MORELIA.- En la nueva ofensiva contra el narcotráfico en Michoacán, los militares batallan solos.
A pesar de los discursos del Gobierno federal sobre la coordinación entre el Ejército, Secretaría de Marina y la Policía Federal, en la práctica cada uno sigue sus propias estrategias.
Dentro del Ejército, mandos y tropas se sienten más cómodos así.
"Muchos policías tienen compromisos, no podemos confiarnos", revela un militar de rango que prefiere el anonimato.
Entre el 26 y el 29 de este mes, contingentes de la XII Región Militar ejecutaron uno de los principales golpes a las finanzas del Cártel de La Familia, dentro de la nueva etapa de la Operación Conjunta en la entidad.
En esos cuatro días ubicaron y destruyeron seis laboratorios para producir drogas sintéticas, que significaban millonarios ingresos para la organización criminal.
En una de las instalaciones los narcos dejaron abandonados 430 kilos de "crystal", que hubiesen representado ganancias por más de 16 millones de pesos.
Además, la milicia incendió todos los lugares empleando las mismas sustancias con las que el narcotráfico elaboraba los narcóticos.
Desde recipientes plásticos y bultos de sosa cáustica, hasta una decena de reactores químicos o calderas que había en los laboratorios, fueron reducidos a escombros.
Un coronel reveló que por cada laboratorio los narcos invertían hasta 10 millones de pesos en infraestructura, mantenimiento y operación.
Las instalaciones fueron detectadas en los Municipios de Huiramba, Uruapan y Queréndaro, siempre en zonas serranas o de difícil acceso.
En la sierra de Uruapan los soldados descubrieron dos laboratorios mediante labores de reconocimiento terrestre y empleando equipo de rastreo molecular, conocido como GT-200.
Las tropas se internaron en la comunidad de Mata de Plátanos y la ranchería Los Campos, rodearon la zona, aseguraron las instalaciones y procedieron a su resguardo.
Nunca pidieron el apoyo de la Policía Federal ni de los cuerpos policiacos de Michoacán.
Fue hasta la mañana del día 28 en que personal del Ministerio Público Federal, acompañado de elementos de la desaparecida Agencia Federal de Investigación y de la Policía Ministerial del Estado, fue conducido hasta el sitio del hallazgo.
Desde Morelia los policías fueron incomunicados. Los despojaron de sus teléfonos celulares y equipos de radio.
"Es algo que los militares realizan cada vez que pasa algo así. Uno que ya sabe el protocolo, pues ya ni se molesta", dice un oficial de la Policía Ministerial del Estado.
El personal de la PGR y los policías salieron ese día de Morelia. El Ejército los citó en la entrada a Uruapan sin revelar nunca el destino de los laboratorios.
De ahí, policías y representantes del Ministerio Público fueron conducidos hacia la sierra hasta llegar al sitio en donde soldados ya tenían resguardadas las instalaciones del narco.
Para ingresar a la zona, los soldados emplearon vehículos artillados con lanzagranadas, capaces de realizar hasta 200 explosiones por minuto.
En teoría
En las calles se observan los patrullajes de corporaciones solas.
5,500
Elementos de fuerzas federales desplegados en territorio michoacano, dentro de la nueva fase para combatir al narcotráfico.
2,500
Son elementos del Ejército, mil 500 de la Marina y mil 500 de la Policía Federal.
16
Policías federales, 3 policías estatales y 2 militares han muerto este mes en ataques atribuidos a 'La Familia'.
113
Municipios tiene Michoacán, la mitad con influencia del narcotráfico.
A pesar de los discursos del Gobierno federal sobre la coordinación entre el Ejército, Secretaría de Marina y la Policía Federal, en la práctica cada uno sigue sus propias estrategias.
Dentro del Ejército, mandos y tropas se sienten más cómodos así.
"Muchos policías tienen compromisos, no podemos confiarnos", revela un militar de rango que prefiere el anonimato.
Entre el 26 y el 29 de este mes, contingentes de la XII Región Militar ejecutaron uno de los principales golpes a las finanzas del Cártel de La Familia, dentro de la nueva etapa de la Operación Conjunta en la entidad.
En esos cuatro días ubicaron y destruyeron seis laboratorios para producir drogas sintéticas, que significaban millonarios ingresos para la organización criminal.
En una de las instalaciones los narcos dejaron abandonados 430 kilos de "crystal", que hubiesen representado ganancias por más de 16 millones de pesos.
Además, la milicia incendió todos los lugares empleando las mismas sustancias con las que el narcotráfico elaboraba los narcóticos.
Desde recipientes plásticos y bultos de sosa cáustica, hasta una decena de reactores químicos o calderas que había en los laboratorios, fueron reducidos a escombros.
Un coronel reveló que por cada laboratorio los narcos invertían hasta 10 millones de pesos en infraestructura, mantenimiento y operación.
Las instalaciones fueron detectadas en los Municipios de Huiramba, Uruapan y Queréndaro, siempre en zonas serranas o de difícil acceso.
En la sierra de Uruapan los soldados descubrieron dos laboratorios mediante labores de reconocimiento terrestre y empleando equipo de rastreo molecular, conocido como GT-200.
Las tropas se internaron en la comunidad de Mata de Plátanos y la ranchería Los Campos, rodearon la zona, aseguraron las instalaciones y procedieron a su resguardo.
Nunca pidieron el apoyo de la Policía Federal ni de los cuerpos policiacos de Michoacán.
Fue hasta la mañana del día 28 en que personal del Ministerio Público Federal, acompañado de elementos de la desaparecida Agencia Federal de Investigación y de la Policía Ministerial del Estado, fue conducido hasta el sitio del hallazgo.
Desde Morelia los policías fueron incomunicados. Los despojaron de sus teléfonos celulares y equipos de radio.
"Es algo que los militares realizan cada vez que pasa algo así. Uno que ya sabe el protocolo, pues ya ni se molesta", dice un oficial de la Policía Ministerial del Estado.
El personal de la PGR y los policías salieron ese día de Morelia. El Ejército los citó en la entrada a Uruapan sin revelar nunca el destino de los laboratorios.
De ahí, policías y representantes del Ministerio Público fueron conducidos hacia la sierra hasta llegar al sitio en donde soldados ya tenían resguardadas las instalaciones del narco.
Para ingresar a la zona, los soldados emplearon vehículos artillados con lanzagranadas, capaces de realizar hasta 200 explosiones por minuto.
En teoría
En las calles se observan los patrullajes de corporaciones solas.
5,500
Elementos de fuerzas federales desplegados en territorio michoacano, dentro de la nueva fase para combatir al narcotráfico.
2,500
Son elementos del Ejército, mil 500 de la Marina y mil 500 de la Policía Federal.
16
Policías federales, 3 policías estatales y 2 militares han muerto este mes en ataques atribuidos a 'La Familia'.
113
Municipios tiene Michoacán, la mitad con influencia del narcotráfico.
Reforma, 10 de agosto.
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