'Me amenazaron, por eso no voté'

ARCELIA.- Luis enseña su dedo. Está limpio, no votó por miedo. "Me amenazó el PRI y el PRD, también me insultaron por teléfono, que me iban a matar, mejor no salí".

De 39 años, campesino, taxista y mesero los fines de semana, sabe que las amenazas no son un juego. Sabe de algunos compañeros suyos que han flotado en el río San José Poliutla por causas políticas.

Durante la jornada electoral, él, su familia, sus conocidos y vecinos, prefirieron no salir a votar. "Aquí esa libertad que decían en los comerciales del IFE es una fantasía, no existe. Acá está lo real", advirtió.

"Mi esposa iba a comprar huevo para almorzar y en el camino le dijeron los del PRD: 'Ya sabe señora, por Nicanor, sabemos dónde vive', eso da miedo, ya meten a la familia. No se vale", dice con la voz cortada.

Ahora fumiga la milpa. Es de maíz. Dice que si fuera de amapola no habría problema por el voto.

El calor cae a plomo. Todo está caliente. Hasta un mensaje en su celular. "Te vamos a poner en tu madre, te vamos a reventar", dice el texto. Viene de un número local. Y dice que viene del PRI.

Con una hoz corta hierba. El domingo perdió dinero.

"No trabajé, no hubo dinero ese día. ¿Quién ganó? ¿La democracia y esas cosas? ¿Y yo, y mi familia?, ni voté, pero por miedo, porque no hubo garantías, en la tele vi que en otros estados había hasta piso para votar. Aquí lodo, y por años, siempre es así, entonces ¿Quién gana?", se desespera.

Ya sabe cómo truena un fusil AK-47, una Colt, una Beretta y hasta una granada. Apenas duerme y ya imagina que vuelve a pasar un hecho violento con el aviso previo de los perros.

Le mataron a un tío, a un sobrino y a su compadre. De funerales está lleno el pueblo, recuerda.

Llora. En su lamento deja de fumigar y oculta su cara. Se apena. Dice que es el olor del insecticida que lo hace lagrimear.

"¿Quién falta? Ya me mataron a muchos. Si es por votar por el PRI voto por el PRI o por el PRD, pero en las elecciones pasadas lo hice. Y me siguen matando a mi gente", dice sonando su nariz.

Al paso de Luis la gente lo saluda. Es querido aquí. Ha vivido toda su vida en Arcelia. "La novia del sol", dice cada rato, orgulloso. Y por eso no se va a otro lado. Porque es de aquí.

"Le supliqué a mi esposa, a su familia, a la mía... no vayan a votar, más vale. Un voto no nos va a dar de comer", resume.

Trabajar sí. Y lo demuestra. Su mula se muere de sed y le da en una bandeja de la suya. "Esto es lo mío, esto es mi patrimonio. Un voto no me va alejar de esta tierra", añade.

En su cuello cuelga una Virgen. Y le reprocha. "A veces nos olvida, nos da la espalda aunque le hacemos peregrinaciones. Pero en ella es todo lo que creemos".

Ya pasaron los comicios. No quiere saber quién ganó. Su vida será la misma, dice.

Benito Jiménez enviado, Reforma, 7 de julio.