El arsenal de la guerrilla de las FARC proviene de casi 30 países, según incautaciones hechas a ese grupo en los últimos años, dijeron fuentes de inteligencia colombianas citadas ayer por la prensa local.
Los decomisos incluyeron, en la última década, 200 armas antitanque entre las cuales hay “tres lanzacohetes” comprados por Venezuela a un fabricante sueco en 1988”, afirma un registro del Grupo Interinstitucional de Análisis Antiterrorista (Giat), citado por el diario El Tiempo. Añade que en ese lote “también hay cohetes estadunidenses, rusos, rumanos y chinos”.
Las aprehensiones abarcaron otros 300 fusiles Fal de la Fuerza Armada de Venezuela, que serán fundidos por la industria militar colombiana; fusiles rusos, búlgaros, chinos y coreanos; pistolas y revólveres brasileños y de Europa central, y explosivos ecuatorianos.
Asimismo, munición brasileña, rusa, venezolana, de Corea del Norte y hasta colombiana, precisa el informe, que recuerda el decomiso en octubre de 2003 de un rocket del ejército ecuatoriano usado en el ataque del que salió ileso el dirigente Jorge Visbal.
El registro fue divulgado cuando las relaciones entre Bogotá y Caracas están congeladas por decisión del presidente venezolano, Hugo Chávez, tras el anuncio sobre el decomiso de los lanzacohetes suecos y los planes de Colombia de permitir a Estados Unidos el uso controlado de tres bases militares.
Al respecto, el ministro venezolano del Interior, Tareck El Aissami, criticó ayer a Colombia por “centrar el debate” en la incautación de un lote de armas a las FARC. “Ya el vicepresidente y ministro de la Defensa (Ramón Carrizález) lo aclaró: son armas que adquirió el Estado venezolano hace más de 20 años”, dijo Aissami a la televisora Televen.Para el ministro, lo importante es determinar “por qué Colombia se ha concentrado en eso (el decomiso de las armas), cuando ha habido tanto esfuerzo de nuestro gobierno para reconstruir esas relaciones”.
“Se ha hecho una acusación, de ella se hace una réplica internacional, pero no hay una sola prueba”, se quejó el ministro. “En Venezuela nos hemos puesto a la orden para investigar profundamente, como ocurre en el caso de las drogas. Aquí no pasan 24 horas luego de capturar a un narcotraficante sin que le avisemos a las autoridades colombianas. Eso muestra la voluntad de cooperar”.
Pero en otras declaraciones a El Tiempo, el flamante ministro colombiano de Defensa, Gabriel Silva, deslizó ayer otro elemento de tensión al afirmar que lo más le preocupa es que los comicios generales de mayo de 2010 en su país se conviertan en un “objetivo militar externo”, en lo que según analistas es una velada alusión a su Venezuela. “Me inquieta que el proceso electoral y la democracia se conviertan en objetivo militar interno y externo”, dijo el ministro. “No se puede permitir que el terrorismo o sus aliados interfieran en la expresión soberana de la voluntad popular”, añadió Silva.
En su edición de ayer, El Tiempo también dio espacio al presidente ecuatoriano, Rafael Correa, quien dijo que las denuncias sobre sus supuestos nexos con las FARC buscan “deshabilitar” a su gobierno izquierdista. “Los servicios de inteligencia colombianos son muy buenos, ellos saben que el presidente Correa y su gobierno no están vinculados con las FARC. Pero ya se trata de un asunto de geopolítica, de tratar de deshabilitar un gobierno de otra tendencia”, afirmó.
Liberaron a tres hermanas, informan
La guerrilla colombiana de las FARC liberó a tres hermanas que secuestró hace casi cuatro años, dijo ayer un allegado a las víctimas, en un caso cuya autenticidad investiga la policía.
Las mujeres fueron liberadas el pasado lunes, según la fuente, pero el hecho fue revelado ayer en el programa Las voces del secuestro, de Radio Caracol, a través del cual las familias envían mensajes a sus parientes cautivos.
Una persona cercana a la familia de las rehenes, que requirió el anonimato, señaló en ese programa que las mujeres fueron retenidas el 15 de octubre de 2005 en Florencia (al sur de Bogotá). Una de ellas, encinta cuando fue aprehendida, dio a luz en cautiverio y al cumplir siete meses su hija fue entregada por la guerrilla a la abuela materna, según el testimonio.
