Diecisiete comentarios se refieren tanto a la posición del Presidente Calderón a propósito de su propuesta de reforma fiscal como a las posibles implicaciones no necesariamente contempladas en el proyecto, pero que al parecer pueden tener consecuencias inesperadas.
Ayer, luego de decir que confía en que se alcance una reforma fiscal, el presidente Calderón anunció que una bolsa de recursos para los estados, de 2 mil 300 millones de pesos, que sería repartida en agosto, será entregada anticipadamente. Dadas las carencias existentes en diversas materias, desde seguridad hasta infraestructura, ese anuncio debió sonar como música para los secretarios de finanzas de las entidades. El problema es si se piensa que eso hará que los legisladores se porten más suavecitos y aprueben la propuesta de modificación; quizá lo que venga sea una nueva decepción
“Binoculares”, El Gráfico, 30 de mayo.
¿De veras el gobierno calderonista supone que puede meter tantos fierros al fuego sin quemarse las manos? Hipócritamente por un lado dice que la reforma fiscal no prevé IVA en alimentos y medicinas. Sin embargo, en lo oscurito, trama con el capo del cártel del PRI en
Enrique Galván Ochoa, “Dinero”,
Los operadores de la logística en Los Pinos modificaron la agenda del presidente Felipe Calderón, ante la posibilidad de que el gobierno envíe su propuesta de reforma fiscal al Congreso. De entrada, adelantaron las giras que realiza entre jueves y viernes: ayer estuvo en Veracruz y hoy visitará su tierra natal, Michoacán. El mandatario podrá así dedicar los días que restan de la semana para hacer cabildeo entre los actores políticos, enviar el documento y dar un mensaje a la nación con las líneas más relevantes de la propuesta fiscal
“Bajo reserva”, El Universal, 19 de junio.
Mientras, México reclama urgente inversión en SEGURIDAD pública, en la creación de INFRAESTRUCTURA permanente y en educar bien a nuestra niñez, no meramente entregarle en mazorca carretones de billetes a un sindicato voraz e insaciable que promueve la mediocridad. / Precedida con un gran rollo y promoción, esta Reforma Fiscal, cuando finalmente hace su debut, lejos de ser "Blancanieves" resultó ser la "Bruja".
Dejen ustedes, amigos, la decepción que ha surgido: si se aplica esta iniciativa tal cual, resultará nociva para nuestro País garantizando a Felipe Calderón el mote de "Presidente del desempleo" por los resultados que acarreará.
Manuel Jáuregui, Reforma, 19 de junio.
¿No va a temblarle la mano a Felipe Calderón si se ve precisado a dar la orden al Ejército que reprima a la gente si desencadena reacciones violentas el aumento de las medicinas y los alimentos? ¿Metería reversa si las cosas se ponen muy feas? La duda es lo único que lo detiene para enviar al Congreso su proyecto de reforma hacendaria que grava los medicamentos y la comida. Todo lo demás está listo: será un albazo contra la economía popular tramado por PAN, PRI, Verde y Panal. Curiosamente, Calderón ha cabildeado con gobernadores, cúpulos empresariales, senadores, diputados y jefes de partidos políticos, pero ha olvidado a los ciudadanos y sus familias. Es sumamente peligroso echar más leña al fuego, cuando todavía no se apaga la rebelión burocrática contra
Enrique Galván Ochoa, “Dinero”,
CONFORME TRANSCURRE
De que sirven los viajes internacionales, como el último a Europa, sin resultados.
En dónde están aquellas medidas espectaculares que antes de que tomará posesión se decía se preparaban para restablecer el estado de derecho y fijar nuevas reglas de interlocución con actores de la escena política.
Alberto Aguilar, “Nombres, nombres y nombres”, Reforma, 20 de junio.
Ayer, durante una gira de trabajo por Michoacán, el Presidente, reiteró la necesidad de aprobar la reforma fiscal.
—Ha llegado el momento de pagar esa deuda con los mexicanos que menos tienen, no puede ni debe haber oídos sordos a los clamores de ese México abandonado y de ese México marginado, ese México que ha esperado ya demasiado.
Reconoció que aproximadamente uno de cada cinco mexicanos no pueden comprar sus alimentos del día.
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 20 de junio.
No es la reforma ideal, si se considera que las pérdidas en la recaudación del erario federal por concepto de tasas diferenciadas en distintos impuestos, exenciones, subsidios, créditos fiscales y regímenes especiales superan los 500 mil millones de pesos anuales, señalan los expertos en la materia. Pero como dijo el presidente Felipe Calderón: es la última oportunidad para salir de pobres.
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 21 de junio.
Con la iniciativa de reforma fiscal entregada, el presidente Calderón convocó a los integrantes del gabinete a una comida privada, donde marcó línea: todos los funcionarios federales tienen que difundir el contenido de la propuesta entre los distintos sectores de la sociedad
“Bajo reserva”, El Universal, 21 de junio.
Decíamos que ha habido críticas de voceros empresariales, sobre todo al énfasis que pone la reforma en generar mayores ingresos fiscales, es muy interesante escuchar la respuesta que el propio presidente Felipe Calderón emitió el miércoles desde Tlaxcala.
