'Terminé renunciando, no se podía'

Juan Carlos, de 27 años, recibió una carta firmada por un narcotraficante que identificó como "El Tío": "Sigue chingando y te voy a matar. Dile a los pendejos que andan contigo", decía la misiva.

El agente "C", adscrito a la Dirección General de Despliegue Regional Policial de la AFI, fue enviado a Reynosa a investigar diversos delitos; entre ellos una red de narcotraficantes que trasladaba cocaína desde Tampico.

"Investigábamos unas rutas y elaborábamos una lista de nombres de los colaboradores que facilitaban empresas y autos a grupos criminales para el envío de droga a Estados Unidos. El que me amenazó le decían 'El Tío' y era elemento principal de la investigación.

"Llegó hasta el hotel donde me hospedaba y metió esa carta en la habitación de nuestro jefe. La misión se retrasó unos días, y dejamos de operar unas tres semanas en octubre de 2008. Después, se dieron el lujo de ponernos 'ojos' a donde íbamos, y terminé renunciando. No se podía trabajar así. Algunos de mis compañeros se quedaron, y después, por otros amigos, me enteré que se vendieron al narco", narra.

Alfredo, de 30 años, renunció el pasado 2 de febrero.

El agente, adscrito a Operaciones Especiales, participó en diversas acciones contra el narcomenudeo en Torreón, Coahuila.

"Andábamos tras la gente que había dejado 'El Danny' (Daniel García) y que controlaban el sector sur poniente de la ciudad, realizamos varias detenciones y luego vinieron las amenazas.

"Varios fueron detenidos en flagrancia con droga y estaban ubicados por investigaciones de campo y gabinete; sin embargo, algunos fueron dejados en libertad por falta de pruebas, y eso nos puso en peligro", recuerda.

El ex policía indica que varios compañeros fueron identificados a través de diversas filtraciones.

"Nos mandaron a decir, incluso con gente de la Policía Municipal, que saliéramos del estado. Nos dijeron que estaban montando un comando para emboscarnos. Nunca supimos si era cierto o no, pero la realidad es que varios pedimos el cambio de plaza.

"Lo negaron por dos meses, y continuaban las amenazas. Terminé renunciando. El estrés que te genera capturar a los narcos y que los dejen libres te frustra.

"Y encima te advierten que te van a dar en la madre. No nos dan garantías de identidad", lamenta.
Benito Jiménez, Reforma, 10 de agosto.

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