¿Quién vota en contra? ¡Juárez!", coreaban los seguidores de López Obrador.
Y llegó la tercera manta, como si fuera la tercera caída: "Sólo unas palabras separan el disenso del consenso. Si no hay trampa y engaños, acepten".
Doce palabras que fueron ignoradas por el pleno.
Claudia Salazar, Carole Simmonet Armando Estrop, Reforma, 29 de octubre.
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