LA REFORMA FISCAL: ACTORES Y ESCENARIOS. 24.- EL IMPUESTO ANTI GRAFITI

Todo parece estar calculado en la iniciativa. El nuevo impuesto a las pinturas en aerosol pretende desalentar no sólo a los artistas del grafiti sino también, y fundamentalmente, a los marchistas que a su paso dejan sus huellas con consignas relativas a su causa. A continuación los siete comentarios al respecto, que incluyen un posible comportamiento de los fabricantes.

¿Impuesto a las pinturas en aerosol, para evitar que los marchistas pintarrajeen edificios públicos y coches?

Los autores del proyecto de reforma fiscal no saben que hace años los quejosos profesionales no compran aerosoles.

Asaltan los comercios para robar las pinturas, y algo más.

Los dueños mejor los esperan en la puerta con bolsas de aerosoles para que los tipos no atraquen a la tienda.

Y en la bolsa no faltan los colores negro y amarillo.

Pepe Grillo, Crónica, 21 de junio.

El impuesto anti graffiti podría inaugurar una curiosa filosofía fiscal. Para evitar los accidentes automovilísticos se podrían incrementar los gravámenes a las gasolinas (mientras menos coches más peatones a salvo); o para que lleguemos a estar a salvo de las marchas callejeras podría haber un impuesto especial a los zapatos, de tal manera que los marchistas consuetudinarios lo pensaran dos veces antes de gastar las suelas así encarecidas. (…)

Y, sorprendentemente, se propone una tasa del 50% a la venta de pinturas en aerosol. Los motivos para ese inesperado cuan elevado impuesto no son financieros sino patrimoniales y, quizá, estéticos: se busca, dice uno de los documentos de Hacienda, “desalentar la pinta de bienes inmuebles públicos y privados, en algunos casos monumentos históricos, oficinas, fábricas, casas habitación y medios de transporte público y privado”. /

Raúl Trejo Delarbre, “Sociedad y poder”, Crónica, 21 de junio.

Como no pueden con las marchas y las manifestaciones, a los tecnócratas se les prendió el foquito -¡eureka!- e inventaron un impuesto que gravará uno de los principales insumos de todo movimiento callejero: el espray. El secretario de Hacienda, Agustín Carstens, anunció que ese producto pagará un gravamen de 50 por ciento. Así que será un lujo hacer pintas en paredes y aparadores, por lo que debemos esperar que en los tiempos que vienen la principal muestra de inconformidad será encuerarse en la calle, como hacen con frecuencia los integrantes de los 400 Pueblos

Enrique Galván Ochoa, “Dinero”, La Jornada, 21 de junio.

Y de la manga sacaron un gravamen a "grafiteros", porque el inquilino de Los Pinos propone un impuesto a la venta de pinturas en aerosol (tasa de 50 por ciento), como si dichos productos se fabricaran en exclusiva para los llamados artistas urbanos y manifestantes que los acompañan. Dice Carstens que es necesario, porque "buscamos desalentar la pintura de inmuebles, casas habitación, calles y hasta monumentos históricos". Bajo esa premisa, ¿qué tal un impuesto a gobernantes ineficaces? México sería inmensamente rico.

Carlos Fernández Vega, “México SA, La Jornada, 21 de junio.

La política fiscal es un asunto técnico y expresión de una visión del mundo. Cuando el secretario de Hacienda propone un gravamen de 50 por ciento a la pintura EN aerosol, expresa su afán por desalentar la proliferación del graffiti.

Luis Miguel González, “Caja Fuerte”, Milenio Diario, 21 de junio.

Frente a la magnitud de la pobreza de millones de mexicanos y la inmensurable diferencia económica de los pocos sobre los muchos, la nueva ley pretende contribuir a menguar ambas lacras. Por eso resulta grotesco establecer un impuesto a las pinturas en aerosol, con la peregrina explicación de evitar el grafiti. A quién se le habrá ocurrido. Pero no sólo eso, sino la supresión el año 2014 —el que venga atrás que arree y se haga la voluntad de Dios en los bueyes de mi compadre— de la tenencia vehicular. Seamos serios

Jacobo Zabludovsky, “Bucareli”, El Universal, 25 de junio.

Uno de los rubros que afectaría la propuesta de reforma fiscal es la de pinturas en aerosol. Y es que la SHCP, que capitanea Agustín Carstens, planteó un impuesto especial de 50% al consumo de esos productos, dizque para desalentar a los graffiteros. Los que resentirán inmediatamente la medida serán Comex, de Alfredo Achar; Acuario, de Samuel Troice; Pinturas Optimus, de Jorge Bervisky, y Sherwin Williams, de Heverton Santos. No se descarta que estas compañías se amparen
Darío Celis, “Tiempo de negocios”, Excélsior, 25 de junio.

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