En este mismo sentido la economía informal es también uno de los graves problemas que aquejan a nuestro sistema fiscal. Se estima que más de 14 millones de personas trabajan para el comercio informal. Según estimaciones del propio Sistema de Administración Tributaria, esta elevada cifra genera que el peso de los informales en nuestra economía represente algo así como el 24% del PIB. Una vez más, la complejidad de las reglas y la ausencia de capacitación para los pequeños comerciantes provocan que éstos se evadan de la responsabilidad de registrarse y, por lo tanto, de reportar los impuestos derivados de su actividad. Ampliar la base gravable y hacer más fácil el cumplimiento del pago deben ser, por tanto, premisas de esta reforma.
Rogelio Carvajal Tejada, Crónica, 18 de junio.
Atorar a millones de trabajadores y empresarios de la economía informal, además de tender una red para atrapar a evasores, es el objetivo del tercer nuevo impuesto que planteará la propuesta de reforma fiscal. La tercer estocada será un nuevo impuesto a los depósitos bancarios en efectivo por 20 mil pesos o más. Cualquiera que acuda a una sucursal de banco a hacer un depósito de esa cantidad o más será automáticamente gravado por el nuevo impuesto que recaudará el sistema financiero para entregarlo al gobierno federal
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 18 de junio.
Y donde sí parece existir un avance notable es en gravar los depósitos mayores de 15 mil pesos, los cuales no hayan pasado por el filtro del SAT. Allí se gravarán con 2% y, obviamente, es para empezar con impuestos a toda la economía informal. Avances en simplificación hay. Pero la reforma fiscal integral, en la que estaría el IVA, una poderosa simplificación, y la revisión del gasto, todavía va a esperar. Tendremos la reforma posible y esperemos que no termine en un parche fiscal.
José Yuste, “Activo empresarial”, Excélsior, 19 de junio.
1)La Ley del Impuesto a la Informalidad que se causará sobre depósitos en efectivo que superen los 20 mil pesos mensuales considerando la suma de las cuentas que tenga un contribuyente en una institución financiera;
Alicia Salgado, “La chequera”, El Financiero, 20 de junio.
La última iniciativa se refiere a un impuesto del 2 por ciento para los depósitos en efectivo, tanto de personas físicas como morales que superen los 20 mil pesos mensuales. / Se le denominó "Impuesto contra la Informalidad" y es algo similar a uno aplicado en Argentina. / Aunque será acreditable para los que pagan impuestos, hay el riesgo de que al final se afecten los esfuerzos hechos por la SHCP para mejorar la intermediación bancaria. Y es que nuevamente habrá sectores que para eludir el gravamen prefieran efectivo.
Alberto Aguilar, “Nombres, nombres y nombres”, Reforma, 20 de junio.
Anoche ya circulaban en San Lázaro las iniciativas que hoy se harán oficiales. Son tres propuestas: una crea una nueva Ley del Impuesto contra la Informalidad, para cobrar una tasa de 2% a depósitos bancarios en efectivo, en moneda nacional y extranjera, que reciban personas físicas o morales por un monto acumulado que rebase los 20 mil pesos mensuales, en una o varias cuentas que tengan esas personas abiertas en instituciones financieras.
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 20 de junio.
Varias personas comentan que de aprobarse la nueva reforma fiscal que plantea un nuevo impuesto del 2% aplicable a depósitos bancarios superiores a $20,000 pesos dejarán de ahorrar en los bancos donde de por sí ya les cobran por todo, y lo guardarán bajo su colchón; además esta reforma incluye la disminución de los deducibles para las empresas y la creación de un impuesto de tasa única que se cobrará con base al máximo del ISR lo que afectará a muchas empresas y no nos sorprenda que muchas cierren.
Yazmín Alessandrini, “La política me da risa”, Crónica, 20 de junio.
Una segunda iniciativa que el Congreso tiene desde ayer bajo su consideración es la “Ley del impuesto contra la informalidad” que gravaría con una tasa del 2% los impuestos en efectivo cuyo monto acumulado sea mayor a 20 mil pesos y que, en un mes, sean realizados en la o las cuentas bancarias de personas físicas o morales. Ese también es un impuesto de control con el que se pretende fiscalizar las actividades de quienes, encontrándose en la economía informal, no suelen hacer declaración fiscal. / De inicio, ese impuesto reconoce el fracaso en el seguimiento de las cuentas bancarias que la Secretaría de Hacienda anunció hace varios años que emprendería precisamente para determinar si el pago de impuestos correspondía a los ingresos que declarasen o dejasen de manifestar los contribuyentes. La nueva medida podría desalentar la utilización de cuentas bancarias y quizá propiciar el surgimiento de otros mecanismos para guardar e invertir el dinero de quienes tienen ganancias en actividades por las cuales no declaran impuestos.
