GUADALAJARA, Jal.— La Cumbre de Líderes de América del Norte concluyó con un reto del presidente Felipe Calderón para quienes advierten de presuntas violaciones a los derechos humanos en México, en la lucha que las Fuerzas Armadas sostienen contra la delincuencia organizada, en particular contra el narcotráfico: quienes acusan, están obligados a probar, dijo.
Ante el presidente estadounidense, Barack Obama, y el primer ministro canadiense, Stephen Harper, Calderón aseguró tener un compromiso personal, por una “profunda convicción”, con el respeto a esas garantías. Ese compromiso recibió el respaldo y la confianza de parte de Obama:
“Los mayores violadores de los derechos humanos, por supuesto, son los de los cárteles de narcotraficantes, que están secuestrando y que están fomentando la corrupción en nuestras regiones. Y eso es lo que hay que detener”, dijo Obama, pero sin dejar de advertir que el crimen socava las instituciones de México y su sistema judicial.
“A eso está comprometido el presidente Calderón y yo estoy comprometido a ayudarle mientras sea Presidente de México”, dijo.
HRW presenta supuesta evidencia
A sólo unas horas de que el presidente Felipe Calderón emplazó a entregar pruebas a quienes señalan que el Ejército mexicano y las fuerzas federales violan impunemente los derechos humanos de los ciudadanos durante la lucha contra el narcotráfico, la organización Human Rights Watch (HRW) presentó dos casos, como ejemplo de violación a las garantías individuales por parte de militares, que hasta ahora no han sido castigados.
“El reclamo del presidente Felipe Calderón de que los casos de abusos militares son efectivamente castigados en México se contradice con la evidencia disponible”, estableció Human Rights Watch en un comunicado.
HRW pone como ejemplo un caso de mayo de 2007 y otro de agosto del mismo año en Michoacán, en los que militares que participaban en operaciones antidrogas fueron acusados de tortura de varios ciudadanos.
Estamos comprometidos, dice Calderón
El presidente Calderón aprovechó el momento para atajar las críticas por las presuntas violaciones a derechos humanos y rechazó que la protección a estos derechos se deba a la necesidad de convencer a un congresista estadounidense o bajo la esperanza de recibir el dinero que resta por parte del Congreso norteamericano en el marco de la Iniciativa Mérida, la cual, añadió Barack Obama, su gobierno apoya “y seguiremos apoyando”.
“Tenemos un compromiso claro con los derechos humanos, lo hemos cumplido, lo seguiremos cumpliendo; no por el dinero que pueda venir o no de la Iniciativa Mérida, no porque lo pida o lo deje de pedir un congresista americano”, expresó el presidente.
Aseguró que de parte de la autoridad mexicana ha habido un esfuerzo por proteger los derechos humanos, al tiempo que retó:
“Quienes señalen lo contrario, están obligados a probar un caso, un solo caso, en que no haya actuado la autoridad en que se hayan violado los derechos, en que no hayan respondido las autoridades competentes para castigar a quienes hayan abusado de sus competencias legales: sean policías, sean soldados o cualquier otra autoridad”.
En conferencia, al término del encuentro trilateral en el salón Capilla del Instituto Cultural Cabañas, Calderón aprovechó para defender la estrategia del gobierno contra el crimen, pero en donde, aseguró, “tenemos como una condición inquebrantable la protección de los derechos humanos de todos, de las víctimas y de los propios criminales”.
Confianza estadounidense
El presidente de Estados Unidos entró al quite en el tema y le expresó la confianza de su gobierno a Calderón de que en México se respetan esas garantías.
“Yo tengo enorme confianza en la administración del presidente Calderón para detener el poder de los cárteles, pero haciéndolo de manera que sea congruente con los derechos humanos. Lo hemos hablado en reuniones bilaterales, y tengo confianza en que la policía nacional recibe la capacitación necesaria”, expuso el mandatario visitante.
Incluso, auguró que las operaciones mejorarán “y habrá cada vez más rendición de cuentas y transparencia, y se van a observar los derechos humanos”.
Al final, el titular del Ejecutivo mexicano hizo votos por que la sociedad mexicana “reconozca el enorme esfuerzo que día con día realizan policías federales que han sido víctimas de atentados y de actos cobardes de parte de los criminales”, reconocimiento que espera también alcance a los elementos del Ejército, la Marina y los ministerios públicos que participan en la lucha contra la delincuencia.
