Nueve horas de resistencia no logran frenar la reforma

El Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, que encabeza Andrés Manuel López Obrador, realizó durante nueve horas acciones de resistencia civil pacífica en su intento por frenar la aprobación de la reforma energética. Sin embargo, no logró su cometido, porque los senadores sesionaron en una sede alterna poco vigilada por brigadistas, en razón de que la mayoría se concentró en la casona de Xicoténcatl.

Desde las 7:30 de la mañana López Obrador encabezó la movilización de brigadistas, que comenzó en el Hemiciclo a Juárez y concluyó, pasadas las 16 horas, frente a la Torre del Caballito, donde se aprobaron los siete dictámenes de la reforma.

Los cercos de la resistencia civil se desarrollaron, en términos generales, en forma pacífica. El incidente más grave fue provocado por elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) al término de la sesión, al abrir paso a los autobuses donde se transportaban senadores de PRI y PAN.

A empujones, los uniformados derribaron a integrantes del movimiento que, entre gritos de “¡traidores!” y “¡culeros!”, pretendían frenar el convoy.

Desde el inicio de la jornada la actriz Jesusa Rodríguez instó a sus compañeros a “no caer en ninguna provocación” y a colocar de manera ordenada los cercos en puntos aledaños a la Cámara de Senadores y la Torre del Caballito. En los primeros se concentró la mayoría de brigadistas.

Solicitud de diálogo sin respuesta
Acompañado, entre otros, por los senadores Rosario Ibarra y Dante Delgado, así como por su equipo de trabajo, López Obrador emprendió la marcha. Integrantes de su gabinete, como Claudia Sheinbaum y Assa Cristina Laurell, se dirigieron a las brigadas que les correspondió coordinar.

Cada contingente tardó entre 15 y 20 minutos en ubicarse en puntos cercanos al Senado desde el Eje Central, donde policías capitalinos y federales formaron un cerco de seguridad que no impidió a López Obrador llegar a la esquina de Tacuba y Filomeno Mata, junto a la Plaza Tolsá.

Ahí, en varias entrevistas, indicó que el propósito de la lucha era que se incluyeran “doce palabras” en la reforma petrolera: “No se suscribirán contratos de exploración y producción que contemplen el otorgamiento de bloques o áreas exclusivas”, y que quería argumentar en el Senado antes de que empezara la sesión.

Para entonces, los senadores Ricardo Monreal, Dante Delgado, Yeidckol Polevnsky, Arturo Núñez y Rosalinda López Hernández buscaban una reunión entre el ex candidato presidencial, integrantes de la mesa directiva del Senado y los presidentes de las comisiones dictaminadoras. En tanto, el coordinador de los legisladores del PRD, Carlos Navarrete, apelaba al derecho de petición de López Obrador de ser escuchado.

Mientras esto ocurría, más brigadistas se sumaron a los cercos y el ex jefe de Gobierno capitalino aprovechó la ocasión para explicar ante los medios de comunicación la finalidad de la resistencia civil pacífica y su deseo de negociar con los legisladores.

A las 10:45 horas corrió la versión de que se aproximaban los legisladores a Xicoténcatl y se reforzaron los contingentes de las calles de Cuba, Belisario Domínguez, Allende y el callejón del 57. Dos autobuses de turismo con vidrios polarizados, escoltados por motociclistas y seis pick ups de la PFP, intentaron cruzar el cerco, sin éxito.

Jubilosos, los manifestantes celebraron su acción hasta que cerca de las 11 horas se enteraron de que los senadores panistas y priístas habían logrado entrar a la sede alterna en la Torre del Caballito. Minutos después, López Obrador fue informado de que los legisladores estaban a punto de pasar lista.

Sin complicaciones, los senadores, apoyados por policías federales y vallas de acero de más de dos metros de altura –colocados frente a la puerta principal–, ingresaron a la torre, al igual que el secretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna. Eso no obstó para que algunas adelitas recibieran empujones cuando los policías tomaban posiciones.

Después de una breve deliberación entre López Obrador e integrantes de su equipo, decidieron marchar hacia la torre cerca del mediodía. Comenzó entonces una espera de más de cuatro horas durante las cuales los manifestantes coparon los cuatro carriles del Paseo de la Reforma, antes de que concluyera el mitin encabezado por López Obrador, quien dio respuesta a lo sucedido en el Senado.

Alma Muñoz, Fabiola Martínez y Jesús Aranda, La Jornada, 24 de octubre.


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