Raúl Trejo Delarbre, “Sociedad y Poder”, Crónica, 21 de junio.
La reacción a botepronto de los banqueros frente a la estrategia de combatir la informalidad vía la gravación a tasa de 2% de depósitos bancarios cuyo acumulado exceda 20 mil pesos mensuales, es que la medida engordará los colchones. / Dicho con todas las letras, se desalentará la bancarización que se convirtió en la cruzada más visible de la Secretaría de Hacienda durante el sexenio pasado. / ¿Se acuerda usted de las toneladas de subsidios que aplicó la dependencia para impulsar el programa Boletazo?
¿Se acuerda usted de la investigación que se abrió contra el funcionario responsable, hoy alto ejecutivo de Televisa, de nombre Porfirio Sánchez? / Ahora que los banqueros aseguran no tener problema para, en su caso, realizar las retenciones correspondientes.
Alberto Barranco, “Empresa”, El Universal, 21 de junio.
Felipe Calderón (y parece que sí había uno que otro senador despierto). Entre las medidas planteadas se señalaba la de cobrar impuestos a la economía informal, en otras palabras, a los piratas. Para poder mejorar la meta recaudatoria. Claro que después de varios intentos fallidos, en el sexenio de Vicente Fox, y antes de él en el de Ernesto Zedillo, lo cierto es que no queda, sino entrarle (sí, va de nuez) a uno de los temas más espinosos de la agenda de reformas pendientes. Con la ligera pero persistente esperanza de que, esta vez, los legisladores entiendan que el Estado debe estar al margen de las grillas partidistas y que los indicadores económicos de nuestro país se están rezagando si se le compara con las economías similares en el mundo.
Yuriria Sierra, “Nudo Gordiano”, Excélsior, 21 de junio.
Además, el enojo del sector privado también viene por el lado de los banqueros. La Asociación de Bancos de México, presidida por Enrique Castillo Sánchez-Mejorada, está analizando el nuevo impuesto en contra de la informalidad, pues serán los bancos y las instituciones financieras los que proporcionarán a Hacienda la información de los depósitos bancarios mayores de 20 mil pesos, los cuales no fueron reportados para el pago de impuestos. / Aún así, el impuesto a la informalidad para las personas que no reporten a Hacienda será bajo, de apenas 2%, pero sí implicará de los bancos y las instituciones financieras un apoyo y costos.
José Yuste, “Activo empresarial”, Excélsior, 21 de junio.
En la parafernalia del nuevo "reformón" llama la atención la propuesta para el denominado impuesto contra la informalidad, el cual pretende "gravar los depósitos en efectivo que excedan 20 mil pesos mensuales y será acreditable contra el ISR, así como diversas medidas que permitirán fiscalizar a quienes hoy no estén inscritos en el padrón de contribuyentes".
En realidad no existe tal combate, porque dicho gravamen "contra la informalidad" no sería más que una cuota, un soborno legalizado e institucionalizado para que las empresas y las personas se mantengan en la informalidad. Combatirla, sería hacer hasta lo imposible para que las empresas se incorporen a la economía formal y, sobre todo, los empleos (seguridad social, contratos registrados, prestaciones monetarias, protección laboral, etcétera). En los hechos, de aprobarse, tal impuesto sería como una "mordida" al tamarindo de la esquina: no se puede estacionar donde se estacionó, porque está prohibido, pero por un billete me hago güey, se queda donde está y le aviso si viene la grúa, y el costo social y económico de la informalidad se mantiene tal cual.
Carlos Fernández Vega, “México SA, La Jornada, 21 de junio.
La política fiscal es expresión de una visión del mundo. El anuncio de la fiscalización de todos los depósitos menores a 20 mil pesos permite inferir que habrá una mayor vigilancia de la economía informal y que hay poca consideración sobre los efectos secundarios que esta medida tendrá para muchos que sí pagan impuestos. Los señores de la Hacienda no son Spencer Tunick, pero se sienten con derecho a poner en escena un strip tease microfinanciero multitudinario. A cambio, se dan el lujo de manejarse con una opacidad digna de la URSS.
Luis Miguel González, “Caja Fuerte”, Milenio Diario, 21 de junio.
La iniciativa de reforma de la Secretaría de Hacienda, sin embargo, dista de ser neutral o sencilla. Quizá la peor parte es que se centra una vez más en los contribuyentes que están dados de alta, quienes siempre terminan pagando los impuestos en el país. El "impuesto a la informalidad", una retención de 2 por ciento sobre los depósitos en efectivo en los bancos, tiene a mi juicio pocas posibilidades de captar una parte significativa de las utilidades de la actividad económica informal.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 21 de junio.