Ante el presidente estadounidense, Barack Obama, y el primer ministro canadiense, Stephen Harper, Calderón aseguró tener un compromiso personal, por una “profunda convicción”, con el respeto a esas garantías. Ese compromiso recibió el respaldo y la confianza de parte de Obama:
“Los mayores violadores de los derechos humanos, por supuesto, son los de los cárteles de narcotraficantes, que están secuestrando y que están fomentando la corrupción en nuestras regiones. Y eso es lo que hay que detener”, dijo Obama, pero sin dejar de advertir que el crimen socava las instituciones de México y su sistema judicial.
“A eso está comprometido el presidente Calderón y yo estoy comprometido a ayudarle mientras sea Presidente de México”, dijo.
HRW presenta supuesta evidencia
A sólo unas horas de que el presidente Felipe Calderón emplazó a entregar pruebas a quienes señalan que el Ejército mexicano y las fuerzas federales violan impunemente los derechos humanos de los ciudadanos durante la lucha contra el narcotráfico, la organización Human Rights Watch (HRW) presentó dos casos, como ejemplo de violación a las garantías individuales por parte de militares, que hasta ahora no han sido castigados.
“El reclamo del presidente Felipe Calderón de que los casos de abusos militares son efectivamente castigados en México se contradice con la evidencia disponible”, estableció Human Rights Watch en un comunicado.
HRW pone como ejemplo un caso de mayo de 2007 y otro de agosto del mismo año en Michoacán, en los que militares que participaban en operaciones antidrogas fueron acusados de tortura de varios ciudadanos.
Estamos comprometidos, dice Calderón
El presidente Calderón aprovechó el momento para atajar las críticas por las presuntas violaciones a derechos humanos y rechazó que la protección a estos derechos se deba a la necesidad de convencer a un congresista estadounidense o bajo la esperanza de recibir el dinero que resta por parte del Congreso norteamericano en el marco de la Iniciativa Mérida, la cual, añadió Barack Obama, su gobierno apoya “y seguiremos apoyando”.
“Tenemos un compromiso claro con los derechos humanos, lo hemos cumplido, lo seguiremos cumpliendo; no por el dinero que pueda venir o no de la Iniciativa Mérida, no porque lo pida o lo deje de pedir un congresista americano”, expresó el presidente.
Aseguró que de parte de la autoridad mexicana ha habido un esfuerzo por proteger los derechos humanos, al tiempo que retó:
“Quienes señalen lo contrario, están obligados a probar un caso, un solo caso, en que no haya actuado la autoridad en que se hayan violado los derechos, en que no hayan respondido las autoridades competentes para castigar a quienes hayan abusado de sus competencias legales: sean policías, sean soldados o cualquier otra autoridad”.
En conferencia, al término del encuentro trilateral en el salón Capilla del Instituto Cultural Cabañas, Calderón aprovechó para defender la estrategia del gobierno contra el crimen, pero en donde, aseguró, “tenemos como una condición inquebrantable la protección de los derechos humanos de todos, de las víctimas y de los propios criminales”.
Confianza estadounidense
El presidente de Estados Unidos entró al quite en el tema y le expresó la confianza de su gobierno a Calderón de que en México se respetan esas garantías.
“Yo tengo enorme confianza en la administración del presidente Calderón para detener el poder de los cárteles, pero haciéndolo de manera que sea congruente con los derechos humanos. Lo hemos hablado en reuniones bilaterales, y tengo confianza en que la policía nacional recibe la capacitación necesaria”, expuso el mandatario visitante.
Incluso, auguró que las operaciones mejorarán “y habrá cada vez más rendición de cuentas y transparencia, y se van a observar los derechos humanos”.
Al final, el titular del Ejecutivo mexicano hizo votos por que la sociedad mexicana “reconozca el enorme esfuerzo que día con día realizan policías federales que han sido víctimas de atentados y de actos cobardes de parte de los criminales”, reconocimiento que espera también alcance a los elementos del Ejército, la Marina y los ministerios públicos que participan en la lucha contra la delincuencia.
Sergio Jiménez y Silvia Otero enviados, El Universal, 11 de agosto.
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