Da albergue apoyo limitado

HUEHUETOCA.- En medio de condiciones precarias comenzó a operar el albergue para migrantes que instaló el pasado viernes la Diócesis de Cuautitlán en el poblado de San Bartolo de este municipio mexiquense.

Los indocumentados no cuentan con agua potable, no hay drenaje y los baños y regaderas portátiles resultan insuficientes.

Además, el suelo en el que está instalada la carpa, aunque fue remozado por el Ayuntamiento de Huehuetoca, luce incómodo, sobre todo, para los menores.

Dentro de la carpa, reconoció el padre Juan Antonio Torres Tapia, carecen de los instrumentos necesarios para brindar atención, como una parrilla en donde calentar la comida que llega en donación o incluso la que ellos mismos preparan, por lo que han tenido que improvisar un pequeño anafre encendido con leña y carbón.

"Estamos trabajando en condiciones un poco precarias. No hay ni siquiera una cocina en donde podamos preparar los alimentos, los chavos no tienen en dónde dormir, es como se acomoden, en fin, nos faltan muchas cosas", explicó el sacerdote que administra el refugio.

Al predio donde fue reubicado el albergue provisional, luego de ser retirado del municipio de Tultepec por presiones de los vecinos, han llegado unos 50 migrantes por día.

En cambio, el albergue Hermano Migrante San José, que desde hace una semana opera de manera independiente sin ayuda de autoridades ni la Iglesia, recibe hasta tres veces más personas al día, unos 150 indocumentados.

Ambos espacios se localizan a unos 500 metros de distancia; sin embargo, el lugar que administran el activista Irineo Mujica y Arturo Montoya, hermano del padre Hugo Montoya, quien hasta hace cuatro meses coordinaba la Casa del Migrante en Tultitlán, atiende a los ilegales en un terreno de 800 metros cuadrados donde hay regaderas habilitadas y una cocina.

"A nosotros nos beneficia que ya tenemos la experiencia, cuando trabajamos para el padre Hugo; pero ahora, su hermano decidió ayudar aquí, pero de manera particular, sin que tengamos que ver nada con la Diócesis", apuntó Aracely Lozano, una de las voluntarias en el lugar.

El refugio particular no tiene restricciones de estancia ni salida, con un cupo de entre 70 y 150 personas, donde los usuarios pueden descansar, dormir y permanecer el tiempo que requieran mientras logran tomar el tren, además de que cuentan con la vigilancia de la la Secretaría de Seguridad Ciudadana.

En contraste, en el predio en el que la Iglesia instaló el albergue provisional los indocumentados sólo podrán permanecer 24 horas, rodeados por una malla que cubre los 10 mil metros cuadrados y custodiados por una unidad de la Policía municipal y una patrulla de la SSC.

"Los migrantes llegan más fácil aquí porque tienen más libertad. Hasta ahorita se han portado bien, todo ha estado muy tranquilo, esperemos que así continúen", dijo Hebert Ramírez, quien renta el predio a Mujica y Montoya.

 
 
Para un mismo fin
 
 
Desde el fin de semana operan ya dos albergues para migrantes en la comunidad de San Bartolo del municipio de Huehuetoca.

 
 
ALBERGUE PROVISIONAL DIÓCESIS DE CUAUTITLÁN
 
· Ocupa un predio enmallado de 10 mil metros cuadrados
· Recibe 50 indocumentados al día en promedio
· Cuenta con 6 regaderas y 6 baños; no tienen lugar para cocinar o dormir, sólo una carpa
· El tiempo límite de estancia es 24 horas
· Se sostiene a través de los donativos que trajeron del albergue en Tultitlán
 
 
ALBERGUE HERMANO MIGRANTE SAN JOSÉ
 
· Se encuentra en predio construido de 800 metros cuadrados
· Atiende 150 indocumentados al día en promedio
· Cuenta con regaderas, cocina, cuartos -aún sin amueblar- y un patio
· No hay ni horarios ni tiempo límite de permanencia. Aunque está cercado, la puerta nunca está cerrada
· Se sostiene de las donaciones de voluntarios y la comida que ellos mismos preparan
 
 
RESGUARDO. Bajo la vigilancia policiaca opera el albergue de migrantes que fue reubicado de Tultitlán a Huehuetoca hace dos días.


Ruth Muñiz enviada, Reforma, 6 de agosto.

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