LA HABANA.- El sistema instaurado por la Revolución Cubana debe ser fortalecido mediante un ajuste económico y un mecanismo más eficaz de control de la gestión pública y los recursos, afirmó ayer el Mandatario de la Isla, Raúl Castro.
"A mí no me eligieron Presidente para restaurar el capitalismo en Cuba, ni para entregar la Revolución. Fui elegido para defender y perfeccionar el socialismo, no para destruirlo", precisó el Mandatario durante el tercer pleno ordinario del Parlamento, en el que se aprobaron diversas medidas para enfrentar la crisis económica.
"Es algo que debe quedar claro", subrayó, en referencia a quienes desde Estados Unidos y la Unión Europea demandan cambios en la Isla, aunque reiteró su disposición al diálogo, siempre que éste se dé desde una posición de respeto.
Vestido de civil, el General Castro explicó el aplazamiento del Congreso del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC), que debería trazar la estrategia a seguir en los próximos cinco años en materia sociopolítica, económica y cultural.
Según dijo, antes es necesario llevar a cabo una especie de referendo popular en el que todos los ciudadanos participen en definir "la sociedad socialista que aspiramos a construir en la realidad cubana y el modelo económico que regirá en la nación para beneficio de los cubanos".
Además, basándose en el artículo 46 del reglamento del PCC, anunció que próximamente el Buró Político convocará una Conferencia Nacional para reconfigurar la máxima dirigencia partidista: el Comité Central y el Buró Político.
En otro punto de su intervención, Raúl se refirió a la Contraloría General de la República, un organismo anticorrupción que fiscalizará la gestión económica del Gobierno y de las entidades estatales, en medio de la "densa situación financiera" que sufre la Isla, y cuya creación fue aprobada ayer por el pleno de los diputados.
Con autonomía orgánica en la lucha contra la corrupción y la protección de los bienes públicos, la Contraloría está subordinada al Parlamento y sustituye al actual Ministerio de Auditoría y Control, cuya titular, Gladys María Bejerano Portela, pasa a dirigir el nuevo ente.
El Presidente también dijo que se debatirá suprimir la doble moneda, las gratuidades y los subsidios innecesarios, un proceso complicado que resumió con una expresión popular: "Ponerle el cascabel al gato".
Raúl reiteró que el 6 por ciento de crecimiento del PIB previsto para este año ha quedado finalmente reducido a 1.7 por ciento; confirmó que se dará prioridad al crecimiento de producciones y servicios que aporten al Estado ganancias en divisas, y exhortó a sus compatriotas a ajustar los gastos a los ingresos que obtenga el país.
"No soy economista, pero tengo claro que nadie puede gastar más de lo que ingresa. Dos más dos siempre es cuatro, pero en el socialismo imperfecto que existe en la Isla, dos más dos a veces suman tres" ironizó.
Entre las medidas para ahorrar, el dirigente anunció recortes en Educación y Salud. Entre ellos, la reducción de alumnos internos en las escuelas en el campo y defendió la política de acabar con "gastos insostenibles".
"A mí no me eligieron Presidente para restaurar el capitalismo en Cuba, ni para entregar la Revolución. Fui elegido para defender y perfeccionar el socialismo, no para destruirlo", precisó el Mandatario durante el tercer pleno ordinario del Parlamento, en el que se aprobaron diversas medidas para enfrentar la crisis económica.
"Es algo que debe quedar claro", subrayó, en referencia a quienes desde Estados Unidos y la Unión Europea demandan cambios en la Isla, aunque reiteró su disposición al diálogo, siempre que éste se dé desde una posición de respeto.
Vestido de civil, el General Castro explicó el aplazamiento del Congreso del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC), que debería trazar la estrategia a seguir en los próximos cinco años en materia sociopolítica, económica y cultural.
Según dijo, antes es necesario llevar a cabo una especie de referendo popular en el que todos los ciudadanos participen en definir "la sociedad socialista que aspiramos a construir en la realidad cubana y el modelo económico que regirá en la nación para beneficio de los cubanos".
Además, basándose en el artículo 46 del reglamento del PCC, anunció que próximamente el Buró Político convocará una Conferencia Nacional para reconfigurar la máxima dirigencia partidista: el Comité Central y el Buró Político.
En otro punto de su intervención, Raúl se refirió a la Contraloría General de la República, un organismo anticorrupción que fiscalizará la gestión económica del Gobierno y de las entidades estatales, en medio de la "densa situación financiera" que sufre la Isla, y cuya creación fue aprobada ayer por el pleno de los diputados.
Con autonomía orgánica en la lucha contra la corrupción y la protección de los bienes públicos, la Contraloría está subordinada al Parlamento y sustituye al actual Ministerio de Auditoría y Control, cuya titular, Gladys María Bejerano Portela, pasa a dirigir el nuevo ente.
El Presidente también dijo que se debatirá suprimir la doble moneda, las gratuidades y los subsidios innecesarios, un proceso complicado que resumió con una expresión popular: "Ponerle el cascabel al gato".
Raúl reiteró que el 6 por ciento de crecimiento del PIB previsto para este año ha quedado finalmente reducido a 1.7 por ciento; confirmó que se dará prioridad al crecimiento de producciones y servicios que aporten al Estado ganancias en divisas, y exhortó a sus compatriotas a ajustar los gastos a los ingresos que obtenga el país.
"No soy economista, pero tengo claro que nadie puede gastar más de lo que ingresa. Dos más dos siempre es cuatro, pero en el socialismo imperfecto que existe en la Isla, dos más dos a veces suman tres" ironizó.
Entre las medidas para ahorrar, el dirigente anunció recortes en Educación y Salud. Entre ellos, la reducción de alumnos internos en las escuelas en el campo y defendió la política de acabar con "gastos insostenibles".
Yolanda Martínez corresponsal, Reforma, 2 de agosto.
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