Los comentarios consignados en el apartado previo se refieren a las metas de la reforma. En este contexto, los catorce siguientes destacan a la transparencia como un propósito, es decir, dar a conocer públicamente el destino de lo recaudado. De nueva cuenta, este objetivo se presta a diversas lecturas, mismas que se ordenan a continuación:
En tanto el Estado mexicano no recaude más y mejor, en tanto todos los contribuyentes no tengamos el sentido de la obligación y en tanto quienes son responsables de aprobar una reforma de este calado no asuman su deber, el país seguirá dependiendo de ciclos económicos externos y de ingresos petroleros que, tarde o temprano, se acabarán. La reforma fiscal es imprescindible ya, y quienes padecen las condiciones de pobreza más extremas más la necesitan.
Rogelio Carvajal Tejada, Crónica, 18 de junio.
Para contrarrestar las pérdidas el gobierno tiene que ofrecer mucho y hacerlo pronto. Porque los ciudadanos hemos escuchado constantemente que falta dinero al erario, pero poco se dice sobre qué acciones se tomarán con él. Es hora de que la ecuación se muestre completa.
Carlos Mota, “Cubículo Estratégico”, Milenio Diario, 19 de junio.
Nadie duda de la urgencia de una reforma fiscal, sobre todo cuando se argumenta que la elevación recaudatoria debe servir para paliar las demandas de los que menos tienen. Pero una reforma como la que se anuncia debe tomar en cuenta por lo menos dos variables que al parecer nadie está dispuesto a aplicar, sobre todo en "los bueyes del corral propio". Nos referimos a un paquete de severas medidas de ahorro y austeridad, por un lado, y mecanismos claros que transparenten el destino del nuevo dinero recaudado
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 20 de junio.
La verdad es que la única razón por la que los mexicanos pudiéramos querer una reforma fiscal es para construir un país más próspero y más justo. Hoy tenemos un sistema impositivo ineficiente, en parte porque recauda muy poco, pero también porque inhibe la inversión y la actividad económica. Pero es también injusto, porque permite que mucha gente que gana mucho pague menos que quienes ganan mucho menos, y además le carga la mano a unos cuantos grupos de la sociedad, especialmente a los contribuyentes cautivos.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 20 de junio.
El presidente Felipe Calderón es un hábil político pero, sobre todo, actuó con visión de Estado. / Sabe bien que para proponer una reforma integral a los impuestos al consumo tendrá que demostrar primero, no al Congreso sino a la sociedad entera, que está cobrándoles, y bien, impuestos a todos, en particular a los que hoy levantan la voz diciendo que la propuesta es una "miscelanota" porque justamente eluden o evaden el pago del ISR; y segundo, que los recursos están utilizándose adecuadamente y se siente el cambio en el bolsillo de la gente, en particular del 50 por ciento de la población de este país que gana menos de seis mil pesos mensuales. / Por ello, la solución en materia de reforma hacendaria que presentó el equipo del secretario de Hacienda, Agustín Carstens, resultó creativa y puede ser muy positiva para avanzar en otro momento en el tema de impuestos al consumo, particularmente el IVA. No lo descarte porque esta reforma no es la madre de todas las reformas. Se avanza, pero falta.
Alicia Salgado, “La chequera”, El Financiero, 21 de junio.
Y manda la zanahoria para el Congreso de
José Yuste, “Activo empresarial”, Excélsior, 21 de junio.
La muy bien comida hacienda calderonista pretende recaudar más platillos monetarios para que la mesa del poder disponga de recursos suficientes para seguir adelante con los costosos desfiles militares por todo el país, y los negocios suculentos para protegidos, profesoras y familiares diversos. Propuesta fiscal calderonista que le permitirá al guerrillero Felipe transformar profundamente a México, mediante repartos nada populistas, ¿cómo creen?, de dinero en efectivo a adultos mayores y mediante discursos de crudo diagnóstico negativo de lo hecho en el pasado, como si el foxismo fuese una inalcanzable pieza de museo y no una materia de necesario procesamiento judicial. Por ello, el bíblico San Felipe habló ayer en Huamantla de la importancia de "dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento y atender al enfermo" mientras, recaudatorio (a Dios nombrando y con el mazo-tolete rogando), planteaba ante el Congreso su plan de allegamiento de fondos que entre otras cosas contempla una batida fiscal contra el comercio informal, pretendiendo gravar ciertos depósitos bancarios (con lo que se alentará el abandono de esas cuentas) y creando tal barullo técnico contable que a la hora de la hora los grandes empresarios seguirán aprovechando lagunas y errores para eludir en gran cuantía el pago justo de impuestos y dejando toda la carga de la tiendita (miscelánea) fiscal en la clase media y ahora la economía informal (ah, con perlas como el incremento de impuestos a la pintura en aerosol, para que la gente no le entre al grafiti)
Julio Hernández López, “Astillero”,
Además de mayores recursos, el gobierno tendrá que demostrar que está genuinamente comprometido con la eficiencia creciente del gasto, y por eso llaman la atención otras propuestas en este sentido. Una medida de crítica importancia es la petición al Congreso para aprobar una reforma a
Gabriel Székely, El Universal, 22 de junio.