Se refirió al rasgo de solidaridad que caracteriza su propuesta, y es novedoso este intercambio pues, como ya señalaron algunos comentaristas, no se espera después de una victoria de un partido conservador un programa fiscal con orientación social. Lo que puede sorprender a unos no es sino una claridad sobre lo que se requiere para la gobernabilidad.
Gabriel Székely, El Universal, 22 de junio.
El presidente Felipe Calderón no está dispuesto a correr riesgos de fracaso con su reforma fiscal. El fantasma de las fallidas y costosas experiencias de su antecesor Vicente Fox, en 2001 y 2003, y el temor a que el paquete de leyes fiscales naufrague por falta de votos, han hecho que el gobierno despliegue una estrategia que cierra, con varias pinzas y por varios frentes, la negociación con los partidos en el Congreso.
En Los Pinos tienen claro que el voto clave para la reforma es del PRI. Aunque no verían nada mal que el PRD se sentara a negociar y votara a favor de las iniciativas, es el voto priísta el que quieren “amarrar” a toda costa en la casa presidencial
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 22 de junio.
Acompañado de ese staff que comanda Mouriño, Felipe Calderón se somete ahora a la más complicada prueba de su experiencia parlamentaria: obtener el sí de una mayoría legislativa que asuma los costos de crear, incrementar y, lo más importante y difícil, cobrar impuestos. Debemos tener claro que, sin embargo, con esta nueva empresa no sólo se busca ampliar las finanzas públicas. La jugada que él califica y llama “Reforma Hacendaria” también pretende poner en el centro del debate político nacional y del show mediático algo diferente a las ejecuciones. Quiere que la agenda de la violencia y del conteo cotidiano de los cadáveres le abra paso al asunto de la preocupación social, de la pobreza y de sus intenciones por quitarle a “los que más tienen” el paraíso de privilegios que hay detrás de los usos y costumbres de la evasión fiscal
Ivonne Melgar, “Retrovisor “, Excélsior, 23 de junio.
En el sexenio de Fox el país perdió por la ausencia de reforma; en el de Calderón el país estará perdiendo porque los cambios que pretende dejan intocado el obsoleto e inequitativo pacto fiscal vigente. Ninguno de los objetivos planteados por la iniciativa son desdeñables, y en cada uno de ellos seguramente se avanzará en alguna medida. Pero para el tamaño de los retos, entre otros despetrolizar las finanzas públicas porque el agotamiento de las reservas ya está a la vuelta de la esquina, tanto realismo y tanta ausencia de liderazgo dañan al país
Rosa Albina Garabito, El Universal, 23 de junio.
El presidente Felipe Calderón se ha convertido en el cheer leader de su iniciativa de reforma, la cual no es sino simplemente lo primero y muy poco lo segundo. Nos ha atosigado (quizás no a todos, pero a mí me abruma su discurso “teresiano”*) con un razonamiento desde mi punto de vista sofístico: si tenemos más dinero en el gobierno, tendremos menos pobres en la sociedad.
Nos dijo:
“Yo quisiera que muchos de esos potenciales contribuyentes (o sea quienes podrían pero no contribuyen) pudieran asomarse a las comunidades indígenas de México para saber de qué color (¿?) y a qué sabe la miseria que vive en el país (aquí nomás le falto Daniel Viglietti cantando “A desalambrar”) la quinta parte de la población y la pobreza en que viven 50 millones de mexicanos”, (ya nomás faltó aquello de primero los pobres, pero existe el derecho de autor).
Rafael Cardona, “El cristalazo”, Crónica, 25 de junio.
Implícitamente, el cambio de Hacienda es un desmentido radical a las chifladuras del hoy Presidente durante su campaña, según las cuales los impuestos servían para otra cosa, más que para fortalecer las arcas del Estado. Ninguno de los cambios propuestos quiere “atraer inversiones” (los impuestos no están hechos para eso) ni para “crear un ambiente de negocios” ni para “hacer más competitivas a las naciones”; por el contrario, son cambios que representan nuevas cargas (eso son las reformas fiscales), en sí mismas, demostración y reconocimiento de que los mexicanos pagamos demasiado poco y que es necesario incrementar nuestra contribución si queremos que el Estado, la democracia y la convivencia social tengan alguna viabilidad en el futuro.
Ricardo Becerra, Crónica, 25 de junio.
Dijo el viernes el presidente, Felipe Calderón, que México tiene la histórica oportunidad "de enderezar el rumbo", a partir de la aprobación de la propuesta de reforma fiscal, la cual, aseguró, está abierta a modificaciones.
Ah, señalan, o sea que si no se aprueba seguiremos torcidos..., pero qué tal si somos como el árbol que nace torcido..., y el próximo sexenio será la misma historia...
Eva Makívar, “La creme de la creme”, El Financiero, 25 de junio.
El proyecto de reforma fiscal que presentó la semana pasada llevó a algunos a hacer una analogía con la reforma de Irlanda de hace dos décadas. Para seguir en el futbol, allá se acomodaron bien, jugaron vertical y tiraron con precisión. Metieron un golazo que levantó la economía y jaló a la sociedad. Calderón, en cambio, hizo una jugada elaboradísima, de las que tardan una vida en llegar al área rival y con el delantero tan agotado que termina por regalar la pelota.
Nada de lo que he escuchado de los especialistas me hace pensar que Calderón haya jugado como
Ciro Gómez Leyva, “La historia en breve”, Milenio Diario, 26 de junio.
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