Durante un foro organizado en el Senado, Aguilar Camín indicó: "La solución no fue muy buena; en vez de regular la entrada de los jugadores, el Congreso cerró el acceso al local, el cual siguió siendo el más visitado".
Aguilar Camín se preguntó si en el 2007 el sistema electoral era un cuerpo tan enfermo que necesitaba cirugía mayor, y él mismo se respondió: "yo no lo creo, pero no pongo en duda ni la legalidad ni la legitimidad política de la reforma del 2007".
Mencionó que a raíz de las restricciones en materia de medios electrónicos impuestas por la reforma electoral la televisión abierta parece más poderosa y sus pantallas más codiciadas por los políticos de lo que lo eran antes.
Con la reforma, añadió, pasamos del reino de la publicidad política abierta al reino de la publicidad política subrepticia, la cual ha desarrollado sus propios mecanismos y precios de mercado informal.
Y es el caso que los mismos políticos y los mismos partidos que querían en 2007 expulsar a las televisoras de las campañas acuden hoy como en el 2006 a derramar sus presupuestos sobre ellas.
Antes lo hacían a cielo abierto y hoy se hace discrecionalmente por debajo de la mesa, al punto de que es imposible saber lo que sucede en realidad, aunque todo mundo lo supone.
Aguilar Camín remarcó: "concluyo entonces que la solución encontrada al problema de las televisoras no fue buena. Quizá porque se partió de un principio erróneo, de que había que sacar a las televisoras del mercado político o al menos del mercado de las campañas electorales".
El hecho es que la democracia moderna es impensable sin los medios electrónicos, en particular sin la televisión. Hay que regular su presencia, desde luego que hay que regularla, pero asumiendo que son parte del juego y parte fundamental, enfatizó.
En tanto, el ex presidente del Consejo General del IFE, José Woldenberg, afirmó que consideró "justa" la premisa de que los candidatos y los partidos políticos sólo se puedan publicitar en medios electrónicos a través de los tiempos oficiales.
Además, dijo, es lo que sucede en muchos países europeos y en buena parte de América Latina, es justa la premisa, aunque quizá el formato de su aparición sí podría ser diferente.
Woldenberg indicó que con la prohibición a los partidos y candidatos para que compren espacios en medios electrónicos se mantuvo la equidad, pero la forma en que se está llevando a cabo la publicidad de partidos y candidatos, esto que se ha llamado la espotización, ha estado adelgazando a niveles extremos el debate público.
Añadió que se podría habilitar una barra o una franja de spots relativamente reducida y que el resto fuera a través de programas de debate o de programas de los propios partidos en donde expongan sus diagnósticos y propuestas.
José Woldenberg dijo no estar de acuerdo en quienes proponen la eliminación de los legisladores de representación proporcional, pues de hacerlo, dijo, habría una sobrerrepresentación y en el Congreso no estarían debidamente representadas las minorías.
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