Los decomisos incluyeron, en la última década, 200 armas antitanque entre las cuales hay “tres lanzacohetes” comprados por Venezuela a un fabricante sueco en 1988”, afirma un registro del Grupo Interinstitucional de Análisis Antiterrorista (Giat), citado por el diario El Tiempo. Añade que en ese lote “también hay cohetes estadunidenses, rusos, rumanos y chinos”.
Las aprehensiones abarcaron otros 300 fusiles Fal de la Fuerza Armada de Venezuela, que serán fundidos por la industria militar colombiana; fusiles rusos, búlgaros, chinos y coreanos; pistolas y revólveres brasileños y de Europa central, y explosivos ecuatorianos.
Asimismo, munición brasileña, rusa, venezolana, de Corea del Norte y hasta colombiana, precisa el informe, que recuerda el decomiso en octubre de 2003 de un rocket del ejército ecuatoriano usado en el ataque del que salió ileso el dirigente Jorge Visbal.
El registro fue divulgado cuando las relaciones entre Bogotá y Caracas están congeladas por decisión del presidente venezolano, Hugo Chávez, tras el anuncio sobre el decomiso de los lanzacohetes suecos y los planes de Colombia de permitir a Estados Unidos el uso controlado de tres bases militares.
Al respecto, el ministro venezolano del Interior, Tareck El Aissami, criticó ayer a Colombia por “centrar el debate” en la incautación de un lote de armas a las FARC. “Ya el vicepresidente y ministro de la Defensa (Ramón Carrizález) lo aclaró: son armas que adquirió el Estado venezolano hace más de 20 años”, dijo Aissami a la televisora Televen.Para el ministro, lo importante es determinar “por qué Colombia se ha concentrado en eso (el decomiso de las armas), cuando ha habido tanto esfuerzo de nuestro gobierno para reconstruir esas relaciones”.
“Se ha hecho una acusación, de ella se hace una réplica internacional, pero no hay una sola prueba”, se quejó el ministro. “En Venezuela nos hemos puesto a la orden para investigar profundamente, como ocurre en el caso de las drogas. Aquí no pasan 24 horas luego de capturar a un narcotraficante sin que le avisemos a las autoridades colombianas. Eso muestra la voluntad de cooperar”.
Pero en otras declaraciones a El Tiempo, el flamante ministro colombiano de Defensa, Gabriel Silva, deslizó ayer otro elemento de tensión al afirmar que lo más le preocupa es que los comicios generales de mayo de 2010 en su país se conviertan en un “objetivo militar externo”, en lo que según analistas es una velada alusión a su Venezuela. “Me inquieta que el proceso electoral y la democracia se conviertan en objetivo militar interno y externo”, dijo el ministro. “No se puede permitir que el terrorismo o sus aliados interfieran en la expresión soberana de la voluntad popular”, añadió Silva.
En su edición de ayer, El Tiempo también dio espacio al presidente ecuatoriano, Rafael Correa, quien dijo que las denuncias sobre sus supuestos nexos con las FARC buscan “deshabilitar” a su gobierno izquierdista. “Los servicios de inteligencia colombianos son muy buenos, ellos saben que el presidente Correa y su gobierno no están vinculados con las FARC. Pero ya se trata de un asunto de geopolítica, de tratar de deshabilitar un gobierno de otra tendencia”, afirmó.
Liberaron a tres hermanas, informan
La guerrilla colombiana de las FARC liberó a tres hermanas que secuestró hace casi cuatro años, dijo ayer un allegado a las víctimas, en un caso cuya autenticidad investiga la policía.
Las mujeres fueron liberadas el pasado lunes, según la fuente, pero el hecho fue revelado ayer en el programa Las voces del secuestro, de Radio Caracol, a través del cual las familias envían mensajes a sus parientes cautivos.
Una persona cercana a la familia de las rehenes, que requirió el anonimato, señaló en ese programa que las mujeres fueron retenidas el 15 de octubre de 2005 en Florencia (al sur de Bogotá). Una de ellas, encinta cuando fue aprehendida, dio a luz en cautiverio y al cumplir siete meses su hija fue entregada por la guerrilla a la abuela materna, según el testimonio.
AFP en Bogotá, Milenio, 3 de agosto.
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