Otros elementos de la reforma fiscal parecen simplemente destinados al fracaso. El mal llamado "impuesto a la informalidad" difícilmente combatirá la informalidad. No parece un obstáculo muy fuerte a esta actividad el que se cobre una retención de 2 por ciento a los depósitos bancarios en efectivo de más de 20 mil pesos. Si acaso, lo único que se logrará será mantener un porcentaje más importante del dinero en efectivo que se maneja en la economía informal fuera de los bancos, lo cual aumentará, lejos de disminuir, la informalidad.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 22 de junio.
¿A quiénes afectará el nuevo impuesto a los depósitos bancarios en efectivo? A los informales pero también a quienes no están dados de alta en el SAT por no tener ingresos derivados de alguna actividad económica. Existe un grupo de cuentahabientes que no tienen un registro en el SAT. Imagine por ejemplo a viudas o a personas de edad avanzada que tienen sus cuentas bancarias desde hace años y que reciben depósitos en efectivo de familiares. Si se continúa con esa práctica, entonces por cada mil pesos depositados quedará un remanente de 980 pues el banco retendrá 20 pesos. La opción para algunos sería darse de alta en el SAT, con los costos administrativos que este hecho tiene por la necesidad de declarar. También los afectados serán los asalariados que hoy no están obligados a declarar (por hacerlo su patrón) y que tendrían que hacerlo si quieren recuperar el porcentaje retenido a sus depósitos.
Enrique Quintana, “Coordenadas”, Reforma, 22 de junio.
Los miembros de la ABM, encabezados por Enrique Castillo, tendrán que establecer realmente si afecta la bancarización el que se cobre un impuesto a los depósitos en efectivo mayores a 20 mil pesos para los que no tienen RFC.
David Páramo, “Personajes de renombre”, Excélsior, 22 de junio.
Pero es una realidad que también el gobierno panista trabaja de forma paralela en un programa que permitirá incorporar a la economía ilegalidad a la legalidad y que representa ingresos por más de 315 mil millones de dólares, es decir, siete veces el valor de Pemex. / La propuesta toma mayor relevancia. Claro, es un paso que no les gustará a muchos y puede causar inconformidad, e incluso modificaciones, pero lo importante es que pueda aprobarse con el fin de dar un paso sólido en materia financiera. / Al final, la propuesta permitiría se incremente la recaudación fiscal en 1.8%, es decir, poco más de 3%, que realmente se necesita.
Marielena Vega, “Estrategia de negocios”, Excélsior, 22 de junio.
Otro aspecto saliente en el citado proyecto es la creación de un impuesto del 2 por ciento a los depósitos bancarios en efectivo superiores a los 20 mil pesos acumulados en un mes, que tiene la clara intención de gravar a quienes se desempeñan dentro de la economía informal, que es la mitad de la Población Económicamente Activa.
Alejandro Ramos Esquivel, “Redes de poder”, El Financiero, 25 de junio.
La propuesta lanza otro mensaje necesario en cualquier cambio fiscal: es preciso que todos pongan, que todos contribuyan en el juego general de la fiscalidad. Hasta hoy, la economía informal implica un costo fiscal equivalente al 4% del PIB (unos 320 mil millones de pesos según el ITESM). Y aunque las vías elegidas por Carstens sean discutibles (captarlos a través de las cuentas bancarias con 20 mil pesos o más en sus depósitos) lo cierto es que la naturaleza elusiva del fenómeno impele tomar varias medidas en esa dirección.
Ricardo Becerra, Crónica, 25 de junio.
Otro sector preocupado por la propuesta es el financiero. Hoy la Asociación de Banqueros de México, que preside Enrique Castillo Sánchez Mejorada, se reunirá para analizar el costo que implicaría a las instituciones dar seguimiento a los depósitos en efectivo mayores a los 20 mil pesos, que serán gravados con el nuevo impuesto de dos por ciento. Hay incertidumbre, pues la medida desestimularía el ahorro y los esfuerzos por incorporar a la formalidad a los sectores que no están bancarizados
Darío Celis, “Tiempo de negocios”, Excélsior, 25 de junio.
El otro gran tema abordado por esta reforma es el del impuesto a la informalidad. ¿Cuántos son los constructores, arquitectos, médicos o comerciantes que acostumbran pagar o cobrar sus productos y servicios en efectivo para evadir el pago de sus impuestos? Sin duda representan una amplia mayoría, y todos ellos viven al amparo de la invisibilidad tributaria. / La LICI incorpora una serie de medidas para gravar a los informales que ingresan más de 20 mil pesos mensuales y que utilizan el sistema financiero mexicano. (Todos aquellos que viven de la economía informal, y que tienen un ingreso mensual menor a este monto, por lo pronto se salvaron de ser incluidos en este paquete).
Ricardo Ráphael, El Universal, 25 de junio.