El problema que tenemos enfrente es que el discurso político sigue sin ser claro. Con solo afirmar que hace falta dinero al erario no se dice nada; con solo mencionar la pobreza de millones no se agrega ninguna información a lo que todos sabemos; con solo reconocer las penurias de la educación mexicana no se convence a nadie. Cuánto dinero puede captar el Estado, de dónde y para qué se usaría, son los elementos interesantes. Si no se aclara bien todo esto, los debates no serán más que expresiones de intereses elementales –con frecuencia muy fuertes—que siempre están en juego a la hora de las decisiones políticas, pero que no permiten ver el panorama total de la nación.
Pablo Gómez, Milenio Diario, 22 de junio.
La pobreza, desigualdad e inequidad que atraviesa la sociedad mexicana no puede esperar a que gane el que sí la entiende; la política no puede ser del todo o nada. La consolidación de nuestro país es tarea cotidiana, gane quien gane y gobierne quien gobierne. Las necesidades son apremiantes. Pero a la par debemos de pensar en una estrategia para transformar la manera en la que hemos construido nuestra cultura fiscal, si es que la hay. La transparencia es un primer paso, pero tenemos que redoblar esfuerzos, tenemos que sentir, todos, que pagar impuestos en México, sí tiene sentido.
Luciano Pascoe, “La zanahoria del caballo”, Crónica, 24 de junio.
PEEEERO que por el lado del gobierno nomás no se ven esfuerzos por bajarle a los gastos. Y ES QUE a nadie le cuadra que no haya planes específicos para ponerle lupa a los recursos que se asignan a los sindicatos de
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 25 de junio.
¿Podrá el gobierno cumplir su promesa de gastar de forma más transparente y eficiente? Esa es la cuestión clave de la reforma fiscal 2007. / Si consideramos la forma en que ahora gasta, podemos decir que no merece que los contribuyentes se sacrifiquen para otorgarle mayores ingresos. Siete de cada diez pesos se destinan a gasto corriente y el diez por ciento que se destina a inversión está plagado de vicios: opacidad, ineficiencia y ausencia de criterios de jerarquización. Son los ajuares de Marta Sahagún el sexenio pasado. La cirugía plástica de la mujer del ex director de Pemex. La perversión del servicio civil de carrera para meter héroes de campaña. Los 67 millones del presupuesto de Jalisco para grupos vulnerables que fueron para el evento de una televisora y muchas cosas más.
Luis Miguel González, “Caja Fuerte”, Milenio Diario, 25 de junio.
El gobierno la tiene difícil para convencer de que merece más dinero. En contra tiene las anécdotas de despilfarro y corrupción y la coyuntura. La inmensa mayoría de las empresas ha reducido sus márgenes y no tiene lonja que cortar. Son millones los hogares que viven al límite. No está fácil hacer ofrendas al Dios de los tributos. / Los problemas del gobierno para justificar mayores ingresos nos afectan a todos. Un sector público con mayor presupuesto podría ofrecer mejores servicios en sectores donde tiene monopolio o dominancia: salud y educación; agua potable y alcantarillado; conservación y saneamiento ambiental y seguridad pública, entre otros. / La iniciativa de reforma que presenta el Ejecutivo ofrece algunos cambios: presupuestos multianuales, crear un Consejo Nacional de Evaluación de Políticas Públicas y modificar
Luis Miguel González, “Caja Fuerte”, Milenio Diario, 25 de junio.
Hay avances pero no es suficiente. Quedó fuera la promesa de campaña de Calderón de evitar la doble contabilidad en el sector público, faltan detalles acerca del funcionamiento del comité. En la promesa de reformas constitucionales se omite que el marco regulatorio actual es suficiente para encarcelar a los corruptos, despedir a los ineficientes y acotar la discrecionalidad. Hay mucho que hacer y tenemos el tiempo encima. Las dificultades del gobierno son problema de todos.
Luis Miguel González, “Caja Fuerte”, Milenio Diario, 25 de junio.
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