Algunas de las organizaciones ciudadanas que promovieron el voto nulo en el pasado proceso electoral presentarán a los integrantes del próximo Congreso federal la “agenda ciudadana” para una verdadera transformación del Estado nacional, en la que será prioritaria y fundamental la participación de la ciudadanía.
Durante una reunión informativa entre organismos del Valle de México que participaron en el movimiento anulista se aclaró que en principio la agenda consta de cinco reformas prioritarias:
La de Estado, que impulse la transformación del régimen de gobierno y partidista por uno de mayorías; la económica, en la que se impulse el crecimiento del país y una mejor distribución de la riqueza entre la sociedad; la social, para que se garantice que todos los ciudadanos gocen de los derechos sociales, económicos, culturales y ambientales; la exterior, que lleve al país a la interacción social global sin anteponer intereses políticos; y la ambiental, para que el gobierno deje de monopolizar a las procuradurías, instancias y políticas ambientales “porque los recursos naturales son propiedad de todos”.
Organizaciones como Consulta ciudadana 5 de julio, Fundación por la democracia, Barzón Popular, Iniciativa ciudadana por una reforma del Estado, Yo voto por quien quiera, entre otras, aseguraron que el objetivo del sufragio nulo tiene que ir más allá del pasado proceso comicial.
“El punto central es que la idea del voto nulo fructifique en una verdadera reforma del Estado. Este ejercicio debe ir más allá de lo meramente electoral, los partidos deben incorporarlo en el debate no sólo para combatir el sistema partidista, sino también para mitigar los efectos de la crisis económica, la pobreza, la desigualdad, el desarrollo del país y la transición a la democracia”, señalaron.
Subrayaron que este tipo de voto representó la falta de representatividad de los partidos políticos, cuyo sistema “está en decadencia y no funciona”, y el mal desempeño de las fuerzas políticas del país; por lo que hicieron hincapié en que la clase política mexicana no puede hacer caso omiso del mensaje enviado por la ciudadanía.
Señalaron que si al anulismo, que fue de alrededor del 6 por ciento, se suma el abstencionismo, 55 por ciento, “la sociedad harta representa la verdadera mayoría”. Por ello, advirtieron que “sería un grave error” que el PRI creyera que obtuvo un triunfo, pues la ciudadanía “envió el mensaje de la falta de representatividad que tendrá el próximo Congreso”.
Durante una reunión informativa entre organismos del Valle de México que participaron en el movimiento anulista se aclaró que en principio la agenda consta de cinco reformas prioritarias:
La de Estado, que impulse la transformación del régimen de gobierno y partidista por uno de mayorías; la económica, en la que se impulse el crecimiento del país y una mejor distribución de la riqueza entre la sociedad; la social, para que se garantice que todos los ciudadanos gocen de los derechos sociales, económicos, culturales y ambientales; la exterior, que lleve al país a la interacción social global sin anteponer intereses políticos; y la ambiental, para que el gobierno deje de monopolizar a las procuradurías, instancias y políticas ambientales “porque los recursos naturales son propiedad de todos”.
Organizaciones como Consulta ciudadana 5 de julio, Fundación por la democracia, Barzón Popular, Iniciativa ciudadana por una reforma del Estado, Yo voto por quien quiera, entre otras, aseguraron que el objetivo del sufragio nulo tiene que ir más allá del pasado proceso comicial.
“El punto central es que la idea del voto nulo fructifique en una verdadera reforma del Estado. Este ejercicio debe ir más allá de lo meramente electoral, los partidos deben incorporarlo en el debate no sólo para combatir el sistema partidista, sino también para mitigar los efectos de la crisis económica, la pobreza, la desigualdad, el desarrollo del país y la transición a la democracia”, señalaron.
Subrayaron que este tipo de voto representó la falta de representatividad de los partidos políticos, cuyo sistema “está en decadencia y no funciona”, y el mal desempeño de las fuerzas políticas del país; por lo que hicieron hincapié en que la clase política mexicana no puede hacer caso omiso del mensaje enviado por la ciudadanía.
Señalaron que si al anulismo, que fue de alrededor del 6 por ciento, se suma el abstencionismo, 55 por ciento, “la sociedad harta representa la verdadera mayoría”. Por ello, advirtieron que “sería un grave error” que el PRI creyera que obtuvo un triunfo, pues la ciudadanía “envió el mensaje de la falta de representatividad que tendrá el próximo Congreso”.
Emir Olivares Alonso, La Jornada, 11 de julio.
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