Esta iniciativa de ley busca gravar a las personas que obtienen grandes volúmenes de dinero en efectivo gracias a su actividad y que luego les depositan en sus cuentas de banco sin tener que rendirle cuentas a nadie. Se trata, entre tantos otros ejemplos, de los distribuidores de perecederos, de los mayoristas en la venta de materiales, o de los transportistas. / Esta iniciativa está bien diseñada porque, de ser autorizada, terminará convenciendo a tales sujetos de que se vuelvan visibles ante Hacienda. Con tal de no tener que pagar el 2 por ciento por todos los depósitos bancarios que hagan (cuya suma rebase los 20 mil pesos) preferirán materializarse ante el Registro Federal de Contribuyentes.
Ricardo Ráphael, El Universal, 25 de junio.
Cabe destacar que tales depósitos no siempre tienen que ver con las ganancias, sino con la operación completa de los negocios. Esto quiere decir que el impuesto a pagar por permanecer en la informalidad se volvería insufriblemente elevado. / El remedio también es bueno porque estos evasores no pueden vivir fuera del sistema financiero regulado por las autoridades: dejarían de contar con chequeras, tarjetas de débito, créditos, compra-venta diferida de facturas, transacciones en línea y todo un largo etcétera de servicios que son fundamentales para el desarrollo de sus negocios.
Ricardo Ráphael, El Universal, 25 de junio.
La segunda novedad recaudatoria es gravar los depósitos bancarios de dinero en efectivo, instrumento clave de la economía informal. Los bancos retendrán dos por ciento de los depósitos mayores de veinte mil pesos. Se antoja también un paso astuto en el largo camino de documentar el dinero de la economía informal, narcotráfico incluido.
Héctor Aguilar Camín, “Día con día”, Milenio Diario, 26 de junio.
Les adelanto que se han formado dos grupos de negociación con la Secretaría de Hacienda, encabezada por Agustín Carstens, y los integrantes de la Asociación de Bancos de México, que preside Enrique Castillo Sánchez Mejorada, para analizar las condiciones en que podría operar el impuesto a la informalidad sobre depósitos bancarios en efectivo superiores a 20 mil pesos y, por el otro, el impacto de la CETU en la contabilidad bancaria. / Toda vez que el diseño de este último impuesto de "control" para las instituciones financieras se fijaría sobre el margen financiero (diferencia entre el promedio de la tasa a la que prestan y el promedio de la tasa de captación), y el monto del flujo sería un verdadero ramalazo. / En los grupos de trabajo participan no sólo el presidente del SAT, José María Zubiría, sino también el subsecretario de Hacienda, Alejandro Werner; el de Ingresos, Fernando Sánchez Ugarte, además del procurador fiscal, Luis Mancera, y el jefe de la Unidad de Banca y Ahorro, Guillermo Zamarripa.
Alicia Salgado, “La chequera”, El Financiero, 26 de junio.
Por lo pronto, y por la importancia del tema, la Comisión de Normatividad que dirige Javier Arrigunaga de Banamex y copreside Luis Robles de Bancomer, además de la Comisión de Medios de Pago que preside Jorge Alfaro de Serfin y copreside Antonio Junco de Ixe, son los que, apoyados en abogados, fiscalistas y tecnólogos, están conduciendo la negociación. / Les comento que las autoridades hacendarias en algún momento pensaron que, en paralelo al portal de emprendedores que instalará el SAT para facilitar el pago de impuestos a personas físicas profesionistas y con actividad empresarial, así como a micros y pequeños empresarios, se colocara una entrada de servicio al cliente en materia fiscal en el portal de los bancos, algo así como un servicio por el que pagaría el interesado para que el banco le llevara toda su contabilidad, claro, en el entendido de que todo se pagaría vía los bancos. / Después se descartó la posibilidad, porque seguramente tendría que ir ligada a un paquete de estímulos que pudiera haber complicado el espíritu de "control" que tiene fundamentalmente la reforma hacendaria en su pata de fiscalización.
Alicia Salgado, “La chequera”, El Financiero, 26 de junio.
EN LOS ÚLTIMOS días Agustín Carstens y su equipo han mantenido un nutrido programa de presentaciones de su propuesta fiscal para matizar la reacción que de bote pronto trajeron en la IP los nuevos impuestos. / Apoyado en sus subsecretarios, entre ellos Fernando Sánchez Ugarte, la SHCP está convencida de que el nuevo Impuesto contra la Informalidad permitirá crecer la base gravable, ya que por primera vez se darán facultades al SAT de José María Zubiría para fiscalizar empresas y personas físicas que no pagan impuestos. / Se reconoce que para la banca va a representar un reto operativo el detectar las cuentas mensuales de 20 mil pesos y las que acumulen hasta un millón de pesos en efectivo.
Alberto Aguilar, “Nombres, nombres y nombres”, Reforma, 27 de junio.
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